YO ANUNCIO
ANTES QUE SUCEDA
“Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.
He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas;
antes que salgan a luz, yo os las haré notorias”
(Isaías 42:8-9)

      La Guerra Fría que se produjo a finales de la Segunda Guerra Mundial entre el bloque del oeste liderado por Estados Unidos y el bloque del este liderado por la antigua Unión Soviética, a parte de ser un enfrentamiento político, económico y militar, fue también una guerra informativa entre ambos bloques. La información, los códigos secretos para mantenerla, los espías para recabar información del lado contrario estuvieron a la orden del día. Algo más reciente es la importancia de la información en nuestro siglo XXI. Empresas que gastan millones para mantener su información a buen recaudo y que al mismo tiempo pagan importantes sumas de dinero para tener la mayor información y data posible ¿por qué? Porque la información es poder, aquel que más información tiene mayor ventaja tiene sobre los demás.


      Ahora bien, por mucho que el ser humano se esfuerce en querer saberlo todo una de sus características es la limitación en conocimiento. El ser humano no posee el atributo de conocerlo todo, esto se encuentra únicamente en el Dios verdadero y esto es precisamente lo que Dios deja claro a través de las palabras del profeta Isaías “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias” (Isaías 42:8-9). Las palabras de Dios a través del profeta establecen primero, la identidad de Dios y segundo, el conocimiento omnisciente de Dios. Las palabras de Dios en Isaías se enmarcan en el contexto del gran anuncio del retorno del exilio. Isaías 40-66 se caracteriza por las palabras de consolación de Dios a su pueblo, “consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios” (Isaías 40:1). Israel y Jerusalén recibirían el juicio del exilio por su pecado pero la justicia justa de Dios nunca se manifiesta aparte de su gran amor hacia su pueblo, su justicia es amorosa y su amor es justo, por ello, Dios redimirá a su pueblo del exilio. Dios levantará a su siervo, pondrá sobre él su Espíritu para hacer justicia no solamente a Israel y Jerusalén sino a toda nación sobre la faz de la tierra. Sin alzar la voz el siervo de Jehová no quebrará la caña cascada ni apagará el pábilo humeante sino que traerá su justicia y ley a toda nación y dará libertad y redención (Isaías 42:1-7). Tal anuncio es apuntillado por la expresión “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas”.


      ¿Quién es el Dios que puede anunciar tal salvación? “Yo Jehová, este es mi nombre”. Dios se identifica como el Dios del pacto. La identificación usada por Dios es enfática “yo mismo soy Jehová, este es mi nombre”. El Dios que anuncia tal salvación y justicia para su pueblo y para todas las naciones es el Dios cuyo nombre e identidad está ligada al pacto que estableció en el pasado. Dios entró en pacto con Abraham, Isaac y Jacob y prometió una gran nación mayor que la arena del mar y que las estrellas del cielo. Dios en base a la fidelidad en ese pacto se presentó como el Redentor y salvó a su pueblo creándolo como su pueblo del pacto (Éxodo 3, 19-24). Por tanto, el anuncio de salvación en Isaías se basa en la fidelidad y amor leal de Dios a su pacto. La exclusividad de Dios como Dios de pacto muestra que Dios es el único Dios verdadero y no es un ídolo de piedra y madera, “no daré mi gloria ni mi alabanza a esculturas”. Lo verdadero nunca puede ser compartido con lo falso.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Pastor Rubén Sanchez Noguero - Móvil: 610.224.965 - emali: rsanchez111@yahoo.es
Debemos decir como David decir “tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender”. Señor ayúdame a vivir en honestidad bajo tu omnisciencia sabiendo que conoces mi levantar y mi sentarme, que mi corazón es un libro abierto para ti. Ayúdame a vivir en confianza sabiendo que nada en mi vida escapa a tu conocimiento perfecto.  
MARTES

Leer: Salmo 139:1-6

Meditar: ¿Qué atributo crees que aparece de Dios en los versículos? ¿Qué expresiones sobre el atributo de la omnisciencia encuentras en los versículos? ¿Qué crees que pueden significar los contrastes “sentarme y levantarme”, “andar y reposo? ¿Crees que significa que Dios tiene un conocimiento completo de toda la vida del salmista? ¿Qué aplicación práctica supone para el salmista la omnisciencia de Dios? ¿Cómo es tal conocimiento para el salmista?

Orar: Pide a Dios que él te haga entender que su conocimiento es absoluto y perfecto. Bendice a Dios por su omnisciencia porque ella es refugio en cualquier situación que suceda en tu vida.


