VIDA PARA CUALQUIERA QUE CREE
“Yo soy la resurrección y la vida; cualquiera que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”
(Juan 11:25)
      La búsqueda del elixir de la inmortalidad es evidencia que en el corazón de todo ser humano existe la verdad de que la muerte, siendo una realidad, no es el ideal para la vida. Ahora bien, al mismo tiempo resulta interesante ver cómo la humanidad ha buscado ese elixir de la inmortalidad con sus propios esfuerzos, obras y razonamientos y así seguimos buscando hoy en día por medio de la ciencia aquello que nos haga inmortales. De todas maneras, la vida eterna no se encuentra en un elixir ni tampoco en el esfuerzo del pecador sino que se encuentra en la persona de Jesucristo y su obra redentora. Las palabras de Cristo en Juan 11:25 “yo soy la resurrección y la vida; cualquiera que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” muestran que él es la verdadera vida y que la muerte no tiene la última palabra. Estas palabras nos muestran dos cosas. Primero que la vida eterna se encuentra en Jesús y segundo que existe la condición de fe.


      El “yo soy” de Jesús, aparece dentro del contexto de la muerte de Lázaro y la señal de su resurrección obrada por Jesús. Juan 11 presenta la realidad de la muerte y de la vida desde una perspectiva importante. Existe un énfasis claro en la muerte (vv.8, 11, 13, 14, 16, 21, 25) y en la vida (vv.25, 26) y dichas dos realidades siempre están puestas en relación a la persona de Cristo. La muerte es entendida por Cristo y solamente por Cristo en este acontecimiento, como un sueño v.11 “nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy a despertarle”, no un estado de sueño que quita la triste realidad de la muerte ya que Jesús determina claramente en el v.14 (v.13) la realidad de la muerte “Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro está muerto”, sino más bien dicha visión de la muerte como un sueño, anticipa la realidad del despertar, anticipa la realidad que la muerte no tiene la última palabra en el ser humano, anticipa la realidad de la resurrección y vida anunciada por Jesús en su persona, v.25 “yo soy la resurrección y la vida”. Los vv.1-16 describe el propósito de la muerte de Lázaro.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Quizás alguien puede pensar ¿eso que fue para Lázaro también es para mí? Aun y lo sorprendente de la resurrección de Lázaro, lo cierto es que dicha resurrección no es la importante. La resurrección de Lázaro apunta, señala a la resurrección final de Cristo. El amor de Dios nos ha mostrado en supeditarse a nuestras agendas o deseos sino en cumplir su plan en Cristo para su gloria y para el bien de los suyos, que gran amor el de Dios que siendo aún pecadores nos amó entregando a su Hijo. El amor de Cristo se muestra en que él dio su vida por aquellos muertos en pecados y resucitó como primicia de la nueva vida dada a aquellos que en él creen. Ciertamente morimos, pero cuando contemplamos al Cristo resucitado tenemos esperanza, la esperanza de que en él ya tenemos vida y que como él resucitó llegará el día que la voz del que hace todas las cosas nuevas volverá a gritar “¡sal fuera!” y los que hemos dormido en él resucitaremos a vida eterna.    
MARTES

Leer: Ezequiel 37: 1-9

Meditar: ¿Cuál es el contexto general del texto? ¿Cuál es la situación en la que se encontraban los huesos? ¿Cuál es la petición que Dios hace al profeta? ¿Qué es lo que dice Dios que hará sobre esos huesos? ¿Cómo es descrita la restauración de esos huesos? ¿Qué es aquello que da vida a esos huesos secos?

Orar: Ezequiel 37 profetiza la restauración del pueblo de Dios en el nuevo pacto. Es descrita como un acto de resurrección de los huesos secos. Da gracia a Dios porque su obra de salvación es un acto de resurrección en nuestra vida murta en delitos y pecados.


MIÉRCOLES

Leer: Juan 1: 12-13; 3:1-5

Meditar: ¿Qué sucede en estos versículos? ¿Cómo es descrito Nicodemo en el v.1? ¿Crees que Jesús responde a lo que Nicodemo buscaba o Jesús va más allá? ¿Qué relación hay entre los vv.3, 5? ¿Qué relación ves entre Juan 1:12-13 y Juan 3:3,5? ¿Crees que el nuevo nacimiento puede ser considerado un acto de resurrección espiritual?

