AQUELLO EN LO QUE DEBEMOS INSISTIR
“Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza,
para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras.
Estas cosas son buenas y útiles a los hombres”
(Tito 3:8)
      Puede insistirse en muchas cosas pero no todas ellas merecen la pena la insistencia y esfuerzo de uno.  Hay situaciones que lo único que harán serán desgastar y absorber la energía en la vida de uno como si de una sanguijuela se tratase. Habrá aquellas cosas que, a priori, podrán parecer de vital importancia pero que lo único que harán será producir un sangrado en el tiempo, el esfuerzo y la devoción que acabará afectando a aquellas cosas que sí requieren una consideración, atención y trato. Obviamente la experiencia es un grado en poder determinar qué es aquello en lo que debemos insistir. La experiencia debería jugar a favor de poder establecer qué merece la insistencia, la energía y el encarecido esfuerzo de nuestro trabajo y servicio. Lo cierto es que, en la vida no podremos evitar que surjan infinidad de situaciones que tendrán la presunción de clamar por nuestra atención. Nos será imposible evitar la aparición de todo tipo de multiformes y variopintas situaciones que buscarán nuestra completa insistencia y esfuerzo. Ahora bien, lo que sí podremos evitar es desgastarnos y dar toda la insistencia a aquellas cosas que verdaderamente no lo merecen. No es nada nuevo decir que, toda congregación local no es una excepción a ello. En toda iglesia surgen y surgirán situaciones que buscarán la insistencia constante de los siervos de Dios que están a cargo del rebaño, así también cómo, de la vida del rebaño mismo. ¿En qué insistir? ¿Qué es aquello que requerirá insistir con firmeza, primeramente por parte de los siervos de Dios y luego por el resto del rebaño? Ciertamente mucha sabiduría se requiere ante dicha decisión pero, sin duda alguna es importante saber que es aquello en lo que debemos insistir con firmeza. De no saber hacerlo seremos semejantes a un león que mira las cuatro patas de una silla cuando son puestas delante de él, se queda paralizado porque no sabe a qué pata debe insistir. No saber aquello en lo que debemos insistir con firmeza hará que, por un lado, los siervos de Cristo se desgasten, cansen, quemen y su ministerio sufra. Por otro lado, hará que la congregación no sepa que es aquello en lo que debe ocuparse. Por ello, el apóstol Pablo dio palabra fiel a Tito a quien dejó en Creta para que pusiese orden en las iglesias. Pablo le dijo: “Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres” (Tito 3:8).
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Dios mío, muchas gracias por haberme salvado por tu gracia y misericordia. Gracias por haberme hecho nuevo por la obra del Espíritu por medio de Jesucristo. Dios mío, ayúdame a mí y al rebaño del que formo parte a que insistamos en aquello que es útil y provechoso. Ayúdanos a que insistamos con firmeza en que nuestra vida sea moldeada en todo por la gracia del evangelio de nuestro Dios y Salvador, nuestro Señor Jesucristo. Amén.
TEXTOS PARALELOS PARA MEDITAR
MARTES

Tito: 1:1-16

MIÉRCOLES

Tito 2:1-15

JUEVES

Tito 3:1-15

VIERNES

Colosenses 2:6-15

SÁBADO

2ª Timoteo 2:1-19
      Las palabras del apóstol Pablo generan tres pregunta, primero ¿cuál es la base para insistir con firmeza? Segundo ¿qué es aquello en lo qué debe insistirse con firmeza? En tercer y último lugar ¿qué propósito tiene la insistencia firme que determina el apóstol? Pablo empieza sus palabras a Tito con una expresión que es usada por el apóstol varias veces en lo que son sus epístolas pastorales, las dos cartas a Timoteo y la carta a Tito. Pablo le da a Tito una palabra fiel, “palabra fiel es esta”. La palabra que Pablo comunica a Tito es una palabra que en ella no hay engaño ni lleva al engaño a nadie. Es una palabra totalmente confiable, una palabra en la que uno puede poner toda su confianza ¿cuál es esta palabra fiel?
      De manera resumida la palabra fiel es el evangelio de gracia y misericordia que nos salvó como pecadores. La expresión “palabra fiel es esta” mira hacia atrás en el argumento de Pablo, mira de manera específica a los vv.4-7 en los cuales Pablo expone el glorioso evangelio. Pablo expone cómo la bondad de nuestro Dios y Salvador se manifestó sobre nosotros, nos salvó no por obras que hubiésemos podido hacer sino por su pura misericordia. Dios trató con la miseria de nuestro pecado y alivió nuestras cargas salvándonos y haciéndonos nacer de nuevo por medio de su Espíritu que derramó de manera abundante en nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Dios hizo todo esto para que justificados por su gracia, fuésemos herederos de la esperanza última de la vida eterna. Dios lo hizo sin que en nosotros hubiese ningún acto que mereciese tal salvación, misericordia, regeneración y vida eterna. El evangelio de salvación y misericordia hacia pecadores es la “palabra fiel” de la que el apóstol Pablo habla. 


