DIOS DE PAZ
Y NO DE CONFUSIÓN
“Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos”
(1ª Corintios 14:33)
      ¿Por qué? Porque el ser humano en sí mismo no presenta orden ni paz. El ser humano puede vivir en un espejismo de paz, en una especie de Matrix - y muchos pueden sentirse bien y felices en ello - que únicamente disfraza y esconde la realidad que en cada ser humano existe la herencia de un desorden y caos que empezó hace muchos años atrás, el caos y desorden de la rebelión contra su Creador (Génesis 3). No hay paz, no hay orden, por el simple hecho que esto no es un atributo natural en el ser humano. El pecado que se produjo en Génesis 3 desordenó todo el orden que Dios había establecido en la creación. Un caos cósmico se produjo y el ser humano, aun y ser corona de la creación, quedó afectado por ese caos y desorden del pecado, el ser humano se apartó del Dios de paz para acercarse al caos y a la confusión. Ahora bien, una vez la salvación ha sido obrada por gracia en la vida de todo creyente en Jesucristo, no únicamente la paz de Dios ordena la vida de uno, sino que también el conocimiento que Dios es Dios de paz y no de confusión debe regir la vida del creyente y del pueblo de Dios. Tal verdad es lo que el apóstol Pablo les mostró a los Corintios “pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos” (1ª Corintios 14:33).


      El apóstol Pablo mostró dos cosas a esa iglesia en Corinto, dos cosas esenciales para su vida y su manera de hacer como iglesia. La primera es que en sí mismo Dios es Dios de paz y segundo dicha verdad está presente y es común para la vida de toda iglesia. Cuando Pablo describe a Dios, lo describe estableciendo un contraste claro “Dios no es Dios de confusión sino Dios de paz”. Una pequeña conjunción adversativa “sino” marca el contraste que el apóstol hace en cuanto al ser mismo de Dios. Por un lado, aquello que no caracteriza a Dios, algo que no se encuentra en el ser de Dios es la “confusión”. Por otro lado, aquello que caracteriza a Dios, algo que forma parte de su mismo ser es la “paz”.  Debe notarse que el apóstol no dice que Dios no tiene confusión sino paz, Pablo determina que Dios “no es Dios de confusión” sino que “es Dios de paz”. La paz y no la confusión es atributo que forma parte esencial de quien es Dios en sí mismo. Ahora bien, las preguntas aquí deberían ser ¿qué significa que Dios es Dios de paz? Y ¿Por qué Pablo estaría diciendo algo así a los Corintios?


      La idea que Dios es Dios de paz debe entenderse juntamente con el contaste que el apóstol está estableciendo con el término “confusión”. La idea de “confusión” es sinónimo a “desorden”, “falta de descanso”, “caos”, por tanto, la “paz” debe entenderse como “orden”, “descanso”, “ausencia de caos”. La confusión es precisamente el caos que se encontraba en Génesis 1:2 antes que Dios empezase a establecer orden mediante la creación. La tierra estaba desordenada y vacía y por medio de la creación, Dios estableció su orden. No podía ser de otra manera, si Dios en sí mismo es paz, orden, descanso, aquello que surgió del Creador fue una creación ordenada que gozó en el séptimo día del orden y descanso del Creador (Génesis 2:2-3). Cada una de las acciones que Dios hizo en la creación, estuvo ausente de confusión y estuvo completamente controlada y ordenada. Toda la creación de Dios, haciendo aquello para lo que Dios la había creado, debía funcionar, vivir y existir gozando de la paz, orden y descanso del Dios de paz. Todo acción que la creación realizase debía ser ordenada reflejando así el orden y la paz del Creador. Por tanto, el ideal que Dios creó al inicio de todas las cosas, era el reflejo de la verdad que Dios no es Dios de confusión sino de paz. Esto permite entender que es lo que quiere decirse cuando se habla que Dios no es Dios de confusión sino de paz.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Pastor Rubén Sanchez Noguero - Móvil: 610.224.965 - emali: rsanchez111@yahoo.es
¿Cómo tú vivir refleja que Dios es Dios de paz? ¿Cómo nuestra congregación de los santos testifica que nuestro Dios es Dios de paz? Señor, gracias por tu redención que ha hecho una nueva creación de mí. Gracias porque tu paz es fruto en mi vida redimida. Señor, ayúdame a vivir en paz con todos en cuanto dependa de mí. Ayúdame a expresar tu paz como parte del furto del Espíritu. Ayúdanos como iglesia y pueblo tuyo a dar testimonio en nuestra vida y congregación de que tú eres el Dios de paz. Amén.
MARTES

Leer: Ezequiel 34:20-27

Meditar: ¿Cuál es el contexto general de Ezequiel 34? ¿Qué sucede en el contexto general? ¿Qué es lo que hará Dios para solucionar la situación según el v.22-24? ¿Cómo es descrito el pacto que hará Dios según el v.25? ¿Por qué crees que será un pacto de paz? ¿Cuál serán las evidencias de este pacto de paz descritas en los vv.26-31? ¿En qué pacto en la historia de la salvación crees que se cumple este pacto de paz?

