CRISIS, PROVIDENCIA
Y SALVACIÓN
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien,
para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo”
(Génesis 50:20)

      En muchas ocasiones periodos de crisis suelen ser tiempos en los que la salvación de Dios es dada de manera abundante. Momentos de crisis pueden ser tiempos en los que las fuentes de la gracia de Dios son abiertas en gran manera y la salvación que únicamente es dada por Dios alcanza por su gracia a mucho pueblo. La historia de la iglesia es un testimonio que atestigua que la crisis suele ser en muchas ocasiones el aventador que aviva la salvación de mucho pueblo y el crecimiento de la iglesia. Por muchos es conocida la frase acuñada por uno de los padres de la iglesia, Tertuliano “la sangre de los mártires es la semilla de nuevos cristianos”. En tiempos de persecución, dificultades y crisis, la providencia divina se mueve de manera misteriosa extendiendo la salvación de Dios, edificando a su iglesia y haciendo crecer su reino de manera casi imperceptible, como esa semilla de mostaza que crece hasta convertirse en un árbol dónde las naciones encuentran abrigo en él. Génesis 50:20 es un texto que tradicionalmente ha sido usado para hablar de la doctrina de la providencia de Dios. Dios en el ejercicio de su soberanía preserva, controla y gobierna la creación y todos los eventos de la historia para el cumplimiento de sus propósitos y planes. El final de la historia de José sin duda alguna deja ver el maravilloso ejercicio de la providencia divina “vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, mantener en vida a mucho pueblo”. Dios encaminó todos los eventos dados en ese momento de la historia para el cumplimiento de sus propósitos. Ahora bien, Génesis 50:20 es un texto que nos deja ver cómo en tiempos de crisis Dios en su providencia puede, si así es su voluntad, obrar la salvación de mucho pueblo. Crisis, providencia y salvación son tres aspectos que aparecen entrelazados en el texto de Génesis 50:20.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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“Del mismo modo que la providencia de Dios alcanza en general a todas las criaturas, así también de un modo más especial cuida de su Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de la misma”. Sea Dios en su gracia aquel que nos ayude a ver cómo él lo encamina todo para bien, para mantener así a mucho pueblo con vida.
MARTES

Leer: Salmo 105:1-25

Meditar: ¿Por qué debe alabarse a Jehová? ¿Qué es aquello que debe darse a conocer? ¿Cómo describe las maravillas de Dios en el v.8? ¿Qué maravilla son descritas en los diversos versículos? ¿Es la historia de José parte de la historia de la salvación de Dios? ¿Dónde ves que la historia de José encaja en la historia de las maravillas de Dios?

Orar: Alaba a Dios por sus maravillas, en especial por su fidelidad al pacto la cual es mostrada en su historia de la salvación cumplida en Cristo Jesús.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 105:26-45

Meditar: ¿Qué eventos describe el salmista en los vv.26-43? ¿Puedes identificar diversos eventos que se dieron durante el éxodo? ¿Qué eventos se describe en los vv.44-5? ¿Por qué crees que la historia de la salvación en este salmo está encerrada dentro del llamado de alabar a Dios?

Orar: La historia de la salvación es motivo de alabanza en el pueblo de Dios. Alaba a Dios por la gran y maravillosa historia de salvación.


JUEVES

Leer: Hechos 2:22-37

Meditar: ¿En qué contexto y momento histórico se sitúan las palabras de Pedro? ¿Cómo Dios aprobó a Cristo? ¿Qué responsabilidad tuvo el pueblo en la muerte de Cristo? ¿Dónde puede verse el contexto del obrar de la providencia de Dios? ¿Dónde puede verse que Dios gobernó la historia para la venida, muerte y resurrección de Cristo? ¿Cómo toda esta historia acaba obrando la salvación?

Orar: Da gracias a Dios porque la obra redentora de Cristo se dio conforme al plan de Dios y no a la voluntad humana.


VIERNES

Leer: Hechos 7:1-1-60

Meditar: ¿Qué sucede en Hechos 7? ¿Qué es aquello que Esteban explica a lo largo de Hechos 7? ¿Cómo definirías lo explicado en Hechos 7? ¿Cómo termina toda la historia explicada por Esteban? ¿Qué contempló Esteban antes de ser apedreado?

Orar: Pide a Dios que él te ayude a considerar su gran historia de la salvación. Pide a Dios que él te muestre como cada evento de la historia contribuye la gran plan redentor que Dios ha obrado en Cristo.


