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OYE ISRAEL
“Oye Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas”
(Deuteronomio 6:4-5)
      A Jesús le preguntaron cual era el primer mandamiento de todos y Cristo respondió citando el mandamiento expuesto en el libro de Deuteronomio, el conocido Shema (oye). Tal pregunta podríamos tomarla para este nuevo año en el cual entramos y preguntarnos ¿cuál es el primer y más grande mandamiento para este nuevo año? Posiblemente la respuesta debería ser “amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas”. No hay duda alguna que este mandamiento debería ser la puerta de entrada a cualquier resolución de nuevo año que pudiésemos plantearnos en relación con nuestra comunión con Dios. Así fue para Israel. El mandamiento de Deuteronomio 6:4-5 se encuentra como puerta de entrada a la relación de fidelidad y lealtad que Israel debía mantener en el pacto con Dios expresado en el libro de Deuteronomio.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      El libro de Deuteronomio supone el suplemento del pacto que Dios realizó con la primera generación de Israel en el monte Sinaí, en Horeb. Ahora, frente a las puertas de la heredad que Dios daría a su pueblo, frente a la realidad de la tierra prometida, la nueva generación de Israel vuelve a escuchar las palabras del pacto en Horeb más las palabras del pacto en Moab recogidas y narradas en el libro de Deuteronomio, “estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concretó con ellos en Horeb” (Deuteronomio 29:1).
      Cuando uno observa la estructura del libro de Deuteronomio, puede darse cuenta de que la premisa que dicho mandamiento es la puerta de entrada a la fidelidad y lealtad del pacto es una premisa literal. Deuteronomio 6:4-5 aparece como aquello esencial antes de cualquier obediencia fiel y leal en el pacto con Dios. Israel debía conocer la verdad teológica de que Dios es uno y que a ese único Dios debían amar plenamente. Israel encontró infinidad de dioses en Egipto, todos ellos vencidos por el único Dios verdadero que extendió su brazo fuerte para redimirlos de la esclavitud. De la misma manera Israel encontraría infinidad de ídolos en la nueva tierra que les era dada por heredad. Frente a esta realidad, el pueblo que había sido redimido y creado como el pueblo del pacto debía oír algo esencial y vital para su lealtad y fidelidad. Israel debía entender que el Dios del pacto, aquel que los redimió y creó como su pueblo es uno. Por tanto, la lealtad, la fidelidad y el amor que Israel debía mostrar pasaba por oír la verdad y realidad de que Dios es uno y que frente a Dios no se puede tener “un corazón partio”. La fidelidad, lealtad y amor en la relación de pacto, como en un matrimonio, pasaba por entender que el cónyuge es uno solo y un tercero nada pinta en esa relación. Tal verdad permite que el amor sea total, completa y devotamente dirigido solamente al único Dios verdadero, Creador y Redentor de su pueblo. Así lo expresa el mandamiento.


      “Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas”
. Tres aspectos que acompañan y explican como amar al único Dios que tenemos. Primero, “de todo tu corazón”. Aun y cuando en nuestra mentalidad occidental el corazón es lugar de sentimientos, en la mentalidad semítica el corazón no implicaba primeramente sentimentalismo. Con el corazón se sentía, el corazón era el lugar de la voluntad y el ser, pero con el corazón también se pensaba, en ocasiones equivalía a la mente. Por tanto, amar al único Dios de todo corazón no implica un puro sentimentalismo fofo o emocional. Implica sentimiento y razón, emoción y conocimiento del Dios al que se ama. Segundo, “de toda tu alma”. Aun y cuando pareciera que nada tiene que ver, en su origen hebreo, la palabra alma significaba “garganta” el órgano por el cual pasa la comida necesaria para sobrevivir. Amar a Dios implica hacerlo de tal manera que sea algo esencial para la vida misma. Tercero, “con todas tus fuerzas”, el amar a Dios debe hacerse de manera completa, al extremo, con toda intensidad. Esta es la puerta de entrada a la fidelidad y lealtad en la relación de pacto que Dios inició en su gracia y redención. Quizás puedas preguntarte ¿quién es capaz para ello? ¿Quién es competente para tal mandamiento? ¿Cómo puedo hacerlo?