Orar: Jesucristo es el Buen Pastor que apacienta a sus ovejas y cumple el pacto de paz anunciado por Dios en Ezequiel. Bendice a Dios porque su pacto de paz fue inaugurado en Jesucristo y su obra.


MIÉRCOLES

Leer: Isaías 9:6-7; Lucas 1:32-33

Meditar: ¿Cuál es el contexto de Isaías 9? ¿Qué es aquello que es nacido? ¿Qué es aquello que es dado? ¿Qué significado tienen en el contexto de Isaías 9 la señal de un niño nacido y un hijo dado? ¿Cómo es descrito este niño e hijo? ¿Qué tipo de príncipe será? ¿Cómo será su reino? ¿Cómo crees que se cumple esto en las palabras de Lucas 1:32-33?

Orar: Bendice a Jesucristo porque él es el Príncipe de Paz. Bendice a Dios porque en la encarnación y nacimiento de su Hijo él dio la señal última de que el reino de los cielos, su paz y salvación había llegado para todo pecador.


JUEVES

Leer: Romanos 8:1-5

Meditar: ¿Qué es aquello que todo justificado tiene para con Dios? ¿Qué idea te da la expresión “paz para con Dios”? ¿Por medio de quién nos es dada esa paz? ¿Qué tenemos en Jesucristo según el v2? ¿Por qué podemos gloriarnos en las tribulaciones? ¿Cuál es la razón por la cual la esperanza no avergüenza?

Orar: Bendice a Dios porque has sido reconciliado con él por medio de la fe en Jesucristo. Bendice a Dios porque ahora estás en paz con él y el contigo. Bendice a Dios porque incluso en medio de la tribulación esa paz y reconciliación es una realidad.


VIERNES

Leer: Juan 14:25-31

Meditar: ¿Cuál es el contexto mayor de las palabras de Jesús? ¿Cuál es la promesa que es dada a los discípulos? ¿Qué hará el Espíritu Santo con ellos? ¿Por qué crees que son importantes las palabras de Jesús en cuanto dejarles la paz? ¿Cuál es el evento que hacía indispensable la paz de Cristo con sus discípulos?

Orar: Da gracias a Dios por el don del Espíritu Santo. Da gracias a Dios porque su Espíritu recordó todas las palabras de Cristo a los discípulos y ahora tú puedes tenerlas escritas por inspiración en la Biblia. Da gracias a Dios porque aun y cuando Cristo ascendió al Padre su paz nos ha sido dada. 


SÁBADO

Leer: Filipenses 4:6-9

Meditar: ¿Cuál es el problema que podían tener los Filipenses según los versículos? ¿Crees que el estar ansioso es un pecado? ¿Por qué? ¿Qué es aquello que Pablo propone contra la ansiedad de la vida? ¿Dice Pablo que Dios responderá como pedimos? ¿Qué es aquello que sí garantiza que Dios dará? ¿En qué debe pensar todo creyente? ¿Dónde se encuentra resumido todo aquello en lo que el creyente debe pensar? ¿Qué es aquello que los Filipenses aprendieron y recibieron de Pablo? ¿Quién estará en esa situación con los Filipenses?

