AMOR QUE CONFORTA
“Pues, tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano,
han sido confortados los corazones de los santos”
(Filemón 1:7)
      ¿Cuál debería ser una de las funciones del amor? ¿Cuál debería ser uno de los resultados del amor genuino hacia los demás? Sin lugar a dudas, el amor, y de manera especial el amor que brota de la obra del evangelio de Cristo Jesús, entre otras muchas cosas, debería producir gozo, consolación y ser capaz de confortar a los demás de una manera profunda. Así como la lluvia fina es capaz de filtrar hasta lo más profundo de la tierra llegando hasta las raíces y siendo de beneficio para las plantas, de la misma manera el amor que nace como parte del fruto del Espíritu debería confortar a los santos hasta lo más profundo de su ser. Es precisamente esta acción del amor de Filemón que Pablo destaca en ese querido hermano a quien le escribe su pequeña carta. Tanto para Pablo como también para Timoteo el amor de Filemón hacia los santos fue de gozo y consolación para ellos debido a que el amor de Filemón fue de consuelo para muchos. Pablo destaca primero que el amor de los santos es base para nuestro gozo y consolación y segundo que la razón del consuelo y gozo se debe a un amor que conforta a los santos de manera profunda.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Señor, perdóname cuando no he sido capaz de tener gozo y consuelo cuando los corazones de mis hermanos han sido confortados por el amor de otros. Señor, ayúdame a amar a mis hermanos, ayúdame en tu gracia a que el amor que otros hermanos expresan con sinceridad sea base para mi gozo y consolación. Señor, dame de tu gracia para que mi amor pueda confortar profundamente a los santos que has puesta a mi lado. Amén.
MARTES

Leer: 1ª Corintios 13:1-3

Meditar: Medita sobre todo aquello que Pablo establece que puede hacerse sin amor. Medita son la seriedad de servir a Dios y los hermanos con la carencia de amor. Medita en la importancia del amor para servir a los demás santos.

Orar: Señor, te pido que en tu gracia me ayudes a que mi servicio a los hermanos nunca esté vacío de amor. Que mi servicio no sea hipócrita sino siempre movido por el amor y con la presencia del amor en él.


MIÉRCOLES

Leer: 1ª Corintios 13:4-8

Meditar: Medita sobre la descripción negativa, es decir, todo lo que el amor NO es y que Pablo hace del amor. Medita sobre la descripción positiva, es decir, todo lo que el amor SÍ es y que Pablo hace del amor. Medita sobre la realidad que el amor es el don que permanecerá eternamente. Medita como la eternidad del amor debe influir en el servicio por amor a los demás.

Orar: Señor, te pido que el amor que hay en mí sea el amor descrito en tu palabra. Que mi amor por los santos tenga los mismos NO y SÍ que tu palabra describe. Señor, sabiendo que el amor es el don que no perecerá jamás, no permitas que mi servicio a los demás sea condicional porque mi amor ha dejado de ser.


JUEVES

Leer: Romanos 13:8-10

Meditar: Medita sobre cómo la realidad de no deber nada a nadie se relaciona con que la única deuda impagable es el amor. Medita en cómo toda la ley se resume en “amar al prójimo como a ti mismo”. Medita cómo el amor nunca daña al prójimo porque es el cumplimiento de la ley.

Orar: Señor, no permitas que alguna vez pueda llegara decir que ya he cubierto la deuda del amor con mis hermanos. No permitas que alguna vez deje de amarlos. Ayúdame a que no dañe al hermano sabiendo que el amor nunca busca dañar ni hace mal a mi prójimo.


VIERNES

Leer: Juan 21:15-19

Meditar: Medita sobre el amor que es expresado por Pedro. Medita sobre el amor que Cristo expresa hacia Pedro encomendándole que apaciente sus ovejas. Medita cómo el amor de Cristo hacia Pedro fue restaurados y confortó profundamente el corazón de Pedro.

Orar: Señor, gracias por tu amor que restaura y conforta mi vida. Gracias por tu amor que me restauró de mis pecados y deslealtades a ti. Gracias por tu amor que conforta mi alma sabiendo que no me desechas sino que me amas eternamente. 


SÁBADO

Leer: Romanos 12:9-10

Meditar: Medita en la sinceridad del amor entre hermanos. Medita en el hecho que el amor siempre sigue lo bueno y aborrece lo malo. Medita en lo que puede significar amor fraternal y la idea que estime a cada uno como superiores a uno mismo.

Orar: Señor, permite que mi amor hacia mis hermanos siempre sea sincero y busque el bien del hermano. Ayúdame a que mi amor siempre se exprese con humildad estimando a mis hermanos antes que a mí.
      El apóstol Pablo se dirige de manera íntima a Filemón, la expresión que Pablo usa para referirse a Filemón “oh hermano” es personal y altamente íntima de Pablo hacia Filemón. En realidad Pablo en el original sitúa la expresión al final del versículo dando así énfasis al hecho que su referencia a Filemón es cálida y personal. Pablo tiene un alto aprecio personal por Filemón y de manera personal le expone que su amor ha sido la base para su gozo y consolación “pues, tenemos gran gozo y consolación en tu amor”. Debe notarse que Pablo establece dicha afirmación como un resultado “pues” o “por lo tanto”. Pablo en el v.6 le ha expuesto a Filemón que la fe común de la cual participa con otros santos en Cristo Jesús, esa fe debe obrar para el conocimiento de todo lo bueno que no solamente hay en él sino en todos los santos por la obra de Cristo en sus vidas.
      La fe de la cual participamos de manera común en Cristo Jesús debe obrar para que como santos podamos conocer todo lo bueno que por Cristo nos ha sido dado. Todo lo bueno que había gracias a Cristo en Filemón, no era un anhelo, no era un ideal que algún día Filemón conseguiría, era una realidad ya presente en la vida de ese amado hermano. La fe de Filemón debía obrar para conocer todo lo bueno que había en los santos por Cristo y el resultado de ello era que tanto Pablo como Timoteo tenían gozo y consolación en el amor de Filemón. Puesto de otra manera, el amor de Filemón era parte y evidencia de todo lo bueno que por Cristo había sido obrado en la vida de ese hermano. Si hay algo bueno que Cristo había producido y estaba produciendo en Filemón era el fruto del amor. El amor verdadero y genuino únicamente puede proceder de Dios quien es amor en sí mismo (1ª Juan 4:8) y esa buena obra por Cristo era ya una realidad en Filemón sobre la cual Pablo y Timoteo tenía gozo y consolación.


