GUSTAD Y VED
LA BONDAD
“Gustad y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”
(Salmo 34:8)
     No hay mayor y mejor bondad en la vida que el gustar y ver la realidad del atributo de la bondad de Dios cualquiera que sea la circunstancia y a eso nos llaman las palabras del Salmo 34:8. David, primero lanza un llamamiento que implica el conocer que Dios es bueno. Segundo, el cumplimiento del llamamiento conlleva la realidad que todo aquel que confía en el Dios que es bondad es dichoso. El llamamiento del rey David “gustad y ved” sin duda alguna es un llamamiento enfático. David está usando dos imperativos en su instrucción “gustad” y “ved”, dos imperativos que no son usados primeramente como mandamiento sino para animar y exhortar al pueblo a que gusten y vean que Jehová es bueno. David puede hacer tal llamamiento no únicamente porque conoce la verdad teológica de que Dios es bueno sino también porque su vida es una continua demostración de la bondad de Dios sobre él. Aun y pasar circunstancias difíciles que probablemente nadie consideraría buenas, aun y caer en pecado y quizás muchos entenderían que lo último que David merecería sería bondad, aun y a pesar de todo ello, David gustó y vio que Dios fue bueno. Por tanto, es importante entender qué llevó a David a escribir estas palabras.


      El título del salmo dice: “Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue de él”. El Salmo 34 refleja el momento histórico en la vida de David cuando tuvo que huir de Saúl a la ciudad filistea de Gat (1 Samuel 21:10-15). Allí, en tierra filistea y de enemigos y sabiendo que había llegado a los oídos del rey Aquis la canción que “hirió Saúl a sus miles y David a sus diez miles”, David tuvo miedo. David tuvo gran temor de Aquis y su reacción fue hacerse el loco. Se dejó crecer la barba y escribía en las portadas de las puertas de tal manera que todo el mundo pensase que había perdido la cabeza. Gracias a esa estrategia, Aquis no quiso saber nada de David, no quiso saber nada de un demente y David pudo huir de allí a la cueva de Adulam sano y salvo (1 Samuel 22:1). ¿Quién se hubiese podido imaginar que el rey según el corazón de Dios haría algo así? ¿Quién hubiese pensado jamás que David, aquel que había escrito que Jehová era su pastor y que incluso en valles de sombra de muerte no temería mal alguno, confiaría más en su propia estrategia que en su Dios?  Probablemente aquí surge el gran dilema en cuanto a la conducta de David delante de Aquis  ¿hasta cuánto más confió David en él y en su estrategia que no en su Dios? La respuesta sin duda alguna no es fácil pero las palabras de Calvino dejan ver algo importante en cuanto a la actuación de David y a la actuación de Dios: “Dios en algunas ocasiones libera a su pueblo mientras al mismo tiempo su pueblo se equivoca en escoger medios o incluso caer en pecado adoptando esos medios, no hay nada inconsistente en ambas cosas. Mientras la liberación fue el trabajo de Dios, el pecado por el cual no hay excusa, debe ser únicamente atribuido a David”
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
Copyright 2013 Iglesia Evangélica Bautista "Piedra de Ayuda" - C/San Eusebio, 54 - 08006 Barcelona. España
Pastor Rubén Sanchez Noguero - Móvil: 610.224.965 - emali: rsanchez111@yahoo.es
Dios mío, perdona mis pecados. Perdona las veces que he pensado que tu bondad había terminado para conmigo. Dios mío, en tu gracia ayúdame a experimentar y entender tu bondad en tus actuaciones hacia mi vida para que sea lo que sea aquello que en ella has preparado pueda hallar refugio en ti y en el ejercicio de tu bondad. Amén.
MARTES

Leer: Génesis 1:1-31

Meditar: ¿Cuál es el contexto de Génesis 1? ¿Cómo puedes dividir el texto de Génesis 1? ¿En qué aspectos de la creación ves el orden establecido por Dios? ¿Cuántas menciones hay de la expresión “y vio Dios que era bueno”? ¿Cuál es la evaluación final de Dios de toda la creación? ¿Qué te hace pensar de Dios la expresión “y vio Dios que era bueno”?

Orar: Bendice a Dios porque como Creador estableció toda su creación como buena en gran manera. Bendice a Dios porque como Creador es también el Creador moral que determina lo que es bueno según su persona.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 106:1-8

Meditar: ¿Cuál es la razón por la cual alabad a Jehová? ¿Qué es aquello que el salmista pregunta en el v.2? ¿Según qué debe acordarse Dios del salmista? ¿Qué reconocimiento existe por parte del salmista? ¿Cómo es mostrada la bondad de Dios hacia su pueblo?

