LA PUERTA ESTRECHA
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”
(Mateo 7:13-14)
      Cristo enfrenta a sus oyentes con el hecho de no quedarse solamente como oidores de las palabras escuchadas sino también hacedores de las mismas ¿qué decisión o camino debe tomarse después de haber escuchado las palabras del Sermón del Monte? ¿Son palabras dichas para simplemente ser escuchadas? o ¿nos enfrentan con la toma de una decisión vital para nuestra vida?  Jesús llama a sus discípulos primeramente y a toda la multitud que escuchaba a “entrad por la puerta estrecha”. Las palabras de Cristo enfrentan con una decisión imperante a entrar por la puerta estrecha. No hay otra decisión que deba tomarse después de todo lo dicho por Cristo, el llamado es claro y la decisión difícil “entrad por la puerta estrecha”. Ahora bien, ¿por qué entrar por la puerta estrecha? La razón de ello es claramente expresada con un doble “porque” en las palabras de Jesús, “porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición” (v.13) y “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida”. Cristo llama a entrar por la puerta estrecha porque: (1) hay dos puertas y dos caminos bien distintos, (2) hay dos destinos bien distintos y (3) hay dos grupos de peregrinos bien distintos en esta vida ¿qué camino y puerta tomar? ¿A qué destino llegar? ¿A qué grupo pertenecer en nuestro peregrinaje?


      Cristo llama a entrar por la puerta estrecha porque hay una puerta ancha y un camino espacioso “porque ancha es la puerta y espacioso el camino” (v.13) y una puerta estrecha y un camino angosto, “porque estrecha es la puerta, angosto el camino” (v.14).
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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      La iglesia de la Natividad en Belén tiene una puerta de entrada que no es precisamente ancha sino más bien estrecha. Todo aquel peregrino que quiere entrar al supuesto lugar de nacimiento del Señor Jesús tiene que pasar por la puerta estrecha. Tiene que inclinarse en señal de humillación y entrar por la puerta estrecha. La puerta estrecha es la opción correcta y esto es precisamente lo que Jesús mencionó en su conclusión del Sermón del Monte “entrad por la puerta estrecha”. Las palabras del Señor Jesús son el inicio de lo que sería la conclusión de su mensaje. Como el mejor maestro que era Jesús, lleva toda su enseñanza a una decisión final.
       La decisión se ciñe a estos dos tipos de puertas y caminos los cuales son totalmente distintos y la decisión a tomar es clara, solamente hay una puerta por la que vale la pena entrar. Únicamente la puerta estrecha es por la que vale la pena hacer el esfuerzo de entrar y el camino angosto es por el que vale la pena transitar. Con relación a esta decisión no hay punto medio, no hay medias tintas, no hay pluralismo que valga en esta decisión. Existe una exclusividad de la puerta estrecha y el camino angosto. Ahora bien, ¿cuáles son estas dos puertas y estos dos caminos tan distintos? Las palabras de Jesús tienen un eco al Salmo 1 en el cual el salmista nos presenta dos sendas o maneras de vivir bien distintas la una de la otra, “porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá” (Salmo 1:6). Ciertamente el salmista define dos caminos que no tienen nada que ver el uno con el otro. Uno, es el camino de los justos que se deleitan en la ley de Jehová y el meditar en ella de día y de noche es su delicia (Salmo 1:1-3). El otro es el camino de los malvados, aquellos cuya vida se encuentra lejos del deleite de la ley de Dios, lejos de los caminos de Jehová (Salmo 1:4-5). Tal distinción nos explica las dos puertas y caminos bien distintos en el Sermón del Monte.
      La puerta ancha y camino espacioso es el camino de una vida que nada tiene que ver con el Reino de los Cielos presentado por Jesús en el Sermón del Monte. Es una vida que vive ajena a la justicia del Reino, una vida que no tiene los límites de los valores del Reino, una vida cuya sal y luz no es la sal y luz del evangelio del Reino de los Cielos sino de las tinieblas del príncipe de este mundo. En definitiva, es una vida que en ningún momento es el reflejo o el fruto del arrepentimiento y de una vida definida, delimitada y guiada por los valores del evangelio del Reino. Ciertamente este tipo de vida es una vida fácil, ancha y espaciosa ¿por qué? Porque es una vida en la que todo vale y todo se acepta. Una vida que no tiene la delimitación de saber que hay cosas que están mal y cosas que están bien, cosas que agradan a Dios y cosas que son una ofensa a su ser. Nuestro mundo postmoderno ama y adora la vida de la puerta ancha y el camino espacioso. El postmodernismo que se define por no tener una verdad absoluta camina continuamente en el camino espacioso y entra por la puerta ancha ya que toda verdad es válida, aceptable, buena y conveniente para la vida de aquel que la sustenta. Sin una verdad absoluta no hay autoridad absoluta que pueda decirle a uno qué hacer o qué no hacer. Por tanto, el camino espacioso y la puerta ancha son opciones bien fáciles y deseables ya que es la puerta que dice: “entra a tu propio estilo de vida y moralidad” y es el camino espacios que dice: “camina por donde quieras y cómo quieras” ¿Quién es aquel que hoy en día tiene la legitimidad de decir que hay una puerta estrecha y un camino angosto por el cual transitar?  Si la puerta ancha y el camino espacioso es esa vida que no es reflejo del Reino de los Cielos ¿cuál será la puerta estrecha y el camino angosto?


