LENGUA MENTIROSA
“El labio veraz permanecerá para siempre;
mas la lengua mentirosa sólo por un momento”
(Proverbios 12:19)
      Pablo le dijo a Timoteo que no perdiese de vista que el mundo y el tiempo que le había tocado vivir sería un mundo falto de verdad y caracterizado por la mentira y el engaño. El apóstol bien sabía, tanto por teoría pero también por experiencia en sus propias carnes, que los malos hombres y los engañadores irían de mal en peor, engañando y siendo engañados (2ª Timote 3:13). El engaño sería lo sembrado y el ser engañado la cosecha recogida. Un tiempo así, carecería de verdad y estaría lleno de mentira interesada y oportunista. En ese tiempo Timoteo debía predicar la palabra a tiempo y fuera de tiempo. Sin lugar a dudas, un tiempo difícil para presentar la palabra de verdad pero, un tiempo necesitado de ella. Ahora bien, las palabras de Pablo a Timoteo deben poner a todo cristiano y a la iglesia de Cristo en alerta. Las razones para ésta alerta son varias pero una de ellas es que, tristemente, la falta de verdad y el engaño destructivo para la iglesia se infiltrarán muchas veces por medio de lenguas mentirosas que, sin hacer mucho ruido, reptarán con astucia en terreno santo tal y como en el principio la serpiente entró con astucia en el terreno santo del Edén. Algo tremendamente dañino para la iglesia y para la vida personal del cristiano es el ataque de una lengua mentirosa. Algo tan pequeño puede, sin duda alguna, dañar de manera profunda, cortar más que una espada de dos filos y encender con un pequeño mensaje un gran fuego. Quizás por ello, la Biblia tiene tanto que decir con relación a la lengua mentirosa y, no es de extrañar que sea el libro de Proverbios el que hable de manera clara de la lengua o los labios mentirosos. El libro de sabiduría por excelencia tiene mucho que comentar sobre la lengua que habla mentira y, con su mentira y murmuración, es fuente de engaño, manipulación y daño profundo. Varias son las veces que Proverbios compara la lengua o labio verdadero con la lengua que es mentirosa y falsa. La primera es la que permanece mientras que la segunda es la que tiene una permanencia temporal “el labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa sólo por un momento” (Proverbios 12:19).
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Dios mío, necesito de tu gracia para que en todo momento mi labio sea veraz. Si tu gracia no está conmigo tampoco lo estará la veracidad en mis labios porque no soy perfecto, así que, Dios mío, dame integridad y verdad en mi habla. Que mi hablar sea la expresión de un corazón que te honra y te teme. Padre, aléjame de los labios mentirosos, tanto en hablar mentira como en ser cómplice escuchando la mentira y murmuración hacia otras personas. Guarda mi lengua, guarda mis oídos, guarda mi corazón para gloria a tu nombre y por amor a mis hermanos y hermanas.
Amén.
TEXTOS PARALELOS PARA MEDITAR
MARTES

