PAZ PARA CON DIOS
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”
(Romanos 5:1)
      Que tranquilizadora tiene que ser la declaración de “no culpable” por parte de un juez sobre alguien que está siendo juzgado. Probablemente no hay mayor declaración que uno, acusado de un delito, puede esperar escuchar. Sentado en el banquillo de los acusados y frente al juez, el juzgado espera que las últimas palabras del juez sean una declaración de que su culpa no le es contada y que su situación delante del estrado del juez ha cambiado de culpable a no culpable. Que descanso tiene que suponer el saber que el acusado está en paz con el juez. El juez ya no lo mira como alguien que ha cometido un crimen, el juez ya no está en enemistad con el que antes era acusado, ahora el fruto que caracteriza a la relación entre el juez y el declarado no culpable es el fruto mismo de la paz. Obviamente, uno espera que algo así suceda en un juicio en el que un inocente está siendo juzgado. Uno espera que la justicia actúe rectamente y declare no culpable a aquel que es bueno o justo pero declare culpable y condenado a aquel que verdaderamente cometió el delito ¿quién podría esperar que algo distinto sucediese? ¿Quién podría esperar que aquel que es verdaderamente culpable acabase siendo declarado justo y en paz con el juez? ¿Quién podría esperar algo así? Posiblemente pocos esperarían o desearían que algo así sucediese, en palabras del apóstol Pablo “ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno” (Romanos 5:7), pero ¿quién osaría morir por uno que es verdaderamente culpable? ¿Quién osaría declarar “no culpable” a uno que está justamente condenado y situarlo en una posición de paz para con el juez? Aún y cuando pueda parecer inconcebible, es al mismo tiempo glorioso porque esto es lo que Dios decidió hacer con el culpable pecador por medio de Cristo Jesús. El apóstol Pablo nos habla que “justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1). Tres cosas importantes nos muestra Pablo. Primero, la realidad plena de la justificación por la fe, segundo, el resultado de la paz que brota de la justificación y tercero, el medio por el cual nos es dado.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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MARTES

Leer: Romanos 5:1-8

Meditar: ¿Cuál es el resultado que se presenta de la justificación en el v.1? ¿Dónde tenemos entrada según el v.2? ¿Cuál crees que es la idea principal en los vv. 2b-5? ¿Cuál es la razón por tener una esperanza que no avergüenza? ¿De qué dos maneras Dios ha mostrado su amor para con nosotros?

Orar: Da gracias a Dios por la paz que tenemos delante de él, la esperanza que él nos ha dado y el amor que el ha derramado en nosotros por la obra de Cristo Jesús.


MIÉRCOLES

Leer: Efesios 2:13-17

Meditar: ¿Qué ha sucedido con aquellos que estábamos en otro tiempo lejos? ¿Qué es Cristo para nosotros? ¿Cómo Cristo es nuestra paz? ¿Con qué otro término del texto podría relacionarse la idea de la paz? ¿Qué dos aspectos son dados en la reconciliación conseguida por Cristo?

Orar: Da gracias a Dios porque Cristo es nuestra paz. Pide a Dios que te haga consciente en saber que al ser Cristo nuestra paz hemos sido reconciliados con Dios y con aquellos que forman parte de la iglesia.


JUEVES

Leer: Efesios 4:1-3

Medita: ¿Cuál es el ruego del apóstol Pablo? ¿Cómo crees que ese ruego se define o es explicado por el apóstol? ¿Cuáles son las acciones que deben hacerse según los vv.2-3? ¿Qué es aquello en lo que debemos ser solícitos? ¿Por medio de que vínculo se guarda la unidad de la iglesia?

Orar: Pide a Dios que te ayude a vivir por su gracia en la vocación con la que hemos sido llamados. Pide a Dios que te ayude a soportar con paciencia en amor y a guardar la unidad mediante la paz quien es y que nos ha sido dada en Cristo Jesús.


VIERNES

Leer: Gálatas 2:16; 5:22-25

Meditar: ¿Qué es lo que definen estos versículos? ¿Qué crees que puede significar que Pablo hable del “fruto del Espíritu” y no de las “obras del Espíritu”? Haz una lista del fruto del Espíritu ¿Está la paz dentro del fruto mencionado por Pablo?

