PADRE DE MISERICORDIAS
Y DIOS DE CONSOLACIÓN
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordias y Dios de toda consolación”
(2ª Corintios 1:3)
      Un mundo que desde ese momento estaría marcado por el dolor, el caos, la enfermedad, la falta de descanso real y la terrible realidad de la muerte. El mundo se transformó en un lugar en el cual, ciertamente hay alegrías por la gracia común de Dios, pero también un lugar de tribulaciones de toda clase y de toda índole. Toda tribulación es difícil y dura, pero quizás, la mayor de todas ellas es la tribulación de pasar por la muerte de alguien, en especial si es un ser querido. Ya sea que se presenta sin avisar o se presenta como la sentencia de muerte anunciada por largo tiempo por una larga enfermedad, la muerte siempre es una de las mayores tribulaciones a pasar. Por mucho que nuestro tiempo intente normalizar la muerte como algo natural, lo cierto es que no lo es.


      La muerte entró como la sentencia de juicio contra un ser humano que decidió apartarse del Dios vivo. Si la muerte fuese algo normal nadie lloraría ante ella, nadie pasaría momentos de duelo por la pérdida de un ser querido. Si la muerte fuese algo que debiese aceptarse como parte del proceso normal de esta vida, entonces, nadie sentiría una profunda tristeza y dolor frente a la separación y brecha terrible que supone separarse de un ser amado. Sin duda alguna, la rebelión contra el Creador no nos salió sin consecuencias y las tribulaciones nacieron como cardos y espinos de un mundo caído, es por ello que existe la constante intención en el ser humano de querer escapar de ellas aun sabiendo que esto es algo imposible de hacer. Ahora bien, el creyente en Cristo Jesús, todo y estar sujeto igualmente a las tribulaciones y al dolor y tristeza de las mismas, es en medio de ellas donde encuentra las misericordias y la consolación divina que no encontraría en otro lugar. Así como el ojo de un huracán es remanso de bonanza y tranquilidad en medio de la tormenta, las tribulaciones se convierten en el ojo del huracán donde todo creyente puede conocer a Dios como Padre de misericordias y Dios de toda consolación. Es en medio de las tribulaciones que Dios se revela a sus hijos e hijas como Padre misericordioso y Dios de toda consolación. El apóstol Pablo en medio de sus tribulaciones bendijo a Dios precisamente por esa revelación “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación”. La bendición de Pablo primero bendice a Dios por quien es él, en relación a Jesucristo y segundo por quien es él en relación a sus hijos.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Señor, gracias por ser el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Bendito seas por ser Padre misericordioso y Dios de toda consolación en mi vida. Dios y Padre, ayúdame en medio de las tribulaciones a conocer tu misericordia y consolación pero por encima de todo, ayúdame a conocerte a ti como Padre misericordioso y Dios de toda consolación. Amén. 
MARTES

Leer: 2ª Corintios 1:1-7

Meditar: ¿Cómo describe Pablo a Dios en el v.3? ¿Qué relación tienen la descripción de Dios en el v.3 con lo que él hace con nosotros en el v.4? ¿Cuál es el propósito de ser consolados por Dios en nuestras tribulaciones? Con el v.4 en mente ¿estás de acuerdo en aquello que se dice que sin haber pasado lo que otro ha pasado es imposible consolarlo? ¿Cuáles son las dos cosas que abundan en el v.5? ¿Cuál es la esperanza de Pablo y sus colaboradores?

Orar: Bendice a Dios por ser Padre misericordioso y Dios de toda consolación. Bendice a Dios porque él te consuela en medio de tus tribulaciones. Pide a Dios que su consuelo sea el medio por el cual puedas consolar a otros que están en tribulaciones.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 46:1-3

Meditar: ¿Qué es Dios para el creyente? ¿Cuál crees que es la idea de la expresión “pronto auxilio en las tribulaciones”? ¿Cuál es el resultado de saber que Dios es amparo, fortaleza y pronto auxilio? ¿Qué idea te dan las imágenes mostradas en los vv.2-3? ¿Qué aplicaciones puedes extraer para tu vida de los versículos leídos?