Orar: El nuevo nacimiento es dar una nueva vida donde no la había, una nueva voluntad y capacidad. Aquellos muertos son resucitados espiritualmente por el acto de la regeneración. Da gracias a Dios por la obra del nuevo nacimiento. Bendice a Dios por la nueva vida que te ha sido dada en Cristo.


JUEVES

Leer: Efesios 2:1-6

Meditar: ¿Cuál es la acción llevada a cabo por Dios y descrita por Pablo en el v.1? ¿Qué descripción da el apóstol del ser humano en los vv.2-3? ¿Cuál es el atributo de Dios que motivó el cambio de operado en aquellos muertos en pecados según el v.4? ¿Qué dos cosas hizo Dios por nosotros juntamente con Cristo?

Orar: Bendice a Dios por su gran amor. Bendice a Dios porque juntamente con Cristo nos dio vida y nos resucitó estando ya sentados con él en los lugares celestiales. 


VIERNES

Leer: 1ª Corintios 15:12-20

Meditar: ¿Cuál es el problema que tenían los Corintios? ¿Qué consecuencia tenían el no creer en la resurrección de los muertos y la resurrección de Cristo? ¿Cuál es el cambio expresado por Pablo en el v.20? ¿Qué crees que significa que Cristo es “las primicias de los que durmieron”?

Orar: Da las gracias a Dios por la resurrección de Cristo. Pide a Dios que tu fe siempre está fundamentada en los hechos históricos del evangelio como lo es la resurrección de Cristo. Da las gracias a Dios porque la resurrección de Cristo es la garantía de tu resurrección cuando Cristo vuelva.


SÁBADO

Leer: 1ª Corintios 15:21-26

Meditar: ¿Qué relación inversa hay entre Adán y Cristo según el v.21? ¿Cuál es el orden que Pablo da de la resurrección final? ¿Qué es aquello que Cristo entregará al Padre? ¿Cuál es el enemigo que será puesto debajo de los pies de Cristo? ¿Qué te indica que la muerte será puesta bajo la autoridad de Cristo al fin de los tiempos?

Orar: En Cristo fuimos resucitados espiritualmente al nacer de nuevo y dicha resurrección espiritual será sellada con la resurrección corporal cuando Cristo vuelva. Pide a Dios que dicha verdad del evangelio sea de esperanza cada día de tu vida.
      El elixir de la vida eterna ha sido algo buscado por generaciones y generaciones a lo largo de la historia. La búsqueda de tal elixir tenía como propósito encontrar aquel brebaje que sanase toda enfermedad y así prolongara la vida eternamente. En la antigua China se intentó En la India se creía de alguna manera que existía un vínculo entre el oro y la vida eterna. Así un continente tras otro y una generación tras otra. Resulta interesante ver cómo las diversas sociedades que han pasado por la historia han intentado satisfacer uno de los ideales que Dios mismo estableció como ideal de la creación y que el ser humano perdió por su pecado.
      Cuando las noticias de la enfermedad de Lázaro llegaron a oídos de Jesús por parte de Marta y María, Jesús determina el propósito de dicha enfermedad, v.4 “oyéndolo Jesús dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”. Lo cierto es que un lector atento al texto puede pensar: “Jesús no sabía bien, bien lo que decía ¿cómo esa enfermedad no era para muerte si al final Lázaro acabo muriendo? ¿A qué se está refiriendo Jesús?”. No cabe duda alguna que resulta normal que María y Marta acudiesen a Jesús frente a la enfermedad de Lázaro. Jesús había sanado a un ciego de nacimiento, había hecho otras muchas señales, ¿cómo no lo haría prontamente por aquel que Jesús amaba? Existe un énfasis claro en que Jesús amaba a Lázaro, Marta y María (vv.3, 5), existía un amor especial de Cristo por aquella familia, lo más normal es que Jesús corriese a sanar a Lázaro, corriese a sacar aquella familia del dolor de la enfermedad y la muerte, pero algo sorprendente sucede. Jesús, en lugar de apresurarse a sanar a Lázaro la Biblia nos dice v.6 “cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba” ¿cómo es eso posible? ¿Qué tipo de amor es ese? Si Jesús, el Hijo de Dios verdaderamente los amaba ¿no debería haber hecho lo que le pidieron? ¿No debería haber mostrado ese amor cumpliendo las expectativas que de él se esperaban? Aún y cuando pueda parecer chocante, la tardanza de Jesús es esencial para mostrar el amor verdadero hacia esa familia.


