LA CONCLUSIÓN FINAL EN LA VIDA
“Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se enconda de ti.
¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?
Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;
cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía”
(Job 42:2-3)
      El libro de Job es con toda probabilidad el libro más antiguo en la Biblia y como tal, muestra posiblemente una de las realidades más antiguas con la que todo ser humano debe enfrentarse, la realidad del sufrimiento en la vida. Todo ser humano sufre y el cristiano no es ajeno a esta realidad. Si nuestro Señor Jesucristo no fue ajeno a la realidad del sufrimiento en esta vida, aquellos que seguimos sus pisadas debemos saber que seguimos pisadas que nos han dejado ejemplo del sufrimiento que en ocasiones puede parecer injusto - y es posible que así sea - y sin sentido en la vida.  A Job se le conoce como el “paciente Job”, el inocente que sufrió injustamente. Su vida pasó crisis económica, muerte en la familia, enfermedad, y Job sufrió todas esas cosas siendo inocente, es decir, entendido esto último como que era inocente de todas las acusaciones que sus supuestos amigos y consejeros levantaban contra él. Si vivía todo ese dolor y sufrimiento en su vida era - según sus consejeros - debido a que había pecado en su vida, era debido a que algo estaba mal con él. Ahora bien, bien sabemos por la historia de Job que no había pecado en su vida que motivase esas situaciones, todo caía dentro del decreto y propósito soberano de Dios para la vida del justo Job. Aquí es donde posiblemente se entra en el mismo conflicto que tuvo Job ¿cómo es posible que Dios pueda permitir tal cantidad de sufrimiento en la vida de un justo? ¿No hace esto a Dios sumamente injusto? ¿No hace esto que el sufrimiento permitido por Dios y que pueda darse en la vida del creyente sea hasta cierto punto injusto? Posiblemente muchas veces puede asaltar la duda y la pregunta en la vida “¿Qué sentido tiene todo esto? Mejor sería acabar aquí”. Juzgar la justicia de Dios con parámetros de nuestra propia justicia muchas veces no funciona. Hay algo que debe tenerse siempre claro, Dios es justo y ni un gramo de injusticia puede proceder de él. Sus caminos y propósitos son mayores y el libro de Job ayuda a contemplar el sufrimiento en la vida a la luz de lo grande que es nuestro Dios y de lo magnífico que es su plan. Por tanto, la mayor conclusión a la uno puede llegar al final de la vida es a la conclusión final a la cual llegó Job “yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendo” (Job 42:2-3).


      Las palabras de Job forman parte de su conclusión final después de un periodo marcado de sufrimiento y dolor en su vida. A parte de las crisis económicas que pasó, la muerte de sus hijos, la enfermedad que asolaba su vida, tuvo que sobrellevar la losa del mal consejo de su esposa y de sus desafortunados amigos. A lo largo de todo ese periodo en su vida Job tuvo que intentar comprender cómo encajaba todo ese sufrimiento en el rompecabezas de su vida y primeramente, cómo encajaba todo ese dolor y caos con su fe en el Dios Creador de cielos y tierra. 
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Dios mío ayúdame a conocer que tú ese soberano sobre todas las cosas. Ayúdame a que mi vida y mis circunstancias las pueda vivir en la humildad de reconocer que tú todo lo puedes y todo lo conoces. Gracias Dios mío porque tú te has revelado en la persona del Señor Jesucristo y no hay mayor conocimiento que el conocimiento del único Dios verdadero y de aquel a quien tú has enviado, a tu Hijo Jesucristo. Amén. 
MARTES

Leer: Job 38:1-41

Meditar: ¿Desde dónde habla Dios a Job? ¿Qué es aquello que Dios pregunta Job en el v.2? ¿Cuál crees que es el tema central de las preguntas que Dios hace a Job a lo largo del capítulo? ¿Qué atributo de Dios crees que está a la vista en las preguntas de Dios a Job? ¿Qué crees que es aquello que Job debía aprender del diálogo con Dios?

Orar: Bendice a Dios por ser Creador de todas las cosas. Pide a Dios que en tu vida pueda existir un reconocimiento del absoluto conocimiento de Dios sobre todo lo creado.


MIÉRCOLES

Leer: Job 39:1-30

Meditar: ¿Crees que en las preguntas de Dios siguen con el tema expresado en Job 38? ¿Crees que hay algún otro atributo que se muestre en estos versículos a parte del soberano conocimiento de Dios? ¿Qué crees que Job debía entender del soberano poder de Dios como Creador? 

Orar: Bendice a Dios por su soberano poder. Pide a Dios que tu vida muestra un constante reconocimiento del absoluto poder de Dios sobre todo lo creador.


