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EL CAMINO DE JEHOVÁ
JUSTICIA Y JUICIO
“Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí,
que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio,
para que hagan venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”
(Génesis 18:19)

      No cabe ninguna duda de que la sociedad en la que vivimos es una sociedad convulsa. Si hay algo que toda esta convulsión demuestra, es que la máxima del sistema de nuestra sociedad postmoderna se desmorona por su propia incoherencia interna. La máxima postmoderna de que no hay verdad absoluta alguna, y que la única verdad que existe - irónicamente esto ya es formular un absoluto - es el pluralismo el cual determina que nada ni nadie puede tener la verdad absoluta, cae precisamente por la falta de pilares absolutos. Una sociedad en crisis no solamente es revelada por marcadores económicos y opiniones de grandes y anónimos mercados, sino principalmente por el abandono de dos grandes pilares; valores morales y una justicia social hacia los más débiles. Obviamente, estos dos pilares no son cualquier valor o cualquier justicia social sino aquellos que surgen del corazón mismo de Dios quien es la “norma” absoluta por excelencia. De estos dos grandes pilares, posiblemente el que más se ha oído últimamente es el clamor marcado por una falta de justicia social, la voz de los más débiles está siendo callada y el grito de justicia social suena con fuerza. Las fronteras de nuestro continente europeo son el testimonio vivo de cómo miles de refugiados deben enfrentar un día más de vida sabiendo que la justicia no es igual para todos.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
sabe que Dios jamás destruirá al justo con el impío, la justicia del Justo por excelencia, Cristo Jesús fue y sigue siendo suficiente para justificar a los impíos y liberarlo de toda condenación (Romanos 8:33-34).


      En la intercesión de Abraham diez justos hubiesen sido suficientes para salvar a los impíos de Sodoma y Gomorra, en la intercesión de Cristo en el nuevo pacto solamente un Justo es necesario para justificar a los impíos, solamente Cristo es suficiente. El camino de Jehová en justicia es mostrado en el evangelio, pero igualmente el camino de juicio. Dios obró su juicio contra Sodoma y Gomorra e igualmente obra su juicio en el evangelio. El hecho que Dios justifique al impío en Cristo no significa que no haya ejercido su juicio. Dios ejerció su juicio, pero en Cristo, por tanto, aquellos que creen en Cristo, él fue su sustituto para ese juicio, Dios estableció a su Hijo como propiciación por medio de su sangre para manifestar su justicia a fin de que él sea el justo y el que justifica a los que son de la fe de Jesús (Romanos 3:25-26). El camino de Jehová haciendo justicia y juicio que Dios estuvo dispuesto a revelar a Abraham, es el camino que se cumple y podemos ver en el evangelio de Cristo.


