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NO SE TURBE VUESTRO CORAZÓN
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”
(Juan 14:1)
      Se suele decir que “el mundo es de los valientes”, ahora bien, cuando somos sinceros con nosotros mismos y miramos en lo más profundo de nuestro ser, podemos darnos cuenta de que somos seres que presentan muchos temores. Miedo a la enfermedad, miedo a perder a un ser querido, miedo a no saber cómo sustentar a la familia, miedo a que nadie note mi ausencia, miedo a que nuestra fe pueda ser probada como una fe débil o absurda, miedo, miedo y miedo. Las circunstancias cambiantes de nuestra vida hacen que en muchas ocasiones el miedo o temor sea un compañero de viaje que nos acompañe fielmente, un compañero que se sube al coche de nuestra vida sin avisar y sin quererlo. Es posible ver como el miedo es algo patente en nuestra vida y algo que de manera indeseada turba nuestro corazón. El temor es como un ladrón que de manera especial por las noches asalta nuestras mentes, mina nuestros pensamientos y turba nuestros corazones. De todas maneras, el temor en la vida es algo que muchos grandes hombres han usado como acicate para conquistarlo y seguir adelante. Por ejemplo, Nelson Mandela comentó que “no es valiente el que no tiene miedo sino el que sabe conquistarlo”.


      Cierto es que nuestra actitud frente al temor es importante, ahora bien, que el ser humano intente calmar la turbación de su corazón debido al temor es como aquel que intenta parar las olas del mar, es algo imposible, después de una vendrá otra y otra y otra. Después de vencer a un temor vendrá otro que turbará nuestro corazón y después otro y otro y otro, ¿qué hacer entonces? ¿cómo calmar nuestro corazón turbado a causa de temores en nuestras vidas? Solamente es posible entendiendo que aquel que puede verdaderamente calmar un corazón turbado por el temor es aquel que lo ha creado. Quizás no hay mayor temor para un creyente que enfrentarse a la prueba de su fe ¿será mi fe algo inquebrantable? ¿Será mi fe algo real o simplemente algo vacío que sirve - como algunos han dicho - cómo escape para los débiles? Jesucristo dijo a sus discípulos “no se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí” (Juan 14:1).
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      Es importante entender que estas palabras de Jesús fueron dichas a una audiencia muy concreta. Son palabras que no fueron dichas para los oídos de todo el mundo sino únicamente para los oídos de aquellos que eran sus discípulos. Las palabras de Jesús se encuentran dentro de los últimos discursos de Cristo a sus discípulos. Ahora el mundo incrédulo que buscaba matar a Jesús ha quedado a un lado, mientras aquellos que no creían en Jesús planeaban arrestarle gracias a la traición de Judas y matarle, Cristo se dirige a aquellos que sí creían en él y les dice “no se turbe vuestro corazón” ¿Por qué decir algo así? El maestro que había estado con ellos por tres años, les había dicho que dejaría este mundo y que donde él iba por ahora no podían seguirle (Juan 13:33-34). Cristo se iba de este mundo y, aun y cuando los discípulos no lo tenían claro, Jesús mediante el lavamiento de los pies a sus discípulos ya estaba anunciado que la salida de este mundo implicaría verter no el agua de un lebrillo sino verter su sangre en una cruz para lavar a aquellos que él amó hasta el fin. Los discípulos verían su muerte, los discípulos no podrían seguir más a Cristo ¡que temor asaltó y asaltaría aun más sus vidas turbando sus corazones! Además, el propio Pedro que valientemente dijo que su vida pondría por Cristo (Juan 13:38) tuvo que escuchar de boca de Jesús que, aun y cuando su fe pudiese parecer una fe valiente que vencía al mundo, en realidad sería una fe débil y temerosa, después que el gallo cantara, Pedro habría negado a Jesús tres veces (Juan 13:39). Si la fe de Pedro iba a ser una fe temerosa ¿sería la fe de los otros discípulos del mismo calibre? ¿Podrían probarse mejores? Es aquí donde las palabras de Cristo son esenciales “no se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”.