JUEVES

Leer: Job 40:1-24

Meditar: ¿Qué es aquello que Dios le pregunta a Job en el v.2? ¿Cómo crees que los Job 38-39 alumbran la pregunta que Dios hace a Job en 40:2? La pregunta es retórica ¿Cuál crees que es la respuesta? ¿Cómo responde Job a lo que Dios le pregunta? ¿Qué crees que muestra la respuesta de Job en los vv.3-5? ¿En qué se centra el segundo diálogo de Dios con Job a partir del v.6? 

Orar: Pide a Dios que él te haga consciente de su conocimiento y poder soberanos. Pide a Dios que dicho reconocimiento se expresa con una aceptación de dicha realidad en tu vida.


VIERNES

Leer: Job 41:1-34

Meditar: ¿Qué crees que representa el leviatán en el texto? ¿Qué es aquello que Dios le dice a Job si puede hacer con el leviatán? ¿Cómo crees que Dios se describe a sí mismo en los siguientes versículos? ¿Cómo crees que toda esta sección describe al leviatán? ¿Crees que el leviatán puede representar las fuerzas del mal y el caos no un animal real?

Orar: Bendice a Dios porque él es el único capaz de tener poder y dominio sobre las fuerzas del caos en este mundo. Bendice a Dios porque como soberano Creador todopoderoso es aquel que vence el caos y es capaz de vencer el caos en tu vida.


SÁBADO

Leer: Job 42:1-17

Meditar: ¿Cuál es la conclusión final a la que llega Job después de los diálogos con Dios? ¿Cuál crees que es el conocimiento más importante que Job a ganado al final de su vida? ¿Crees que es necesario que Dios nos de repuesta a toda situación? ¿Cuál es el conocimiento más importante al que deberíamos llegar? ¿Cómo acaba la historia de Job? ¿Qué te muestra el final de Job con relación al sufrimiento dentro del plan de Dios?

Orar: Pide a Dios que el mayor conocimiento que puedas tener y en el que más debas crecer sea el conocimiento de Dios.
      Eso llevó tiempo y también diálogo con Dios y es que muchas veces la respuesta requiere tiempo y diálogo con Dios. Poder entender como el dolor y sufrimiento en la vida encaja con nuestra fe en Dios requiere en muchas ocasiones tiempo y largas conversaciones con Dios pero es precisamente en ese diálogo entre Creador y criatura que Dios en su misericordia nos lleva a la posición en la que debemos estar en este asunto. Así fue con Job, no fue hasta el final de su vida que Job pudo llegar a la conclusión final, a la posición en la que todo creyente debe estar.
      Las palabras de Job forman parte de la segunda respuesta de Job a Dios después de un largo diálogo y en su respuesta hay un énfasis marcado en el tema del conocimiento expresado por diversos términos “yo conozco”, “pensamiento”, “consejo”, “entendimiento”, “no entendía”, “no comprendía”. Por tanto, la conclusión final en la vida de Job conllevó el finalmente llegar a un conocimiento o entendimiento correcto de todo lo que había vivido, de todo el sufrimiento y caos que había pasado. Dos cosas comprendió Job al final de su vida que le situaron en una posición correcta. Primero, entendió la gran soberanía de Dios bajo la cual se encuentra la vida y segundo entendió que no consiste en conocerlo todo sino en conocer a Dios quien sí lo conoce todo. Job llegó a conocer que Dios todo lo puede y que no hay pensamiento que quede oculto de él “yo conozco que todo lo puedes. Y que no hay pensamiento que se esconda de ti”. Ciertamente Job llegó a esta conclusión después del diálogo con Dios. Jehová habló a Job desde el torbellino (Job 38:1) y le hizo toda una serie de preguntas que lo único que sacaban a relucir era el completo desconocimiento que tenía Job de muchos asuntos y el total conocimiento que tiene Dios de toda su creación. Así como el tema del conocimiento es central en la conclusión última de Job, el término también es central en los diálogos de Jehová con Job (Job 39:1). Dios se revela a Job como el Todopoderoso y Omnisciente Creador de cielos y tierra. Job es la criatura y parte de la creación, tan finito y limitado como la creación misma ¿dónde estaba él cuando se fundó la tierra? ¿Conocía Job por dónde va el camino de la luz y cuál es el lugar de las tinieblas? ¿Conocía Job los tesoros de la nieve y lo secretos del granizo? ¿Podía Job sacar al terrible leviatán con anzuelo? Las palabras de Dios a Job de manera simple pero contundente demuestran una sola cosa, que todo lo que hay debajo del cielo es de Dios, él es el soberano todopoderoso y omnisciente mientras que Job tiene un conocimiento limitado de los asuntos de la creación misma. Si Job es incapaz de conocer todos los asuntos de la creación de la cual forma parte, ¿cuánto más será desconocedor de los grandes propósitos de Dios en su vida?


