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GEMIDOS EN MEDIO DE LA DEBILIDAD
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no los sabemos, pero el Espíritu mismo intercede con gemidos indecibles”
(Romanos 8:26)

      “Cuarto de Guerra” (War Room) es el título de una película cristiana cuyo tema es la oración. Intentando no hacer ningún spoiler, la película se centra no solamente en el poder de la oración sino también en la realidad que la oración, en muchas ocasiones, es dada en medio de un contexto de dificultad y de lucha. Basándose en las palabras de Jesús en Mateo 6:6 “mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto…” la película muestra cómo los protagonistas buscan sus propios “aposentos secretos” donde poder orar, aposentos que se convierten en “cuartos de guerra” donde lidiar batallas espirituales a través del don de la oración. Lo cierto es que, la idea de “cuarto de guerra” para la oración no es algo nuevo.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
Único mobiliario de la habitación de oración del Pastor John Wesley
      John Wesley en su casa de Londres se hizo construir una pequeña habitación donde poder pasar tiempo en oración. Wesley tenía claro que esa pequeña habitación era el lugar del cual emanaba el poder que sustentaba su ministerio. Sin duda alguna, la oración es un don precioso y valioso que en muchas ocasiones es ejercido en medio de grandes dificultades y batallas que lo que ponen de manifiesto es la debilidad a la cual están sometidas nuestras vidas. El apóstol Pablo tenía claro que el don de la oración muchas veces es ejercido dentro de un contexto de debilidad que lo que genera es una incapacidad de saber qué pedir y cómo pedirlo “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no los sabemos, pero el Espíritu mismo intercede con gemidos indecibles” (Romanos 8:26.) ¿Qué hacer en esos momentos en los cuales la realidad de la debilidad en la que vivimos es un freno para nuestras oraciones? ¿Qué hacer cuando no sabemos qué y cómo pedir debido a la situación por la que estamos pasando? ¿Qué hacer cuando las palabras no salen de nuestros labios y somos incapaces de expresar aquello que queremos delante del trono de gracia? Pablo nos muestra dos cosas que son de ánimo en nuestra vida de oración.  
      Primero, el Espíritu Santo es quien nos ayuda en medio de nuestra debilidad y segundo, el Espíritu Santo es quien intercede por nosotros con gemidos indecibles.


      De todas las dificultades que pueden levantarse como un muro infranqueable para la oración, este muro son las aflicciones que podemos vivir en el tiempo presente. Es en este contexto de las aflicciones del tiempo presente que la oración es vista como un medio de gracia no usado solamente por el creyente sino por el mismo Espíritu. El apóstol Pablo en Romanos 8:26 determina “y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene no lo sabemos”. Aún y cuando la palabra “oración” no es dicha en este versículo, no cabe duda alguna que el apóstol tiene en mente el pedir por medio de la oración. La afirmación de Pablo no es dicha en un vacío sino en un contexto muy determinado. Romanos 8 y en especial los versículos 18-39, podría decirse que es una sección donde todo gime. La creación gime como con dolores de parto (Romanos 8:22), el creyente gime esperando la adopción final (Romanos 8:23) y el Espíritu Santo de igual manera gime con gemidos indecibles (Romanos 8:26). La razón de este gemir es debido a las aflicciones presentes que como cristianos sufrimos en este mundo. Aún y cuando el creyente es hijo de Dios (Romanos 8:9, 15-16), las aflicciones de un mundo caído son una realidad, ahora bien, dichas aflicciones son vistas a la luz de la gloria venidera, a la luz de la nueva creación, a la luz de la redención final que espera a todo hijo de Dios, como un telescopio que permite ver de manera cercana las estrellas en la lejanía del universo, así Pablo considera las aflicciones del creyente contempladas a la luz cercana de la gloria eterna “pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18). Ahora bien, quizás la pregunta pueda ser, en medio de este camino desde la aflicción del tiempo presenta hasta la gloria que ha de manifestarse ¿qué es aquello que Dios nos ha dado para sustentarnos en el camino? Es precisamente en este contexto, mientras esperamos esto que no vemos y lo aguardamos con paciencia mientras las aflicciones del mundo azotan, Pablo nos dice que “de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene no lo sabemos”. Pablo sitúa la oración como un elemento central que Dios ha dado a sus hijo y existe una parte positiva y una negativa.