      Aquellos que son discípulos de Cristo, aquellos que seguimos a Cristo tenemos en nuestra vida las palabras de “no se turbe vuestro corazón”. Frente al temor de la vida, frente al temor de lo que el mundo pueda decir, las palabras de Cristo son bálsamo tranquilizador para nuestros corazones “no se turbe vuestro corazón”. Aun y cuando en nuestra vida podemos sentirnos huérfanos y solos pensando en ocasiones que nuestro Cristo se ha ido, sus palabras deben resonar como un eco de esperanza “no se turbe vuestro corazón” ¿por qué? La clave está en lo que sigue “creéis en Dios, creed también en mí”. Cristo pudo decir estas palabras porque él y el Padre uno son (Juan 10:30; 14:10). Creed en Dios implica creed igualmente en Cristo. Tener un corazón que no está turbado por el temor no consiste en tener un corazón blindado frente al temor, tampoco reside en creer en nosotros mismos, sino en creer en aquel que nos ha creado y salvado. La fe nunca será absurda ni vacía para calmar nuestro corazón por el simple hecho de que la fe nunca está puesta ni en el mundo ni en nosotros sino en Cristo que ha vencido al mundo siendo una fe que se nutre y es fortalecida por la palabra misma de Jesucristo “no se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”.
MEDITACIÓN

Las palabras que siguen al texto devocional son las palabras de Jesús diciendo a sus discípulos que se va a prepara morada para ellos. Cristo no nos dejó huérfanos, su ida es esencial para darnos al Consolador y para preparar nuestra morada en casa del Padre. Medita y ora que Dios pueda calmar tu corazón frente a momentos de dificultad, que Dios pueda fortalecer tu fe en Cristo sabiendo que el don de la fe en él es bálsamo para calmar tu corazón en este mundo y es el ancla que te permite contemplar la morada celestial para la eternidad.
MEDITACIÓN SEMANAL BASADA EN EL DEVOCIONAL
MARTES

Leer: Salmo 63

Meditar: Según el salmo ¿cuándo medita el salmista en Dios? ¿Qué son aquellas cosas en las que el salmista medita? Según el v.7 ¿qué es Dios para el salmista? ¿Cómo el salmo entiende que Dios es socorro en los vv.7-8? ¿Qué diferencia hay entre aquellos que Dios es su socorro y los descritos en los vv.9-11?

Orar: Medita delante de Dios sobre la realidad expresada en el salmo. Da gracias a Dios porque el es tu socorro y la salvación de tu alma. Pide a Dios que en la seguridad de su presencia te ayude a encontrar regocijo como el salmista.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 121

Meditar: ¿De donde viene el socorro del salmista? ¿Por qué Dios puede ser el socorro del salmista? ¿Cuáles son aquellas acciones que el salmista describe para expresar la realidad que el socorro proviene de Jehová? ¿Cuál es la acción principal en los vv.5-8 que demuestran el socorro de Jehová?

Orar: Medita en cómo Dios ha sido y es tu socorro a lo largo de tu vida. Da gracias a Dios por como el ha guardado y sigue guardando tu vida. Pide a Dios que el clamor del salmista “mi socorro viene de Jehová” pueda ser tu clamor en medio de las dificultades.


JUEVES

Leer: Hebreos 4:14-16

Meditar: ¿Qué es aquello que tenemos y que nos anima a mantener nuestra profesión de fe? ¿Cómo es descrito Cristo como sumo sacerdote en el v.15? Sabiendo que tenemos a Cristo como sumo sacerdote ¿cuál es la exhortación del v.16? ¿Para qué debemos acercarnos confiadamente al trono de gracia?

Orar: Dar gracias a Dios por el hecho de que Cristo está sentado a la diestra del Padre como nuestro sumo sacerdote. Dar gracias porque la presencia de Cristo como sumo sacerdote delante del trono de Dios convierte a ese trono en un trono de gracia donde podemos acudir para hallar gracia para el oportuno socorro.


VIERNES

Leer: Salmo 115

Meditar: ¿Cómo son descritos los ídolos y dioses del mundo? ¿Cómo son descritos aquellos que confían en los ídolos y dioses del mundo? ¿Qué es Jehová para su pueblo según los vv.9-11? ¿Por qué Dios puede ser ayuda para su pueblo y no los ídolos del mundo? ¿Qué es aquello que Dios hará con su pueblo en los vv.12-18?

Orar: Da gracias a Dios porque él es el único ¨Dios verdadero. Dar gracias porque siendo el único Dios verdadero, a diferencia de los ídolos que ni ven ni oyen, Dios puede ser tu ayuda y escudo. Pedir a Dios que en todo momento pueda ayudarte a confiar en él como tu ayuda y socorro.


SÁBADO

Leer: Marcos 9:14-29

Meditar: ¿Qué sucede en estos versículos? ¿Cómo describe Jesús la actitud de su generación en el v.19? ¿Cuál era la situación que turbaba la situación del padre? ¿Cómo contrasta la actitud del padre con la actitud de la generación descrita por Jesús?

Orar: Pedir a Dios que él sea el que ayude a la incredulidad que ciertas circunstancias pueden generar en tu vida. Pedir que Dios sea el quien en medio de tu fe te ayude a entender que creer muchas veces no está ausente de dudas, pero incluso en esas dudas él puede ser quien ayude a tu incredulidad.