Orar: En medio de la ansiedad ora al Dios de paz sabiendo que su paz es la respuesta garantizada a tu clamor. Piensa en todo lo bueno y puro del evangelio de Cristo sabiendo que en ello el Dios de paz estará contigo.
      Guerras, pandemias, violencia, tensiones, inestabilidad política, desequilibrios sociales, cambio climático, confusiones en cómo hacer las cosas, etc. Contemplar el mundo de hoy en día es contemplar un mundo caracterizado por el caos. Si el ser humano es honesto consigo mismo, no le queda más remedio que calificar el espectáculo que puede observarse en el mundo en que se vive como un espectáculo de caos y desorden. Existe una falta de orden y un exceso de desorden. La sociedad conformada por seres humanos es una sociedad confusa, desordenada y carente de paz en ella misma y hay razón en ello. Si la sociedad, sea cual sea, está conformada por seres humanos quienes intentan organizarse de una manera ordenada y coherente, entonces el resultado último siempre será el caos y el desorden.
      El atributo de la paz de Dios significa que Dios en su ser y en todas sus acciones está separado de la confusión y el desorden y está continuamente activo en la realización de innumerables acciones perfectamente ordenadas. La paz de Dios no es un cruzarse de brazos sino que tiene que ver con el orden y control ordenado de toda actividad. Si un Dios de paz implicase cruzarse de brazos, entonces nuestro Dios sería como los dioses paganos quienes desde sus lugares altos se cruzaban de brazos mirando cómo el ser humano desenvolvía sus propios entuertos, pero nuestro Dios no es así. Ciertamente el pecado nos hizo perder la paz porque nos hizo volver al caos, nos sacó de la presencia del Dios de paz para volvernos a la confusión, volver a construir una ciudad que en lugar de caracterizarse por los ideales del Edén, se llamó Babel (confusión). Esta es la razón por la cual cuando Dios en su compasión y misericordia contempla al pecador que ama lo contempla como “fatigado y con tempestad”, literalmente “en desorden y confusión” (Isaías 54:11). ¿Y qué hace Dios ante ello? Promete un pacto de paz (Ezequiel 34: 25) , anuncia el evangelio de la paz en la persona y obra de Jesucristo. Dios trae la paz que el pecador perdió por su pecado. La redención en Cristo no es únicamente el perdón de pecados, es mucho más que esto.


      La redención es un acto de nueva creación, es la manera en cómo Dios restaura el ideal que estableció en la primera creación en una nueva creación hecha en la vida de aquellos que el Espíritu obra y Jesucristo salva. Es por esta razón que Cristo puede decir “la paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tengáis miedo” (Juan 14:27). La paz que Jesús da es “su paz” y no la da como el mundo lo hace, no únicamente porque la da por medio del sacrificio de su vida a nuestro favor, sino también porque al ser el Dios de paz y el Creador de todas las cosas es el único que de sus redimidos puede hacer una nueva creación y devolverlos al orden, paz y descanso de la creación misma. Nuestro corazón no debe turbarse porque, aun y cuando todavía no gozamos esa paz plenamente cumplida en la nueva creación, sí que la paz de Cristo es una realidad en la vida de todo redimido. Esta es la razón por la cual en medio de la ansiedad podemos acudir a Dios con la certeza que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará nuestro corazón y pensamientos en Cristo (Filipenses 4:7). Esta es la razón por la cual en medio del caos que nos toca vivir en este mundo, cuando la tribulación y la prueba se hacen presentes, podemos saber que tenemos el orden y descanso del séptimo día de creación dado y cumplido en Cristo (Mateo 11:28). Esta es la razón por la cual la paz es fruto que crece o debería crecer en todo creyente.
      La paz que procede de nuestro Dios de paz es lo que se ha llamado, un atributo comunicable. Esta paz es dada a todo creyente y, por tanto, todo creyente creado a la imagen de Cristo en justicia y santidad presenta el fruto de la paz en él. La paz es parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22), no es una virtud opcional en los que tienen el Espíritu de Cristo sino que es una virtud que por la obra del Espíritu debe crecer en ellos. Esto explica las últimas palabras de Pablo a los Corintios. Dios es Dios de paz “como en todas las iglesias de los santos”. ¿Por qué diría algo así Pablo? Las palabras de Pablo deben situarse dentro del contexto de 1ª Corintios 12-14. Había un gran problema con el uso de dones en la iglesia de Corinto, de manera especial con el uso del don de lenguas y el don de profecía en el momento de la reunión y culto de la iglesia. Cómo en el tiempo de los Jueces, cada uno hacía y decía lo que bien le parecía ¿Qué producía eso? Producía caos, desorden, confusión, en otras palabras, falta de paz en la congregación y comunión de los santos. ¿Qué podía decir esto, a todo aquel que entraba, del Dios que se estaba adorando en esa congregación? El mensaje que se daba era un mensaje totalmente contrario a lo que Dios es en sí mismo, un Dios no de confusión sino de paz ¿cómo sus hijos y su iglesia podían estar dando un mensaje contrario al Dios que los salvó? Los Corintios debían entender que sus cultos estaban dando un mensaje contrario al Dios que adoraban y esto es realidad no únicamente en Corinto sino “en todas las iglesias de los santos”. La paz de Dios no es únicamente aquello que recibimos a nivel individual sino que es también aquello que expresamos a nivel individual y congregacional. Nuestra manera ordenada de vivir, nuestra manera ordenada de adorar como congregación dará testimonio no solamente de la paz que Cristo nos ha dado sino también del Dios de paz que tenemos.