VIVOS POR GRACIA
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
aun estando nosotros muertos en pecados,
nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”
(Efesios 2:4-5)
      Las palabras del apóstol Pablo son palabras que deberían llenar de gozo y adoración el corazón de cualquiera que ha experimentado lo dicho en ellas. Muertos pero vivos juntamente con Cristo por la gracia de Dios. El apóstol Pablo muestra uno de los grandes milagros dados por Dios por medio del evangelio, una de las grandes realidades que ha sucedido en la vida de todo creyente sin excepción por la misericordia y gracia de Dios. La idea principal del apóstol es que Dios nos dio vida juntamente con Cristo. El Dios vivo es el único Dios capaz de dar vida. Ahora bien, el apóstol Pablo expone ciertas cosas en cuanto a esa maravillosa bendición dada y acontecida por gracia. Pablo primero habla del Dios que nos Dios vida, segundo, muestra la situación de aquellos que recibimos vida y tercero muestra en quien tenemos vida.


      Pablo empieza con una pequeña palabra que el gran doctor, el Dr. Martyn Lloyd-Jones determinó que es una de las palabras más gloriosas que existen en toda la Biblia “pero”. Pablo muestra la situación de todo creyente antes de encontrarse en Cristo, muerto en pecado, muestra como por naturaleza se era hijo de ira, es decir, sometidos bajo la ira judicial de Dios por el pecado, ahora bien, ese pequeño “pero” lo cambia todo. Hay un gran contraste, ciertamente muertos en pecados “pero” hay un Dios que uno de los atributos de su propio ser es la misericordia misma. Dentro de la bondad de Dios está situada su misericordia, la cual podría definirse como esa bondad de Dios expresada hacia la miseria de aquellos que estaban muertos en sus pecados y como el hijo pródigo retozaban en el fango de su propia vida de pecado. La misericordia de Dios es uno de los componentes esenciales de la relación de pacto que Dios presenta con su pueblo. En su relación, Dios es misericordioso y eternamente fiel, su misericordia es nueva cada mañana para su pueblo (Salmo 117). Podíamos estar en una situación de muerte absoluta pero nuestro Dios en sí mismo es rico en su bondad expresada hacia aquellos que estábamos en la miseria de nuestro pecado. Pablo describe a Dios como “rico en misericordia”, así como Moisés escuchó que Jehová era “fuerte, misericordioso y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad” (Éxodo 34:6), de la misma manera el apóstol determina que nuestro Dios es rico en misericordia.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Alguien oró una vez: “A ti Dios eterno, tuyas son la grandeza, la bondad inefable y la gracia sobreabundante. Tantos son tus favores para conmigo que enumerarlos sería como contar granos de arena en una playa”. Ciertamente, grandes son los favores y bondad de Dios para con nosotros, pero por encima de todo, grande es la misericordia de Dios y el amor con el que hemos sido amados por Dios en nuestros Señor Jesucristo.    
MARTES

Leer: Efesios 1:15-23

Meditar: ¿Por qué motivos ora el apóstol Pablo? ¿Cómo se presenta el poder de Dios en estos versículos? ¿Qué es lo que hizo el poder de Dios con Jesucristo? ¿Qué supone Cristo para la iglesia?

Orar: Pasa un tiempo de oración orando de la misma manera que oró el apóstol, dando gracias por la fe de tus hermanos y por el amor hacia los santos. Ora para que Dios alumbre tu entendimiento para poder entender la importancia de cómo el poder de Dios resucitó a Cristo y le sentó en los lugares celestiales.


MIÉRCOLES

Leer: Efesios 2:1-10

Meditar: ¿Cuál era nuestra situación antes de Cristo? ¿Qué es aquello que seguíamos? ¿Cuál era nuestra posición como hijos en esa situación? ¿Cómo lo cambia todo el v.4? ¿Qué son aquellas cosas que Dios ha hecho con nosotros en Cristo según los vv.5-7? ¿Cómo es descrita nuestra salvación? ¿Por qué crees que es así? No somos salvos por obras pero ¿lo somos para las obras?