Orar: El fruto del Espíritu brota en aquellos que han sido justificados por la fe en Cristo y que han recibido por gracia el Espíritu de adopción. Pide a Dios que el fruto del Espíritu sea patente cada día en ti, en tu relación con los demás y en la iglesia. 


SÁBADO

Leer: Isaías 32:14-18

Meditar: ¿Qué tiempo marca el v.15? ¿Qué sucederá cuando el Espíritu sea derramado de lo alto según los vv.16-18? ¿Qué es lo que habitará en el desierto según el v.16? ¿Qué fruto o efecto será el de la justicia? ¿Cómo crees que esta justicia que tiene el efecto de la paz se puede relacionar con Romanos 5:1 y Gálatas 5:22-25?

Orar: Bendice a Dios porque él cumplió en Cristo lo que anunció por el profeta Isaías. Bendice a Dios porque el efecto de justicia que el manifestó de manera última en Cristo para el que cree fue paz para con Dios. Bendice a Dios porque esto te es dado por gratuitamente por medio de su gracia.
Esta oración puritana sobre la reconciliación puede bien servir como tu meditación y adoración por la paz para con Dios

“Sigue, oh Dios, enseñándome
que la fe se apropia de la rectitud de Cristo
no solo para la santificación de la justicia,
sino como prueba clara de tu amor por mí.
Ayúdame a utilizar su obra de salvación como la base de la paz,
y tu favor hacía mí y tu aceptación de mí, el pecador,
para que viva siempre cerca de la cruz.
Amén”.
      “Justificados, pues, por la fe” son palabras aplicadas incluso a él mismo “justificados … tenemos”. Pablo se sitúa como parte de aquellos que han sido “justificados por la fe”, el apóstol es parte de aquellos que son depositarios de esta maravillosa bendición. ¿Quiénes son aquellos que son justificados por la fe? Posiblemente la respuesta que nuestra sociedad daría a un pregunta como esta sería “aquellos que se lo merecen” o “aquellos que son justo y por tanto han sido justificados” o “aquellos que han sido muy buenos y tienen los méritos suficientes”, ahora bien, responder así pierde de vista la grandeza de la afirmación de Pablo. Siendo honesto con uno mismo, uno pude considerarse muy buena persona pero cuando uno se mira en lo más profundo del corazón...
... ¿puedes considerarte a ti mismo como alguien que tiene los méritos suficientes para que Dios quién es perfecto pueda decir de ti que eres justo delante de él? Piensa que la única medida que es capaz de dar la talla delante de la perfección es la perfección misma, por tanto, el ser “buena persona” no da la talla delante de Dios ¿puedes decir honestamente que hay justicia y obras perfectas en ti? Para el apóstol aquellos que han sido justificados por la fe, entre los cuales él se incluye, no son aquellos que han sido muy buenos, tampoco son aquellos que tienen los méritos suficientes en su vida para recibir tal declaración de justicia. Todo lo contrario, aquellos justificados son aquellos que han sido pecadores delante de Dios, injustos delante de él, aquellos que la declaración que pendía sobre sus cabezas era una declaración justa de culpables y condenados por el tribunal celestial.  ¿Cómo es posible entonces que Dios les haya declarado justos? Es posible porque “han sido justificados por la fe”.