      La parte positiva reside que de igual manera que esperamos el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, es decir, tenemos la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas, ahora bien, ¿en qué debilidad nos ayuda el Espíritu? Aquí es cuando viene la parte negativa, la Biblia responde a nuestra pregunta. La debilidad a la que se refiere el apóstol es debido a la causa qué hemos de pedir como conviene en esos momentos cuando las aflicciones azotan nuestras vidas no lo sabemos. Es curioso y un tanto sorprendente que aquellos momentos de debilidad que requerirían de oraciones más focalizadas en pedir como es necesario, pueden convertirse en los momentos en los que no sabemos cómo pedir, cómo el calor en el desierto distorsiona la percepción mostrando espejismos a aquellos que lo sufren, las aflicciones pueden distorsionar nuestras peticiones ¿qué debemos pedir exactamente cuando la aflicción en sus formas diversas se presenta en nosotros o en nuestros seres queridos? ¿Qué es aquello que más conviene pedir? La debilidad producida por las aflicciones que podemos vivir produce muchas veces incapacidad de saber qué pedir. En muchas ocasiones todas estas aflicciones hacen que nuestras peticiones sean más buscar nuestra voluntad y no la de Dios o simplemente somos incapaces de pronunciar palabra ¿qué ayuda tenemos en estos momentos? Tenemos la ayuda divina de nuestro Consolador. El Espíritu Santo nos ayuda en esos momentos. Aquel que intercede conforme a la voluntad de Dios, intercede también por los santos que en su debilidad no saben qué pedir (Romanos 8:26-27). Debe notarse como es el Espíritu Santo quien salvaguarda nuestra imposibilidad de saber cómo pedir en nuestras debilidades. Cuando nuestras peticiones debido a nuestra debilidad son un sin sentir delante del trono, ahí está el Espíritu quien nos ayuda en nuestra debilidad ¿cómo? Él es quien “intercede por nosotros con gemidos indecibles”. El Espíritu intercede en nuestro lugar con gemidos indecibles, es un misterio esta obra maravillosa del Espíritu.
      No hay reproche alguno por parte del apóstol cuando las debilidades nos ofuscan y no sabemos cómo pedir, Pablo se hace partícipe de esta realidad, es algo que sucede en nuestras vidas, ahora bien, lo maravilloso es que en nuestras oraciones muchas veces desenfocadas de la voluntad de Dios debido a las aflicciones, el Espíritu es quien intercede en nuestro lugar delante del trono. Pablo no aboga por dejar de orar y que sea el Espíritu el que gima por nosotros sino más bien de manera misteriosa a través de nuestras oraciones en momentos de debilidad el Espíritu es quien nos ayuda intercediendo con gemidos indecibles en nuestro lugar. Nosotros podemos gemir por la aflicción de este tiempo presente sin saber bien, bien qué pedir, pero hay uno que gime delante de Dios para moldear nuestras oraciones no según nuestra voluntad sino según la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos. ¿Por qué es esto tan importante? Romanos 8 muestra la realidad del presente y la realidad de la gloria venidera. Dios ha determinado que aquellos que él amó desde antes de la fundación del mundo, salvó, justificó y glorificó todas las cosas ayuden a bien para que sean hechos finalmente conforma a la imagen de su Hijo. Resulta difícil considerar esto en medio de la debilidad y la aflicción pero cada cosa que en la providencia de Dios se presenta en nuestra vida, puede ser usada por Dios para que ayude a bien y seamos formados conforme a la imagen de Cristo Jesús. ¿Has pedido alguna vez por algo así en medio de tu debilidad? Si esto no es así, piensa que hay uno que sí lo hace y en medio de la debilidad, a través de tus oraciones gime delante de Dios “yo conozco lo profundo de tu voluntad, yo conozco tus cosas ¡Oh! Intercedo delante de ti porque tu hijo o hija no sabe qué pedir como conviene en medio de esas aflicciones, en medio de su debilidad, ¡Oh Dios! Intercedo para que todo obre para bien en su vida, esto es, que todo obre para que tu gloriosa voluntad sea dada, para que sea hecho conforme a la imagen de tu Hijo. Amén”.
MARTES

Leer: Mateo 6:5-8

Meditar: ¿Dentro de que contexto se encuentran las instrucciones de Jesús para la oración? ¿Cuál es el contraste que aparece entre los vv.5-6? ¿Cuál crees que es el énfasis o intención de dicho contraste? ¿Qué importancia crees que tiene lo dicho por Jesús “tu Padre te recompensará en público cuando lo comparas con el v.5?