MIÉRCOLES

Leer: 1 Samuel 23:10-13

Meditar: ¿Cuál es el contexto de los versículos? ¿Qué es aquello que David consulta a Dios? ¿Qué acontecimientos le son declarados por Dios a David? ¿Por qué crees que David consulta a Dios? ¿Qué entendimiento te dan estos versículos de la omnisciencia de Dios? ¿Qué aplicación práctica crees que puedes extraer para tu vida?

Orar: Bendice a Dios porque él conoce todos los acontecimientos que verdaderamente sucederán y aquellos que podrían suceder y jamás lo harán. Pide a Dios que su omnisciencia sea motivo en tu vida para vivir de manera constante bajo en consejo del Dios omnisciente


JUEVES

Leer: Mateo 11: 21-24

Meditar: ¿Qué sucede en estos versículos? ¿Qué anuncia Jesucristo a las ciudades de Betsaida y Corazín? ¿Qué es aquello que Jesús anuncia que podría haber sucedido con Betsaida y Corazín y nunca sucederá? ¿Qué es aquello que Jesús anuncia que verdaderamente sucederá con esas ciudades? ¿Qué anuncia Jesús que sucederá a Caparneum? ¿Qué puedes aprender del atributo de la omnisciencia de Dios con este texto?

Orar: Da gracias a Dios porque su conocimiento es absoluto y abarca tanto aquello que sucede como aquello que podría suceder.


VIERNES

Leer: 1ª Corintios 2:1-11

Meditar: ¿De qué habla el apóstol Pablo en el texto? ¿Cómo no predicó Pablo el evangelio a los Corintios? ¿Cómo sí lo predicó? ¿Qué es lo que hablan a los Corintios? Pablo habla de esa sabiduría de Dios y de cosas que ojo no vio ni oído oyó ¿cómo puede Pablo saber algo así? ¿Qué es aquello que el Espíritu escudriña? ¿Qué conocimiento tiene el Espíritu? ¿Cómo crees que el v.11 ayuda a entender el conocimiento que tiene el Espíritu?

Orar: El Espíritu es Dios mismo en la tercera persona de la Trinidad y escrudiña y conoce lo profundo de Dios. Dios tiene un conocimiento perfecto de sí mismo y parte de este conocimiento ha sido revelado en la Palabra. Pide a Dios que te ayuda a escudriñar y estudiar la palabra para conocerle más a él.


SÁBADO

Leer: 1ª Juan 3:18-20

Meditar: ¿Cuál es el pensamiento central de Juan en estos versículos? ¿Cómo no debe y sí debe amarse al hermano? ¿En qué conocemos que somos de la verdad? ¿Cómo es descrito Dios en el v.20? ¿Cómo crees que ayuda el atributo de la omnisciencia de Dios a la aplicación práctica de amarnos con hecho y verdad?