      Hoy en día el clamor por justicia social es grande, muchas voces son levantadas pero la voz de los débiles es a menudo ahogada en medio de contiendas. Todo y con esto, Dios escucha la voz de aquellos que están quebrantados en cuerpo, espíritu y alma. Cristo escuchó el clamor de aquellos que vivíamos en la desgracia de nuestro pecado y mediante su sacrificio y resurrección inauguró el nuevo pacto para el pueblo de Dios, su iglesia. Aquellos que por su gracia vivimos en una relación de pacto con Él, aquellos que conocemos el camino de Jehová, deberíamos escuchar la voz de los débiles haciendo justicia y juicio. Abraham debía ser bendición a las naciones, Israel debía ser bendición a las naciones, ahora la iglesia de Cristo que es el pueblo del nuevo pacto tenemos el camino de Jehová revelado en el evangelio y este es el que debemos de enseñar, no solo a nuestros hijos sino a nuestra sociedad. La justicia y juicio perfectos se encuentran en el evangelio. El evangelio es el evento histórico que demuestra que Dios es un Juez justo, el evangelio es donde Dios revela su camino de justicia y juicio. Si hay una voz que debe ser levantada es la voz del evangelio de Cristo donde la justicia y juicio de Dios es revelada para todos aquellos que se acercan por fe a la cruz de Cristo.      
      Muchas definiciones y puntos de vista distintos podrían ser dados en cuanto a la sociedad y tiempos que nos ha tocado vivir. Todo y con esto, tristemente las definiciones que más en boca de todos están no son, y es totalmente comprensible, ni optimistas ni positivas. Pasando por el legítimo y digno clamor popular, los debates en parlamentos nacionales y europeos, los medios de comunicación y llegando hasta las grandes galas del séptimo arte, calificativos varios son expresados para describir la situación en la que se está inmerso; crisis, injusticia social, corrupción, fraude, desahucios, paro, suicidios, falta de justicia, desesperanza, etc.
      Nuestro Mare Nostrum es la voz incansable y constante, al igual que sus olas, de miles de almas que descansan en su fondo y cuya voz no fue escuchada por la justicia. Sin lugar a dudas, parece ser que el camino de justicia y juicio en este mundo está totalmente torcido. Ahora bien, la Biblia presenta un camino de justicia y juicio no torcido y sino recto y justo, éste es el camino de Jehová.
      Génesis 18:19 narra la intención de Dios de declarar a su siervo Abraham el “camino de Jehová”. En su visita a Abraham y después del anuncio de que su esposa Sara daría a luz un hijo al tiempo de Dios (Génesis 18:10), Dios decidió declarar su camino a Abraham v.17 “y dijo Jehová: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer?” la razón de ello aparece en el v.19 “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que hagan venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”. Dios revelará a su siervo Abraham su camino, ahora bien ¿cuál es este camino que Dios revelará a Abraham? La respuesta se encuentra en dos aspectos básicos: Por un lado, este camino es visto en los dos términos usados por Dios “justicia y juicio” y, por otro lado, en todos los acontecimientos sucedidos en Génesis 19 con la destrucción de Sodoma y Gomorra y la salvación de Lot.


      Dios sabe que Abraham mandará a sus hijos y a su casa que guarden el camino de Jehová. Dicho camino no será guardado de cualquier manera, será guardado “haciendo justicia y juicio” (v.19). El camino de Jehová será un camino de justicia y de juicio y aquellos que caminan en dicho camino deben caminar en el mediante el ejercicio de la justicia y el juicio. Para Abraham y de igual manera para nosotros como pueblo de Dios, el guardar el camino de Jehová será hecho mediante el ejercicio de justicia y juicio, ahora bien ¿qué implica el guardar el camino de Jehová haciendo justicia y juicio? ¿Qué significa el hacer justicia y juicio en nuestras vidas? Por lo general, el Antiguo Testamento utiliza las palabras de justicia y juicio de manera conjunta para referirse a la justicia social. Justicia y juicio cuando son usadas por el Antiguo Testamento de manera conjunta, conforman una estructura que aporta un significado más allá del que ambas palabras por separado, podrían dar. Justicia y juicio usadas conjuntamente transmiten un único pensamiento; la idea de justicia social. Ahora bien, dicha justicia social es definida de una manera muy concreta en Génesis 18:19 una de las primeras apariciones de dicho par de palabras.


      El camino de Jehová el cual implica justicia y juicio aparece relacionado con la intención de Dios sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra. A raíz del clamor que la maldad de las ciudades levantaba, Dios decide descender y ver la maldad y la falta de justicia imperante en esas ciudades v.21 “descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré”. Resulta interesante notar que Dios “descenderá”. Dicha palabra en el original está relacionada con la palabra “camino”. Por tanto, el hecho que Dios descendiese sobre esas dos ciudades, era la manera práctica de Dios de mostrar a Abraham cuál era su camino de justicia y juicio. Abraham caminó junto con Jehová, “Abraham estaba aún delante de Jehová” (v.22) y dicho caminar sería la manera en cómo Dios mostraría y Abraham aprendería lo que era la justicia y el juicio del camino de Jehová, era una lección práctica que debería quedar grabada en la retina y mente de Abraham para enseñar a sus hijos y a su casa. A lo largo de este camino, Abraham empezó a caminar pidiendo justicia. Mediante un cierto “regateo” con Dios (Génesis 18:24-33) Abraham intercedió y pidió a Dios que no destruyese los justos con los injustos, es decir, Abraham tomó los primeros pasos en practicar justicia social a favor de los justos y de esta manera también empezó a ser una bendición para todas las familias de la tierra. El problema de Abraham residía en cómo cuadrar la realidad que Dios es Juez justo con la destrucción de algún justo residiendo en Sodoma y Gomorra, “Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío; y que sea el justo tratado como el impío, nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (v.25). Posiblemente hoy diríamos “¿cómo van a pagar justos por pecadores? ¡esto es algo totalmente injusto!”. De todas maneras, la respuesta de Dios demuestra a Abraham que él no destruirá la ciudad si hay solamente diez justos en ella. Lo sorprendente de ello es que el justo no solamente es guardado por Dios, sino que la justicia de los justos sería suficiente para salvaguardar a los injustos. De todas maneras, el camino de Jehová no solo implicaba justicia sino también juicio.