Orar: La oración es primeramente comunión con tu Padre celestial. La oración no debe buscar la aprobación o recompensa de los demás sino la comunión e intimidad con Dios. Pide a Dios que tus oraciones tengan el objetivo de centrarse primeramente en Dios y no en los hombres. Pide a Dios que tu oración tanto privada como pública sean siempre el reflejo de tu comunión personal con tu Padre celestial.


MIÉRCOLES

Leer: Mateo 5:9-15

Meditar: ¿Cómo sitúa Mateo la oración de Jesús dentro del contexto general? ¿Crees que esta oración es dada para recitarla una y otra vez? Si fuese así ¿en qué problema podría caerse según el v.7? ¿En qué partes puedes dividir la oración de Jesús? ¿Cuál sería el contenido de cada una de estas partes?

Orar: Medita en el contenido de cada una de las partes en las que ha dividido la oración. Pide a Dios que tus oraciones puedan presentar de la misma manera estas partes y contenido. Puedes organizar tu rutina de oración en base a las partes y contenido que has considerado en Mateo 5:9-15.


JUEVES

Leer: Lucas 11:1-13

Meditar: ¿Cuál es la intención por la que Lucas cita la oración de Jesús según el v.1? ¿Cuál crees que es la función de la parábola explicada en los vv.5-9? ¿Cuál es el punto principal de la parábola explicada por Jesús? ¿Cuál es la aplicación de la parábola según los vv.9-13? ¿Crees que se está diciendo que uno pida y se le dará todo aquello que pide? ¿Qué es lo mayor que pude darse según el v.13? ¿Qué sentid te da este último versículos de lo explicado por Jesús?

Orar: La oración nunca es importuna delante de Dios. Nuestras peticiones siempre deben estar sometidas a saber que la voluntad de Dios y lo que él nos da es mayor y mejor a lo que podemos pedir. Da gracias a Dios porque la oración nunca está fuera de horas delante de él y pide que te ayuda a entender que tus oraciones deben siempre estar sujetas a su voluntad.


VIERNES

Leer: Lucas 18:1-8

Meditar: ¿Cuál es el propósito de la parábola de la viuda y el juez? Lee Lucas 17:20-37 y responde ¿cuál es el tema o contexto general de esos versículos? Cómo crees que encaja la parábola dentro de ese contexto? ¿Crees que el juez representa a Dios? ¿Por qué? ¿Qué es aquello que buscaba la viuda delante del juez? Si un juez injusto pudo hacer justicia con la viuda ¿Qué crees que hará Dios al fin de los tiempos con sus santos? Mientras ese día llega y según la parábola ¿qué es aquello que nos permite estar firmes y mostrar que creemos que Cristo regresará y hará justicia?

Orar: El permanecer en oración en especial en situaciones injustas es sustento hasta que Cristo llegue para hacer justicia y es evidencia de que creemos que Cristo volverá para hacer justicia. Pide a Dios que te de la gracia y fortaleza para sustentarte en oración hasta que el regrese para hacer justicia y vindicar a sus santos.


SÁBADO

Leer: Romanos 8:18-29

Meditar: ¿Cuál es la comparación que Pablo muestra a lo largo del estos versículos? ¿Cuál es la situación presente y cuál es la esperanza futura que tenemos? ¿Cuál es el objetivo final de nuestra salvación según el v.29? ¿Cómo crees que los vv.26-26-28 encajan en este propósito final?

Orar: Da gracias a Dios porque el Espíritu Santo es tu ayuda en la oración en momentos de debilidad. Da gracias por su intercesión delante de Dios. Da gracias porque su intercesión garantiza que todas las cosas que se dan en tu vida ayuden a bien al objetivo final que Dios ha establecido en tu salvación, ser hecho conforme a la imagen de su Hijo Jesucristo.
La oración es un medio de gracia que Dios nos ha dado para nuestra santificación. La oración es comunión con el Trino Dios. Aun y cuando la debilidad pueda hacer acto de presencia en tu vida, no dejes de entrar en tu aposento secreto. Ora, ora sin cesar sabiendo que en tu debilidad es el Espíritu quien te ayuda intercediendo por ti con gemidos indecibles delante del trono de gracia.