      La comparación es clara, la puerta estrecha por la que entrar y el camino angosto por el que transitar es esa vida que es el fruto del evangelio del Reino de los Cielos. Esa vida que sí se ciñe, por la gracia de Dios, a la justicia y los valores del reino. Esa vida que sabe que Dios es quien determinó lo que era bueno y malo y, por tanto, no todo vale y no todo es correcto. Este tipo de vida no es nada fácil primeramente porque es una vida delimitada por los valores del Reino de los Cielos, una vida definida por el evangelio de gracia, una vida que sabe que no puede ser vivida de cualquier manera ante los ojos de Dios. El vivir como cristiano no es algo fácil, el peso de la cruz en nuestra vida en ocasiones es grande, por eso es una vida que solo puede vivirse por la gracia de Dios obrando en uno. Es una vida que nunca puede ser el esfuerzo humano primeramente para entrar por esa puerta sino que ha de ser el fruto del evangelio del Reino obrando en nosotros. Ciertamente es la gracia de Dios obrando en uno pero el llamado a “entrad por la puerta estrecha” deja entrever que nuestra responsabilidad de vivir esa vida no es dejada en el umbral de la puerta, el esfuerzo debe ser hecho y la responsabilidad ejercida ¿por qué? Porque esas dos puertas y caminos llevan a dos destinos bien distintos.
      El llamado imperativo a entrar por la puerta estrecha se debe a que hay dos destinos bien distintos. Esas dos puertas no son giratorias y esos dos caminos no son de dos sentidos “ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición” o “porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida”. Cristo está hablando de consecuencias eternas. Por un lado, hay una manera de vivir, la de la puerta ancha y camino espacioso que lleva a la condenación eterna. Por otro lado, hay una manera de vivir, la de la puerta estrecha y el camino angosto que lleva a la vida eterna. Es importante entender que Cristo no está hablando de llegar a la condenación o salvación dependiendo de lo que hagas. Debe notarse que los que están en el camino espacioso no están en el angosto, y los que entran por la puerta ancha no entran por la estrecha. La idea no es que llegues a la vida o condenación eternas por lo que hagas sino que la vida que llevas es fruto y demostración de en qué camino te encuentras y por cual puerta entras. Ese camino y puerta son transitados por dos grupos bien distintos. Por un lado, “muchos son los que entran por ella”, la puerta ancha, mientras que por otro lado “pocos son los que la hallan”, la puerta estrecha. Ciertamente Jesús no está hablando de cuántos acabarán siendo salvos o no. El “mucho” y “pocos” hace referencia que el camino del Reino de los Cielos, la vida regida por el evangelio del Reino no es una vida que sea considerada por muchos por ser una vida que no es nada fácil de ser vivida, especialmente en un mundo cuyo camino es el espacioso y su puerta es la ancha.
El llamado “entrad por la puerta estrecha” es un llamado que apela a la responsabilidad que tenemos y apela desde la convicción del trabajo de la gracia divina de Dios. Entrad por la puerta estrecha porque aún y ser difícil esa vida debes saber que vale la pena vivirla porque su fin último es la vida eterna. Entrad por la puerta estrecha. No dejes de escuchar el llamado de Cristo. 
MARTES

