LA VOZ DEL COVID-19
“Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días;
mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones”
(Éxodo 10:23)
      Durante el año 1866 una epidemia de cólera afectó a Inglaterra siendo Londres el epicentro que sufrió de manera mayoritaria los efectos de esa plaga que golpeó a Europa en el siglo XIX. Los números de infectados y el índice de mortalidad eran evidencia palpable de la rápida extensión de dicha plaga en esa gran ciudad. El cólera se convirtió sin duda alguna en el tema principal que copaba toda la vida de la sociedad y también fue el tema de muchos púlpitos y mensajes de predicadores. La epidemia de cólera que sufrió esa ciudad quedó por escrito en la memoria de muchas iglesias a través de los sermones que sus pastores predicaron.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Sirvan las palabras de Spurgeon como meditación:
“Es un tiempo que debería ser hecho un tiempo especial de oración para que la nación mirase al Señor para su sanación”. Oremos como pueblo de Dios que muchos hallen salvación en Cristo en este tiempo. Oremos que Dios ponga su mano de misericordia sobre nosotros. Oremos que Dios guarde a su pueblo, pero oremos sabiendo que en Cristo Dios mantiene la luz en nuestras habitaciones en la eternidad. No dejes pasar este tiempo sin mirar a Cristo, sin arrepentimiento de pecados, sin contemplar la luz que Cristo trae en medio de las tinieblas.
MARTES

Leer: Salmo 121: 1-8

Meditar: ¿Dónde alza el salmista sus ojos? ¿Por qué los alza? ¿Dónde se encuentra el socorro del salmista? ¿Por qué Dios puede ser su socorro? ¿Cuál es la palabra que más se repite en el salmo con relación a la acción de Jehová? ¿Crees que el salmo está siendo absoluto en cuanto a que jamás sufriremos daño como creyentes?

Orar: Claramente el salmista estaba en una situación de dificultad por eso alza sus ojos para encontrar socorro. Pide a Dios que en cualquier situación puedas elevar tus ojos a él sabiendo que en esa situación difícil él nunca te dejará ni fallará en su cuidado hacia ti.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 91:1-16

Meditar: ¿Cuál crees que es el tema central del salmo? ¿Qué evidencias muestra Dios de su cuidado hacia el salmista? ¿Cuál es la razón, según el v.9, de la protección divina? ¿Cómo crees que deben interpretarse las afirmaciones del salmo sabiendo que es lenguaje poético?

Orar: Da gracias a Dios porque él verdaderamente es aquel que protege a sus hijos. Pide a Dios que en su gracia de ayude a ponerle a él como tu esperanza en todo tiempo.


JUEVES

Leer: Salmo 46:1-11

Meditar: ¿qué es Dios para el salmista? ¿Cuál es el resultado que se muestra en la vida del salmista a raíz de que Dios es su amparo? ¿Dónde se ve la autoridad de Dios en el salmo? ¿Qué llamados hace el salmo?

Orar: Da gracias a Dios por su poder y autoridad. Da gracias a Dios porque su poder y autoridad son usados para ser amparo y fortaleza de los suyos. Haced nada y estar quieto no es lo mismo así que pide a Dios que te ayude a estar quieto cuando no pueda hacerse otra cosa y conocer que Dios es el Señor.


VIERNES

Leer: Juan 9:1-39

Meditar: ¿Qué visión tenían los discípulos de la enfermedad? ¿Qué visión tenía Jesús de la enfermedad? ¿Cuál es el milagro que se produce? ¿Qué dos reacciones vemos en los fariseos y en el ciego frente a la misma verdad? ¿Cuál es la obra de Dios finalmente que debía obrarse según los vv.35-39?

Orar: Pide a Dios que la enfermedad y la situación que vivimos con el COVID-19 pueda resultar en la obra de Dios, es decir, llevando a muchos a creer en Jesucristo como el Hijo de Dios.


SÁBADO

Leer: Santiago 4:14-15

Meditar: ¿Crees que el texto nos enfrenta con la realidad de la enfermedad en el creyente? ¿Qué te hace pensar la realidad de la enfermedad en el creyente frente a afirmaciones que si tenemos fe estaremos ajenos a ello? ¿Cómo consideras Dios ha establecido a los ancianos/pastores de la iglesia para esas situaciones difíciles en la vida de los santos? ¿Qué papel juega la oración? ¿Cómo se relaciona el pecado con la enfermedad en estos versículos?