      Los que han sido justificados son aquellos que han creído que Cristo Jesús fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación (Romanos 4:24-25). Justificados significa que Dios el Juez supremo ha perdonado los pecados que, de manera continua, nos declaraban culpables y ha pronunciado una de las mayores y más gloriosas declaraciones que la corte celestial podía jamás pronunciar. Ha dado la sentencia mayor que el cielo mismo jamás podía dar “no culpable”. ¿Cómo es posible esto? Esto debería ser hecho por uno bueno o uno justo pero ¿por uno que verdaderamente es culpable? La obra de Cristo es la respuesta, su sacrificio en la cruz es la única obra que sirve delante de Dios para declarar al pecador, perdonado y no culpable. Es por eso por lo que únicamente la justificación es por el fruto de la fe y no por nada que puedas hacer ¿quieres escuchar esa declaración celestial sobre tu vida? La única manera es creyendo en Cristo que murió y resucitó. Dios no ha escondido su justicia sino que la ha manifestado plenamente en el glorioso evangelio de Cristo. Ahora bien, Pablo entiende que la declaración de “justificados, pues, por la fe” es una declaración completa. La declaración no nos ha sido dada despacito y a cachitos, no es una declaración que ha empezado en la tierra y cuando llegues al trono celestial Dios verá lo que sucederá contigo ¡ni mucho menos es esto! La idea de Pablo es “habiendo sido justificados de manera completa”, la declaración de la corte celestial sobre el justificado es de una vez por todas y para siempre. ¿Puedes imaginarte esto? No hay temor cuando uno llegue delante de Dios porque su declaración ha sido completa sobre ti si has creído en Cristo. No hay temor sino que hay “paz para con Dios”.
      Precioso es uno de los frutos que brota de haber sido justificados “tenemos paz para con Dios”. ¿Quién querría estar enemistado con el juez que tiene que juzgarle? Hoy en día en los diversos juicios que nuestra sociedad está viviendo, casi siempre se analiza o comenta quienes son los jueces que van a llevar el juicio. Se habla de si un juez es más cercano a una causa o a otra, sea como sea, ¿quién querría estar enemistado con el juez que tiene la autoridad de declararle no culpable? Si esto ya es importante en los jueces de este mundo multipliquémoslo por la eternidad misma ¿quién querría estar en enemistad con el Juez eterno e infinito? Uno de los frutos de la justificación es “paz para con Dios”, pero es importante notar que Pablo no habla de “la paz de Dios”. No es la paz que brota de Dios como un sentimiento de tranquilidad y reposo en lo más íntimo de uno. No se refiere a la paz como algo subjetivo que te hace estar tranquilo ante cualquier situación que pueda presentarse en la vida de uno. Nuestro tiempo habla mucho de la “paz interior”, el yoga sirve para estar en paz con uno mismo y sentirse en un oasis de paz en medio de una vida convulsa y con continuos problemas y dificultades. Lo cierto es que ni mucho menos ésta es la paz a la que se refiere Pablo. No es la paz interior que puede ganarse por medio de técnicas externas de relajación, tampoco es la paz real y verdadera que brota de Dios y que permite al creyente no estar afanoso frente a las situaciones de esta vida. El fruto de la justificación es “paz para con Dios”, es decir, paz delante de Dios. Es la paz que proviene de que tu posición delante de Dios ha cambiado de culpable a no culpable, de pecador a perdonado. Es una paz no subjetiva sino objetiva porque puede medirse en relación a tu posición delante del Juez supremo. Ahora aquellos justificados por la fe tiene paz delante de Dios porque las enemistades han sido borradas. Delante de Dios la posición ha cambiado de culpable a no culpable, por tanto, lo que caracteriza a la relación es “paz”, “gloriosa paz”, “sublime paz para con Dios” ¿Puedes imaginarte esto? Cierto es que en la medida que podamos debemos estar en paz con todos pero si hay alguien con quien debes estar en paz, primeramente es con Dios y esta realidad no podrás conseguirla jamás por ti o por tus méritos sino “por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
     ¿Cómo Dios ha podido hacer esto de nosotros pecadores? Solamente “por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Solamente por medio del sacrificio de Cristo Dios ha manifestado la justicia que nosotros no teníamos para declararnos no culpables delante de Dios y estar en paz con él. Cuando Cristo dijo a sus discípulos “mi paz os dejo mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo la da” bien cierto era. El mundo busca la paz con guerras, Cristo nos dio su paz con la cruz cargando nuestro castigo. El mundo busca la paz entre ellos sin entender que ésta solamente brota de tener paz para con Dios.
      La sociedad quiere la paz para con el ser humano sin considerar que lo principal es la paz para con Dios la cual solamente es dada por la justificación por la fe por medio de nuestro Señor Jesucristo.