SÁBADO

Leer: Efesios 1:3-14

Meditar: ¿Cuáles crees que son las bendiciones descritas en el v.3? ¿Qué persona de la Trinidad realiza las acciones principales? ¿Cuál es el misterio que el Padre ha dado a conocer? ¿Cómo crees que encaja el misterio descrito en los vv.9-10 con el ejercicio de la providencia divina? ¿Cuá les el fin del misterio de Dios?

Orar: Bendice a Dios por las bendiciones de la salvación que él nos ha dado en Cristo. Bendice a Dios porque en su soberanía mediante el ejercicio de su providencia Dios lo lleva todo a unión y cumplimiento en Cristo. Pide a Dios que él te haga entender como todo evento de la historia se mueve hacia la unión de todas las cosas en Cristo Jesús. 
      El texto de Génesis 50:20 no es únicamente el final del libro de Génesis sino que también es, al mismo tiempo, el final de la historia de José y aquello que nos marca el propósito de la misma. Debido a ello, es importante que el final sea entendido a la luz de toda la historia de José. Génesis 50:20 nos lleva al momento cuando José se da a conocer a sus hermanos. El hermano que había sido rechazado por los suyos, que había sido vendido y que había sido dado por muerto en intención, en acción y en pensamiento ahora se descubre delante de ellos como aquel que está a cargo de la primera potencia mundial de aquel tiempo. La autoridad de hacer lo mismo que ellos le habían hecho a él estaba en las manos de José. Una simple orden y sus hermanos serían borrados de la historia en un abrir y cerrar de ojos. José reconoce que sus hermanos habían actuado premeditada y conscientemente buscando su mal “vosotros pensasteis mal contra mí”. En ningún momento José quita la responsabilidad de sus hermanos. Había una responsabilidad clara de los actos que sus hermanos cometieron contra José. Aun y el marco general de la providencia divina encaminándolo todo para el propósito último de Dios, los hermanos fueron responsables de sus acciones. Sin duda alguna el ser humano es responsable de aquello que hace. Muchos buscan excusas y calmar sus conciencias en relación a sus pecados aferrándose a que si Dios lo tiene todo controlado entonces nadie es responsable de sus actos. Ciertamente no es así y uno es responsable de sus propios actos y pecados. Ahora bien, el mal que pensaron los hermanos contra José no fue más que la punta del iceberg de una crisis mucho mayor.


