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QUIETUD CON CONOCIMIENTO
“Estad quietos y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones;
enaltecido seré en la tierra”
(Salmo 46:10)
      En muchas ocasiones nos es difícil estar quietos. De una manera u otra tenemos que ser como el mar, siempre en constante movimiento, en ocasiones un movimiento más calmado y en ocasiones un movimiento más bravo, pero siempre en movimiento. Esto suele suceder de manera especial en aquellas circunstancias en las que dificultades y problemas asaltan de manera inesperada nuestra vida. Es en ese tipo de situaciones es donde nuestra quietud es sustituida por un frenesí de acciones, planes, esquemas y los nervios y estrés asociado a ellos que lo único que buscan es intentar solucionar el problema o dificultad. Cierto es que la pasividad tampoco es buena, sin duda alguna debe actuarse para poder solucionar los problemas ya que, por lo general no suelen solucionarse solos, pero en muchas ocasiones podemos llegar a un punto que nada podemos hacer y todo cae fuera de nuestras manos y control. Parece como si los problemas y situaciones creciesen a nuestro alrededor como la mala hierba descontrolada sin poder hacer nada y sin llegar a tiempo de poder cortarlos de raíz, como suele decirse “siempre llueve sobre mojado”. Podemos llegar a un punto donde nuestros enemigos, tengan la cara que tengan en nuestra vida, superan nuestra capacidad de actuación, superan nuestros planes y esquemas y nos dejan en una situación de congelación clamando ¿por qué a mí? ¿Qué es lo que puedo o debo hacer? El Salmo 46 responde a ello. La voz de nuestro Dios registrada por inspiración en este salmo dice “estad quietos y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”. El salmo nos muestra que hay momentos donde es necesaria una quietud con conocimiento frente a las realidades difíciles que pueden sobrepasarnos en nuestra vida. En este pequeño versículo hay tres elementos que son dignos de consideración, primero dos actitudes, conoced y estad quietos, es decir, una quietud con conocimiento. Segundo, el contenido de nuestra quietud con conocimiento y tercero el resultado final de nuestra quietud con conocimiento.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
MARTES

Leer: Salmo 28

Meditar: ¿Cómo describe el salmo a Dios? ¿Cuál es la connotación que transmite la imagen de Roca? ¿Cómo son descritos los malos en el Salmo? ¿Cómo entiendes que el salmista pida que Dios de a los malos conforme a sus obras? ¿Por qué bendice el salmista a Dios? ¿Cómo crees que el Salmo, en especial los vv.8-9 encuentran cumplimiento en Cristo?

Orar: Bendice a Dios porque él es tu Roca. Bendice a Dios porque él es justo. Bendice a Dios porque al fin en Cristo él es tu refugio y el te salvó y bendice tu heredad eterna.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 43

Meditar: ¿A quién debe juzgar Dios al inicio del salmo? ¿Cuál es el dilema que tiene el salmista en el v.2? ¿Te has sentido con este dilema en alguna ocasión? ¿Qué es lo que pide el salmista ante tal dilema? ¿Por qué crees que cambia la actitud del salmista del v.2 al v.4? ¿Cuál es la conclusión final del salmista?

Orar: En ocasiones de nuestra vida podemos tener el problema de no ver como Dios es nuestra fortaleza. Pide que Dios te ilumina en la verdad de su Palabra para entender que él sigue siendo tu fortaleza y por tanto puedas esperar sin abatirte en el Dios de tu salvación.


JUEVES

Leer: Salmo 61

Meditar: ¿Cuál es la actitud del salmista en los primeros versículos del salmo? ¿Cuál es la petición del salmista? ¿Cuál es la certeza del salmista en base a su petición? ¿Quién es el principal protagonistas del salmo? ¿Cómo crees que esas palabras del rey encuentra cumplimiento en el Rey de reyes?

Orar: El clamor de Cristo fue escuchado por el Padre y tras su muerte y resurrección el Rey de reyes fue llevado al tabernáculo celestial, eterno delante de Dios. Bendice a Dios porque en Cristo tu Rey de reyes tu clamor es escuchado y Dios es tu refugio eterno.


VIERNES

Leer: Salmo 62:1-4

Meditar: ¿Cuál es la descripción que hace el salmista de Dios en ellos vv.1-2? ¿Por qué crees que el salmista decide tener en Dios el alma acallada? ¿Qué función crees que tienen las preguntas de los vv.3-4? ¿Cuál crees que es la respuesta a ellas según lo dicho en los vv.1-2?

