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SOBRELLEVAD
LAS CARGAS
“Sobrellevad las cargas los unos de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”
(Gálatas 6:2)
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      Uno de los personajes que resulta de esencial y vital importancia en la película de El Señor de los Anillos, es el inseparable amigo de Frodo, Samwise Gamgee. Sam como buen amigo acompaña en todo momento a Frodo en su camino al monte del Destino para deshacerse del anillo único. Sam es la sombra constante de Frodo, el vigía que en todo momento vela por su amigo. A medida que ambos compañeros van acercándose a las tierras oscuras de Mordor y a la sombra cada vez más cercana del monte del Destino, la carga del anillo se hace más y más pesada para Frodo. La carga del anillo resulta prácticamente imposible de llevar, el anillo hace que Frodo pierda el propósito de su misión y deje de considerarse a sí mismo como el portador de una gran misión para salvar a la Tierra Media. En esa situación Sam entra en escena y le comenta a Frodo que él está dispuesto a llevar su carga, si Frodo no puede allí está Sam para cargar con ella, sin duda alguna Sam está dispuesto a sobrellevar la carga de su compañero. Ahora bien, aun y el ofrecimiento de Sam, Frodo sabe que esa carga es su misión y solamente él es capaz de llevarla.


      La respuesta de Frodo hubiese podido desanimar a Sam pero lejos de conformarse decide tomar la decisión de ser aquel que quizás, no podrá sobrellevar físicamente la carga de su amigo pero sí podrá sobrellevar a su amigo con la carga que le ha tocado vivir. Muchos Samwise Gamgee se necesitan hoy en día y en especial en la iglesia de Cristo. Muchos Sam con espaldas anchas y fuertes se necesitan en la iglesia para cuando sea el momento de poder sobrellevar las cargas juntamente con los hermanos que en su gracia Dios nos ha dado, de poder restaurar al hermano que ha sido sorprendido en alguna falta y sobrellevar en ese proceso esa carga. El apóstol Pablo lo dejó claro a los Gálatas. Casi al final de su carta les escribió “sobrellevad las cargas los unos de los otros y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:2). Pablo muestra que el sobrellevar las cargas es, primero, algo que es dado bajo la realidad del pecado. Segundo, el sobrellevar las cargas es dado en un contexto congregacional y tercero, el sobrellevar las cargas es dado en cumplimiento de la ley de Cristo.


      Pablo no menciona el maravilloso imperativo de “sobrellevad las cargas los unos de los otros” en un vacío contextual. El versículo inmediato nos informa de la realidad del pecado en la vida del creyente pero también de la misericordiosa realidad de la restauración “hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (Gálatas 6:1). En este versículo Pablo muestra un contraste entre “alguno sorprendido en alguna falta” y “vosotros que sois espirituales”. El contraste establecido por Pablo no es entre un no creyente y un creyente, tampoco es entre un hermano que ha dejado de ser creyente por su falta y uno que permanece siendo espiritual, esta no es la idea del apóstol. Aun y la situación grave de los Gálatas, Pablo ha hablado de ellos como aquellos que han recibido el Espíritu el cual clama Abba Padre (Gálatas 4:6).
      Esto es lo que hace a alguien espiritual, la presencia del Espíritu de adopción dado por gracia. Siendo así, el contraste entre “uno sorprendido en alguna falta” y “vosotros que sois espirituales” no es entre ser o no ser creyente sino más bien y a la luz del fruto del Espíritu y las obras de la carne expresadas en Gálatas 5:19-22, entre un hermano que ha caído en algún pecado u obra de la carne y aquellos espirituales, es decir, aquellos que siendo igualmente creyentes como el hermano, no han caído, siguen andando en el Espíritu.
      Estos últimos y no otros están en la posición de “restaurad con espíritu de mansedumbre” al hermano caído. Esta restauración es, sin duda alguna, un acto de sobrellevar la carga del hermano. Cierto como la vida misma es que, aun y tener corazones regenerados por la obra del Espíritu el pecado es una realidad en nuestra vida y esto puede ser un arma de dos filos. Por un lado, el pecado es una carga dura para el creyente. Por otro lado, el pecado en un hermano puede despertar el fariseo escondido que muchos podemos tener en nosotros. Ese fariseo que dice “gracias Señor porque no soy como éste”, que utiliza su supuesta “perfecta” justicia como camino al orgullo espiritual, que se acerca al hermano no con sinceridad honesta sino con hipocresía para hacerle ver cuán hundido está. Uno que es capaz siempre de ver la paja en el ojo del hermano y no ver al hermano en Cristo ni la viga en su propio ojo, capaz de creerse que él o ella está en el derecho y justicia de tirar la primera piedra. Uno que es capaz de ver la falta y carga severa en el hermano pero es incapaz por orgullo y falsa justicia de ver la última parte dicha por Pablo “considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”, esta última parte no va con ellos. No son necesarios estos sepulcros blanqueados en el cuerpo de Cristo, su lugar es otro. Sobrellevar la carga es dado bajo la realidad que fallamos tanto nosotros como nuestros hermanos y cuando esto sucede es necesario considerarse y restaurar en el cuerpo de Cristo.


