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Desde el Corazón - Pastor Roberto Velert
YO SOY YO Y MIS...
Pastor Roberto Velert
      Estoy prácticamente seguro, que muchos de los que leen a este aprendiz de escribidor, sabrán terminar la frase “YO SOY YO Y MIS…” circunstancias pues se trata de una de las famosas frases del filósofo español ORTEGA y GASSET. Y también estoy seguro de que la mayoría interpreta que no todo lo que le sucede a uno depende de él, que ella o él no son del todo responsables porque también han influido las circunstancias. Me pregunto “Desde el Corazón”; ¿estaba el filósofo proporcionando una forma de excusarnos de no ser del todo responsables de lo que somos?.


      Es increíble lo que sucede con algunas frases de la filosofía: cuando pasan al lenguaje cotidiano, cambian totalmente de sentido. Pienso, que el Profesor decía que el “yo” era uno de los ingredientes de la vida y que había otro y éste era “la circunstancia” entendiéndose por circum-stancia lo que nos circunda. Somos un organismo vivo. Un organismo vivo tiene su medio, en Teología natural decimos que la vida de un organismo está formada por el propio organismo y su medio; forman una unidad, lo que quiere decir que si cambia el medio, influye en el organismo y viceversa; esto es importante. Ahora bien, aun siendo organismos vivos, en los seres creados a la imagen de Dios hay algo más. Los humanos tenemos alma-espíritu y con esto una de sus facultades logos, pensamiento, voluntad, imaginación, creatividad, auto reflexión y, por tanto, buscamos sentido de las cosas. Nos peguntamos el porqué y el cómo de lo que somos. Yo tengo mis circunstancias, mi paisaje, por así decirlo. Pero puedo explicarlas, encontrarles un sentido, y de esa manera hacer un acto creador al transformarlas en hechos.
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      Reconocer debo “Desde el Corazón” que no soy ni aprendiz de filósofo, pero me he entretenido con toda esta introducción para decir que “YO SOY YO Y MIS IMPUESTOS”, que estamos en la época del año en que nos topamos de bruces con los impuestos. Tributos que están indisolublemente unidos a nuestra vida y son intrínsecos a nuestro devenir. Ya desde que nos levantamos y miramos el móvil (lo que hacemos el 70% de los españoles) hemos pagado impuestos al comprar el aparatito y también los pagamos con la línea. Si nos duchamos con agua caliente no sé cuántos impuestos pagamos según la factura de la luz y no digamos sobre la factura del agua. Se sale de casa para ir a trabajar y al cerrar la puerta pensamos que seguimos pagando impuestos desde su compra, su hipoteca y al Ayuntamiento por habilitarla. Si vamos en coche pagamos el impuesto de circulación, después de haber pagado tiempo ha el impuesto de matriculación; y cada año de nuevo el impuesto. Si tomamos un café pagamos impuestos, como si vamos a comer fuera. Si, porque no llegas a fin de mes, rescatas un poco de dinero de un plan de pensiones que ya pagaste los impuestos en su tiempo, vuelven a reclamarte más impuestos. Cuando recibes la nómina mensual, además del IRPF, pagas también el impuesto al trabajo que son las cotizaciones sociales. ¡Claro que los impuestos son necesarios!, lo sabemos desde los albores del tiempo del Génesis. Sin ellos no podríamos disfrutar de la educación y de la sanidad pública, de los servicios sociales, de las autovías, de las Fuerzas del Orden Público, de los bomberos, de los agentes forestales, de los Centros de Investigación, por ejemplo. Pero ¿nos hemos parado a pensar lo que también desde los tiempos del Antiguo Testamento, el mismo Creador advirtió lo que costaría de impuestos mantener el rey solicitado y su cohorte?; ¿nos hemos detenido en calcular cuántos de “nuestros” euros dejamos en manos del Estado cada mes?. Es bueno pensarlo para cabrearnos cuando veamos cómo se despilfarra el mal llamado “público” en: asesores de asesores para asesorar a unos ‘Milistos’ que se supone se presentaron como conocedores de sus funciones y así fueron elegidos. Cuando políticos se asignan salarios y prebendas inimaginables para el trabajador normal, cuando se crean Departamentos que no son más que mera fachada de acción… ¿No será sabio exigir responsabilidades a quien corresponda?


      Sí, yo soy yo y también mis impuestos, pero explico que la enseñanza de los evangelios es pagarlos, en ellos he aprendido que deben servir para que los gobiernos los usen en justicia, en servir al pueblo, en contribuir al bienestar de todos, como he aprendido del ejemplo cívico de Jesús que pagó sus impuestos, como también que Él enseñó: “a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios” y nunca lo que es de Dios, para el César, pero de esto escribiré otro día.
      Al filósofo madrileño le gustaba contar en sus clases la siguiente anécdota de Heráclito. Estaba éste en su cocina (hecho insólito en la Antigüedad, y mucho más antes del 8M), cuando se le aproximaron unos discípulos, en buena parte embarazados por encontrarse al maestro en ese lugar. Heráclito les animó a pasar, diciéndoles: “aquí también están los dioses”. Parecida historia fue cuando la admirable Teresa de Jesús, ante la sorpresa de sus monjas de encontrársela en la cocina lavando las cazuelas, les dijo: “Jesús también está entre los pucheros” o sea, también estas circunstancias tienen valor, también explicadas tienen sentido