I.E.B Piedra de Ayuda

Siendo este mensaje un simple bosquejo, será fácil entender que limité los puntos y pensamientos a frases concretas, cortas, pero extraídas de amplia reflexión, comentario e investigación.

Soy creyente en Cristo, sobre todo, por la Gracia de Dios, y por tanto, creyente en lo que Cristo proclamó ser y hacer. Y como Él mismo profetizó su propia muerte y resurrección, sus enseñanzas son veraces y avaladas por las muchas manifestaciones de su triunfo sobre la muerte. Es imposible desmentir con explicaciones la veracidad histórica de la Resurrección, porque por el contrario, es ciertamente sencillo y razonable desmontar las teorías de los escépticos que tratan de ofrecer explicaciones naturales al hecho de la tumba vacía. También porque el Cristianismo tiene una base histórica tan aceptable, que se puede afirmar sin cometer suicidio intelectual, que hay suficientes evidencias para respaldar y garantizar la creencia en la resurrección.

I.- CUESTIÓN DOCUMENTAL.

1. El testimonio de la historia.
Una dedicada investigación sobre la Resurrección, prueba la enorme cantidad de testimonios positivos históricos, literarios y legales que apoyan su validez.

2. La resurrección fue predicha por el mismo Jesús.
Y los testigos y biógrafos lo relataron diligentemente en los cuatro Evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan.

3. Una fe inteligente.
Cuanto más se estudia la fe cristiana bíblica e histórica, más se confirma la veracidad de una fe inteligente. Jesús dijo: y conoceréis la verdad (no: prescindid de la verdad), y la verdad os hará libres. La fe no significa un salto al vacío, una credulidad irracional, una creencia contra las evidencias y contra la razón. Significa creer a la luz de los hechos históricos, en conformidad con las evidencias y a base de testimonio.

4. Otra sencilla prueba de raciocinio, es que los seguidores de Cristo conocían perfectamente la diferencia entre “hecho” y “fábula”. Un testigo de primera importancia, el Apóstol Pedro, escribió: “porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas ingeniosamente inventadas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos”. (2ª Pedro 2:16).

5. El método científico inefectivo.
En más de una ocasión, se me ha preguntado: “¿puede probarse científica-mente la Resurrección? y la respuesta es un genuino no. El método científico no puede aplicarse a la investigación de los hechos que se refieran a la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. La ciencia es incapaz de investigarlos, pues no hay posibilidad de observación de los hechos, experimentación sobre los mismos y repetición para su confirmación. Pero la ciencia distingue entre el método empírico y el método legal para determinar la autenticidad y veracidad de la documentación historiográfica.

6. La importancia y el valor de los documentos históricos.
Autoridad de los manuscritos (más de 15.000 para el Nuevo Testamento), desde el punto de vista de la evidencia literaria, la conclusión indiscutiblemente lógica es que la confiabilidad del Nuevo Testamento es infinitamente mayor que la de ningún otro documento de la antigüedad.

II.- HECHOS A CONSIDERAR.

1. Las extremas precauciones tomadas, tanto por el poder romano, como el del propio Sanedrín judío, por aquello de: “a no ser que resucite Jesús, como predijo”.

a. Sello romano en la tumba, roto.
b. La tumba vacía: confirmación histórica y fuerte evidencia.
c. La gran piedra quitada.
d. Los vestidos de la tumba hablan claro.

2. Las apariciones confirmadas:
a. Cincuenta horas de testimonio de vista. Calcúlese 500 testigos, compartiendo unos minutos cerca de la vista del resucitado.
b. A variedad de personas y en espacios diferentes.
c. Observaciones hostiles. Apariciones también a personas hostiles o no convencidas.

III.- DESMONTANDO INTENTOS DE EXPLICACIÓN.

1. Puntos flacos de posiciones antagónicas.
2. Teoría del robo del cuerpo por los discípulos.
3. Teoría de la tumba equivocada.
4. Teoría de la leyenda.
5. Teoría de la resurrección espiritual.
6. La teoría de la alucinación.
7. La teoría de la preparación del mismo Cristo fingiendo la muerte.

IV.- LOS HECHOS HABLAN MÁS ALTO QUE LAS TEORÍAS.

Sólo queda una conclusión que explica todos los hechos y que no los fuerza a nociones preconcebidas. Es la conclusión de que Cristo resucitó, verdaderamente, en un acto sobrenatural de Dios en la historia. Sumándose a los hechos de los Evangelios, pruebas circunstanciales de admirable calado y testimonio. La existencia de la Iglesia. El fenómeno sociológico del Domingo cristiano. Las vidas cambiadas. La inexistencia de beneficios o intereses terrenales. De discípulos asustados a valientes paladines de la Verdad. El judío fanático convertido: Pablo, proclamador indiscutible de la Resurrección de Jesús. El poder del Cristianismo basado en el fundamento de la Resurrección.

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