Orar: Pide a Dios que en situaciones difíciles tu alma esté acallada en Dios por la razón que él es tu refugio y roca. Considera delante de Dios que aun y cuando en muchas ocasiones enemigos planeen mal Dios sigue siendo tu refugio y en él tu alma puede reposar.


SÁBADO

Leer: Salmo 62:5-12

Meditar: ¿Por qué el alma puede reposar solamente en Dios? ¿Cuáles son las descripciones de Dios en los vv.5-7? ¿Cuál es el llamado del salmista a las naciones? ¿Cuál es el fin de aquellos caracterizados por la vanidad? ¿Cómo contrastan estos con los descritos en el v.8? ¿Por qué crees que al final de todo habrá justa justicia según los vv.11-12?

Orar: En dificultad preséntate delante de Dios, que tu alma descanse en él sabiendo que él es tu esperanza, roca, refugio y gloria. Confía en Dios que aun y cuando en el tiempo presente puede parecer que no hay justicia, Dios ha oído esto y su poder hará finalmente justicia con los suyos.
MEDITACIÓN

Glorioso es el llamado de Dios “estad quietos y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”. Considera este llamado, medita en él en tus problemas y tribulaciones. En esas situaciones donde nada puedes hacer considera el llamado de Dios “estad quietos y conoced que yo soy Dios”. Considera el evangelio porque allí Dios mostró en exaltación ser Dios. Como los amigos de Daniel, sea que Dios te libre o no, él sigue siendo Dios. Sea tu quietud una quietud con conocimiento que te permita en el evangelio ver y conocer que Dios es Dios.    
      El Salmo 46 es un salmo cuyo autor y fecha son desconocidos, muchos han sido aquellos que le han asignado autor y fecha pero sin un acuerdo o consenso claro en ello. Muy probablemente debido a las situaciones que el salmo describe, pudo ser perfectamente escrito por David, pero su importancia no reside aquí primeramente en su autor humano sino en el contenido del cántico. El salmo puede dividirse en tres secciones claras: (1) la realidad de Dios como el amparo, refugio y auxilio de su pueblo frente a las tribulaciones y a razón de ello la confianza de no temer aun y cuando la tierra sea removida (vv.1-3). (2) La realidad de la presencia de Dios en medio de su ciudad santa y la presentación de Dios como guerreo que pelea la batalla a favor de los suyos siendo refugio para ellos (vv.4-7). (3) Un doble llamado final, venid y ved las obras de Dios y estad quietos y conoced que el Dios de los ejércitos está con los suyos (vv.8-11). Un salmo donde en el trasfondo aparecen la realidad de las tribulaciones expresadas con imágenes de la tierra removida y el corazón del mar traspasado, el último llamado de Dios es “estad quietos y conoced”. Dios no presenta estas dos acciones como una opción sino prácticamente como un mandato imperativo “estad quietos y conoced”. Es un llamado el cual manda a los suyos a que su acción y actividad sea simplemente “estar quietos y conoced”. ¿Cómo es esto posible? ¿Quién de nosotros podría estar quieto frente a circunstancias como tribulaciones y problemas en nuestra vida? ¿Quién no tomaría medidas para solucionarlo? El llamado de Dios “estad quietos y conoced” no es un llamado a la pasividad sino un llamado a reconocer y confiar en el Dios que tenemos. “Estad quietos” no implica estar pasivos frente a las diversas situaciones y tribulaciones, sino estar confiados. La quietud implica dejar de hacer nuestros planes en muchas ocasiones inútiles frente situaciones que no podemos resolver, para dedicar nuestra quietud a poder conocer al Dios que tenemos. “Estad quietos” viene acompañado de “y conoced”, por tanto, la quietud frente a situaciones difíciles no es pasividad ni tampoco debería ser una pérdida de tiempo sino un tiempo dedicado a conocer y confiar en el Dios que tenemos en medio de esas situaciones. Así como Israel estuvo delante del supuestamente infranqueable mar rojo y vio la salvación de Dios, así en muchas ocasiones debemos estar quietos y conocer a Dios en aquellas situaciones que parecen infranqueables y, porque no decirlo, muchas de ellas injustas. “Estad quietos y conoced” son dos acciones que en nuestra vida dejan espacio para confiar en Dios en medio de aquellas situaciones en las que la tierra parece ser removida y los montes parecen que traspasen al corazón del mar. Esta quietud y conocimiento permite conocer algo maravilloso, permite conocer “que yo soy Dios”.



