Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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LA PRIORIDAD
DEL REINO DE LOS CIELOS
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas”
(Mateo 6:33 )
      ¿Qué buscamos en la vida? ¿Cuáles son nuestras prioridades en el vivir diario? Obviamente muchas son las cosas que debemos buscar y ocuparnos en la vida, el alimento, el vestir, el trabajo, todas ellas son cosas legítimas y que merecen la atención y no la despreocupación hacia ellas. La responsabilidad y buena mayordomía en todos estos asuntos son virtudes que honran a nuestro Dios. Ahora bien, todo creyente debe tener las prioridades correctamente puestas en la vida. Como creyentes el pensar y considerar seriamente nuestras prioridades en la vida debería ser un ejercicio diario ya que, diariamente podemos invertirlas o perder de vista el sitio que ellas deben tener. Como hijos de Dios debemos tener presente que nuestro Dios es también nuestro Padre celestial que sabe de lo que tenemos necesidad. Si él alimenta a las aves de los cielos que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros. Si él viste a los lirios del campo de manera preciosa. Si Dios siendo Creador de ellos hace todas estas cosas, ciertamente más lo hará con nosotros siendo él, no solamente nuestro Dios y Creador sino también nuestro Padre que conoce a la perfección nuestras necesidades. Por ello, como creyentes ciertamente nos ocupamos de todas estas cosas pero bajo la gran verdad, el glorioso conocimiento y la permanente conciencia de que nuestro Padre es quien cuida de nosotros y provee en todo en nuestro vivir diario. Por ello, el tener tal conocimiento en nuestras vidas debería, no solamente quitar el afán de nosotros, sino también hacer que colocásemos las prioridades correctamente. Si nuestro Padre provee por todo aquello que necesitamos, entonces ¿de qué deberíamos ocuparnos primeramente? Aquellos que no tienen a Dios como Padre viven sus vidas ocupándose de manera permanente de aquello que es caduco en la vida. Viven con el afán de prosperar en sus vidas, de asegurarse que su sustento, provisión y riquezas las tienen seguras en la vida. Su visión de la vida es una visión ajena a la existencia de un Padre celestial que provee y que, por ello, hay prioridades mayores que buscar. El mundo no sabe esto pero sí el cristiano. Sabiendo que tenemos a nuestro Padre que provee debemos “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia”. Cristo en el Sermón del Monte hace un llamado claro a todo creyente “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia”. La prioridad esencial que debe existir es buscar el gobierno de Dios en nuestra vida y en este mundo. La prioridad debería ser el buscar una vida de justicia que está acorde a Dios, una vida sometida a la voluntad de Dios, una vida que buscase y anhelase la consumación del reino de Dios en este mundo, la venida de nuestro Rey y Salvador Jesucristo. Tal búsqueda no implica el desocupar los asuntos diarios, mas bien, cuando la prioridad del reino está en su sitio “todas estas cosas os serán añadidas”. Nuestro Padre que sabe de lo que tenemos necesidad no dejará que lo esencial en nuestra vida nos sea quitado, su provisión será una realidad para que así podamos buscar primeramente su reino y justicia.
INICIO DE SEMANA
Martes  
Miércoles  
Jueves  
Viernes  
TEXTOS DE MEDITACIÓN PARA LA SEMANA
Mateo 6:25-33
Colosenses 2:8-23; 3:1-4
Hageo 1:1-6
Hageo 1:7-15
FINAL DE SEMANA
LA PRIORIDAD
DE LAS COSAS DE ARRIBA
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra” (Colosenses 3:1-2)

      Muchos son aquellos que están en una búsqueda constante en su vida. Aun y cuando muchos lo nieguen, la búsqueda para dar sentido a la vida es una realidad permanente en el ser humano. Algunos buscan la fama y el éxito como medios para dar sentido a su vida. Otros buscan en las relaciones una manera de sentirse valorizados y hallar ese sentido que tanto anhelan. Para otros es el trabajo el medio que permite dar sentido y propósito a su vida atareada. Lo cierto es que, debido a que Dios ha puesto eternidad en el corazón del ser humano, existe una búsqueda constante para poder llenar esa eternidad para la cual fue creado (Eclesiastés 3:9-11). Por ello, la búsquedas constante de sentido en la vida no es ni mucho menos un invento de los filósofos griegos sino más bien la evidencia de que en el ser humano caído existe el anhelo de esa eterna comunión con Dios que fue perdida por el pecado. La búsqueda de sentido no es errónea, el problema reside en aquello que es buscado. Las cosas de este mundo, al final son incapaces de satisfacer eternamente debido a que son efímeras en incapaces de llenar ese vacío eterno del ser humano. Es por ello que para todo creyente el llamado es a buscar no las cosas de la tierra sino las que están arriba, es decir, aquellas realidades permanentes en las cuales se encuentra nuestro Señor Jesucristo. Dicha búsqueda no surge de una capacidad innata en el creyente, sino que surge de la condición de haber resucitado con Cristo “si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba”. La condición no es una probabilidad sino una certeza. Todo creyente ha resucitado juntamente con Cristo. No hay excepción en nuestra vida, si somos creyentes salvados por la gracia y por medio de la fe en Cristo, no hay duda alguna, hemos resucitado con Cristo a una nueva vida. La resurrección es fuente de nueva vida para nosotros. La vida de Jesucristo que resucitó de los muertos para gloria del Padre, es la vida que ahora está en nosotros para que vivamos en ella (Romanos 6:4). La vida de resurrección que tenemos en nosotros, es la vida para ser vivida para la gloria de Dios y es la vida que tiene su orientación hacia las cosas de arriba. Si hemos resucitado con Cristo, el llamado imperativo es “buscad las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. Buscar “las cosas de arriba” no es buscar cosas abstractas, las cosas de arriba son aquellas donde “Cristo está sentado a la diestra de Dios”, es buscar aquello que tiene que ver con el gobierno, la justicia y el reinado de nuestro Señor Jesucristo, nuestro.  En otras palabras, es buscar el reino de Dios y su justicia primero. ¿Cómo hacer esto? Pablo lo explica con otro llamado ineludible en la vida del cristiano y con una pequeña comparación “poned la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra”. Nuestra mirada debe estar puesta en las realidades eternas del reino de nuestro Señor. Ciertamente hay muchas cosas de las que ocuparse en este mundo y seríamos negligentes si no nos ocupásemos de ellas pero, la principal tarea de aquellos que tenemos una nueva vida en Cristo son las cosas que pertenecen al reino de los cielos. Nuestra salvación ha cambiado la orientación de nuestra mirada. Reconocemos que las cosas de este mundo son reales pero son cosas que al fin no permanecerán. Debemos vivir con nuestra mirada puesta en las realidades eternas del reino de nuestro Señor Jesucristo. Nuestra vida debe contemplar por fe a Jesucristo sentado a la diestra del Padre y a todas las maravillosas realidades de su reino que algún día serán plenamente vividas por los que en él estamos. Busca y pon tu mira en las cosas de arriba y no en las de este mundo y vive en base a ellas.