Proverbios 12:15-23

MIÉRCOLES

Proverbios 6:16-19

JUEVES

Mateo 5:33-37

VIERNES

Santiago 3:1-12

SÁBADO

Santiago 3:13-18
      Proverbios 12:19 establece una comparación clara entre la “lengua veraz” y los “labios mentirosos”. El autor sabio es claro “el labio veraz permanecerá para siempre” y esto contrasta en gran manera con la permanencia de la lengua mentirosa, “mas la lengua mentirosa sólo por un tiempo”. Posiblemente, la mejor manera de entender esta comparación que, es recurrente en muchas partes del libro de Proverbios, es considerándola primero, como una expresión de la verdadera sabiduría o necedad dentro de libro de Proverbios. Segundo, entender la comparación como un patrón de dos personas bien distintas y tercero, considerar la esperanza y aplicaciones que se derivan de dicha comparación. Proverbios es el libro de la sabiduría por excelencia dentro del canon bíblico. Su tema es “la sabiduría”, es decir, no el mero conocimiento intelectual. Hoy en día muchos son los que tienen grandes cantidades de conocimiento pero la sabiduría en sus vidas diarias brilla por su ausencia. La “sabiduría” se refiere a la correcta aplicación en el vivir diario del conocimiento recto y justo que uno tiene. Uno puede tener el conocimiento claro de la imposibilidad de respirar dentro del agua pero, ese conocimiento no le sirve de nada si hunde la cabeza dentro del agua e intenta respirar, su actuación, a parte de peligrosa, sería muy poco sabia. El sabio tiene el conocimiento y actúa recta y coherentemente en base a ello. Proverbios habla de la verdadera sabiduría en la vida. No puede caerse en el error de pensar que toda sabiduría es buena. Tal y como dice Santiago, hay aquella sabiduría que es terrenal, animal, diabólica y cuya expresión son los celos, las contiendas, la perturbación (Santiago 3:15-16). Después está una sabiduría totalmente distinta y opuesta, la sabiduría que proviene de lo alto, la sabiduría que se expresa en una vida caracterizada y marcada por la pureza, por la vida pacífica, amable, benigna y llena de misericordia y buenos frutos (Santiago 3:17). Es precisamente éste último tipo de sabiduría del que habla Proverbios. Todo Proverbios está estructurado como la enseñanza del padre y de la madre a su hijo para que pueda tener una vida sabia cuyo principio se encuentra en el temor a Dios.


      En Proverbios, el inicio de una vida sabia, la fuente de la cual brota la sabiduría en la vida, no se encuentra en uno mismo sino fuera de uno, se encuentra en el temor de Jehová, “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová, los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7). Es precisamente el temor de Dios, el conocer que Dios es merecedor de toda honra y honor lo que supone el inicio de una vida sabia. Por tanto, la sabiduría conlleva una vida que no sólo conoce y tiene la teoría del temor de Dios sino que es vivida constantemente con palabras, pensamientos, actitudes y acciones que en todo muestran el temor a Dios, otorgan el honor a Dios y dan la honra a Dios. En otras palabras, será una vida vivida siempre bajo la constante realidad que Dios es merecedor de honor y honra en la vida de sus hijos y, por tanto, nada de lo que es dicho o hecho irá en contra del honor del ser de Dios.
      Otro tipo de vida sería una vida insensata, una vida de aquellos que Proverbios describe como “necios”, no porque no tengan conocimiento, sino porque su vida es un clamor constante que dice de manera clara lo que hay en su corazón “¡No hay Dios!” (Salmo 14:1). Es precisamente en este gran contexto que debe entenderse la importancia del “labio veraz” y la “lengua mentirosa” y es precisamente en este gran contexto que el “labio veraz” y la “lengua mentirosa” son el patrón de dos personas bien distintas.
      Decir verdad o mentira en la vida es mucho más que simplemente algo puntal. Verdad o mentira serán la expresión clara del temor a Jehová. Por un lado, un labio veraz será un labio que entiende que en todas sus palabras, dichas en público o dichas en privado serán la expresión audible de la honra a su Dios. Será un labio que entiende que Dios es verdad y verdadero y que, por tanto, no puede mentir. La mentira sería la pérdida instantánea del honor al Dios verdadero, sería la expresión de mostrar que uno ha pasado de ser sabio a ser necio, sería la exclamación de que, en ese momento particular uno ha expresado como el necio dice en su corazón “¡no hay Dios!”. Por otro lado, la lengua mentirosa será aquella que en sus palabras dichas en público y sobre todo en privado, ya que es en el ámbito de la privacidad cuando la lengua mentirosa se expresa con mayor libertad, expresa una constante pérdida del temor a Dios. Es la expresión de un desprecio al Dios verdadero y una constante proclamación del corazón mismo a través de la lengua de que “¡no hay Dios!” que sopese la verdad y la mentira. Esto es el patrón de aquellos que son sabios o necios a la luz de Proverbios. Ahora bien, la comparación entra el “labio veraz” y la “lengua mentirosa” conlleva una esperanza que no puede ser obviada y una serie de aplicaciones que deben considerarse.


