Posiblemente el momento de mayor tranquilidad del día es la noche. Cuando el sol se pone y el manto nocturno se extiende, parece como si todo entrase en un momento de pausa y calma hasta la salida del sol al día siguiente. Ahora bien, tranquilidad no implica inactividad. Aun y cuando la noche puede parecer un momento de tranquilidad, también es cierto que es un tiempo donde existe una gran actividad. Es durante las vigilias de la noche que la naturaleza brota en actividad y movimiento. Podría pensarse que la selva descansa cuando el sol se pone, pero lo cierto es que no es así. La noche da paso a todo tipo de animales e insectos que desarrollan su actividad. La noche conlleva actividad en la tierra y también conllevó actividad en el cielo mismo. Una noche que aparentemente se presentaba como muchas otras. Unos pastores que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño como tantas otras noches. La región en la que se encontraban esos pastores seguía su curso y vida normal, nada extraordinario. Nada parecía que pudiera romper la tranquilidad de aquellos momentos, nada salvo uno de los mayores eventos de la historia de la humanidad. Fue en aquella noche aparentemente tranquila que el cielo mismo brotó en actividad. El manto de la noche fue roto por el resplandor de la gloria del Señor que rodeo a unos pastores que vieron alterada para bien, su tranquilidad en aquellas vigilias de la noche. Un ángel de la misma corte celestial se les apareció y la noche fue el momento en que señal les fue dada, “que os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo el Señor. Y esto os servirá de señal; hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre” (Lucas 2:11-12). El mensaje del ángel presenta dos aspectos que deben ser considerados. Primero, la persona del Salvador y Señor como centro de la irrupción de la salvación de Dios en la historia y segundo, la señal de humildad en el nacimiento de Jesús.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Pastor Rubén Sanchez Noguero - Móvil: 610.224.965 - emali: rsanchez111@yahoo.es
Dios y Padre gracias por la entrega de tu Hijo eterno. Gracias porque tu salvación es dada sin distinción. Gracias porque la humildad en el nacimiento de tu Hijo me ayuda a ver la humildad necesaria para la salvación. Dios mío que tu gracia me ayude a ver el orgullo en mis pecados y me guíe a la humildad del arrepentimiento ahora y cada día de mi vida. Amén.     
MARTES

Leer: Lucas 1:1-23

Meditar: ¿Cuál es el propósito por el que Lucas escribe su evangelio? ¿Cuál era la situación de Elisabet y Zacarías? ¿Dónde se encontraba Zacarías cuando le fue dado el anuncio? ¿Cómo es descrito el niño que nacerá y cuál será su función? ¿Hasta cuándo Zacarías estaría mudo? 

Orar: Pide a Dios que te ayude a entender que todo lo escrito en el evangelio de Lucas es para dar a conocer la verdad de todos y cada uno de los hechos históricos narrados en él. Da las gracias a Dios porque su salvación es siempre anunciada y preparada.


MIÉRCOLES

Leer: Lucas 1:24-45

Meditar: ¿Qué acontecimiento histórico es descrito en estos versículos? ¿Cómo es descrito el niño que nacerá y cuál será su función? ¿Qué relación ves entre el v.35 y la narración de la creación en Génesis 1:1-2? ¿Qué te da a entender la narración de Génesis en cuanto a la encarnación? ¿Cómo reaccionó el niño en el vientre de Elisabet cuando escuchó la voz de María? ¿Qué diferencias hay entre el anuncio de Juan el bautista y el de Jesús? ¿Qué te dicen estas diferencias en cuanto a la persona de Jesús?

Orar: Bendice a Dios porque la encarnación del Hijo de Dios es el inicio de la nueva creación en el presente. Alaba y bendice a Jesús porque él es Salvador, Rey y Dios encarnado.


JUEVES

Leer: Lucas 1:46-80

Meditar: ¿Qué dos cánticos aparecen en el texto? ¿Qué diferencias observas entre los dos cánticos? ¿Qué aspectos en común tienen los dos cánticos? ¿Podrías resumir en pocas palabras el tema central de ambos cánticos?

Orar: Bendice a Dios porque los cánticos anuncian la salvación que él traía en la persona de su Hijo. Bendice a Dios porque los cánticos muestran la fidelidad de Dios a sus palabra y promesas de salvación.