Orar: Dios conoce todas las cosas a la perfección incluido nuestro corazón. Él sabe si amaos en hecho y verdad o únicamente en palabra. Pide a Dios que escudriña lo más profundo del corazón que su conocimiento maravilloso sirva para hacerte consciente y te ayude a amar en hecho y verdad a tus hermanos
      Hay un dicho que ha sido prácticamente uno de los lemas de los grandes imperios y naciones de este mundo, “la información es poder”. Sin duda alguna, a lo largo de la historia la información ha jugado un papel de gran importancia en el transcurrir de la misma y ejemplos se encuentran de manera abundante. Los imperios antiguos que tenían, no únicamente un mayor poderío militar sino también una mayor capacidad informativa, tenían una gran ventaja sobre aquellas naciones a conquistar. Por ejemplo, en el siglo V a .C. el ejército Persa liderado por Darío I y Jerjes cruzó a la parte griega mediante la construcción de toda una serie de puentes de barcas para poder cruzar así el Bósforo, sin duda alguna toda una hazaña de la ingeniería persa pero por encima de todo del conocimiento humano en aquel siglo.
      La gloria y alabanza de Dios nunca pueden ser dadas ni compartidas con aquello que es falso, sería como ser infiel en el pacto del matrimonio. ¿Cómo dar la alabanza y honor a otra persona que no es tu cónyuge? ¿Cómo compartir lo qué exclusivamente le toca a tu esposo o esposa con alguien que falsamente lo es? Debería ser - y tristemente no lo es en nuestro tiempo - algo impensable de hacer. Por tanto, la identidad de Dios es establecida como el Dios del pacto, el único Dios verdadero. Ahora bien, llegados a este punto alguien podría exigir una prueba única e indiscutible de que Dios es el único Dios verdadero ¿Qué prueba da Dios mismo? Su conocimiento omnisciente.
      “He aquí, se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a la luz”. Cuando se habla de la omnisciencia de Dios, de manera simple se habla de que Dios lo sabe todo. No hay nada que escape al conocimiento absoluto de Dios, tal y como reconoció Job “no hay pensamiento que se esconda de ti” (Job 42:2). Ahora bien, de manera más concreta la omnisciencia de Dios implica que Dios tiene un conocimiento perfecto de sí mismo y de todas las cosas, actuales, es decir, conoce a la perfección todo lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que pasará y conoce a la perfección todo lo que podría pasar y jamás llegará a pasar, todo ello en un simple y eterno acto. Dios tiene un conocimiento perfecto de sí mismo, algo que es sorprendente ya que es infinito en sí mismo, pero también Dios tiene un conocimiento perfecto y absoluto de todo lo que pasó y pasa. En su conocimiento perfecto Dios puede decir “he aquí, se cumplieron las cosas primeras”, todo lo conocido y anunciado por Dios en el pasado se llevó a cumplimiento. Israel podía mirar al pasado como testigo de que todo lo dicho por Dios se cumplió, no hubo una sola cosa que no se llevase a cabo ¿cómo es esto posible? La respuesta es amplia pero uno de los motivos es porque Dios conoce perfectamente las cosas primeras, conoce a la perfección aquello que debía acontecer, no en vano que él lo decreto y en su providencia lo llevó a cumplimiento. Tal conocimiento es sorprendente pero es garantía para entender que si las primeras cosas anunciadas por Dios se cumplieron no hay razón para no creer que Dios conoce a la perfección las cosas que todavía no han sucedido.
      Hay aquellos que se empeñan en negar la omnisciencia de Dios. Los mal llamados teólogos de la Teología de la Apertura determinan que todo el cosmos es como un gran tablero de ajedrez donde Dios y el ser humano juegan una gran partida. Dios conoce a la perfección el pasado y el presente pero no conoce el futuro. El futuro está sujeto a lo que el ser humano haga, según el movimiento del ser humano es esta gran ajedrez cósmica, Dios moverá ficha. Obviamente Dios siempre gana porque conoce a la perfección el pasado y presente, algo que nosotros no conocemos. Por mucho que se quiera justificar tal posición no es bíblica.
      Las cosas primeras se cumplieron “y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a la luz, yo os las haré notorias” ¿Qué dice Dios? Determina que es capaz , y así lo hará, de anunciar cosas nuevas, anunciar cosas antes que salgan a la luz, hacerlas notorias a su pueblo antes de que sucedan. Esto solo es posible si Dios conoce a la perfección lo que sucederá y a la perfección todo aquello que podría suceder y nunca jamás sucederá. Conoce lo que sucederá y lo que podría suceder y, por tanto, es capaz de anunciar con plena certeza y conocimiento de entre todos los eventos lo que sucederá. Esto hace que la revelación de Dios de estos asuntos, su Palabra sea la prueba misma de la omnisciencia de Dios. Esto hace que el evangelio y la obra de Cristo Jesús sea absolutamente verdad. Las cosas nuevas anunciadas antes que salgan a la luz en Isaías hablan de la redención y de hacerlo todo nuevo, algo que nuestro Señor Jesucristo hizo posible. El evangelio fue anunciado de antemano y cumplido en la obra gloriosa de Jesucristo ¿cómo dudar de ello si lo anuncia el Dios que todo lo sabe?


      Dios conoce lo más grande y pequeño de nuestras vidas. Conoce lo que nos sucede, lo que nos sucederá y lo que podría sucedernos y jamás nos acontecerá. Conoce lo que hay en nuestro corazón mejor que nosotros por lo que nuestra vida está expuesta delante de aquel que todo lo sabe. Conoce el tiempo que vivimos, las crisis que pasamos y lo que está por venir. Nosotros conocemos las cosas en parte, pero es de gran consuelo y fortaleza el saber que Dios todo lo sabe y en este conocimiento absoluto y perfecto sabiamente rige todas las cosas para cumplir su plan en la vida de los suyos y de su iglesia amada. No conocer lo que podrá suceder puede generar temor y ansiedad en la vida, pero ¡que gran consuelo y confianza podemos y debemos tener en nuestro Dios quien sí lo sabe todo!