SALVOS
SI HAY PERMANENCIA
“Si en verdad permanecéis fundamentados y firmes en la fe,
sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído,
el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo;
del cual yo Pablo fui hecho ministro”
(Colosenses 1:23)

      Algo que siempre solía preguntarse cuando se estaba pensando en contratar una línea telefónica era el tiempo de permanencia que la compañía le requería a uno. Cuantos más meses o años de permanencia más uno se pensaba si sería conveniente comprometerse por dicho periodo de tiempo con esa compañía. La permanencia era como esa ancla que mantiene fijos a los barcos al fondo del mar limitando así su posibilidad de desplazamiento a otro sitio. La permanencia era como aquel yugo que une a dos animales y que no permite que tomen caminos distintos. No hay duda alguna que cuando la permanencia fue sacada supuso un respiro de libertad para muchos. Ahora bien, cuando se habla de permanencia aplicada a la salvación que Dios nos ha dado por gracia, lo cierto es que resulta todo lo contrario a la permanencia que solían tener las compañías de telefonía. En la salvación por gracia la permanencia es algo indispensable y vital. ¿Por qué? Porque uno es salvo si hay permanencia en la fe y la esperanza de evangelio. La salvación por gracia implica una salvación inmerecida por lo que puede sonar extraño decir que alguien es salvo si hay permanencia.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Las palabras de Pablo “si en verdad permanecéis fundamentados y firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio” son un llamado a la meditación ¿cómo vives a la luz de las palabras del apóstol Pablo? ¿Pides cada día por la gracia de Dios para que por ella siguas permaneciendo en la esperanza del evangelio? Sea tu oración “Señor ayúdame a estar firme e inmovible en la esperanza del glorioso evangelio”.
MARTES

Leer: Colosenses 1:15-23

Meditar: ¿Qué descripción da Pablo en los vv.15-20? ¿Cuál es la obra que se produjo en nuestra vida por la obra de Cristo? ¿Qué palabra destacarías en el v.21 que nos habla de la relación que ahora tenemos con Dios? ¿Cuál es el propósito de haber sido reconciliados en su cuerpo? ¿Qué importancia crees que presenta el v.23 a la luz de lo visto en los otros versículos?

Orar: Da las gracias a Dios por la persona de Cristo por su obra reconciliadora y pide a Dios que su gracia sea suficiente para que estés firme en la gran esperanza que te ha dado en el evangelio.


MIÉRCOLES

Leer: Romano 5:1-5

Meditar: ¿Qué es aquello que tienen los que han sido justificados por la fe? ¿Cuál es su situación en la gracia de Dios en la cual tienen entrada? ¿Cuál es el motivo de gozo en las tribulaciones? ¿Cómo es posible que la paciencia en las pruebas produzca esperanza? ¿Por qué la esperanza no avergüenza en el creyente?

Orar: Bendice a Dios por la paz y reconciliación que te ha sido dada para con Dios. Pide a Dios que en los momentos de prueba te ayude a contemplar la realidad de estar firme en su gracia y de saber que la prueba trabaja en tu vida para la gloriosa esperanza que tienes como justificado en Cristo.


JUEVES

Leer: Efesios 1:3-14

Meditar: ¿Ves al Dios Trino reflejado en estos versículos? ¿Qué funciones tiene el Padre? ¿Qué funciones tienen el Hijo? ¿Qué funciones tiene el Espíritu? ¿Cómo es descrito el Espíritu en el v.14? ¿Qué garantía nos da el Espíritu en la vida de aquellos que somos creyentes? 

Orar: Bendice al Dios Trino que es el autor y consumador de tu salvación. Da las gracias a Dios por el Espíritu Santo en tu vida que es el sello que asegura y sella eternamente la seguridad de tu salvación.


VIERNES

Leer: Filipenses 1:27

Meditar: ¿Qué es aquello que Pablo quiere de los Filipenses? ¿Qué importancia tienen que Pablo pudiese o no ir a ver a los Filipenses? ¿Crees que el comportamiento digno de los Filipenses estaba ligado a la presencia de Pablo? ¿Qué es comportarse digno del evangelio según el v.27? ¿Cómo crees que la unidad contribuye a comportarse digno del evangelio?

Orar: La unidad en el progreso del evangelio es una expresión de estar firmes en el evangelio. Pide a Dios que te ayude tanto a ti como a tu iglesia local a estar firme y en unidad para que el evangelio sigua progresando.


SÁBADO

Leer: Daniel 3:1-30

Meditar: ¿Cuál es el contexto general de lo que sucede en Daniel 3? ¿Qué es lo que motivó que el rey decidiese poner en el horno de fuego a los tres jóvenes? ¿Qué confianza tenían los tres jóvenes en los vv.16-18? ¿Cómo podrías entender lo dicho por los jóvenes con relación a la permanencia en la fe? ¿Cuál fue el resultado final de la historia?

Orar: Pide a Dios que tu fe en él sea el fundamento sobre el cual persistas fiel a él. Cómo lo dicho al apóstol Pablo, pide que su gracia sea suficiente en tu vida y el poder de Dios se perfeccione en tu debilidad.
Decir algo así puede despertar en alguien los fantasmas de una salvación por obras. Decir que uno es salvo si hay permanencia puede parecer que se está proponiendo el esfuerzo humano como aquello que garantiza la salvación del que ha sido salvado. ¿Cómo es posible hablar de permanencia hasta el fin en una salvación que es por gracia? Si hemos sido salvos por gracia ¿cómo podemos estar hablando de que es necesaria la permanencia firme en la fe para llegar a la salvación final? Puede parecer contradictorio pero en ningún momento lo es. La misma gracia dada para salvación es la misma gracia suficiente para hacer permanecer al salvado firme hasta el fin.
      Uno de los aspectos de la salvación segura y definitiva que por gracia nos ha sido dada es la permanencia o perseverancia firme en la fe. Cuando el apóstol Pablo escribió a los Colosenses les habló de la condición necesaria de la permanencia firme en la fe “si en verdad permanecéis fundamentados y firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro”. Cuando se habla de la seguridad de salvación eterna, nunca puede perderse de vista que uno de los aspectos de la salvación eterna es la perseverancia o permanencia en la misma. El apóstol Pablo muestra como la permanencia firme en la fe es condición derivada de la salvación segura. Las palabras de Pablo no dejan lugar a dudas, sus palabras son claramente una condición ineludible para todo aquel que las escucha “si en verdad permanecéis fundamentados y firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio” ¿de dónde procede tal condición? Procede de la realidad que como creyentes tenemos de una salvación segura y definitiva.


