DEL NORTE Y DEL SUR
“Diré al norte: Da acá; y al sur:
No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra,
y todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”
(Isaías 43:6-7)
      No hay rumbo que la salvación de Dios no tome y orientación que no alcance y así lo afirmó Dios en las palabras del profeta Isaías. Las palabras de Dios en Isaías nos muestran primeramente, el alcance de la salvación “diré al norte; da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos a mis hijos y mis hijas de los confines de la tierra”. Segundo, la identidad de los salvados “todos los llamados de mi nombre” y tercero el propósito de los salvados “para gloria mía los he creado, los formé y los hice”.


      Las palabras del profeta Isaías forman parte de un párrafo concreto en Isaías 43. De manera específica Isaías 43:1-7 anuncia la gran salvación que Dios traerá para su pueblo. Israel podía estar seguro y tener la certeza que Dios obraría salvación a su favor. La razón de ello es porqué dos verdades fundamentales se encuentran en el ser de Dios. Primero, todos estos versículos están encerrados dentro de la realidad que Dios es Creador, v.1 “ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel” y de la misma manera el final del v.7 vuelva a dar imágenes de Dios como Creador “los he creado, los formé, los hice”. Si hay una verdad innegociable - como cualquier otra en el ser de Dios - es que él es el Creador. Dios formó los cielos y la tierra y de la misma manera creó a su pueblo redimido. La verdad básica y vital que Dios es Creador es indispensable para que el Creador sea al mismo tiempo el Redentor. Después de decirle a Israel que él es su Creador y Formador, Dios le dice v.1 “No temas, porque yo te redimí; te puse por nombre, mío eres tú” y nuevamente en el v.3 “porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador”.  La manera en cómo Dios creó a Israel fue mediante la redención de Egipto y el poder desplegado en ese gran éxodo fue el mismo poder desplegado en la creación. El poder del Creador que sirvió para crearlo todo, se desplegó y aplicó para redimir y crear a su pueblo.


      Sin duda alguna, estos dos grandes actos de Dios, creación y salvación, es lo que hacen a Dios el único Dios vivo y verdadero. Los ídolos del mundo creados por el ser humano nada de esto pueden hacer. No hay ídolo de piedra o de manera, no hay ídolo de ideas o filosofías que puedan salvar o hacer nuevo al ser humano. Los ídolos creados por el mundo, ya sean imágenes forjadas con sus manos o ideas, filosofías y convicciones políticas forjadas por sus mentes y razón, no son más que hechos a imagen de un ser humano caído que no puede ni salvarse ni cambiarse a sí mismo.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Dios mío, gracias por tu salvación en Jesucristo. Gracias porque no dejaste y no dejarás lugar sin alcanzar en el cual un llamado de tu nombre se encuentre. Dios mío, no dejes que el mandato a salvación pase de largo sino manda que los confines de la tierra traigan tus hijos a ti. Gracias porque me encontraste, gracias porque me llamaste, gracias porque para tu gloria me creaste en tu Hijo Jesucristo quien fue glorificado para darte gloria, aquel que oró que yo participará de su gloria eterna. Amén.  
MARTES

Leer: Isaías 43:1-7

Meditar: ¿Qué términos se usan para describir a Dios? ¿Qué dos ideas básicas aparecen de Dios en estos versículos? ¿Qué imágenes del éxodo ves en estos versículos? ¿Cómo crees que se relacionan las imágenes del éxodo con la salvación del exilio? ¿Cómo es la salvación expuesta en los vv.6-7? ¿Cuál es la descripción de aquellos que son salvos? ¿Qué aplicación crees que puede tener el texto para tu vida?

Orar: Bendice a Dios por ser Creador y Salvador. Da gracias a Dios porque su salvación alcanza a todos los lugares de la tierra y no dejará a ninguno de los suyos sin salvación. Bendice a Dios por haber sido creado y salvado para su gloria.


MIÉRCOLES

Leer: Isaías 45:18-22

Meditar: ¿Qué dos descripciones básicas de Dios aparecen en estos versículos? ¿En qué versículos ves a Dios como Creado y qué indicadores da el texto de dicha verdad? ¿En qué versículos ves a Dios como Salvador y qué indicadores da el texto de dicha verdad? ¿Qué implica que Dios sea Creador y Salvador según el texto? ¿Qué diferencia crees que hay entre Dios y los ídolos según el texto?

Orar: Bendice a Dios porque por ser Creador y Salvador es el único Dios. Bendice a Dios porque el ser Creador y Salvador lo hace el único Dios vivo y verdadero.


JUEVES

Leer: Juan 12:20-32

Meditar: ¿Quién se acerca para conocer a Jesús en los vv.20-22? ¿Cómo responde Jesús a esta realidad? ¿Cuál es el aspecto central de la obra de Cristo descrito en los vv.23-28? ¿Por qué crees que la visita de los griegos despertó tal respuesta en Jesús? ¿Cómo crees que se relaciona el v.32 con la visita de los griegos y la hora de que Cristo fuese glorificado?