      Sin duda alguna esta afirmación dentro de la Biblia y en especial en el Antiguo Testamento es una afirmación categórica y absoluta. “Yo soy Dios”, “Yo soy Jehová” es usado en más de una ocasión por parte de Dios para expresar que él es uno y único, no hay otro como nuestros Dios. Dios es el único Creador, Dios es el único Redentor y esto hace que él sea el único Dios vivo y verdadero (Isaías 45:18-22). El Dios que debe ser conocido en medio de la quietud y confianza debe ser visto a la luz de la revelación que el mismo Dios da en el Salmo 46. Si hay una descripción de Dios que abre, cierra y mantiene unido todo el Salmo 46, es la descripción de Dios como “amparo y fortaleza” (v.1), “pronto auxilio en medio de las tribulaciones” (v.1) “nuestro refugio” (vv.7, 11)
      Dios se revela a él mismo como aquel que es seguridad para los suyos en medio de las tribulaciones y dificultades. De todas maneras, la imagen de fortaleza y refugio traen la connotación de algo pasivo, un refugio ofrece seguridad y protección pero no de manera activa sino pasiva, ahora bien, no es así con Dios. Uno no debe pensar en Dios como una especie de refugio gigantesco bajo el cual uno toma la iniciativa de protegerse, el Salmo 46 no da esta imagen. La revelación de Dios como fortaleza y refugio debe de ser vista de manera conjunta con otra descripción de Dios dentro del salmo, “Jehová de los ejércitos está con nosotros” (vv.7-11). Las dos veces que Jehová es descrito como “Jehová de los ejércitos” a la par es descrito como “nuestro refugio”.
      La descripción de Dios como “Jehová de los ejércitos” recorre la Escritura y presenta a Dios como guerrero. Nuestro Dios es aquel que batalla por los suyos en medio de las tribulaciones, batalla a favor de los suyos en contra de sus enemigos, esta es la razón por la cual en medio de las dificultades Dios es el refugio de los suyos, porque él batalla por su pueblo. Conocer que Dios es aquel que pelea la batalla por nosotros es descansar y confiar en él como nuestro refugio y pronto auxilio. Cuando nuestro “poder” se demuestra limitado e inútil, cuando se nos obliga a estar quietos entonces es cuando podemos conocer que hay uno, nuestro Dios, que sigue peleando a favor de su pueblo en medio de sus tribulaciones, injusticias y problemas. Quizás puedes estar pensando en estos momentos “pero hay ocasiones en que esto no parece así”. Cierto es, pero Dios nos ha dado una gran muestra de esa verdad del salmo, no hay mayor muestra de esto que la cruz y la resurrección. Toda la histórica bíblica demuestra que Dios peleó a favor de su pueblo para traer aquella victoria que ninguno de ellos podía alcanzar.
      La cruz del Calvario es el lugar donde el llamado de Dios “estad quietos y conoced que yo soy Dios” se cumple de manera excelsa y gloriosa. ¿Qué podíamos hacer frente a los enemigos de nuestra alma? ¿Qué podíamos hacer frente a la realidad que la tierra era removida bajo nuestros pies y el infierno abierto bajo ellos? Nada, solo estad quietos y conoced que Dios es Dios y allí en la cruz lo demostró. Cristo no fue un salvador pasivo en aquella cruz, sino totalmente activo, obró y aseguró la salvación de su pueblo. Allí en la cruz Jehová de los ejércitos estaba peleando la última batalla a nuestro favor, sujeto a las tribulaciones y dolor, siendo nuestro refugio en el presente y en la eternidad. La tierra fuer removida cuando el Hijo de Dios murió, pero nuestro refugio presente y eterno fue asegurado. La piedra fue removida y Cristo resucitó y en él está nuestra victoria. Si en ocasiones no ves esta realidad en tus tribulaciones, mira a Cristo, mira a la cruz, mira a la tumba vacía y conocerás el Dios que es tu refugio. Curioso es ver el resultado final “seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”. Al fin y al cabo el objetivo primario no es ser librados de nuestros problemas sino que Dios sea exaltado en las naciones. La gloria de Dios y no nuestro bien estar es lo que prima pero es en la salvación de los suyos donde Dios recibe la mayor exaltación posible.