      El hecho que Jesús no supeditase su agenda a la de María y Marta no demuestra en ningún momento una falta de amor hacia ellos, al contrario, será esencial para puedan contemplar la mayor muestra de amor de Jesús. Existe la tendencia a pensar que Dios debe mostrar su amor de la manera que nosotros queremos o le pedimos, de no ser así, muchos creen que su amor ha decaído o decrecido para con los suyos. Lo cierto es que el amor de Dios hacia los suyos no puede decaer o decrecer, el amor es parte de la esencia del ser de Dios, Dios es amor (1ª Juan 4:8) y Dios no cambia en su esencia, en su ser, en su naturaleza, por tanto, su amor también no cambia es inmutable. El mayor amor que Marta y María podían ver en Jesús no era que él hiciese lo que ellas quería cuando lo querían, sino que Jesús siguiese su propio plan para que así, el Hijo de Dios fuese glorificado y su amor hacia ellos demostrado. La mayor muestra de amor de Dios, no es que Dios actúa en base a nuestros deseos y peticiones, sino que es el ejercicio de su plan redentor en Cristo a favor de los suyos y para su gloria. La tardanza de Jesús permitirá que nadie pueda mal interpretar lo que sucederá con Lázaro en su resurrección.
      Después de esta tardanza, Jesús decide encaminarse a Judea todo y a la oposición de sus discípulos ya que sentencia de muerte recaía sobre su cabeza (vv.7-16). El texto nos narra la conversación de Marta con Jesús, una conversación que mezcla, tristeza, un poco de reproche y fe. Marta tenía la confianza que, si Jesús hubiese llegado antes, Lázaro no estaría muerto (v.21). Ante esto Jesús le dice que Lázaro resucitará (v.23) y ante esta afirmación Marta responde como una buena teóloga del Antiguo Testamento.


      La esperanza del Antiguo Testamento situaba la resurrección ligada a dos aspectos básicos:

    (1) la realidad de la nueva creación y...
       (2) la realidad de los postreros días.


   En los últimos tiempos Dios hará las cosas nuevas y la resurrección será parte de ello. Ahora bien, las palabras de Jesús cambian dicha visión, algo ha sucedido en la historia de la redención que genera un gran cambio.
      Jesús le dice a Marta v.25 “yo soy la resurrección y la vida”, es decir, la esperanza de la resurrección ya no está puesta en los postreros días sino en la persona de Jesús, con ello, Cristo le está diciendo a Marta y a todo aquel que lee que, la realidad de los postreros días se ha hecho presente en la persona de Jesús. El aroma de la nueva creación ha irrumpido el presente, la esperanza y gozo del día que Dios lo hará todo nuevo está presente ya en Cristo, él es el primer fruto de una cosecha nueva. Por tanto, la esperanza de la resurrección y de la vida que revierte el juicio de la muerte es algo presente también. “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”, ahora la puerta a esa esperanza está abierta ahora en Cristo Jesús. Esta esperanza abierta es puesta bajo condición de creer “el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”, v.26 “y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente, ¿crees esto?” Posiblemente, esta pregunta “¿crees esto?” es un desafío para algunos.
      Probablemente para una mente racionalista, científica y empírica la respuesta a la pregunta “¿crees esto?” requiere pruebas, las palabras de Jesús requieren una prueba, “bien, has formulado la hipótesis, ahora ¿cuál es la prueba para que dicha hipótesis pase a ser realidad?” Cristo ordenó remover la piedra del sepulcro y frente a la realidad de que ya hacía cuatro días que Lázaro había muerto, frente al hedor de la muerte Cristo gritó v.43 “¡Lázaro, ven fuera!” y el que había muerto salió. La resurrección de Lázaro es la demostración que las palabras de “yo soy la resurrección y la vida” son verdad. Cristo mostró no solo que sus palabras eran verdad, sino que también mostró como amaba a esa familia, ni el enemigo de la muerte pudo con el amor de Cristo manifestado en esa vida nueva dada a Lázaro.