      Es posible que muchos opinen que en el tiempo y la sociedad en la que vivimos hemos avanzado muchos más que Job en temas de conocimiento. Sabemos los tesoros de la nieve y el granizo. Sabemos la razón de la salida y la puesta del sol. Somos capaces de controlar grandes fuerzas de la naturaleza. Ante esto, muchos piensan que las palabras de Job simplemente tienen razón de ser para una sociedad de siglos pasados que divinizaba la naturaleza, pero no para una sociedad posmoderna y avanzada como la nuestra. Ahora bien, lo cierto es que pensar así pierde de vista dos puntos esenciales. Primero, seguimos sin conocer muchas cosas y ninguno de los presentes, por muy hinchado que esté su orgullo, puede decir que estaba en el momento que todo fue hecho. Seguimos chocando con la realidad de que llega un punto cuando la humildad debe imponerse y decir, “no lo sé”, “no sé qué pudo pasar”, “no estaba allí”.  Segundo, se pierde de vista lo que Job está diciendo. Job reconoce que Dios es soberano absoluto en poder y conocimiento, por tanto, su conclusión final es un completo sometimiento a la soberanía de Dios como Creador todopoderoso y omnisciente. Quizás no hay mayor muestra de humildad en la vida de uno que someterse al conocimiento de que el Dios que tenemos es soberano en poder y conocimiento. Posiblemente esto es lo que distinguía a Job delante de Dios cuando el Creador mismo dijo de él; que no había varón como él en la tierra, perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:8).
      Tener una correcta perspectiva de la soberanía de Dios, de su soberano poder y conocimiento, no consiste en la actitud de resignación que muchos podrían interpretar. No consiste en decir: “bueno, estoy pasando esto pero Dios lo sabe todo así que me resigno a lo que me ha tocado”. La vida cristiana no es esto sino que es entender, aceptar y vivir que si nuestro Dios Creador es soberano en poder y conocimiento entonces todo en nuestra vida, incluso el sufrimiento, dolor, aflicciones y problemas, tienen una razón de ser. Todo ello aun y cuando nosotros no podamos entenderlo plenamente sí que queda bajo el poder soberano de aquel que todo lo puede y el conocimiento soberano de aquel que todo lo sabe.
      De ahí surge el resultado de la humildad expresada por Job que le llevó a reconocer que había muchas cosas que él no comprendía “por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía”. ¡Qué gran lección aprendida la de Job! Se dio cuenta que hablaba de cosas maravillosas pero que él mismo no entendía, no era capaz de llegar al pleno conocimiento de ellas. En definitiva, ¿a qué conclusión llegó Job? Al final de su vida la conclusión final fue que quizás Dios no le había revelado los secretos del universo. Tampoco le había revelado el propósito de todo su sufrimiento dentro de su plan, pero ahora Job si que estaba en una posición de entender algo precioso. No era el conocimiento del universo y del propósito del sufrimiento en su vida lo principal, sino el conocimiento del Dios Creador que todo lo puede y todo lo sabe. La conclusión final muestra que ahora Job tenía el conocimiento adecuado y este no era saber todas las razones de lo que sucedía en su vida, sino conocer al Dios que sí las conoce todas.



      En nuestra vida nunca llegaremos a saberlo todo y es muy posible que Dios en su soberanía no quiera darnos las razones y el conocimiento de tantas cosas que pueden llegar a sucedernos. Posiblemente sea porque el mayor conocimiento, el conocimiento más sublime y maravilloso que debe regir nuestra vida es conocer a nuestro Dios quien sí lo sabe todo y lo puede todo. Es vivir nuestra vida en humildad reconociendo que en ocasiones hablamos de lo que no conocemos, pero nuestro Dios sí lo conoce. Es reconocer que, sea lo que sea en nuestra vida no hay puntadas sin hilo por parte de Dios en ella. El justo Job que sufrió es un ejemplo para nosotros pero un ejemplo que debe llevarnos al Justo que sufrió por nosotros como pecadores. Jesucristo el justo, sufrió como ningún otro en este mundo. Sufrió para el perdón de nuestros pecados, sufrió para ser perfeccionado y llevarnos así a la gloria. Sufrió sabiendo que su sufrimiento era parte de la voluntad del Padre que le amaba desde la eternidad misma. Nos dejó pisadas de ejemplo para saber que en nuestra vida los justos en Cristo también sufrirán, pero nos dejó ejemplo de vivir en el conocimiento que nuestro Dios todo lo puede y todo lo conoce. Quizás no conocemos todo, pero sí conocemos y debemos seguir conociendo a aquel que sí lo conoce todo.