      La realidad vivida del evangelio de la gracia y misericordia divinas en nuestra vida y el conocimiento que es palabra fiel que no engaña en lo que dice y lo que hace supone la base sobre la que el apóstol animará a Tito a que insista con firmeza sobre una conducta moral determinada. Esto debe enseñarnos que el evangelio de gracia siempre será la base para nuestra conducta y comportamiento. El evangelio será siempre la base de aquello en lo que deberemos insistir con firmeza en nuestras vidas. No serán primeramente nuestras intenciones o deseos los que marcarán el camino de aquello en lo que debemos insistir. De ser así, cada uno insistiríamos - algunas veces de manera legítima y otras no tanto - en aquello que fuese de nuestro interés primario. Otras veces podríamos cometer el error de insistir con firmeza en cosas que o, pueden llegar a ser perjudiciales sin darnos cuenta de ello o, totalmente desgastantes e inútiles para el crecimiento de uno y de la congregación. El evangelio es fiel y definitorio en aquello que debemos insistir, así se lo hace saber Pablo a Tito “palabra fiel es esta y en estas cosas quiero que insistas con firmeza” ¿Cuáles son estas coas en las que Tito debía insistir?
      Pablo expresa el deseo de que en base a la palabra fiel del evangelio, Tito insista con firmeza o insista confiadamente en “estas cosas”. Por tanto, hay una serie de cosas que, sobre la base del evangelio obrado en la vida, Tito debe insistir con confianza como siervo de Cristo. El evangelio definirá qué cosas son aquellas en las que insistir y qué cosas no. Las cosas en las que Tito debe insistir son primeramente toda buena obra que Pablo ha descrito en los vv.1-3. Primeramente su conducta moral con aquellos que son pecadores y que están fuera de la congregación de los santos.
      Recordarles que debe existir una sujeción a las autoridades y una disposición a toda buena obra para que no haya difamación de ellos como cristianos. Les llama a una conducta moral que exprese honestidad y mansedumbre ¿por qué? Porque antes del evangelio de gracia y misericordia que obró en nuestras vidas, nuestra situación no era tan distinta a la suya. El ser salvo fue por gracia no por haber sido mejores que cualquier otro pecador. Quizás éramos mejores en nuestros pecados pero no en nuestros méritos de salvación. Por tanto, en aquello que debía insistir Tito hacia esa congregación es en que entendiesen que su vida y conducta moral hacia aquellos que estaban fuera de la congregación, debía ser una conducta que reflejase la misericordia misma del evangelio. Debían ser conscientes que su vida hacia aquellos que no conocían el evangelio era el testimonio que mostraría que el evangelio es fiel y salva no por obras sino por gracia. Ahora bien, el argumento de Pablo no es más que lo que ha empezado en Tito 2:1 “pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina”.


      Tito debía hablar aquello que estaba de acuerdo con la sana doctrina del evangelio y esto implicaba asuntos congregacionales también. Implicaba que los ancianos fuesen sobrios y prudentes. Implicaba que las mujeres mayores fuesen reverentes y enseñasen a las mujeres jóvenes de la congregación. Implicaba que los jóvenes fuesen prudentes y que los siervos se sujetasen a sus amos. En otros palabras, debían haber una insistencia que la sana doctrina en la congregación no fuese solamente hablada sino también vivida. Es decir, Tito debía insistir en que la relaciones, comportamientos y conductas tanto dentro como fuera de la congregación estuviesen modeladas por la gracia del evangelio. La insistencia debía ser en que la gracia del evangelio que fue manifestada y les salvó formase y forjase sus vidas y manifestase el gran precio que Jesucristo pagó para redimir a un pueblo celoso de buenas obras. Esto establecía la línea divisoria en aquello que no debía insistirse, Tito 3:9 “pero evita cuestiones necias, y genealogías y contenciones, y discusiones acerca de la ley, porque son vanas y sin provecho”. Ciertamente Pablo determina a Tito que hay cosas que pueden parecer de gran importancia pero al fin y al cabo son necias y sin provecho alguno. Hay mucho de lo que encargarse e insistir con firmeza pero, puede resumirse en las palabras de que Cristo sea formado en el creyente y la iglesia. El siervo de Cristo debe insistir con firmeza y confianza en que la vida del rebaño sea moldeado por la gracia del evangelio para que la vida y conducta moral sea las buenas obras que evidencian la gran salvación de Jesucristo, este es precisamente el propósito de esta insistencia.
      Tito debía insistir “para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres”. El tema de las obras en ocasiones nos pone los pelos de punta, pero lo cierto es que, la Biblia no esconde en ningún momento la importancia de las buenas obras. Hemos sido justificados no por obras pero sí para buenas obras en nuestra vida. Tres veces menciona Pablo el tema de las buenas obras (Tito 1:15; 2:1, 8). La insistencia en esa vida centrada, moldeada y vivida en el evangelio era para el propósito que los que creen en Dios, es decir, los creyentes depositarios de esa gracia salvadora, la iglesia redimida por la sangre de Cristo procure ocuparse en buenas obras.
      Esas buenas obras que no son más que la evidencia de una vida forjada por el evangelio y la evidencia de que el evangelio es palabra fiel. ¿Por qué ocuparse de ello? Simple pero claro “estas cosas son buenas y útiles a los hombres”. Hay mucho por lo que ocuparse pero no todo es útil. Si el siervo de Cristo debe insistir con firmeza en la obra del evangelio en la vida de la iglesia, también la iglesia debe saber discernir y ocuparse en aquello que es útil, provechoso y no una pérdida de tiempo para su crecimiento a la imagen de Cristo. En palabras del predicador, “cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne” (Eclesiastés 2:15). Cuidado con las pequeñas cosas que para nada aprovechan pero sí destruyen. No debe haber despreocupación en ellas, deben cazarse para que la viña de Dios no sea destruida, pero ¿qué es aquello en lo que debemos insistir confiadamente? En que el evangelio de Cristo crezca, forme nuestras vidas y congregación y sea vivido a tiempo y fuera de tiempo para la gloria de nuestro Dios.