      Antes de decirles a los Colosenses la condición necesaria de permanecer fundamentados y firmes en la fe, les ha dicho que ha habido un cambio glorioso en ellos. Siendo extraños en otro tiempo haciendo lo malo, han sido reconciliados por medio de la muerte de Cristo (vv.21-22) ¿cuál es el propósito de dicha reconciliación obrada por la muerte redentora de Jesucristo? “para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él” (v.22). No podría haber un propósito más hermoso y seguro para aquellos que han sido reconciliados por la muerte de Cristo. La obra de reconciliación que Dios ha obrado en su Hijo Jesucristo tiene el propósito de “presentarnos santos y sin mancha e irreprensibles”. Lo que el pecado hizo profano es hecho santo por la muerte Cristo. Lo que el pecado manchó es lavado por la sangre de Cristo y lo que el pecado hizo indigno es hecho irreprensible gracias a Cristo. Ahora bien, debe notarse la seguridad de las palabras de Pablo. El propósito es presentarnos así, santos, sin mancha e irreprensibles delante de él. Cierto es que, en un sentido, ya hemos sido hechos santos y sin mancha pero, en otro sentido, largo camino nos queda para que esta sea una realidad completa en nuestra vida como creyentes. ¿Quién podría decir que ya ha llegado a tal perfección? ¿Quién de nosotros podríamos decir que nuestra vida ya no presenta en un momento u otro la mancha y la indignidad del pecado? Nadie podríamos decirlo, pero sí podemos decir escuchando a Pablo que ese día sí llegará. La razón de ello es porque el propósito final de nuestra salvación es “presentarnos santos, sin mancha e irreprensibles delante de él”.
      Nuestra salvación tiene un propósito seguro y definitivo. Cristo nos presentará santos delante de su presencia. Nuestra salvación implicará que cuando la gloria última llegue contemplaremos la faz de nuestro Salvador hechos perfectos a su imagen. Sin duda alguna esto es seguridad de salvación eterna. Jesucristo nuestro Señor no fallará en presentarnos así delante de él y es precisamente de esta seguridad que fluye la condición “si en verdad permanecéis fundamentados y firmes en la fe y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído”. ¿Puede estar el apóstol echando por tierra las palabras de saber que tenemos una salvación segura y por gracia?
      Lo cierto es que no. Así como de un manzano sano lleno de sabia brota el fruto continuo de manzanas, también así de uno que ha sido genuinamente salvo y su salvación es eternamente segura brota el fruto continuo de permanecer en esa salvación. Es tan cierto decir que por gracia somos eternamente salvos que decir que por esa misma gracia continuamente permanecemos en la fe. La permanencia o perseverancia en la fe es un fruto que crece de haber sido salvados de manera segura por Cristo. Aquel que ha sido salvado y será presentado santo y sin mancha delante de Cristo, permanece en la fe del evangelio. El acto continuo de permanecer en la fe, sin duda alguna debe de ser ejercido por aquellos que hemos sido salvos pero es un acto que surge de la misma salvación que nos ha sido dada. Por lo tanto, la permanencia en la fe y la esperanza del evangelio es evidencia de salvación. Pablo describe cómo es dada esa permanencia “fundamentados”, “firme en la fe” y “sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído”.


      Las tres palabras nos dan imágenes de firmeza, permanecemos siendo fundamentaos y firmes en la fe y sin ser movidos o removidos de la esperanza del evangelio. El evangelio que hemos oídos y que es predicado por toda la creación no es únicamente el mensaje de nuestra salvación sino también el terreno sobre el cual somos fundamentados y estamos firmes, es las buenas noticias en las cuales debemos perseverar y jamás ser removidos de ellas. La seguridad de nuestra salvación es una moneda de dos caras. En una de ellas podemos ver que seremos sí o sí presentados finalmente delante de Cristo. Ahora bien, la otra cara es que debemos, por la gracia y el poder de Dios operando en nosotros, permanecer en la fe del evangelio. Permanencia y perseverancia en la fe, tanto doctrinal como vivencialmente, es evidencia de salvación. Una vida que persevera en la doctrina y comportamiento del evangelio es una vida que evidencia de manera continua el fruto de la gracia salvadora en ella. La Biblia nos habla de aquellos que tenían toda la apariencia de piedad pero su vida era una negación de ella (2ª Timoteo 3:5). Es posible tener la apariencia de piedad. Es posible tener toda la externalidad de haber creído en el evangelio pero es al mismo tiempo posible mostrar que esa salvación es falsa con una vida que la niega y no permanece en el glorioso evangelio de nuestro bendito Dios. En ocasiones se ha considerado que la seguridad de salvación juega en contra de una vida moralmente acorde al evangelio ¿cómo es esto posible? Es imposible, únicamente un evangelio que nos habla que somos salvos por gracia eternamente, también nos habla que por esa misma gracia debemos y podemos permanecer en la fe y esperanza de ese evangelio.