Orar: Da gracias a Dios porque su salvación es sin distinción de raza, pueblo o nación. Bendice a Dios porque la glorificación de Jesús obra para nuestra salvación.


VIERNES

Leer: Colosenses 1:3-8

Meditar: ¿Cuáles son los motivos de acción de gracias del apóstol? ¿Qué relación crees que existe entre la fe en el Señor Jesús y el amor a todos los santos? ¿Qué una y la otras son indispensables en un cristiano? ¿Cuál es la causa de la fe y amor de los cristianos según el v.5? ¿Dónde han escuchado de tal esperanza? ¿Dónde ha dado fruto el evangelio?

Orar: Da gracias a Dios por la fe en Cristo y el amor a todos los santos. Da gracias por la gran esperanza que tenemos y hemos escuchando en el evangelio. Bendice a Dios porque el evangelio que lleva esta esperanza ha dado fruto en ti y lo hace en todo el mundo. 


SÁBADO

Leer: 1ª Tesalonicenses 1:2-5

Meditar: ¿Cuáles son los motivos de gratitud del apóstol? ¿Qué es aquello que Pablo conoce de esos creyentes? ¿Qué evidencia da Pablo para conocer la elección de ellos? ¿Cómo llegó el evangelio a esos creyentes? ¿Crees que su conversión es evidencia de su elección? ¿Qué aplicación puedes encontrar para tu vida en ello?

Orar: Que el evangelio llegase a ti en poder y en el Espíritu es evidencia de que fuiste escogido desde antes de la fundación del mundo. Bendice a Dios porque su llamado en tu vida responde a su elección soberana y misericordiosa hacia ti.
      La rosa de los vientos es un símbolo característico y altamente conocido en el mundo de la navegación. Consiste en un círculo donde hay marcados los 32 rumbos en que se suele dividir la circunferencia del horizonte. Las cuatro orientaciones más conocidas son, norte, sur, este y oeste. Cuando se observa la rosa de los vientos podría decirse que la totalidad de los confines de la tierra está contenida en esa pequeña rosa, todo rumbo pasa por ella. De norte a sur y de este a oeste los brazos de la rosa alcanzan los términos de nuestro planeta tierra. Al igual que la rosa de los vientos, la salvación de Dios alcanza de norte a sur y del oriente al occidente.
El único Creador es al mismo tiempo el único Salvador y el texto de Isaías muestra que el Creador nuevamente será el Salvador de su pueblo. Imágenes de la salvación que Dios obró en el éxodo aparecen en el texto v.2 “cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegará”, v.3 “porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti”. Dichas imágenes muestran que Dios volverá a mover su brazo fuerte cómo lo hizo en Egipto para volver a salvar a su pueblo. Ahora bien, esta vez la salvación no será de Egipto y faraón, sino que será del exilio en el cual se encontraba el pueblo de Israel.
      El juicio del exilio había caído sobre el pueblo debido a su pecado, pero el juicio del exilio no sería la última palabra de Dios. El Creador y Salvador obraría un nuevo éxodo, un nuevo acto de salvación para salvar a su pueblo del exilio. Aquí es donde resuena el eco de las palabras del v.6 “diré al norte; Da acá, y al sur; No detengas, trae de lejos a mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra”. Nunca fue la intención de Dios el crear un pueblo para que estuviese lejos de él. La redención implica relación y para ello Dios dará tres órdenes claras “da”, “no detengas” y “trae”. La palabra de Dios será un mandato de redención, un mandato a la totalidad de la tierra. Dios manda a dos punto geográficos opuestos indicando así la totalidad “diré al norte […] y al sur” que retornen a sus hijos e hijas. En definitiva Dios manda a los “confines de la tierra” que devuelvan a su pueblo. Es sorprendente, Israel había sido llevado al exilio primeramente por Asiria y después por Babilonia, por tanto, no estaban implicados los confines de la tierra, no era necesario mandar a los confines de la tierra que devolviesen a los hijos e hijas que le pertenecían a Dios. ¿Por qué tal alcance de la salvación? La única respuesta es porqué la salvación que Dios anuncia y manda no será una salvación limitada a un lugar o a un pueblo en concreto. Todos los confines de la tierra tendrá hijos e hijas de Dios que serán devueltos a su Dios de un exilio mucho más profundo y grave. Llegará el día cuando esa orden de Dios al norte y al sur y a la totalidad de la tierra resonará con fuerza y la tierra no se detendrá en entregarle a Dios aquellos que le pertenecen.