Leer: Salmo 1:1-6

Meditar: ¿Qué dos sendas describe el salmista? ¿Qué caracteriza a la senda descrita en los vv.1-3? ¿Qué caracteriza a la senda descrita en los vv.4-5? ¿Qué diferencia existe al final entre una senda y la otra? ¿Por qué crees que el destina final es tan distinto para unos y para otros?

Orar: Pide a Dios que en su gracia te ayude a caminar en la senda de los justos. Pide a Dios que la meditación de su Palabra sea el deleite de tu vida para que así seas como árbol plantado junto a corrientes de agua en tu vida diaria.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 2:1-12

Meditar: ¿Cuál es la situación que define el salmo en los vv.1-3? ¿Cuál es la reacción de Dios que está en los cielos? ¿Qué es aquello que Dios decreta? ¿Qué es aquello que recibe el Hijo de Dios? ¿Cómo deben reaccionar los reyes de esta tierra con relación a lo dicho en los vv.7-9? ¿Cómo crees que lo que dice el salmo debe ser considerado cuando se vive una vida contraria a Dios y su reino?

Orar: Da gracias a Dios porque él estableció que su Hijo Jesucristo fuese el Rey de reyes que rige con su autoridad. Pide a Dios que en su gracia te ayude a vivir bajo el reino de autoridad de Cristo Jesús en tu vida.


JUEVES

Leer: Efesios 4:17-24

Meditar: ¿Qué es aquello que requiere Pablo? ¿Qué descripción da Pablo de los otros gentiles? ¿Qué es aquello que hemos aprendido nosotros los creyentes? ¿Qué debemos hacer en cuanto a nuestra pasada manera de vivir? ¿Cómo se describe el nuevo hombre según el cual debemos vestirnos?

Orar: Pide a Dios que te ayuda a vivir conforme la vedad de Jesucristo en la que has sido enseñado. Pide que puedas vivir en justicia y santidad.


VIERNES

Leer: 1ª Pedro 2:9-15

Meditar: ¿Qué definición da de la iglesia Pedro? ¿Crees que en la definición de la iglesia hay algún contexto del AT? ¿Qué ruego hace Pedro en base a lo que somos? ¿Qué manera de vivir debemos mantener? ¿En medio de quién debemos mantener nuestra manera de vivir? ¿Cuál es la causa que Pedro determina para que mantengamos nuestra buena manera de vivir como creyentes? ¿Cuál es la voluntad de Dios en estos versículos?

Orar: Pide a Dios que en medio de este mundo puedas mantener tu buena manera de vivir como cristiano. Pide que tu testimonio haga callar aquellos que murmuran contra nuestra identidad como cristianos e iglesia de Cristo.


SÁBADO

Leer: Lucas 13:22-25

Meditar: ¿Cuál es el contexto en el que Lucas presenta la puerta angosta (v.23)? ¿A qué responde Jesús? ¿Qué responsabilidad establece Jesús? ¿Qué imagen da el padre de familia levantándose y cerrando la puerta? ¿Qué diferencias ves con Mateo y estas mismas palabras de Jesús en el Sermón del Monte?

Orar: Pide a Dios que tu vida sea una vida vivida de cara a la puerta angosta. La salvación no es por obras, siempre ha sido y será por gracia pero hay una responsabilidad en entrar por al puerta angosta y vivir la vida del reino de los cielos. Pide a Dios que su gracia sea suficiente en tu vida para ello.