Orar: Da gracias a Dios por la obra que por su gracia ha obrado en ti. Bendice a Dios por haberte dado vida en Cristo y haberte sentado en los lugares celestiales con él. Pide a Dios que este acto de salvación por gracia sea manifestado en tu vida viviendo en obediencia a las obras para las cuales has sido salvado y creado.


JUEVES

Leer: Colosenses 2:8-15

Meditar: ¿De qué no tenemos que ser engañados según Pablo? ¿Qué habita en Cristo según el v.9? ¿Qué crees que significa esto? ¿Qué diferencia crees que hay entre la circuncisión en el AT y la mencionada por Pablo en el v.11? Pablo menciona que nos dio juntamente vida con Cristo pero ¿qué hizo cuando nos dio vida con él según los vv.13-15?

Orar: Pide a Dios que las filosofías de este mundo no te engañen de todo aquello que has aprendido de Cristo. Bendice a Dios porque él perdonó tus pecados y abolió el acta de acusación contra ti mediante la cruz de Cristo.


VIERNES

Leer: Gálatas 2:20-21

Meditar: ¿Cuál es la posición de Pablo? ¿Cuál es el principio vital en la vida de Pablo? ¿De que manera vive Pablo su vida? ¿Cómo es descrito el sacrificio de Cristo a favor de Pablo? ¿Qué entiendes en el v.21 cuando Pablo dice que no desecha la gracia de Dios?

Orar: Bendice a Dios porque como creyente estás crucificado juntamente con Cristo, esto quiere decir que tu vida se rige por la obra de Cristo y su poder en ti. Da gracias porque Cristo te amó y se entregó por ti. Pide a Dios que nunca deseches la gracias de Dios entendido esto como que nunca pienses que la justicia en tu vida te es dada por lo que haces, pensar así anularía la obra misma de Cristo.


SÁBADO

Leer: Romanos 8:35-39

Meditar: ¿Cuál crees que es el tema que abre y cierra estos versículos según los vv.35 y 39? ¿Cuál es la palabra que aparece dos veces repetida en ambos versículos? ¿Qué crees que sugieren las preguntas realizadas? ¿Cómo las respuestas a esas preguntas enfatizan la grandeza del amor de Dios hacia nosotros? ¿En quien se muestra el amor de Dios? ¿Crees que estos versículos sirven para mostrar la seguridad de la salvación que Dios nos ha dado por gracia?

Orar: Da gracias a Dios porque su amor es eterno y fiel. Da gracias a Dios porque su amor es redentor, no solamente fuiste salvado por el gran amor con el que Dios te amó sino también su amor es redentor en el sentido que nada te apartará de ese amor en Cristo.
      Resulta glorioso el escuchar y leer que nuestro Dios no es pobre o tiene escasez en cuanto a su misericordia. Sería algo terrible si Dios en su propio ser fuese escaso en misericordia ¿qué sería entonces de aquellos que necesitábamos que la bondad de Dios se mostrase hacia nuestra propia miseria? Sería algo desesperante el pensar que Dios no abunda en riqueza en cuanto a su eterna fidelidad hacia los suyos ¿qué garantía tendríamos casa mañana cuando nos levantamos de saber que Dios sigue siendo fiel? Nuestra situación podía ser terrible pero mucho mayor es la riqueza de nuestro Dios en su misericordia.
       Ahora bien, dicha misericordia viene acompañada de una gran causa “por su gran amor con que nos amó”. El gran amor con el que Dios nos amó desde antes de todas las cosas (Efesios 1:4) es la causa por la cual no ha dado vida juntamente con Cristo. La Biblia nos habla del amor de Dios manifestado en una gran variedad de maneras. El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu (Romanos 5:5). El amor de Dios se ha mostrado en que Cristo murió siendo nosotros pecadores (Romanos 5:8), pero en las palabras de Efesios 2:4 el amor es la causa por la cual nos ha sido dada la vida a aquellos que no la teníamos. Incomprensiblemente desde antes de que existiésemos, Dios estableció su amor redentor sobre nosotros. Dios sabía que estaba amando a aquellos que en su naturaleza estarían muertos en pecados, en aquello que es un crimen directo a Dios ¿cómo Dios pudo hacer algo así hacia nosotros? Cuando ambas ideas, misericordia y amor, relacionadas con Dios son puestas de manera conjunta, una imagen preciosa aparece. La única razón por la cual tenemos vida juntamente con Cristo es porque Dios en su ser es rico en misericordia y porque nos amó con su gran amor. Nada había en nosotros, nada podíamos hacer. Nuestra situación de muertos en pecados y justamente sentenciados bajo la ira de Dios hubiese tenido que mover a Dios justamente a juicio y no salvación pero no fue así. Su riqueza en misericordia y su gran amor con el que nos amó le movió a darnos vida. Nuestra salvación es totalmente inmerecida y dependiente del carácter misericordioso de nuestro Dios hacia nosotros. Debe notarse como este acto de Dios fue hecho aún y nuestra situación.


