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ORANDO PARA SER FORTALECIDO
“Por esta causa doble mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda la familia en os cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones” (Efesios 3:14-17).
      No hay duda alguna que la vida de todo creyente pasa por momentos de dudas, sombras, dificultades, temores y es precisamente en esos momentos cuando uno necesita ser fortalecido por Dios. Ciertamente el ser humano es como pábilo humeante cuya vida es como un sopló y aun y cuando presenta fortaleza en él, lo cierto es que las circunstancias de la vida contribuyen en más de una ocasión a que nuestras almas desmayen ¿dónde encontrar fortaleza en esos momentos? ¿Cuál es la fuente de fortaleza para el cristiano? En su segunda oración dentro de la maravillosa carta que Pablo escribió a los Efesios, el apóstol vuelve a dirigirse a Dios llevando a los creyentes de Éfeso delante del trono de gracia. La oración del apóstol Pablo presenta una petición sublime y magnífica, que Dios fortalezca a los creyentes. Uno de los aspectos que la oración del apóstol Pablo muestra es la necesidad de orar para ser fortalecidos, ahora bien, en realidad, la oración de Pablo presenta una petición clara y un doble propósito claro. La petición es expresada en los vv.16-17 “que os dé conforme a las riquezas de su gloria el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones”. El doble propósito es expresado en los vv.18-19 “seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura y de conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Pablo ora para que los creyentes sean fortalecidos en el hombre interior con el sublime propósito de que puedan comprender y conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento. Que gloriosa petición, que Dios fortalezca a los suyos con el propósito que los suyos puedan llegar a comprender un amor que excede y va más allá de toda comprensión humana. Ahora bien, ¿por qué Pablo está orando por fortalecimiento? ¿En qué consiste exactamente el ser fortalecido en el hombre interior?
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      Gracias al evangelio los gentiles son parte del pueblo de Dios y tanto ellos como los judíos tienen entrada por un mismo Espíritu al mismo Padre (Efesios 2:18). El apóstol Pablo de manera específica fue constituido apóstol de los gentiles. Su llamado, su misión e incluso sus prisiones eran a favor de los gentiles, así es como el mismo se dirige a los creyentes en Éfeso “por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles” (Efesios 3:1). Por el evangelio Pablo estaba en prisiones, pero entiende que no es prisionero ni de Roma ni de César sino de Cristo para el bien y ventaja de los gentiles. Es precisamente por esto que los creyentes gentiles de Éfeso tenían que entender que las tribulaciones de Pablo eran para su gloria y no debían desmayar frente a la situación del apóstol “por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria” (Efesios 3:13). Ahora bien, como suele decirse, del dicho al hecho hay un trecho. Qué difícil es cuando a uno le piden estar firme, fuerte y no desmayar cuando las circunstancias apuntan a todo lo contrario Qué difícil en ocasiones es entender la necesidad de estar firme cuando hay cosas que, aun y cuando nos digan que son para nuestra gloria parecen resultar más para nuestro perjuicio ¿cómo estar firme y fuerte en ello? Bien, Pablo sabía que la fortaleza para aquellos cristianos y para todo cristiano se encuentra en Dios mismo y las riquezas de su gloria y por ello ora.


      “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra”. Pablo se dirige a Dios de una manera muy específica. No solamente es “Padre de nuestro Señor Jesucristo” sino que también de este Padre “toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra”. Pablo se dirige a Dios como el Padre del cual toman nombre toda familia ya sea en los cielos como en la tierra. El apóstol ha descrito que todos los creyentes en Cristo tienen entrada por el mismo Espíritu al Padre (Efesios 2:18) y más tarde mencionará de nuevo la realidad de un Dios y Padre de todos (Efesios 4:6). Pablo se dirige a Dios con una imagen de familia, no únicamente como el Dios poderoso sino como el Padre amante quien cuida a aquellos que son parte de su familia por su adopción el su Amado (Efesios 1:5-6). Es frente a este Padre que Pablo pide que “os dé, conforme a las riquezas de su gloria el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu”. Pablo ora por fortaleza para aquellos cristianos cuyas circunstancias les hacían desmayar. La fortaleza para el cristiano se encuentra en un Dios poderoso y en un Padre amante hacia ellos, ahora bien, esa fortaleza proviene de unos recursos ilimitados. El ser fortalecido es “conforme a las riquezas de su gloria”, es decir, las gloriosas riquezas de Dios son la fuente de donde brota el fortalecimiento para los suyos. Piensa un momento en esto, la gloria de Dios demuestra la radiante plenitud de la presencia de Dios, la plenitud de su ser, su esencia, su bondad, su poder, su eternidad. No hay ser más rico, pleno, perfecto, glorioso que Dios y es precisamente de esa esencia que Dios da el fortalecer a los suyos, el ser fortalecido brota de aquel cuyo ser es gloriosamente e inagotablemente rico. Sabiendo la fuente no tiene que haber duda del fortalecimiento, ahora bien, si las riquezas de la gloria de Dios son la fuente de la cual brota el ser fortalecido, “el hombre interior” es lo que debe de ser fortalecido.