Orar: Da gracias a Dios porque aun y en la enfermedad la iglesia y su gobierno juega un papel importante para el enfermo. Pide a Dios que la oración sea algo que usemos frente a la enfermedad sabiendo siempre que estamos sujetos a la soberanía de Dios y a su voluntad de actuación. Pide por aquellos hermanos enfermos en medio de tu congregación.
      Entre ellos, y por supuesto no podía ser una excepción, se encuentra el príncipe de los predicadores, Charles H. Spurgeon. El gran predicador inglés no fue ajeno a la situación que Europa, y de manera concreta Londres, estaba viviendo debido a la epidemia de esa terrible enfermedad que se extendía a través de la ciudad infectando y matando a grandes porcentajes de la población. Frente a esa situación, el 12 de Agosto de 1866 Spurgeon predicó un sermón titulado “La voz del Cólera” (título adaptado para este devocional) basado en Amós 3:3-6.
      Aun y cuando el mensaje de Spurgeon se centraba en lo que el cólera podía comunicar en cuanto al juicio de Dios sobre el pecado de las naciones (de ahí el título del mensaje “la voz del cólera”), algunas palabras del mensaje de Spurgeon claramente muestran que la historia se repite, ya que algunas de ellas podrían perfectamente aplicarse a lo que en nuestro presente estamos viviendo con el COVID-19. En la introducción de su mensaje Spurgeon comentó: “Todos nosotros nos sentimos entristecidos cuando, leyendo la tasa de mortalidad entre nosotros, observamos el misterioso avance del cólera en nuestra gran ciudad […] Me parece a mí que esta enfermedad y la extensión de la misma está en gran parte en nuestras manos. Ciertamente si todo el mundo tuviese un escrupuloso cuidado en la limpieza, en el cuidado de proveer para los pobres, si las aglomeraciones de gente fuesen prevenidas, si el suministro de agua fuese mayor y otras medidas sanitarias fuesen implementadas, la enfermedad lo más probablemente no ocurriría. O, si nos visitase ocasionalmente como resultado de la suciedad de los países, lo haría de una manera muy mitigada.
      Doy las gracias que hay muchos con inteligencia y mucha información científica que pueden hablar bien sobre este tema y espero, que nunca paren de hablar hasta que todos aprendamos que las leyes de limpieza y salud nos atan de la misma manera que las leyes de la moralidad”. No hay duda alguna que, salvando la distancia de siglos, muchas de las palabras dichas por Spurgeon podrían aplicarse a la situación que estamos viviendo con el COVID-19.
      La historia nos muestra que las plagas sobre la humanidad es algo que se remonta al tiempo de la caída del ser humano en Génesis 3. El pecado trajo enfermedad, dolor, sufrimiento y muerte, ya fuese por la corrupción de una creación hundida en pecado o ya fuese como instrumentos de juicio del Dios santos sobre naciones que solamente pensaban en hacerse un nombre para ellas mismas. Ahora bien, si hay un momento en la historia bíblica donde las plagas tienen un papel central, ese momento es el éxodo. Una de esas plagas fue la plaga de las tinieblas y es a través de ella que podemos ver oscuridad y luz para la situación que en la soberanía de Dios nos ha tocado vivir como creyentes y como sociedad. ¿Cuál es la voz del COVID-19? “Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días, mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones” (Éxodo 10:23).  La plaga de las tinieblas fue una de las plagas del juicio de Dios sobre Egipto y particularmente sobre Faraón. ¿Quiere decirse con esto que el COVID-19 es el juicio de Dios sobre este mundo? Ciertamente no me atrevo a decir esto aunque sin duda alguna Dios nos ha demostrado ampliamente a lo largo de la historia bíblica que tiene sus maneras de sacudir el orgullo de las naciones que se olvidan de él y confían en su propia justicia. Ahora bien, sí que hay algo que puede aprenderse de la oscuridad de esa plaga.