      La lengua que habla verdad “permanecerá para siempre”. La verdad no es algo que acabará pasando sino que su permanencia será eterna ¿por qué? Porque decir la verdad es el reflejo del Dios que es verdad y permanece para siempre y por ello de manera última vindicará la verdad de la lengua veraz. Pero, la lengua mentirosa es dañina y su veneno puede llegar a ser ponzoñoso, hiriente y destructor, tal y como dice el contexto inmediato del texto, hay palabras que son como golpes de espadas, palabras que encubren un corazón engañoso. De todas maneras, la lengua mentirosa permanecerá “sólo por un momento”. Ciertamente mientras permanece es dolorosa y destructiva. Aquella persona que la vive es hecha pedazos cuando escucha lo que se ha dicho de ella por parte de aquellos que, en la cara te decían una cosa pero, a las espaldas decían otra y siguen mintiendo cuando se les pregunta. Ciertamente mientras la lengua mentirosa escupe veneno en la vida de alguien, es triste porque ve como ha envenenado no solamente la vida de uno sino las mentes y oídos de muchos otros pero, así como el veneno siempre deja gotas cuando es aplicado, de la misma manera la mentira, su rastro puede ser trazado. Por lo general una lengua mentirosa se caza porque una y otra vez deja claro que dice la verdad, es decir, presume de lo que carece, es el corazón del necio el que publica constantemente su necedad. Ahora bien, aun el daño y tristeza, permanecerá “sólo por un momento”. ¡Gran esperanza es esta! La lengua mentirosa tiene sus días contados, la mentira no permanecerá para siempre, llegará el momento en que terminará o será terminada y esto lleva a aplicaciones importantes en nuestra vida.
      La verdad es lo que debe caracterizar nuestro hablar en todo momento. Nuestro hablar como cristianos debe ser la expresión de un corazón que teme a Dios, que honra a Dios y que sabe que Dios es verdad. Si hemos sido nacidos de la verdad, entonces, verdad debe haber en nuestros labios. Estamos llamados a hablarnos la verdad en amor al tiempo que debemos aborrecer los labios mentirosos. La mentira es aborrecida por Dios, los labios mentirosos son abominación a Dios (Proverbios 12:22) porque no solo son una demostración que clama que no le importa Dios sino que también es un crimen contra la esencia misma de Dios quien es verdad.
      Los labios mentirosos son abominación a Dios y así deben serlo en todo creyente. El Hijo que fue enseñado por el Padre en la verdad fue nuestro Señor Jesucristo. En sus labios siempre estuvo la verdad, engaño no fue hallado en su boca y él es nuestro ejemplo a seguir. No debemos dar oído a la mentira, si hay crítica y murmuración hacia otra persona ¡para! ¡cierra tus oídos a ello! ¡pon bozal a la lengua mentirosa! ¡no seas cómplice dando oídos a ello! Porque así como el corazón puede ser adulterado por la vista, el corazón también puede ser envenenado por los oídos y por aquello que escuchamos. Aborrece lo que Dios aborrece y no dejes que la mentira, que siempre te será susurrada al oído como lo hizo la serpiente, el padre de la mentira en el Edén, destruya reputaciones de personas, ministerios de ministros de Cristo con acusaciones falsas, la comunión y lazos de amor fraternal en congregaciones, la obra que los santos están edificando. Es en la integridad de la verdad que debemos andar, no es necesario decirlo sino mostrarlo con nuestro hablar diario, porque, debemos tener la certeza que, la verdad permanecerá mientras que la mentira será sólo por el momento.