      “Sobrellevad las cargas los unos de los otros” implica un contexto congregacional. Los porteadores del primer siglo podían descansar sus pesadas cargas sobre los hombros de otros porteadores. Siendo así, Dios en su gracia nos ha puesto en un cuerpo de porteadores que en medio del camino no solo deben estar dispuestos a que otros pongan sus cargas en sus hombros sino que también ellos deben deliberadamente ofrecerse para sobrellevar la carga de otros en el cuerpo de Cristo. Central en la nueva vida que el creyente tiene en Cristo es el concepto de mutualidad “los unos de los otros”. La carga del hermano o hermana se convierte en mi carga. Esto no es solamente por un ejercicio sublime de empatía sino por unión y participación en Cristo. Sobrellevar las cargas los unos de los otros debe hacerse “cumpliendo así, la ley de Cristo”.


      El sobrellevad es dado en cumplimiento a la ley de Cristo. Posiblemente uno estará pensando que aun y sobrellevar las cargas, las faltas y pecados no deben aceptarse. Cierto es, el pecado debe tratarse pero no puede dejarse pasar esta última frase “cumplid así la ley de Cristo”. El sobrellevad la carga implica el cumplimiento de la ley de Cristo. Uno trata con la carga del pecado y restauración como Cristo lo hizo y no como a mí me gustaría o a otros les gustaría que uno tratase con ello. No son las voces de otros sino la ley de Cristo la que rige el sobrellevar la carga. Cristo nunca aceptó el pecado pero sí lo cargó en nuestro lugar en la cruz del Calvario. Pero que triste es ver tanto aquellos que aceptan el pecado como aquellos que “cortando cabezas” lidian con su propia ley y no la de Cristo con el hermano cargado. Sin ser partícipe de nuestro pecado Cristo lo cargó, fue hecho pecado por nosotros cargando la culpabilidad del mismo. Pero que triste es ver aquellos que están dispuestos a hablar y seguir hablando sobre sus propios hermanos y las cargas que presentan pero son incapaces de sobrellevar un solo gramo de la carga del hermano. Cristo no apagó el pábilo de nuestra vida que humeaba por el pecado, pero como entristece ver que hay aquellos que sí están dispuestos a apagar a un hermano o hermana hundiéndolo con sus juicios y lenguas ponzoñosas añadiendo más carga a la que ya tienen. Cristo no nos juzgó sino que su justicia nos fue dada para hacernos aceptos delante del Padre. Pero qué triste es ver cómo hay algunos que se creen con derecho de usar la justicia de Cristo que declara justo al pecador y que les fue dada por gracia y por medio de la fe como si fuese su propia justicia para, en lugar de restaurar y sobrellevar, juzgar al hermano. Siendo el espiritual por excelencia Cristo nos restauró sobrellevando nuestra carga en la cruz, evitó que la primera piedra fuese tirada sobre nosotros. Pero que tristeza y peligro aquellos que sus lenguas siguen tirando la primera piedra sobre aquellos, sus hermanos y hermanas, sin ser capaces de considerarse a ellos mismos.