      Pablo determina que Dios nos dio vida “aun estando nosotros muertos en pecados”. Esta pequeña frase no solamente marca la situación en la que nos encontrábamos sino que marca al mismo tiempo exalta la grandeza de la misericordia y el amor de Dios. La expresión “muertos en pecados” habla de una muerte espiritual, no habla de una muerte fría, pasiva e inerte. Muchas veces cuando solemos pensar en alguien muerte, las ideas que nos vienen a la mente es algo inerte que nada puede hacer. Ciertamente el muerto en pecados carece de vida, pero de vida espiritual. Carece de la capacidad, habilidad y voluntad de hacer lo agradable delante de Dios, ahora bien, el muerto en pecado tienen toda la capacidad, habilidad y voluntad de pecar contra Dios. “Muertos en pecado” no solamente implica el no tener vida espiritual, sino que también conlleva la realidad de no tener una vida que glorifica a Dios, es una muerte que, aunque pueda sonar totalmente incoherente y contradictorio, vive en la transgresión, en la continua rebelión contra Dios, lo que Pablo está literalmente diciendo “muertos en transgresiones”. Por tanto, “muertos en transgresiones” es estar no bajo la vida sino bajo la ira de Dios. Esta realidad resalta la grandeza de lo que Dios hizo con nosotros.
      Aun y estando en tal situación “nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”. ¿Cómo podía Dios hacer algo así? Bien, la respuesta ya la ha dado Pablo, porque Dios es rico en misericordia y por la causa de habernos amado con gran amor. ¿Quién amaría a alguien que vive continuamente en rebelión contra él? ¿Quién amaría a aquellos que no lo merecíamos? Dios lo hizo. Y su misericordia y amor no quedó en meras palabras pronunciadas desde la eternidad misma sino que revirtió nuestra situación. De muerte pasamos a vida, de estar muertos en nuestras transgresiones pasamos a tener vida juntamente con Cristo. Nos hizo renacer, el darnos vida no fue un mero acto de reanimación divina, no había nada que reanimar, debía ser algo nuevo, una vida que proviniese de las misma esferas celestiales, una vida que fuese la realidad de la nueva creación, una vida que fuese la vida del Cristo resucitado y así fue. La vida que nos fue dada fue un nuevo nacimiento que hace de todo creyente una nueva creación (Efesios 2:10). Dios lo hizo “juntamente con Cristo” y Pablo ha mostrado que fue el poder de Dios operado en Cristo aquel que le resucitó de los muertos (Efesios 1:19-20). Fue ese mismo poder que operó en nosotros y fue esa misma vida del Cristo resucitado la que nos fue dada juntamente con él. ¡Qué gran acto el de la misericordia y amor de Dios! Siendo lo que éramos y basándose solo en la misericordia y amor de Dios, no podía ser de otra manera que por gracia “por gracia sois salvos”. Caímos del cielo en el Edén mismo en el primer Adán, caímos en una caída mortal pero rico es nuestro Dios en su misericordia y gran amor que el postrer Adán, Jesucristo, nos ha dado nueva vida y en él nos ha levantado nuevamente al trono celestial juntamente con nuestro Señor Jesucristo.