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¿HAY TAL COSA
COMO UN SUFRIMIENTO APROBADO?
“porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios
sufre molestias padeciendo injustamente” (1ª Pedro 2:19)

      El sufrimiento y las aflicciones resultan en la mayoría de las ocasiones, aspectos de la realidad de nuestra vida que son difícilmente aceptables y entendidas. Cuando el sufrimiento hace presencia en la vida del ser humano, todo tipo de reacciones se hacen presentes, negación, rabia, rechazo. Ciertamente, a la larga el sufrimiento es aceptado ya sea por comprensión o resignación. Desde el punto de vista de las Escrituras, las aflicciones y sufrimientos en la vida de los hijos e hijas de Dios siempre presentan uno o varios propósitos dentro del plan de Dios para la vida de los suyos. Esto debería de ser ya un consuelo saber que el buen y sabio Dios puede utilizar algo tan doloroso como el sufrimiento para el bien de los suyos. Ahora bien, posiblemente aquel sufrimiento que más difícil resulta de aceptar es aquel que es un sufrimiento injusto, en especial cuando dicho sufrimiento aparece como un intruso injusto en nuestras vidas debido a la fe que mantenemos en Cristo y por querer hacer bien las cosas delante de Dios. Advertidos estamos que, de la misma manera como rechazaron y persiguieron a Jesucristo, así también el mundo rechaza y persigue a aquellos que tenemos nuestra fe y confianza en Cristo Jesús (Juan 15:18-19). No cabe duda que dicho tipo de sufrimiento es injusto, pero se hace difícil de aceptar cuando dicho sufrimiento injusto por querer hacer las cosas según la voluntad de Dios es un sufrimiento aprobado delante de Dios. ¿Puede existir algún tipo de sufrimiento que pueda ser aprobado?  ¿Existe algún tipo de sufrimiento que pueda considerarse en nuestra vida como un sufrimiento aprobado por Dios? Esto puede llevar a un cruce de caminos teológico en ocasiones difícil de resolver ¿cómo puede haber un tipo de sufrimiento que siendo injusto sea aprobado por Dios? Si Dios es un Dios bueno y justo ¿cómo es posible que pueda aprobar un tipo de sufrimiento en la vida de los suyos que se deriva de hacer las cosas con buena conciencia delante de Dios? En otras palabras, aquellos que hacen las cosas bien a causa de su conciencia delante de Dios no deberían padecer injustamente ¿no es así? Lo cierto es que, cuando se aborda dicho tema, no resulta un tema fácil ni tampoco agradable, pero la Biblia tiene cosas que decir en relación a dicho sufrimiento injusto pero aprobado por Dios en la vida de sus hijos. El apóstol Pedro escribe a sus lectores en 1ª Pedro 2:19 “porque esto merece aprobación si alguno a causa de la conciencia delante de Dios sufre molestias padeciendo injustamente”.  
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
(4) Nos dejó ejemplo que incluso dicho sufrimiento no está a parte del gran plan redentor de Dios.

(5) Nos dejó ejemplo de porque tal sufrimiento injusto a causa de nuestra conciencia delante de Dios es aprobado por él. El sufrimiento injusto de Cristo supuso algo glorioso expresado en los vv.24-25 llevó nuestros pecados “para que nosotros estando muertos a los pecados vivamos a la justicia y por cuya herida fuisteis sanados”, para que siendo “como ovejas descarriadas” ahora hayamos “vuelto al Pastor y Obispo de nuestras almas”. En resumen, el padecimiento injusto de Cristo a causa de aquellos que fuimos difíciles de soportar obró en salvación para aquellos que lo despreciamos, obró en perdón de pecados, obró en reconciliación con Dios, obró para volver al redil del Pastor que cuida de nuestras almas eternamente. Esta es la razón por la que ese sufrimiento injusto de Cristo fue aprobado por Dios.

      Cristo cumplió a la perfección lo dicho en el v.20 “pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios”. La aprobación que el recibió fue la gloria eterna, la gloria que tenía desde antes de la fundación del mundo (Juan 17:24). Debemos saber que el padecimiento pasado de Cristo es el padecimiento presente del creyente, pero la gloria presente de Cristo a raíz de su sufrimiento injusto es la gloria futura del creyente a raíz de nuestro sufrimiento injusto. Todo y que puede ser difícil, en ocasiones debemos aceptar el padecer injustamente a causa de la conciencia delante de Dios porque, al igual que en el caso de Cristo actuó para nuestra salvación, el testimonio que demos en dicho padecimiento injusto puede ser igualmente redentor hacia aquellos que nos hacen padecer, es decir, puede ser testimonio que les guíe hacia aquel que padeció injustamente en el Calvario para salvación y vida eterna y sin lugar a dudas, eso es aprobado por Dios. Cierto es que el padecimiento puede ser injusto, pero cuando éste es visto dentro del plan de Dios, es filtrado a través de la cruz del Calvario, es evaluado bajo la aprobación de Dios y puesto en perspectiva de la gloria final, la injusticia se disipa como la niebla en la mañana para permitirnos ver las pisadas que Cristo nos dejó como ejemplo para seguir en este mundo.