      Trieste es oír la canción de Deuteronomio 32 donde Dios dice que Israel será infiel y su corazón estará partido entre varios ídolos. ¿Cómo amar a Dios de todo corazón cuando Dios mismo dice a Israel que no les ha dado un corazón para ello? (Deuteronomio 29:4). Dios mismo responde “y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, par que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, a fin de que vivas” (Deuteronomio 30:6). Esta realidad sucede en Cristo y el nuevo pacto. La realidad del nuevo pacto trae la transformación de nuestros corazones de piedra en corazones de carne para conocer y amar a Dios tal y como el Shema determina. Cristo y su redención traen la vida eterna, el conocer al único Dios verdadero y a quien él ha envidado (Juan 17:3).
Pastor Rubén Sánchez
MEDITACIÓN

Dios nos ha dado un corazón de carne en Cristo para amarle y servirle. Piensa en la importancia de caminar en la relación de pacto que Dios ha establecido contigo por su gracia en Cristo, amándole no solo con nuestro sentir sino también con nuestra mente, amándole como algo esencial para nuestra vida, amándole como sino hubiese un mañana. En una vida tan efímera como la nuestra ¿Qué sentido podría tener un nuevo año sin oír y hacer las palabras del Shema?
MEDITACIÓN SEMANAL BASADA EN EL DEVOCIONAL
MARTES

Leer: Éxodo 20:1-3

Meditar: ¿Qué realidad histórica mencionan los vv.1-2? ¿Qué significado crees que puede tener que Dios mencione la redención antes que la entrega de la ley? ¿Qué verdad e importancia encierra el primer mandamiento?

Orar: Dar gracias a Dios porque su redención por gracia es la que nos ha llevado a formar parte de su pueblo del pacto. Medita sobre la verdad que Dios es uno y encuentra motivos de alabanza a Dios por su singularidad.


MIÉRCOLES

Leer:  1ª Corintios 8:4-6

Meditar: ¿Qué verdad bíblica muestran estos versículos? ¿Cómo establece Pablo la comparación entre los ídolos y Dios? (mira los plurales y singulares) Según el v.6 ¿Qué implicaciones tiene para nosotros los creyentes que Dios sea uno?

Orar: Pídele a Dios que por su gracia te ayude a considerar la importancia de que él es único y verdadero. Ora según el v.6 y pídele a Dios que las implicaciones mostradas en el versículo puedan ser una realidad de la que seas consciente diariamente.


JUEVES

Leer: Mateo 22:1-46

Meditar: ¿En qué contexto se encuentra el gran mandamiento? ¿Qué relación crees que tiene el gran mandamiento con los diversos acontecimientos que menciona Mateo 22? ¿Cómo crees que el gran mandamiento contribuye a todo el contexto?

Orar: Pedir a Dios que el gran mandamiento sea una actitud de honestidad y sinceridad en nuestra vida. Orar que nunca sea usado con hipocresía tal y como los fariseos lo hicieron.


VIERNES

Leer: Mateo 22:34-40

Meditar: ¿Cómo utilizaron los fariseos el mandamiento? ¿Por qué crees que Jesús responde también con el segundo mandamiento cuando no se lo habían preguntado? ¿Qué relación ves entre los dos mandamientos? ¿Qué crees que significa que toda la ley y los profetas se resumen en estos dos mandamientos?

Orar: Pedir a Dios que nuestro amor por él pueda ser un amor reflejado a nuestro prójimo. Qué nuestro amor hacia Dios pueda ser la base, fundamento y causa por el cual amamos a nuestro prójimo.


SÁBADO

Leer: Deuteronomio 6:4-9

Meditar: ¿Qué implicación crees que tiene el hecho de que el mandamiento sea dado a Israel como pueblo? ¿Cómo los vv.6-9 muestran la importancia del mandamiento? ¿Qué conclusiones puedes sacar de ello

Orar: El Shema era un llamado a toda la congregación de Israel, al tiempo que también era un llamado personal y familiar. Ora que Dios en su gracia pueda ayudarte a que este mandamiento sea algo expresado no solamente en tu vida personal sino también familiar y congregacional.