      Desde el rechazo inicial por parte de sus hermanos, tiempos de crisis vinieron en la vida de José y posteriormente de toda la nación. José fue tentado, acusado falsamente, encarcelado y finalmente exaltado a la diestra de Faraón ¿para qué? Para que la nación pudiese afrontar siete años de abundancia para poder estar preparados para siete años de vacas flacas que mermarían y dañarían gravemente la salud, no únicamente de Egipto, sino también de la mayoría de naciones del mundo conocido. ¿Quién hubiese imaginado que una crisis de siete años de vacas flacas azotaría la tierra? ¿Quién de nosotros nos hubiésemos podido imaginar que una crisis producida por un pequeño virus azotaría la humanidad entera? ¿Quién hubiese pensado que más de la mitad del mundo se encontraría confinado en sus casas viendo cómo su estilo de vida es puesto en cuarentena?
      Egipto y las naciones vivían tranquilas y confiadas en ellas mismas hasta que la crisis llegó y afectó la vida de muchos de ellos. La autocomplacencia es algo que se instala de manera rápida en nuestras vidas y en la vida de las naciones. En lo profundo de nuestro ser sabemos que tarde o temprano algún mal llegará pero nuestra autocomplacencia y autoconfianza son en ocasiones mucho mayores que nuestro sentido común. Es suficiente con un poco de bienestar en nuestra vida para pensarnos que nunca jamás ese bienestar será quitado. Pero si hay algo que demostraron esas siete vacas flacas en Egipto y las naciones, es lo mismo que la crisis del COVID-19 demuestra en nuestro presente. La crisis es algo que no podemos controlar y que sí o sí azotará nuestra vida y la vida de las naciones de este mundo. Demuestra que los pilares de seguridad de nuestra vida y de nuestra sociedad son más delgados de lo que podíamos pensarnos. Ahora bien, una crisis como esta puede hacer que nos enfoquemos en un único árbol y perdamos de vista todo el bosque. Podemos contemplar el único árbol que está ahora en frente de nosotros y perder de vista el gran bosque de la providencia de nuestro Dios.
      Las vacas flacas y las espigas menudas y marchitas fueron precedidas por siete vacas gruesas y siete espigas hermosas. Siete años de abundancia precederían a los siete años de escasez. En esos siete años de abundancia se tenía la responsabilidad de preparase, pero Génesis 50:20 muestra como todo fue encaminado por Dios a bien “vosotros pensasteis mal contra mí, pero Dios lo encaminó a bien”. Podría interpretarse la actuación de los hermanos de José como algo terrible y triste y ciertamente lo fue. Podría interpretarse toda la crisis sufrida en Egipto y las naciones como algo trágico y ciertamente lo fue. Pero hay algo mayor que contemplar y esto es la providencia de nuestro Dios. Dos maneras de obrar distintas aparecen en el texto “vosotros pensasteis mal contra mí, pero Dios lo encaminó a bien”. Aun y cuando “pensasteis” y “encaminó” son dos términos distintos, en el original son el mismo término. “Vosotros tuvisteis la intención de hacer mal contra mí pero Dios tuvo la intención de encaminarlo a bien”. Dos intenciones distintas, dos caminos distintos, ambos siguieron su transcurso pero uno quedaba supeditado al otro y únicamente la intención de Dios es aquella que finalmente acabó llevándose a cabo. Las intenciones del corazón de los hermanos de José y en último término toda la historia de José en Egipto, incluido el tiempo de abundancia y de crisis, fue encaminado por Dios para bien. Toda la historia de José nos permite ver la acción de la providencia divina gobernando todo para el cumplimiento de su plan.
      Aun y cuando no seamos siempre capaces de ver el camino que la providencia de Dios toma, ciertamente la implicación de la soberanía de Dios en la vida de todo individuo y del transcurso de la historia es una realidad. La providencia de Dios estuvo activa en la responsabilidad y acciones de los hermanos de José así también como en los años de crisis de Egipto y las naciones. Sin lugar a dudas, la providencia divina sigue activa en la responsabilidad de nuestras acciones y en el tiempo de crisis que podamos vivir. La providencia de Dios dispone momentos de tinieblas y momentos de luz y tal y como dijo Oliver Cromwell “¿Quién ama andar en la oscuridad? Pero en ocasiones así lo dispone la providencia de Dios”.
Si Dios en su providencia a permitido tiempos de crisis en nuestra nación y ayuno congregacional en medio de su pueblo ¿Quién de nosotros ama andar en un tiempo así? Nadie, pero en ocasiones la providencia de Dios así dispone las cosas. ¿Es para que desesperemos frente a ello? ¡Absolutamente no! Contemplar los eventos de nuestra vida y de nuestra historia bajo la providencia de Dios es contemplarlos sujetos a la mano de Dios que alimenta a las aves de los cielos que no siembran, ni siegan, ni recogen. Es descansar en el Dios que viste a los lirios mejor que se visten los reyes. Es entender que la oscuridad en nuestra vida o nación que pueda estar dispuesta providencialmente funciona para que el plan de Dios se cumpla. ¿Has considerado en este tiempo lo que la providencia divina puede estar haciendo? ¿Has considerado cómo el tiempo presente funciona en el plan de Dios? ¿Entiendes que en medio de la crisis Dios no ha dejado de obrar su plan? ¿Qué es aquello que debería llevarnos a contemplar nuestra situación? Debería llevarnos a contemplar la salvación de Dios.


      Ciertamente Dios siendo soberano es soberano en todo y de manera especial en el obrar de su salvación. Al final la historia de José es una historia de salvación, Dios encaminó todo a bien “para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucho pueblo”. La providencia de Dios obró para salvación tanto de Egipto, las naciones pero por encima de todo para los hermanos de José que serían el génesis del futuro pueblo de Dios. Y la providencia de Dios no paró para llevar así la historia de salvación en José a su cumplimiento último en la salvación obrada en Cristo Jesús. La historia de José aparece encajada en el Salmo 105:16-22 como parte de la historia mayor de salvación obrada por Dios y que acabará cumpliéndose en Cristo. Jesucristo que vino a los suyos y los suyos no le recibieron sino que le rechazaron y entregaron a la muerte misma. Fue crucificado por manos rebeldes a Dios pero todo dado bajo el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios. La providencia de Dios siguió trabajando para que Jesucristo crucificado fuese levantado y salvar así a un pueblo para su gloria. ¿Qué debería llevarnos a considerar este tiempo de crisis? Debería llevarnos a meditar en el plan redentor de Dios en Cristo y su soberanía en la salvación. Debería llevarnos a clamar que las naciones mirasen al único que tiene la salvación en sus manos. Debería llevarnos a orar que muchos de los escogidos que Dios tiene entre las naciones lleguen a entender lo que José dijo “mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, mantener en vida a mucho pueblo”. Debería llevarnos a entender lo que Cromwell llegó a entender “que la soberanía de Dios en la salvación se convierte en el lugar de descanso del pecador, no únicamente en la conversión sino para el resto de su vida”. Debería llevarnos a meditar en lo siguiente: