BENDITO EL QUE VIENE
“Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora. Bendito el que viene en el nombre de Jehová. Desde la casa de Jehová os bendecimos”
(Salmo 118:25-26)
      El Salmo 118 es un salmo que todo él es un llamado a la alabanza a Dios por su bondad y por su eterna misericordia (vv. 1, 29) “alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia”. El salmo empieza y acaba exhortando a que Dios sea alabado por su bondad. La bondad de Dios es un atributo del ser de Dios. Nuestro Dios es bueno y bueno en gran manera. Desde la creación misma la declaración de la bondad de Dios fue un constante estribillo que todo el acto de la creación cantaba y entonaba “y vio Dios que era bueno” y “vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31). Ningún mal puede proceder de nuestro Dios. Aun y cuando las circunstancias puedan indicar lo contrario. Aun y cuando las situaciones que puedan afectar la vida personal de uno o la vida de su iglesia, de nuestro Dios no puede proceder mal alguno porque él es bondad absoluta en sí mismo. Además, el salmo llama a alabar a Dios porque su misericordia es eterna.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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En tiempos de dificultad y angustia contempla la victoria de Jesucristo tu Rey y Señor. Los triunfos de la cruz y resurrección son la seguridad para tu esperanza en este mundo y el triunfo para tu eternidad. Que las puestas que se abrieron en Jerusalén para dejar entrar al Rey de gloria sirvan para que tu vida entone “Oh yo siempre amaré esa cruz, en sus triunfos mi gloria será”. 
MARTES

Leer: Salmo 118:1-4

Meditar: ¿Cuál crees que es el pensamiento principal del salmo marcado por los vv.1, 29? ¿Qué término se repite varias veces en los vv.1-4? ¿Qué grupos son llamados a alabar a Dios por su misericordia? ¿Qué te da a entender que esos grupos distintos sean llamado a alabar a Dios?

Orar: Alaba a Dios por su misericordia eterna. Bendice a Dios porque su amor fiel y leal es para siempre para con su pueblo. Alaba a Dios sabiendo que es algo que todo el pueblo de Dios debe realizar.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 118:5-18

Meditar: ¿Cuál es la situación descrita por estos versículos? ¿En qué situación el salmista invoca el nombre de Jehová? ¿Cuál es la situación de Dios con relación al salmista? ¿Cómo es descrita la victoria del rey en estos versículos? ¿Qué reacción lleva el hecho que Dios de la victoria a su rey sobre las naciones?

Orar: Bendice a Dios porque la victoria sobre las naciones él la entregó a Jesucristo. Alaba a Dios porque él es en tu vida y en la vida de la iglesia fortaleza, canto salvación.


JUEVES

Leer: Salmo 118:19-22; Hechos 4:8-11; 1ª Pedro 2:7

Meditar: ¿Qué imagen aparece en estos versículos? ¿Quién es en el salmo aquel que pide que se abran las puestas de justicia? ¿Qué referencia a Cristo ves en estos versículos? ¿Cómo crees que lo dicho en el Salmo 118:19-22 se cumple en la persona de Jesucristo?

Orar: Da gracias a Dios porque Jesucristo es la piedra preciosa que Dios colocó sobre la nueva Jerusalén. Cristo es el Rey victorioso y la piedra fundamental sobre la cual Dios edifica a su pueblo. Bendice a Dios por ello


VIERNES

Leer: Salmo 118:23-29; Lucas 19:37-38

Meditar: ¿Cuál es el clamor de Israel una vez han entrado dentro de la ciudad de Dios en el salmo? ¿Qué imágenes de gozo aparecen en estos versículos? ¿Por qué crees que habiendo visto la victoria que Dios dio a su rey, Israel sigue clamando por salvación? ¿Cómo entiendes esta sección del salmo a la luz de Lucas 19:37-38?

Orar: Considera a Cristo como el Rey de reyes que en el nombre de Dios trae la victoria de salvación para su pueblo. Bendice a Dios por ello y ora que desde la casa de Dios, la iglesia de Cristo la bendición de la salvación alcance a los escogidos de Dios.


SÁBADO

Leer: Lucas 19:28-39

Meditar: ¿Qué sucede en estos versículos? ¿Cómo es mostrada la autoridad de Jesús en los vv.30-34? ¿Qué dos reacciones distintas vemos en los vv.37-39? ¿Qué te hace pensar y aplicar las dos reacciones distintas frente a la entrada triunfal de Jesús?