      El juicio de Jehová que cayó sobre Sodoma y Gomorra debido a su maldad muestra el ejercido del camino de Jehová haciendo justicia y juicio (Génesis 19:1-29). Por un lado, la justicia de Jehová se mostró en que el justo Lot fue liberado del juicio (2ª Pedro 2:7), por otro lado, el juicio de Dios no dejó por inocente al culpable, Sodoma y Gomorra fueron juzgadas. Que gran enseñanza para Abraham y para nosotros de lo que es el camino de Jehová, de lo que es guardar dicho camino haciendo justicia y juicio. Abraham levantó la voz a favor de posibles justos en medio de una sociedad donde la injusticia era el ambiente por excelencia. Abraham levantó su voz e intercedió a favor de aquellos que, de haberse encontrado en la ciudad, su voz hubiese sido demasiado débil para ser oída en medio del clamor atronador de la injustica de esas dos ciudades. Al mismo tiempo, Abraham contempló como la justicia de Dios no echa fuera el juicio de Dios hacia la impiedad y hacia aquellos que detienen con injusticia la verdad en su vida y en la vida de los demás (Génesis 19:27-28). La base de dicha justicia y juicio es doble. Por un lado, era la realidad que Dios es Juez justo, por otro lado, el camino de Jehová haciendo justicia social queda enmarcado dentro de la relación de pacto entre Dios, Abraham y su descendencia.


      Dios había prometido y sellado en pacto que en Abraham serían benditas todas las familias de la tierra (Génesis 12:3) y es precisamente aquí donde Abraham toma los primeros pasos para ser bendición para los justos de esas dos ciudades. En la historia de la salvación dicha relación de pacto progresa en el pacto que Dios hizo con Israel en el monte Sinaí. A lo largo de la Escritura, la revelación resume la Tora de Dios esencial en el pacto mediante pares de palabras tales como misericordia y fidelidad para referirse a la fidelidad y lealtad necesarias en la relación de pacto y justicia y juicio para referirse a la justicia social que el pueblo del pacto debería ejercer hacia los más débiles. La Ley de Dios presenta gran cantidad de referencias de justicia social hacia los más débiles, Levítico 19:2; 20:6 incluyen preocupación hacia el maltrato hacia el extranjero, el pobre, el ciego, el sordo. Éxodo 19-24 presenta instrucciones relacionadas con la opresión de los huérfanos y viudas (Éxodo. 22:23), etc. De todas maneras, la pregunta es ¿dónde nos lleva ese camino de Jehová de justicia y juicio mostrado en Génesis 18-19? La respuesta es que el camino de Jehová en justicia y juicio es el camino del evangelio de Cristo Jesús.
      La justicia y juicio de Jehová fue mostrada de una manera gloriosa en el evangelio de gracia y fe en Cristo. El camino de Jehová mostrado a Abraham demostró que el justo está a salvo en el Dios quien es el Juez justo y así se lo demostró a Abraham salvando a Lot. Ahora bien, el justo está a salvo en Dios solamente porque el justo es salvo en Cristo quien es el Justo por excelencia. El justo es aquel que ha sido declarado justo por la obra gloriosa de Cristo Jesús en la cruz. La preciosa justicia de Cristo le ha sido acreditada por fe, es en base a esto que uno
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)