MEDITACIÓN

Si hay una meditación final que hacer es “considerémonos a nosotros mismos, no sea que también seamos tentados y sobrellevamos las cargas los unos de los otros, y cumplamos así la ley de Cristo”.
MEDITACIÓN SEMANAL BASADA EN EL DEVOCIONAL
MARTES

Leer: Isaías 53: 1-9

Meditar: ¿Por qué crees que el anuncio presentado en el texto resulta difícil de creer? ¿Cómo es descrito al siervo sufriente en este texto? ¿Qué es aquello que él llevo sobre él (mira las diversas expresiones en cómo esto es descrito)? ¿Cuál fue la reacción del siervo ante todo esto?

Orar: Orando con Isaías 53:1-9 en mente pide a Dios que te haga entender y sondear el gran anuncio que estableció en Isaías 53. Oran pidiendo a Dios que te muestra la importancia del gran hecho de que hubo uno que sobrellevó nuestras aflicciones en nuestro lugar.


MIÉRCOLES

Leer: Isaías 53:10-12; 1ª Pedro 2:21-25

Meditar: ¿Cuál es el tema principal en los vv.10-12 de Isaías 53? ¿Cómo crees que todo el texto de Isaías 53 se cumple en Cristo a la luz de lo dicho por 1ª Pedro 2:21-25? ¿Qué entiendes en el v.21 por “padeció por nosotros”? ¿Cuál fue el propósito de la obra de Cristo según el v.24?

Orar: Cristo cargó nuestro pecado en el madero para que nosotros vivamos por su justicia. Ora para que Dios te guíe en entender como esto fue hecho, según Pedro, para dejarnos ejemplo y pisadas a seguir. Nos dejó ejemplo para el sufrimiento y nos dejó ejemplo de cómo sobrellevar cargas y mostrar la justicia que trae vida.


JUEVES

Leer: Gálatas 3:1-14

Meditar: ¿Cuál crees que es el tema principal de toda esta sección? ¿Cuál es el ejemplo del antiguo testamento que Pablo utiliza? Céntrate en los vv.10-14 ¿cuál es la situación de los que están bajo la ley? ¿Qué hizo Cristo y cómo lo hizo? ¿Cuál fue el propósito de ello? ¿Cómo crees que esto se relaciona con “la ley de Cristo” mencionada en Gálatas 6:2?

Orar: Medita sobre la realidad de que Cristo cargó la maldición de la ley en nuestro lugar. Cargó la culpabilidad para que nosotros pudiésemos recibir la promesa del Espíritu. Pide a Dios que esta obra te ilumine para entender lo que es cumplir la ley de Cristo cuando sobrellevamos las cargas los unos de los otros.


VIERNES

Leer: Juan 8:1-11

Meditar: ¿Cuál es la situación que se genera en este capítulo? Según la ley de Moisés esa mujer debía ser apedreada ¿Qué crees que cambió lo que Jesús dijo en v.7? ¿En qué se diferencia la actitud de los fariseos de la de Jesús? ¿Crees que Jesús dejó de cumplir la ley en ese caso? ¿Qué dos elementos importantes hay en la respuesta de Jesús en el v.12?

Orar: La ley fue cumplida por Jesús finalmente en la cruz. La culpa de aquella mujer en último término fue llevada por Cristo en la cruz, por tanto, esa mujer encontró perdón a los pies de Cristo. Ora que este cumplimiento de la ley en Cristo ilumine la manera en como sobrellevar los pecados de los otros. Ora que Dios te de humildad para saber que la ley igualmente y sin distinción condena a todos.


SÁBADO

Leer: 1ª Juna 1:8-2:3

Meditar: ¿Cuál es el engaño que podemos tener en nuestras vidas? ¿Cuál es la actitud contraria al engaño de decir que no hay pecado en nuestra vida? ¿Qué dos cosas genera el decir que no tenemos pecado o confesarlo? ¿Cuál es la base según 2:1-2 de la certeza que Dios es fiel y justo para perdonarnos si confesamos nuestros pecados?

Orar: Ora dando gracias a Dios que Jesucristo es tu abogado delante del Padre cuando hay pecado en tu vida. Ora para que esta realidad te ayuda a sobrellevar la carga de aquellos hermanos que pueden encontrarse en pecado. Ora que la realidad de tener a Cristo como abogado delante del Padre guía tu actuación con aquellos hermanos que han sido hallados en falta.