      En relación a su muerte y resurrección Cristo les dijo las siguientes palabras a sus discípulos que no entendían, Juan 16:20 “de cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo”. Y así es para todo el que sigue el ejemplo de Cristo en sus padecimientos, aunque ahora pueda producir tristeza, ésta se convertirá en gozo. 
          
      El texto de 1ª Pedro 2:19 es francamente chocante. El apóstol determina que hay algo que merece aprobación, esto es, “si alguno a causa de la conciencia delante de Dios sufre molestias”. Es decir, lo que es aprobado es que uno por su conciencia delante de Dios, en otras palabras, por hacer las cosas bien delante de Dios y no de los hombres, pueda sufrir molestáis “padeciendo injustamente”, “mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios” (v.20)
¿cómo es esto posible? ¿Hay algún propósito en este tipo de sufrimiento o padecimiento? Gracias a Dios sí que hay propósito en ello. La afirmación de Pedro se encuentra en un contexto que ayuda a entender que es aquello que el apóstol está diciendo exactamente. La primera carta del apóstol Pedro, está toda ella encerrada dentro del marco del exilio para el pueblo de Dios. Pedro tomará como trasfondo el exilio del pueblo de Israel bajo el antiguo pacto y lo aplicará a la iglesia para mostrar que la iglesia en el mundo y sociedad en la cual vive se encuentra precisamente en el exilio, lejos de su patria celestial, lejos de su hogar glorioso. Al inicio de su carta, el apóstol Pedro se dirige a aquellos cristianos que están expatriados o exiliados en cinco regiones del Asia Menor, 1ª Pedro 1:1 “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia”. Al final de su carta, Pedro termina con una referencia a Babilonia tierra de exilio por excelencia para Israel, pero ahora aplicada a la iglesia, 1ª Pedro 5:13 “la iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo os saludan”. Pedro no solo escribe a hermanos en Cristo que están exiliados en cinco regiones concretas, sino que presenta la visión que no están solos en este exilio, en cierta manera toda la iglesia está exiliada en este mundo caminando hacia su herencia guardada por Dios (1ª Pedro 1:3-5). El exilio para el pueblo de Dios resulta en un peregrinaje hacia su patria celestial, varias referencias al peregrinaje son presentadas por Pedro, 1ª Pedro 1:17b “conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación”, 2:11 “amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”. El pueblo de Dios peregrina en su exilio y al igual que para Israel, Babilonia fue tierra que intentó acabar con su identidad y fe como pueblo de Dios, el mundo y sociedad contemporánea donde la iglesia es peregrina intentará de la misma manera acabar con la identidad y fe del pueblo de Dios. Es en este contexto que Pedro presenta una preocupación capital, que los creyentes nos comportemos como es digno de nuestra fe. Tal situación conllevará situaciones donde el cristiano sufrirá injustamente a causa de su conciencia delante de Dios y entonces ¿cómo responder frente a ello? ¿qué sentido y propósito tiene para ser aprobado por Dios?

      Cuando Pedro menciona en 1ª Pedro 2:19 “porque esto merece aprobación si alguno a causa de la conciencia delante de Dios sufre molestias padeciendo injustamente” Pedro introduce una sección donde mostrará el comportamiento del cristiano dentro de diferentes estructuras que conforman la sociedad y donde los cristianos deben vivir su vida y su peregrinaje. El contexto es el de aquellos criados cristianos que deben estar sujetos a sus amos sean buenos y afables o sean difíciles de soportar “criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar” (v.18). Pedro utiliza una estructura social esencial en el primer siglo. Los criados o esclavos podían tener tanto amos buenos como difíciles de soportar. Los esclavos dentro de la familia podían tener posiciones distintas pero lo común era que tuviesen problemas económicos y estaban bajo el control de sus amos. Si éstos eran buenos no había problema, pero si no lo eran el control podía generar maltratos tanto físicos, sexuales, psicológicos injustos. Sujetarse con respeto a los amos amables no resultaría en ningún momento difícil, donde se cultiva respeto se cosecha respeto, ahora bien, los difíciles de soportar debería ser otra historia ¿quién se sujetaría con respeto a un jefe difícil de soportar? ¿Quién se sujetaría con respeto si no hay respeto por la otra parte? La situación para aquellos criados cristianos era doblemente difícil. El actuar correctamente por causa de su conciencia delante de Dios con sus amos difíciles de soportar podía acarrearles padecimiento injusto ¿qué pensar de ello? ¿mejor dejar al amo? ¿cómo actuar en esa situación? La causa de estar sujetos a los amos, sean buenos o sean difíciles de soportar es precisamente el v.19 “porque esto merece aprobación si alguno a causa de la conciencia delante de Dios sufre molestias padeciendo injustamente”. La aprobación reside en que uno sufra injustamente como es el caso de esos criados “porque esto merece aprobación si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre tristeza padeciendo injustamente” Lo importante, en el v.19 es que ya no es el criado el que sufre sino “si alguno sufre” es decir, aquí hay un principio general, Pedro usa la estructura social de criado y amo como paradigma para cualquier cristiano que se encuentra dentro de la sociedad sufriendo injustamente por su reverencia a Dios. Ese sufrimiento es uno que toca lo más profundo del ser, que supone una carga para el alma, que oprime el corazón y pone un nudo en la garganta hasta el punto que no hay gemido que pueda ser emitido, solamente unas lágrimas, ese sufrimiento es injusto, inmerecido pero real. Una conciencia redimida por Dios no quiere decir que no se pueda protestar y denunciar la injusticia, no quiere decir que tengamos que hacer todo lo que se nos diga si rompe nuestra conciencia delante de Dios, pero si no es así, entonces nuestra conciencia delante de Dios demanda por reverencia a nuestro Dios que en ocasiones sufrir injustamente sea la opción a tomar. Aún y cuando esto pueda ser difícil de aceptar, la Biblia nos da las causas en los vv.20-21 de porque en ocasiones es así.

      Pedro en el v.20 nos muestra la primera causa “pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios”. La idea de Pedro es que si cuando se os trata injustamente vosotros pagáis con la misma moneda estáis recibiendo lo que vuestras acciones reclaman, ahora bien, “más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios”. Se necesita mucha gracia divina para actuar así, pero esa gracia es dada por Dios. La palabra “aprobado” en los vv.19-20 en realidad es “gracia”, sufrir injustamente cuando estamos haciendo lo bueno delante de Dios es gracia delante de Dios, es tener el favor de Dios sobre uno, es tener esa gracia suficiente en la debilidad para poder vivir como nos demanda el evangelio. La segunda causa es el v.21 “pues para esto fuisteis llamados”, existe un llamamiento a sufrir injustamente a causa de nuestra conciencia delante de Dios. Ciertamente esto no consuela mucho, ¿cómo alguien puede estar llamado a sufrir y esto ser aprobado por Dios? Bien, la respuesta es que el sufrimiento injusto del creyente a causa de la conciencia delante de Dios es el ejemplo que Cristo nos dejó v.21 “pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas”. Hoy en día se predica y presenta en muchas ocasiones un cristianismo fácil, un cristianismo que presenta un creer-fácil en Cristo, un creer en Cristo suficiente pero no demasiado comprometidamente. Pedro muestra otra visión del ejemplo que Cristo nos dejó para seguirle. El verbo “seguir” es usado en gran manera en los evangelios para hacer referencia al discipulado. Aún y cuando seguramente no sería una lección agradable, quizás ésta debería ser la primera lección en un discipulado de nuevos creyentes, “habéis sido llamados a sufrir injustamente”, es parte integrante de la vida cristiana, de que aquel que quiera vivir una vida piadosa en Cristo, 2ª Timoteo 3:12 “y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución”. Probablemente el sufrimiento más injusto que jamás este mundo ha experimentado es el sufrimiento del Hijo de Dios en la cruz. Uno podría poner todo el sufrimiento injusto que existe en el mundo, poner todo el sufrimiento injusto de inocentes por guerras, hambruna, violencia, diferencia social, marginación, exilios y todo ese sufrimiento injusto palidecería frente al padecimiento injusto de Cristo en la cruz. Paradójicamente, el padecimiento más injusto del que este mundo ha sido testigo, el sufrimiento de Cristo en la cruz del Calvario, fue al mismo tiempo el sufrimiento injusto aprobado por Dios para obrar la redención de su pueblo.


      El apóstol Pedro sitúa el sacrificio del Siervo Sufriente de Isaías 53 como la base para entender como el padecimiento injusto que puede haber en nuestras vidas por hacer las cosas bien delante de Dios, puede ser un sufrimiento aprobado por él. Cristo fue el Justo por excelencia v.22 “no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca”, fue justo e inocente, por tanto, su juicio en la cruz y su padecimiento fue totalmente injusto. Ahora bien, sufrió injustamente a causa de su conciencia delante de Dios, sufrió injustamente por hacer la voluntad que había recibido del Padre (Juan 10:39-40). Pero en este sufrimiento nos dejó ejemplo de varias cosas.
(1) Nos dejó ejemplo de que puede existir un padecimiento injusto a causa de nuestra conciencia delante de Dios pero que es aprobado por Dios.

(2) Nos dejó ejemplo que dicho padecimiento no es ajeno a Dios, él conoce el sufrimiento de los suyos.

(3) Nos dejó ejemplo de cómo actuar frente a dichas situación v.23 “quien cuando le maldecían no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”. Nos enseñó a no pagar con la misma moneda cómo podemos ser tratados, a no hacer sufrir aquellos que pueden hacerlo con nosotros, a amar a nuestros enemigos y a bendecir aquellos que nos maldicen.
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)