      El apóstol Pablo no pide para que el cristiano sea fortalecido a nivel externo sino más bien a nivel interno. Con poder, el hombre interior sea fortalecido “por su Espíritu”. Pablo sabe que uno mismo no puede obrar el fortalecimiento, sino que es Dios quien debe hacerlo. En muchas ocasiones buscamos el ser fortalecidos por nuestros propios medios, pero Dios en su gracia a puesto a disposición de aquellos que ha adoptado en su familia la gloriosa presencia del Espíritu. El Espíritu es aquel que nos iluminó y regeneró para creer el evangelio, nos selló como la garantía de nuestra herencia, es quien nos da sabiduría y revelación en el conocimiento de Dios y ahora es por medio de él que Dios nos fortalece en el hombre interior. Ahora bien, ¿qué es esto de ser fortalecido en el hombre interior? Hoy en día existe una espiritualidad que tiende a caer en el misticismo y el subjetivismo influenciado en gran manera por filosofías orientales. Una espiritualidad que busca la paz interior lo cual implica en ocasiones estar tranquilo con la conciencia de uno mismo. El ser fortalecido en el hombre interior por el Espíritu nada tiene que ver con este misticismo subjetivista de nuestro tiempo, Pablo explica a lo que se refiere. La expresión en el v.17 “que habité Cristo por la fe en vuestros corazones” es paralela a “ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu”


      La realidad que Cristo habite por la fe en nuestros corazones define y explica lo que es “el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por el Espíritu”. El fortalecimiento del Espíritu en nuestras vidas, y en concreto en nuestros corazones, el asiento de nuestra voluntad, no es algo subjetivo, sino que es la realidad que Cristo habite en nosotros por la presencia de su Espíritu. No hay duda alguna que Cristo mora en nuestras desde el momento de nuestra conversión, pero Pablo pide que por medio del Espíritu exista una continua y creciente presencia de Cristo nuestra vida. El fortalecimiento que Pablo está pidiendo al Padre es que Cristo habite más y más por el fortalecimiento del Espíritu, que siendo llenos del Espíritu la palabra de Cristo more en nosotros en abundancia, que Cristo resida en el centro de nuestras vidas y su gobierno y dominio se exprese en todo lo que somos y hacemos. Cristo es nuestra ancla, Cristo es la piedra inconmovible.


      Orar por fortalecimiento es orar primeramente que Cristo habite más y más en nosotros. Orar por fortalecimiento es ver al Dios Trino trabajando por su gracia a nuestro favor para que en los momentos de desmayo sepamos que el Trino Dios está a nuestro lado, el Padre nos dé el ser fortalecidos por su Espíritu y Cristo habité así por fe en nuestros corazones. Sea cual sea la situación de nuestras vidas, no desmayemos sino que oremos como Pablo oró doblando sus rodillas delante del Padre para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones.

      Debe notarse que el apóstol Pablo empieza la oración diciendo “por esta causa”, es decir, su oración surge motiva por algo. Su doblar las rodillas delante del Padre no es casual sino más bien viene motivado por una causa determinada la cual ayuda a entender porque Pablo ora para que los creyentes sean fortalecidos en el hombre interior. Previamente Pablo ha explicado lo glorioso de lo acontecido en la obra de Cristo, como gracias a Cristo ahora existe un único pueblo de Dios (Efesios 2:15).