Orar: Bendice a Cristo como los discípulos lo hicieron. Pide a Dios que nunca pueda darse la actitud de los fariseos en tu vida evitando que aquellos que reconocen a Jesucristo como rey así lo hagan.
       Su amor de pacto hacia los suyos es un amor que siempre es y nunca deja de ser. Sin duda alguna todo puede parecer que se derrumba a nuestro alrededor. Todo puede parecer que no tienen fundamento alguno pero el salmo muestra que hay dos cosas que nunca cambiarán, son estables y firmes para que la confianza del pueblo de Dios pueda sostenerse y levantarse en alabanza;  la bondad de nuestro Dios y su eterno amor hacia los suyos. Todo el Salmo 118 es una declaración y exposición de la bondad y misericordia eterna de Dios, una bondad y misericordia que son vistas de manera preciosa en la salvación traída por Dios.
      Aun y cuando la mayoría afirma que el Salmo 118 fue escrito por David, lo cierto es que no hay acuerdo total en quién fue su autor y las circunstancias concretas que llevaron a la escritura del salmo. Ahora bien, cuando se toma atención a todo el salmo, lo que sí nos permite ver es que, sin duda alguna, es un cántico de alabanza por la salvación obrada por Dios y por la victoria obrada a favor de su pueblo. Una salvación que es la expresión de la bondad y misericordia de Dios. El salmo llama a dar gracias a Dios en compañía del pueblo por la misericordia de Dios (vv.1-4). Dios en su misericordia ha intervenido en medio de la batalla. En medio de la batalla y de la angustia del rey, Dios respondió. En medio de la angustia Dios estuvo con su rey y aun y cuando las naciones le rodearon, Dios dio la victoria a su rey sobre las naciones por lo cual el cántico fue “mi fortaleza y mi cántico es Jehová, y él me ha sido por salvación” (vv.5-18). Después de esto, el salmo describe el desfile del rey victorioso a Jerusalén y al templo (vv.19-22). Es precisamente cuando el rey victorioso por la salvación obrada por Dios entra a Jerusalén y al templo que el ruego y bendición del pueblo celebran la salvación de Dios “Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora. Bendito el que viene en el nombre de Jehová. Desde la casa de Jehová os bendecimos”.


      El ruego de todo el pueblo es el ruego por la salvación de Dios. Todo el pueblo en alabanza a Dios ruega que Dios obre su salvación a favor del pueblo que le alaba y celebra “Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar”. El pueblo canta con voz unánime que Dios les salve. La victoria que Dios llevó a cabo en medio de las naciones a favor de su rey y su pueblo, ahora el pueblo clama delante de su Dios Salvador que esa salvación siga adelante. El pueblo ruega que Dios sea su Salvador y que la salvación que él empezó no termine sino que llegue a su fin. Es una imagen y anhelo glorioso el que nos muestra el salmo. El pueblo de Dios ha visto la salvación y la victoria de Dios obrada a favor de su rey y ahora, como aquellos que son llevados en una procesión victoriosa a la ciudad del gran Rey pueden rogar que Dios finalmente establezca su salvación y su reino final de victoria. El ruego de “oh Jehová, sálvanos, ahora te ruego; te ruego oh Jehová, que nos hagas prosperar” no es simplemente un ruego para otro acto salvador de Dios. Es el ruego de alabanza del pueblo para la salvación final, para el establecimiento de la victoria final del reino de su Dios. Haber contemplado y experimentado la salvación de Dios y su victoria fue la base para que el pueblo clamase por la salvación final del reino de Dios.


      No hay duda alguna que los actos salvadores de Dios a favor nuestro como pueblo de Dios pueden ser para nosotros el fundamento sobre el cual podamos clamar a Dios por el cumplimiento final de su salvación y el establecimiento último de su reino. ¿Cuántas veces Dios ha obrado salvación en medio de nuestras vidas? ¿Cuántas veces Dios ha sido fortaleza y salvación para su iglesia? ¿Cuántas veces podemos decir que “mi fortaleza y cántico es Jehová y él me ha sido por salvación”? No podemos perder de vista que la realidad y la experiencia en nuestra vida de los actos redentores de Dios a nuestro favor y la victoria del reino de salvación, son base para nosotros para que roguemos que Dios lleve a cabo la victoria final de su reino de salvación. El ruego para la salvación final tiene sentido en el mundo en que vivimos. Las dificultades, las crisis, los problemas, entre otros muchos enemigos, siguen haciendo que roguemos por esa salvación última, por ese reino final de nuestro Dios. El mundo sigue siendo un mundo lleno de espinos y cardos donde el reino de Dios sigue creciendo, pero lo hace de manera imperceptible a nuestros ojos, como esa levadura que leuda toda la masa. Israel había visto la salvación y victoria de su rey pero seguían viviendo en un mundo donde los enemigos les rodearían por ello clamaban en medio de la victoria de salvación “oh Jehová, sálvanos”. Es precisamente este ruego que lleva a la bendición de aquel que viene en el nombre de Jehová.
      La imagen del Salmo muestra a Israel siguiendo a su rey victorioso que había experimentado la salvación de Jehová entrando por las puertas de Jerusalén y ante esta realidad clamaban por la salvación y la victoria última del reino de Dios. Pero Israel clama bendiciendo al que viene en el nombre de Jehová, es decir, a su rey victorioso. Israel había contemplado y experimentado la salvación y victoria del reino de una manera muy especial. Habían visto como Dios había dado salvación y victoria a su rey quien ahora entraba triunfante y victorioso a Jerusalén. El rey venía en “el nombre de Jehová” es decir, con la autoridad de Dios para poder llevar a cabo esa salvación por la que Israel rogaba y alababa a su Dios.