VIERNES

Leer: Lucas 2:1-20

Meditar: ¿Cuál es el contexto histórico en el que suceden los acontecimientos? ¿Crees que el censo fue casualidad en ese momento de la historia? Lucas es un evangelio que hace mucho énfasis en los desfavorecidos, pobres ¿cómo crees que la revelación a los pastores demuestra dicho énfasis en Lucas? ¿Qué te hace pensar que la revelación les llegase a los pastores? ¿Qué aspectos centrales tiene el anuncio y canto de los ángeles? La acción de los ángeles y los pastores es como el reflejo la una de la otra. El cielo se abre, los ángeles se acercan, dan el anuncio y después desaparecen. Los pastores reciben el anuncio, se acercan al pesebre y después se alejan para dar testimonio ¿Qué te hace pensar esta similitud en las acciones del cielo y la tierra?

Orar: Pide a Dios que así como el cielo reveló la importancia del nacimiento de Jesús, tu actitud dé testimonio de la importancia del mismo. El nacimiento de Jesús tiene un carácter de testimonio, pide a Dios que así pueda ser en tu vida.


SÁBADO

Leer: Lucas 2:20-32

Meditar: ¿Qué costumbres aparecen en el texto? ¿Qué es aquello que le fue revelado a Simeón? ¿Dónde se juntan en el texto la revelación dada a Simeón y la persona de Jesús como Salvador? ¿Qué contemplaron los ojos de Simeón? ¿Para quién es la salvación contemplada en Jesús?

Orar: Bendice a Dios porque en Jesús se encuentra la salvación. Bendice a Jesucristo como Señor y Salvador.
SEÑALES DE NAVIDAD
ACOSTADO
EN UN PESEBRE
“Que os ha nacido hoy en la ciudad de David,
un Salvador, que es Cristo el Señor.
Y esto os servirá de señal;
hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”
(Lucas 2:11-12)
      La noche quedó iluminada por el resplandor de la gloria del Señor y el ángel tranquilizó a los pastores que habían quedado atemorizados frente a la gloria que se mostraba de la corte celestial. En cierta manera aquellos pastores vivieron lo que ni Salomón y los sacerdotes pudieron vivir cuando inauguraron el primer templo. Allí se nos dice que la nube de la gloria de Dios llenó el templo que, una vez los sacerdotes habían salido de él, no pudieron volver a entrar para ministrar porque la gloria de Jehová había llenado el templo (1 Reyes 8:11). Resulta sorprendente ver como ahora algo cambia en el progreso de la historia de la salvación. Lucas construye sus primeros capítulos sobre diversos contrastes que muestran que ciertos cambios se producen en la historia redentora. El evangelista nos compara a Juan el bautista y a Jesús mostrando siempre la superioridad de Jesús en todo. Juan quien podría ser considerado el profeta de transición del antiguo al nuevo pacto, es superado por uno mayor que él quien inaugura el nuevo pacto en la historia. Siguiendo tal técnica de contrates, los primeros capítulos del evangelio de Lucas presentan un gran foco en aspectos centrados alrededor del templo. Lucas empieza mostrando a Zacarías que ejercía el sacerdocio delante de Dios (Lucas 1:6). Lucas nos muestra el servicio en el templo con el servicio de Zacarías (Lucas 1:8-11). Nos muestra la revelación del ángel a Zacarías justo en el templo (Lucas 1:11). Después del nacimiento de Jesús, el evangelista nos muestra a José y María ofreciendo lo que era costumbre según la ley (Lucas 2:21-24).
      Jesús siendo ya un joven se queda en el templo (Lucas 2:49). Ahora bien, aun y la centralidad en el templo y el servicio en el mismo, resulta sorprendente ver como la gloria del Señor ya no está circunscrita a los parámetros del templo como sí podía estarlo en el antiguo pacto. Ahora la gloria del Señor rodea a un pequeño grupo de pastores.