Orar: Reconoce tu pecado delante de Dios y alábale porque él mostró su benevolencia en su maravillosa obra de salvación en Jesucristo.


JUEVES

Leer: Lucas 18:18-27

Meditar: ¿Cómo se dirige el hombre principal a Jesús? ¿Qué le responde Jesús en relación a Dios? ¿Cómo crees que encaja lo que Jesús dice en los vv.20-22 con la verdad que Dios es bueno? ¿Dónde reside la dificultad expuesta en los vv.23-24? ¿Qué es aquello que puede cambiarlo todo según el v.27?

Orar: Bendice a Dios por ser bueno. Pídele que en su gracia te haga entender que la entrada en el reino de Dios es obra primeramente de él en tu vida pero que seguir a Cristo implica un compromiso total hacia él.


VIERNES

Leer: Santiago 1:13-17

Meditar: Cuando uno es tentado ¿qué es aquello que no debe decir? ¿Qué debe entenderse de la procedencia u origen de la tentación? ¿Qué error puede llevarnos a pensar la tentación con relación a la bondad de Dios? ¿En qué no debemos equivocarnos? ¿Por qué todo don perfecto proviene de Dios? ¿Qué garantía existe en la vida que Dios siempre actuará con bien hacia los suyos?

Orar: Pide a Dios que no te deje caer en tentación. Pide a Dios que él te haga entender que la fuente de tentación para llevarnos a pecar es nuestra naturaleza caída. Pide a Dios que incluso en esos momentos difíciles puedas ver que Dios es bueno y todo don que de él procede hacia tu vida es bueno y perfecto.


SÁBADO

Leer: Romanos 8:28-39

Meditar: ¿Qué es lo que sabemos según el v.28? ¿Quiere decir esto que todo irá bien a los que aman a Dios? Según los vv.29-30 ¿a qué ayudan a bien todas las cosas en la vida de aquellos que aman a Dios? ¿Cómo se mostró la gran bondad de Dios según los vv.32-34? ¿Qué seguridad última tenemos al final del argumento de Pablo en los vv.35-39?

Orar: Bendice a Dios porque en cualquier cosa en tu vida, Dios obrará para que el bien del propósito de la redención sea cumplido en tu vida
. Bendice a Dios porque tal obrar bondadoso de Dios asegura la salvación en la vida de los suyos
      “¡Esto no está bueno!” fueron las palabras que salieron de la boca de un comensal que probó la comida que le sirvieron en un restaurante. Para evitar el bochorno creado, su acompañante probó la comida y sus palabras fueron “sí que está mala, más mala que el pecado”. Menuda escena se montó, pero lo cierto es que la única manera de comprobar la “bondad” de esa comida era gustando y viendo. La bondad, ya sea de una comida o una persona, es algo que puede experimentarse y conocerse, es una virtud que puede experimentarse en la vida y así fue para el rey David. A pesar de sus situaciones pudo decir “gustad y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”.
      Entender el contexto histórico del Salmo 34 ayuda a situar el llamamiento de David “gustad y ved que es bueno Jehová”. En una situación de posible peligro en la vida de David, en un momento en el cual David decidió organizar su propia estrategia para salir del peligro, la bondad de Dios fue manifestada obrando la liberación de David. Quizás muchos pensarían que David no merecía algo así ¿cómo es posible que Dios fuese bondadoso con él cuando David obró en sus propias fuerzas?  ¿Cómo es posible que Dios mostrase su misericordia, gracia y paciencia con David cuándo él no pensó en encomendarse a su Dios en tal situación?
      Pero aquí es donde reside la bondad de nuestro Dios. La bondad de Dios no es la bondad del ser humano por una simple pero importantísima razón, porque Dios no es hombre y su ser es lo que define la bondad de todos sus actos. Porque Dios es bueno, entonces todo lo que él hace es bueno incluso aun y cuando pueda parecernos a nosotros lo contrario.


     Cuando se habla de la bondad de Dios se habla de que Dios es el estándar final de bondad y que, por tanto, todo lo que Dios hace es bueno y digno de toda aprobación. Cuando Dios creó los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay, Dios determinó que todo lo que había creado era “bueno en gran manera” (Génesis 1:31). Dios creó al hombre y dijo Dios: “no es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea” (Génesis 2:18). ¿Cómo podía saber Dios lo qué era bueno o no? No únicamente porque él es omnisciente sino porque él es bueno y el estándar de toda bondad. Lo que es bueno y digno de aprobación se mide por quien es Dios y no por lo que el ser humano puede pensar que es bueno o malo. Cuando el ser humano quiso ser como Dios sabiendo el bien y el mal, entonces empezaron los problemas para toda la raza humana (Génesis 3:5). El ser humano pensó que el pecado era más codiciable y bueno que no permanecer fiel a su Creador y esta es la razón por la cual el ser humano no es y nunca será confiable para determinar de manera absoluta y correcta lo que es bueno. Pero no es así con Dios.