Orar: Da gracias a Dios porque él es el auxilio constante en tus tribulaciones. Pide a Dios que te ayude a confiar y aferrarte a él como tu fortaleza todo y lo grande que puedan llegar a ser las aflicciones.


JUEVES

Leer: Salmo 46:4-7

Meditar: ¿Cómo crees que encajan estos versículos con lo que el salmista ha dicho en los vv.1-3 de que Dios es amparo y pronto auxilio? ¿Cómo es descrita la ciudad de Dios? ¿Qué es aquello que da la fortaleza a la ciudad de Dios? ¿Cómo se presenta Dios con relación a los enemigos de Jerusalén? ¿Qué significa el v.7 a la luz de lo visto en los vv.4-6?

Orar: Da gracias a Dios porque él es aquel que nos guarda de nuestros enemigos. Bendice a Dios porque es su presencia en nosotros nuestra fortaleza y refugio. Da gracias a Dios porque él es nuestro Dios, es decir, el Dios de su pueblo salvado en Cristo Jesús.


VIERNES

Leer: Salmo 46:8-11

Meditar: ¿Qué llamado hace el salmista? ¿Cuáles son las maravillas descritas por el salmista? ¿Cómo crees que encaja el v.10 con las grandes obras descritas por los vv.8-9? ¿Cuál es la razón por la cual el salmista tiene la confianza que Dios es su refugio?

Orar: Bendice a Dios porque parte importante de sus obras es pelear a favor de los suyos. Pide a Dios que te dé sabiduría para saber discernir cuando debes estar quieto en confianza que Dios es tu refugio.


SÁBADO

Leer: Apocalipsis 21:1-3

Meditar: ¿Qué es aquello que Juan contempla? ¿Qué imágenes utiliza Juan para describir a la nueva creación? ¿Cuál será una de las realidades que sucederá en la nueva creación según el v.4? ¿Qué es aquello que no habrá en los nuevos cielos y tierra? ¿A qué primeras cosas crees que se refiere Juan? El apóstol es claro que la causa por la que no habrá más muerte, llanto, dolor es porque las primeras cosas pasaron ¿cómo entiendes esto? ¿Qué esperanza dan en tu vida las palabras de Juan?

Orar: Da gracias a Dios porque la nueva creación es totalmente distinta a la creación presente hundida en el pecado. Bendice a Dios porque la realidad de las consecuencias del pecado que acompaña a esta creación, ya no existirán más en la nueva creación. Pide a Dios que te ayude a afrontar las tribulaciones de este tiempo presente con la vista puesta en la esperanza de los nuevos cielos y tierra.
      La tragedia es algo que forma parte del vivir diario. Las aflicciones y tribulaciones son el pan nuestro de un mundo que hace muchos años decidió cambiar el descanso y reposo del Edén por los cardos y espinos de una creación hundida en la miseria del pecado y la rebelión contra Dios. La osadía de levantarse contra el Creador por parte de la criatura no nos salió gratis ni mucho menos. Situó al ser humano en un mundo en el cual el sufrimiento sería parte del mismo.
      Las palabras de Pablo son una bendición a Dios, de manera concreta al “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Pablo no está bendiciendo a cualquier dios, su bendición no es dada a uno cualquiera, sino que Pablo lo identifica de manera concreta. El Dios al que él bendice y que es digno de recibir toda su bendición es “el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Sin duda alguna estas palabras no son sorprendentes en el apóstol Pablo, pero sí lo son en este caso concreto.
      Por lo general, el apóstol Pablo en la mayoría de sus cartas después de la salutación y acción de gracias (vv.1-2) suele introducir un pequeño resumen de sus motivos de oración, algo que aquí no hace. El apóstol empieza bendiciendo a Dios ¿por qué haría algo así Pablo? Porque sus palabras no fueron dichas meramente con un conocimiento teológico y teórico de quien es Dios. Son palabras que fueron dicha por alguien que conoció en su vida la tribulación y la consolación.