      El resplandor de la gloria de Dios que siempre había estado asociado al templo y al lugar santísimo, ahora resplandece fuera de él. Resplandece a un grupo de pastores que en aquel tiempo eran vistos como uno de los oficios más bajos de la sociedad. Es muy probable que los pastores representen los humildes que serán exaltados (Lucas 1:52) al tiempo que son testigos representantes en nombre de toda la humanidad ya que el canto de los ángeles menciona “paz, buena voluntad para con los hombres / humanidad” (Lucas 2:14). Aquellos considerados humildes y testigos en nombre de la humanidad es a los que la gloria del Señor resplandece y les rodea y serán ellos los primeros que ministrarán como sacerdotes el anuncio del nacimiento del Señor (Lucas 2:17-18). La gloria ya no estaba ligada al templo, la gloria del Señor resplandeció mucho más allá ¿qué había sucedido para que esa gloria alcanzase un pequeño monte y a unos pastores? Lo que había sucedido es que “os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo el Señor”. Es importante notar el tiempo que el ángel marca “os ha nacido hoy.
      ¡Que gran contraste! Jesús nació y el Liceo celestial se presentó a unos pastores y cantó “¡gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14). Jesús nació y la creación misma celebró ¿no cabría esperar después de estas señales que lo que serviría de señal a estos pastores para encontrar al Salvador sería también algo extraordinario? Y sin duda alguna así fue aunque no lo parezca. Aquí está una de las grandes paradojas que la salvación nos presenta. El camino de humillación fue finalmente el camino de exaltación a la diestra del Padre para nuestro Salvador Jesucristo. La señal aparentemente no es nada extraordinaria “hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”, esto es lo que María hizo (Lucas 2:7) y el envolver a los recién nacidos en pañales era algo normal y de costumbre ¿dónde está, pues, lo extraordinario aquí? Está no solamente en que los ángeles anunciaron lo que había sucedido y eso mismo se encontraron los pastores, sino que también está en la paradoja misma de esa señal. El Salvador del mundo, el Cristo nació como un tierno niño y fue acostado en uno de los lugares más humildes que podía haber en aquellos momentos. El eterno Hijo de Dios que compartía la gloria eterna con el Padre, encarnado y envuelto en pañales de humanidad y humildad ¿No es esto una paradoja extraordinaria de la salvación? El único Dios vivo y verdadero, encarnado de manera humilde, pero fue dicha humillación la que le llevó a la exaltación a la diestra del Padre habiendo obrado la purificación de nuestros pecados.
      Sin duda alguna, la encarnación y nacimiento del eterno Hijo de Dios en la persona de Jesús, nos da señal de que la humildad es aspecto implícito en la salvación. Lo fue para el eterno Hijo de Dios, lo fue en aquellos pastores rodeados de gloria y lo será para todo aquel que por la gracia divina tiene la bendición de contemplar la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. El ser acostado en un pesebre puede ser una alusión a Isaías 1:3 “el buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento”. El orgullo e incredulidad de Israel le llevó a rechazar a su Dios y lo mismo resulta con aquellos cuyo corazón es orgulloso e incrédulo como el descrito en Isaías. No son los orgullosos de sus pecados aquellos exaltados ni bienaventurados sino aquellos pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos. Aquellos que frente al nacimiento de Jesús entienden que su pecado les condena pero tienen la humildad de acercarse a Jesús en arrepentimiento y fe en aquel Salvador que nos fue nacido.
      El adverbio “hoy” obviamente se refería al día y momento en que Jesús nació, pero en el evangelio de Lucas significa mucho más. Lucas entiende que la salvación que Dios había estado obrando en la historia a lo largo del antiguo pacto y la historia de Israel, irrumpe en el presente. Irrumpe en la persona de Jesús nacido en la ciudad de David que vería el Rey de reyes. Irrumpe en Jesús quien es Salvador, el Cristo, el Señor. Lucas utiliza toda una serie de títulos para los que ya ha preparado el terreno anteriormente (Lucas 1:31-33, 68-69, 78-79) pero todos ellos son títulos que focalizan en la persona de Jesús todas las promesas, esperanzas y anhelos de salvación anunciados en el antiguo pacto. Ha llegado el momento y el tiempo en que la salvación de Dios se hace presente en la historia en la persona de Jesús. Gracias a Dios el nuevo pacto también trajo que esa salvación no quedase relegada a un grupo concreto, a famosos, a ricos, a gentes de alta posición o a gente de posición normal pero orgullosa de sí misma. ¿Qué hubiese sido de muchos de nosotros si la salvación y el Salvador hubiese sido únicamente para los importantes? ¿Qué hubiese sido de muchos de nosotros si la gloria de Dios rodease únicamente a los de alta alcurnia? Pero gracias a Dios el nuevo pacto trajo a cumplimiento que todas las naciones serían benditas. Trajo a cumplimiento que la gloria del Señor rodearía en la persona de Jesús a ricos y pobres, a altos y bajos, a hombres, mujeres y niños que fuesen capaces, por la gracia de Dios, de tener la humildad de reconocer que Jesús vino a salvar lo que se había perdido. Vino para aquellos que la gracia divina les lleva a entender que el orgullo en nuestros pecados es camino que abate mientras que la humildad de reconocer que somos pecadores es camino de exaltación en el Salvador que nos fue dado. Esta es precisamente la señal que les fue dada a esos pastores “y esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”.