      Si Dios es bueno en gran manera, entonces aquello que es bueno es todo aquello que es aprobado por Dios. Por tanto, todas sus actuaciones, incluso cuando estamos en situaciones difíciles o podemos equivocarnos, siempre son buenas y dignas de aprobación. Así fue con David y por ello pudo decir “gustad y ved que es bueno Jehová”. Quizás David se equivocó tomando esa estrategia, podemos llegar a opinar sobre la actuación digna de los teatros de Broadway del rey David, pero lo que no debe tener ni sombra de duda es que si Dios obró en su liberación, eso fue bueno y David, en medio de la adversidad y equivocación, pudo gustar y ver que su Dios era bueno. Las palabras de David muestran no únicamente la verdad que “es bueno Jehová” sino el gran privilegio que tenemos de poder gustarlo y verlo en nuestra vida incluso en medio de nuestras dificultades y equivocaciones. La bondad de Dios no es una verdad simplemente teológica, no es una concepto abstracto, es algo para ser gustado y visto por los suyos. Gustar la bondad de Dios en la experiencia de nuestra vida lleva como resultado el poder ver o entender que Dios es verdaderamente bueno. Podemos gustarlo y verlo en la creación, su bondad se manifiesta una y otra vez, pero podemos gustarlo y verlo en nuestra vida cuando quizás mereceríamos otra cosa.
     Hay momentos en que como David podemos actuar de maneras cuestionables y pude ser que la bondad de Dios sea lo último que podríamos esperar. Puede ser que esperemos la disciplina divina la cual es tan real como su bondad y en ocasiones es el medio para manifestar su bondad. Puede haber momentos en los que las dificultades pueden nublar la verdad que nuestro Dios es bueno y todo buen don procede de él (Santiago 1:17). Pero es en esos momentos, cuando en su voluntad a Dios le place mostrarnos su bondad y entonces podemos verdaderamente decir “bueno es Dios”. Es entonces cuando podemos ver como dentro de esa bondad se despliega la paciencia de Dios con nosotros, la gracia de Dios hacia nosotros y la misericordia de Dios para con nosotros.
       Actúe como actúe Dios para con nosotros su bondad es algo que siempre podemos gustar y ver. Cuando se entiende que Dios es bueno, se gusta y ve su bondad en cualquier circunstancia de la vida, es entonces cuando es “dichoso el hombre que confía en él”. David no está hablando únicamente de confianza sino de hallar refugio en Dios. Dicho es el ser humano que es capaz de hallar refugio en el Dios que es bueno ¿por qué? Porque sea cual sea la situación de su vida, puede hallar refugio en saber que Dios siempre actúa con bondad y nunca con maldad hacia los suyos. Si Dios nos hace pasar por valle de sombra de muerte, su bondad puede gustarse y verse en que su vara y cayado nos infunden aliento. Si Dios nos disciplina, su bondad puede gustarse y verse en su mano paterna considerándonos hijos adoptivos en Cristo. Si Dios nos libera aun y nuestros pecados, su bondad puede ser gustada y vista en su gracia y misericordia hacia nosotros y no hay mayor bondad de Dios que la que nos fue dada en la persona y obra de nuestro Señor Jesucristo.


      A pesar de nuestra rebelión y locura consciente delante del Rey y Creador supremo, Dios mostró su bondad salvándonos en Cristo Jesús. Su bondad se encarnó en Jesucristo y su gracia, paciencia y misericordia nos alcanzaron. Quizás muchos dirían que no lo merecíamos y ciertamente así es, pero si Dios aprobó la salvación de pecadores como nosotros como algo bueno y digno de aprobación según su persona ¿quién puede decir que eso no fue bueno? Dios siempre obra para el bien de aquellos que le aman (Romanos 8:28) y dicho bien se mostró de manera sublime en que nuestro Dios no escatimó ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros (Romanos 8:32). En tiempos donde la bondad de Dios pueda nublarse en nuestra vida debemos volver a gustar y ver que Dios es bueno en el glorioso evangelio de nuestro bendito Dios.