      Las palabras de Isaías muestran como el alcance final de la salvación de Dios, no será un alcance limitado a un único pueblo o a una única región sobre la faz de la tierra. Gracias a Dios por ese mandato a toda la creación ya que de no haber sido así, quizás nunca hubiésemos tenido la oportunidad de ser llamados y devueltos a Dios. Si Dios hubiese cerrado ciertas fronteras de la creación, quizás muchos nos hubiésemos quedado fuera. Quizás ciertos lugares no importarían o ciertos pueblos no tendrían el valor suficiente para ser considerados. Nuestro mundo actúa así pero no la salvación de nuestro Dios. Desde la creación misma, su reino debía alcanzar la plenitud de la creación y por ello, la salvación alcanza a los confines de la tierra. Son los términos de la tierra aquellos que son llamados a mirar al Creador y Salvador y ser salvos. Ahora bien, si el alcance de la salvación son los confines de la tierra, la identidad de los salvados sí que es bien específica y limitada.
      El norte y el sur entregará a “mis hijos y mis hijas” ¿quiénes son estos? Ni más ni menos que “todos los llamados de mi nombre”.  Ciertamente la salvación alcanzará los confines de la tierra, pero alcanzará a “todos los llamados de mi nombre”. El llamado salvador de Dios recorrerá la creación de norte a sur, de oriente a occidente. Sondeará los confines de la tierra sin dejarse monte o valle, río u océano, bosque o desierto, ciudad o pueblo por mirar. Será en esa vuelta al mundo de la salvación que Dios entonces llamará de manera específica y eficaz a “todos los llamados de mi nombre”. En cada lugar y rincón de esta tierra donde haya un llamado del nombre de Dios, allí la salvación será obrada de manera eficaz y poderosa, ahí la tierra no se detendrá en cumplir el mandato de Dios y entregar lo que le pertenece a Dios. A menudo muchos se han preguntado lo que pasará con aquel pequeño indígena en medio del Amazonas a quien nadie ha podido llegar. Honestamente no sé qué pasará pero tal y como dice Isaías, Dios llamará a “todos los llamados de mi nombre” y si en medio del Amazonas hay uno de ellos, el mandato de Dios se abrirá camino como un machete entre la espesa vegetación para llegar a él o a ella y decirle a ese lugar: “trae de lejos a mi hijo, trae de lejos a mi hija”. ¿Dónde está la confianza de qué esto será así? En el propósito de los salvados “para gloria mía los he creado, los formé y los hice”.


      ¿Por qué Dios haría volver a su pueblo pecador del exilio? Porque para el propósito de su gloria habían sido creados, formados y hechos. Esta es la razón principal. Ciertamente la salvación obraba para la protección de Israel.
      Las aguas no los anegarían por la simple pero sublime razón de la presencia de Dios con ellos (v.2) pero la salvación obraría primeramente para la gloria de Dios. Israel fue creado, formado y hecho para la gloria de Dios y no habría nada mayor que cumpliese ese propósito que Dios salvase a su pueblo amado pero pecador. Lo que Dios anunció en Isaías nunca llegó a cumplirse con el regreso del exilio de Babilonia, ¿entonces? ¿Dónde vemos su cumplimiento? Es en el glorioso evangelio de nuestro Señor Jesucristo. El mandato de Dios a los confines de la tierra de entregar a todos sus hijos e hijas es dado en el evangelio de Cristo Jesús. Cristo mismo fue el que dijo “y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32). Es la cruz de Cristo el lugar donde el mandato de Dios resuena al norte y al sur, al oriente y al occidente. Es del evangelio del cual brota ese llamado eficaz a los confines de la tierra a todos los llamados de mi nombre. Toda tribu, toda raza, toda lengua, toda nación es sondeada por el evangelio y el llamado de atraer a sus hijos e hijas es mandado. Así fue, es y será con todo creyente en Jesucristo.


      Recuerda que si acudiste a Cristo es únicamente porque Dios ordenó que allí donde estuvieses fueses entregado a él. Fue su gracia la que te llamó y te llevó a él cuando escuchaste el evangelio de tu salvación. ¿Recuerdas cómo se creó en ti un deseo y capacidad de acudir a Cristo, algo que antes no tenías? ¿Recuerdas como era como sí la misma tierra no se detuviese y te entregase al Dios que te llamaba? ¿Recuerdas como acudías a él porque eso es lo que ahora querías? Eso fue Dios diciendo: “Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, y todos los llamados de mi nombre”. ¿Por qué hizo eso Dios? “para gloria mía los he creado, los formé y los hice” porque aún y sin saberlo, en la misericordia de Dios fuiste creado para su gloria y Dios no dejará que tal sublime y supremo propósito no se cumpla. Si Cristo y el evangelio ejercen en tu vida un llamado como nunca antes los habías escuchado, no endurezcas tu corazón porque puede ser el mandato de Dios diciendo “no tengas, trae de lejos a mi hijo y a mi hija”.