      Si su rey había vencido, si su rey era portador de la salvación y reino de Dios entonces Israel podía clamar por salvación con toda seguridad. Podía bendecir a su rey victorioso y podía extender dicha bendición desde la casa misma de Dios “desde la casa de Jehová os bendecimos”. La bendición de salvación y reino era extendida desde la casa misma de Dios. La victoria del rey era la victoria de su pueblo. La salvación del rey era la salvación de su pueblo. Sin lugar a dudas, para nosotros la iglesia de Cristo, nuestro ruego y bendición por salvación toma relevancia última cuando escuchamos la voz del salmo cumplida en la voz del Mesías.


      La bendición del Salmo 118:26 fue usada por los discípulos de Cristo cuando este entró triunfante por las puertas de Jerusalén “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor, paz en el cielo, y gloria en las alturas” (Lucas 19:38). Con todo el trasfondo del Salmo 118 detrás, el ruego de salvación y la bendición del rey salvador se encuentran en Jesucristo el último y definitivo rey que entra triunfante por las puertas de la ciudad de Dios. Ahora bien, es importante considerar todo el trasfondo del Salmo 118 en la aclamación de los discípulos. En el Salmo 118 Israel había experimentado la salvación y victoria de Jehová a favor de su rey, por eso podían rogar por salvación y bendecir al rey pero ¿dónde está la victoria de Jesucristo? ¿Dónde está la victoria de salvación sobre la cual su pueblo puede clamar “oh Jehová, sálvanos”? Jesucristo había vencido en su ministerio sobre la enfermedad, los demonios, la naturaleza por medio de sus milagros. Todo ello eran muestras de la irrupción y victoria del reino de Dios en el Rey de reyes pero, no es en base a esos milagros sobre los que se basa la seguridad de salvación del pueblo. Cuando el Salmo 118:26 fue entonado en la entrada triunfal, todo el contexto del salmo fue aplicado a Cristo demostrando una cosa, que Jesucristo era el victorioso Rey salvador y la cruz sería el medio por el cual Dios daría victoria a su Rey sobre toda nación. Por tanto, el Salmo 118 fue el anuncio que daba la certera victoria de salvación que sería obrada por Cristo en la cruz. La entrada triunfante a Jerusalén no fue más que las puertas abiertas al triunfo de la cruz. El triunfo de la salvación y el reino de Dios.


      El Salmo 118 bajo la dirección del Espíritu no fue más que, en palabras de Calvino: “la figura por medio del reino terrenal para describir el reino eterno y espiritual del Hijo de Dios”.  La alabanza de esos discípulos cuando Jesucristo entró triunfante no fue más que el anuncio de los triunfos de la cruz, los triunfos de la salvación y el reino del Hijo de Dios. Es en el glorioso, salvador y victorioso sacrificio de Cristo que nosotros la iglesia de Jesucristo contemplamos la victoria de nuestro Rey. Es en base a esa victoria y salvación del reino de Dios inaugurada por la sangre del nuevo pacto y sellada por la resurrección victoriosa de Jesucristo que nosotros podemos saber y rogar con certeza “oh Jehová, sálvanos”.
      Dicho ruego no es un dudar de la salvación de Dios sino todo lo contrario. Es haber visto y aceptado que nuestro Rey cruzó victorioso las puertas de la ciudad de Dios. Es saber que su victoria nos lleva a nosotros, por su gracia en procesión victoriosa de salvación a la ciudad celestial y, por tanto, en medio de un mundo difícil, de temores, incertezas, angustias, ansias y dificultades nos lleva a poder saber con toda certeza que ese ruego de salvación que un día hicimos por su gracia delante de la cruz, será llevado a cumplimiento último en el reino victorioso de nuestro Salvador, Rey y Señor Jesucristo.