      Las plagas que Dios trajo sobre Egipto no fueron caprichos divinos. Dios no actuó sobre Egipto como sus ídolos paganos y caprichosos que eran capaces de mandar plagas sin razón de ser. Sin duda alguna las plagas sobre Egipto tuvieron un elemento de juicio sobre Egipto pero también tuvieron la intención de dar a conocer que Dios es Señor, es decir, buscaron aportar el conocimiento a Farón que ni él ni todo su panteón de ídolos valían para nada. Cuando Moisés se presentó delante de Faraón llevando el mensaje de redención para Israel, Faraón preguntó “¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel” (Éxodo 5:2). Las plagas entre otras cosas buscaban la des-deificación tanto de Faraón como de las divinidades egipcias y el mostrar que Dios es el único Dios vivo y verdadero. La plaga de las tinieblas buscaba esto “Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días”. Egipto fue puesto en cuarentena por tres días, nadie pudo moverse en ese tiempo mientras la oscuridad se cernía sobre esta tierra. ¿Qué voz lanzaba esa plaga? ¿Qué clamor debería escucharse? Uno de los grandes dioses de Egipto había sido vencido. Ra, el dios sol ya no brillaba más para Egipto, su luz se había apagado, su calor ya no calentaba. Juntamente con él, el dios del cielo Hathor se había oscurecido y había caído de su trono frente a Dios. ¿Qué debía escuchar Faraón? ¿Qué debía escuchar Egipto? Debían escuchar que Dios es Dios y, ciertamente es la misma voz que debe escucharse en nuestro tiempo.

      Circunstancias como las que estamos viviendo demuestran que somos como neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Demuestran que todos nuestros ídolos, incluidos nosotros mismos, somos limitados y nuestra supuesta soberanía y fortaleza cae como un castillo de naipes frente a un microscópico virus. Toda nuestra grandeza política, económica y mundial se desmorona frente a algo diminuto. Tal situación debería ser, sin duda alguna, un llamado para que en la vida de muchos quedase respondida la pregunta de Faraón ¿quién es Jehová para que yo oiga su voz? Deberíamos como pueblo de Dios hacer de este tiempo un tiempo especial de oración para que el conocimiento de nuestro Dios llegase a la vida de aquellos que todavía andan en tinieblas eternas por no conocer a Cristo. No dejes que esta situación así pase en tu vida y en nuestro mundo sin que puedas volver tu vida al conocimiento del Dios verdadero. Pero no todo son tinieblas sino que también hubo luz en medio de esa plaga “mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones”.
      Todo Egipto sumido en tinieblas pero una pequeña región, la región de Gosén tenía luz. Las habitaciones y las vidas de los hijos de Israel no estaban marcadas por la plaga de las tinieblas sino por la luz. La protección divina estuvo sobre su pueblo y en medio de las tinieblas la luz permaneció con su pueblo. ¿Quiere decir esto que ninguna plaga o enfermedad afectará a los hijos de Dios? Ciertamente no es así. Tanto las Escrituras como la experiencia misma nos muestra que como creyentes no estamos ajenos a sufrir las pruebas, tribulaciones y enfermedades de este mundo (Santiago 4:14). Dios, cómo así lo hizo en Egipto, puede salvaguardar a su pueblo de la enfermedad y no debemos perder nunca la realidad de la protección divina en nuestras vidas. El Dios que mantuvo la luz en las habitaciones de Israel mientras las tinieblas se cernían sobre Egipto, es el mismo Dios que es capaz de salvaguardarnos en el presente. Es el mismo Dios a quien podemos alzar nuestros ojos y preguntarnos “¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra” (Salmo 124:1-2). Ahora bien, hay algo más profundo y glorioso que pensar en la protección en este mundo y esto es pensar en la salvación para la eternidad.
      Si las plagas tuvieron una función de conocimiento y juicio para Egipto, tuvieron una función redentora para Israel. Todas estas plagas eran la manera como Dios obraba la redención de su pueblo y todas ellas llevaron a la última plaga bajo la cual Israel tampoco estaba exento de ella. Para Israel supuso llegar a la sangre misma del cordero pascual y ser redimidos de la esclavitud de Egipto y del juicio mismo de la ira de Dios y la muerte. En este mundo no estamos exentos de enfermedad y sufrimiento. Dios en su soberanía puede guardarnos o no hacerlo, pero como creyentes sí tenemos algo seguro, que la plaga del pecado y la muerte eterna fue tratada con la sangre del Cordero de Dios, Jesucristo. Frente a las tinieblas de la eternidad, como creyentes tenemos luz en nuestras habitaciones eternas porque la Luz vino a este mundo. Si hay una plaga mayor a la cual mirar, es la plaga del pecado pero como hijos e hijas de Dios lavados por la sangre de Cristo podemos mirar a ella sabiendo que nuestro Redentor ha hecho que aún y cuando en este mundo algunos no vean, nosotros por la gracia de Dios sí tengamos luz en nuestras habitaciones celestiales.