      El amor de Filemón fue la base para el gozo y el consuelo de Pablo y Timoteo. Sin lugar a dudas, Pablo y Timoteo tuvieron que ser testigos en el pasado del amor obrado en la persona de Filemón, pero lo precioso de las palabras de Pablo es que su gozo y consolación no se encontraba en cosas materiales que posiblemente Filemón podía tener. No eran los bienes materiales que Filemón podía poseer lo que era de gozo y consuelo para aquellos ministros del evangelio. La base para su gozo y consolación era simple pero profundamente el amor que había en Filemón. Muchas cosas pueden ser base y motivo para nuestro gozo y consuelo, pero ¿cuántas veces quizás habremos pensado que el amor de los hermanos es base para nuestro gozo y consuelo? El amor que se halla y se expresa en nuestros hermanos y hermanas debería ser siempre base para nuestro gozo y consolación en la vida. El amor que Cristo ha depositado y obrado por su gracia en la vida de los demás debería ser base no para la envidia sino base para el gozo, no para la intranquilidad sino para la consolación. Ahora bien ¿Por qué el amor de los demás puede obrar como base para nuestro gozo y consolación? El motivo de ello reside en que el amor de Filemón que era de gozo y consuelo para Pablo y Timoteo era un amor que confortó de manera profunda a los santos.
      No es cualquier tipo de amor el que se encontraba en Filemón, por tanto, no era cualquier tipo de amor el que era base para el gozo y consolación. ¿Por qué el amor de Filemón era de gozo y consuelo? “Porque por ti, o hermano, han sido confortados los corazones de los santos”. Aquí está la razón y motivo por el que el amor de Filemón era de gozo y consuelo para Pablo y Timoteo. Aquí está la profunda realidad que el amor de Filemón nunca fue un amor que quedó expresado en palabras o en hechos superficiales sino en un consuelo profundo hacia los hermanos. El gozo y consolación que Pablo hallaba en el amor de Filemón era debido a que por su amor fueron confortados los corazones de los hermanos.
      Pablo utiliza una palabra poco común para referirse a “corazón”. Es una palabra que aparece en el v.20 como “corazón” y en el v.12 traducida como “a mí mismo”. La misma palabra es usada en otros lugares del Nuevo Testamento para referirse a las “entrañas” o a los “intestinos” (Hechos 1:18), es decir, las partes internas y profundas del ser humano donde los griegos situaban las emociones y sentimientos. En ocasiones se usa para referirse al “amor o misericordia entrañables”. Cuando Pablo le dice a Filemón que su amor ha confortado “los corazones de los santos”, su énfasis reside en mostrarle a Filemón que su amor ha llegado a lo más profundo de las necesidades de los santos. Su amor no fue un amor superficial, no fue un amor que quedó en simples palabras de grandes compromisos pero de acciones vacías. No se dice cómo el amor de Filemón confortó las profundas necesidades de los santos, pero sí se dice que su amor llegó al núcleo, llegó a cuidar, preocuparse y actuar, seria y profundamente por sus hermanos.  Pablo está mostrando algo importante a Filemón. Su amor que ha confortado los corazones de muchos santos y es de gozo y consolación, ese amor que consuela, conforta y ese evidencia de todo lo bueno obrada por Cristo en Filemón, deberá seguir siendo el mismo amor que confortará cuando Onésimo llegue de vuelta a su casa. Porque ese amor no era más que el amor que Cristo obró recibiendo y confortando de manera profunda a pecadores arrepentidos que acudieron por gracia a él.


      El amor de Cristo confortó nuestras vidas en lo más íntimo y profundo amándonos cuando éramos pecadores, perdonándonos llevando nuestra culpa en la cruz. Es el continuo amor de Cristo hacia nuestras vidas la base para nuestro gozo y consuelo en todo tiempo. Es este amor derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu la base para poder gloriarnos incluso en medio de nuestras tribulaciones. Por tanto, cuando este amor es hallado y expresado en y hacia otros hermanos siempre debería ser base de gozo y consuelo para nosotros. Existe la triste evidencia de que aun y haber sido redimidos todavía no vivimos en la gloria de que cuando el amor de Cristo es expresado por otros hermanos confortando el corazón de aquellos santos que lo necesitan, lo que surge en nosotros no es gozo y consuelo sino envidia y en ocasiones expresiones recriminando “¿por qué hace algo así?”, “¿y qué hay de mí?”. Nunca debería haber algo así en nuestra vida. El amor de los santos que conforta de manera profunda a otros santos siempre debería ser causa de gozo y consuelo para nosotros. ¿Por qué? Porque es la evidencia de todo lo bueno que por Cristo está en y en medio de nosotros como iglesia de Cristo. Porque es la demostración que así como Cristo nos amó nosotros debemos amarnos como discípulos de Cristo. Porque es la evidencia que también nosotros amamos profundamente a aquellos santos amados por Cristo y por los demás.