      La bendición del apóstol Pablo está toda ella llena de referencias a tribulaciones y aflicciones “nos consuela en nuestras tribulaciones” (v.4), “cualquier tribulación” (v.4), “abundan en nosotros las aflicciones” (v.5), “pero si somos atribulados” (v.6), “el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos” (v.6). El apóstol Pablo no quería que los Corintios ignorasen que tanto él como sus colaboradores habían estado bajo tribulación, incluso bajo la sentencia misma de muerte (vv.8-11). Ahora bien, en medio de todas estas tribulaciones la consolación de Dios siempre estuvo presente. Siempre que los términos “tribulación” o “aflicciones” aparecen en los vv.3-7 los términos “consolar” y “consolación” están igualmente presentes. En las tribulaciones la consolación de Dios también estaba allí, tan real y tan activa como las tribulaciones mismas. Por esta causa Pablo bendice al “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Pablo no habla como alguien que está sentado detrás de un escritorio. El apóstol habla como alguien que sabía en propia carne lo que eran las tribulaciones, pero también lo que era la consolación constante de su Dios en medio de ellas. Este es el conocimiento y la actitud que Pablo quería que los Corintios tuviesen para afrontar sus tribulaciones y lo serán también para nosotros. Debemos saber que en medio de la tribulación siempre estará presente la consolación de nuestro Dios. En medio de la tribulación y aflicción Dios no olvida a los suyos sino que su consuelo está ahí. Las aflicciones no son señal de abandono divino sino lugar donde el consuelo de Dios es bálsamo constante. No puedo decir que Dios librará de la tribulación, pero sí puedo decir que en medio de ella su consuelo estará presente. Por ello, todo y lo difícil que pueda ser, todo y la presencia de lágrimas en nuestros ojos, la bendición siempre tiene que estar en nuestros labios. Pero, ¿qué garantía puede haber que ese consuelo estará presente?  


      Resulta importante ver que Dios es “Dios y Padre” de “nuestro Señor Jesucristo”, la identificación está en relación con el hecho que nuestro Señor es Jesucristo, él es el Señor de todo creyente. Por tanto, todo creyente en Jesucristo, por su unión vital con aquel que es su Señor, todo lo que Dios es para Jesucristo también lo es para todo creyente. Dios es Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, y por tanto, también es Dios y Padre para nosotros y lo es de una manera muy concreta en la tribulación, es “Padre misericordioso y Dios de toda consolación”. Ahora el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo es descrito o definido como “Padre de misericordias y Dios de toda consolación”. Pablo está diciendo que Dios en su relación de Padre con los suyo es “Padre de misericordias” o mejor “Padre misericordioso”. La misericordia es un atributo esencial en el ser de Dios (Éxodo 34:6) y en su relación con sus hijos e hijas siempre expresa misericordia hacia ellos. Su bondad es puesta y expresada en la miseria que muchas veces podemos vivir en medio de las tribulaciones.
      Expresó esa misericordia en la mayor miseria que había en nuestra vida, la lepra del pecado. Allí su bondad se mostró en medio de nuestra miseria y su perdón y salvación nos alcanzó en Cristo Jesús. Si Dios lo hizo con la mayor miseria que podía haber en nosotros ¿no lo hará en medio de nuestras tribulaciones ahora que él es nuestro Padre misericordioso? Lo hará porque el ser misericordioso es atributo vital en su ser y con aquellos adoptados como sus hijos e hijas en Jesucristo, su acción de Padre será misericordiosa hacia ellos. Además, Pablo lo define como “Dios de toda consolación”.
      Quizás alguien podría pensar “hay tribulaciones y aflicciones bien difíciles en esta vida, aflicciones para las cuales no hay consolación alguna”, pero esto no es así. Pablo dice que Dios es “Dios de toda consolación” y aquí la palabra clave es “toda”. Dios no es Dios de alguna consolación, lo es de toda consolación, es decir, toda la consolación posible cae en las manos de nuestro Dios. Cualquiera que sea la tribulación o aflicción Dios no fallará en dar el consuelo necesario en medio de esa tribulación ¿por qué? Porque en sus manos recae todo tipo de consolación para todo tipo de aflicción posible en la vida. ¿Es la enfermedad lo que aflige tu vida? Dios es Dios de TODA consolación. ¿Es la muerte de alguien lo que aflige tu vida? Dios es Dios de TODA consolación. ¿Es la necesidad la tribulación que golpea tu vida? Dios es Dios de TODA consolación y él consuela con misericordia a los suyos en medio de ellas.