ESTE ES EL CAMINO, ANDAD POR ÉL
“Ciertamente el pueblo morará en Sion, Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír tu clamor te responderá. Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda"
(Isaías 30:19-21).

      Por lo tanto, las actualizaciones son de vital importancia para que la información del GPS sea lo más cercana a la realidad y pueda así ser de utilidad y confianza en el momento de mostrar qué camino tomar. En el supuesto que el GPS tenga todas las actualizaciones pertinentes y su información sea fidedigna y acurada a la realidad, el sistema en cuestión se convierte posiblemente en uno de los mejores maestros para enseñar el camino por el cual proceder. Esa voz que dice, “este es el camino, anda por él, no vayas ni a mano derecha y tampoco tuerzas a izquierda”, se convierte en la guía o el maestro necesario para seguir en la buena dirección. Palabras similares fueron dichas a Israel bajo el antiguo pacto “este es el camino, andada por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda”. Ahora bien, tales palabras fueron palabras que ellas mismas comportan un gran consuelo, gozo y esperanza para el pueblo de Dios. Pueden parecer palabras que, en un primer momento, no tengan una gran incidencia, pero cuando son consideradas dentro de su contexto mayor, las palabras de Dios a través de Isaías son palabras que nos anuncian aspectos de la gran salvación que nos ha sido dada a nosotros los creyentes del nuevo pacto. Las palabras de Dios muestran primero, la seguridad y misericordia de Dios en la salvación. Segundo, la promesa de un cambio genuino que enseñe al creyente a vivir en camino de salvación y tercero, la realidad cumplida en el nuevo pacto en Cristo y el Espíritu.


      En el texto de Isaías, Dios promete a Israel que sus ojos verán a sus maestros (v.20) y sus oídos oirán la palabra que les marcará el camino que deberán seguir sin desviarse de él (v.21). Ahora bien, estas palabras son dichas en el contexto dentro del cual se anuncia la gran seguridad y misericordia de Dios en la salvación de su pueblo. Dios promete a su pueblo que morará en Sion, en Jerusalén “ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén”. Resulta interesante saber que el profeta Isaías cuando utiliza el término “pueblo”, de manera especial en la expresión “mi pueblo”, generalmente hace referencia no únicamente al pueblo étnico de Israel sino que también las naciones gentiles están incluidas en ese pueblo de Dios. Al mismo tiempo “Jerusalén” suele referirse a la ciudad que debe ser reconstruida y “Sion” hace referencia a la ciudad en términos de su pueblo transformado. Por tanto, las palabras de Dios a su pueblo son palabras que hablan de transformación y reconstrucción, no únicamente para la ciudad sino por encima de todo del pueblo de Dios. Por tanto, son palabras de esperanza. Israel se enfrentará con el juicio tremendo y terrible del exilio. El exilio supondrá la pérdida de su tierra, la pérdida de su ciudad, pero supondrá mucho más. Supondrá la realidad que el pueblo de Dios necesitaba verdaderamente una transformación genuina. Su pecado y su corazón de piedra, su constante desobediencia a Dios y su caminar por camino de ofensa a su Dios les llevaría a ver su ciudad destruida y a llorar por el juicio que había caído sobre ellos por su caminar torcido ante su Dios. Les llevaría a ver que su corazón seguía siendo de piedra y nada habían aprendido en cuanto a caminar en santidad al Dios que al inicio de Isaías es descrito como “santo, santo, santo” (Isaías 6:3). Es en medio de esta realidad que Dios proclama sus palabras de esperanza “ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás”. Dios promete que, todo y el tremendo juicio del exilio al que Dios les llevará, como bien dice el v.20 “bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia”, habrá una restauración segura, habrá una salvación segura en la que Dios transformará y devolverá a su pueblo a su lugar. No habrá más lloro por el juicio, por el pecado y por sus trágicas y tristes consecuencias. ¿Cómo será eso posible? Porque Dios ejercerá su misericordia “el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá”.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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“Este es el camino, andad en él” son palabras que deben llevarnos a entender la importancia de la santidad como fruto y característica de nuestra vida. Son palabras que deben llenarnos de gozo porque la vida que Dios quiere y que será una realidad del cielo mismo, es la vida que Dios genera por la obra de su Espíritu en nosotros. Gracias Señor por tu salvación y gracias por tu obra en mí. Ayúdame a vivir en tus caminos para gloria y honra tuya.
Amén. 
MARTES

Leer: Isaías 55:1-13

Meditar: ¿Qué llamado hace Dios en el v.1? ¿Qué crees que significa el llamado de Dios en ellos vv.1-2? ¿En qué tiempo concreto sucede lo dicho por Dios según el v.3? ¿A qué crees que se refiere el “pacto eterno”? Define en una palabra lo dicho en los vv.6-7. ¿Qué expresan los vv.8-9 en cuanto a la manera de actuar de Dios? ¿Qué seguridad hay que lo dicho por Dios se cumplirá?

Orar: El pacto eterno se refiere al nuevo pacto en Cristo Jesús. Bendice a Dios porque en el evangelio todo aquel que con arrepentimiento se acerca a Cristo encuentra perdón. Bendice a Dios porque el evangelio no se rige por pensamiento humano y porque fielmente consigue lo que Dios ha determinado.


MIÉRCOLES

Leer: Ezequiel 34:1-25; Juan 10:1-18

Meditar: ¿Cuál es la acusación de Dios en este texto? Lee todo el texto y determina a qué grupos acusa Dios. ¿Qué imágenes utiliza el texto para describir al liderazgo y al pueblo de Dios? ¿Qué problema había con los pastores o líderes del pueblo de Israel? ¿Qué solución da Dios en cuanto al fracaso de los pastores? ¿Qué hará Dios con relación a la desobediencia de las ovejas? ¿Cómo y cuándo hará Dios lo dicho según los vv.23-25? ¿Cómo y cuándo crees que se cumple lo dicho en Ezequiel según Juan 10:1-18?

Orar: Bendice a Dios porque en Cristo Jesús él mismo vino a buscarte como una de sus ovejas perdidas. Da gracias a Dios porque no dejó tu vida descarriada y perdida en pecado sino que en Cristo y el nuevo pacto te buscó, perdonó y salvó.


JUEVES

Leer: Ezequiel 36:24-32; Juan 3:3-5

Meditar: ¿Qué hará Dios con su pueblo? ¿Qué significado tiene el “rociar con agua” según lo dicho por Dios? ¿Qué dará Dios a su pueblo? ¿Qué pondrá Dios de manera interna en su pueblo? ¿Qué es lo que permitirá el nuevo corazón la presencia del Espíritu de Dios? ¿Qué transmiten las imágenes de los vv.29-32? ¿Cómo crees que se cumple lo dicho en Ezequiel en las palabras de Jesús en Juan 3:3, 5?

Orar: Da gracias a Dios por la obra regeneradora del Espíritu. Bendice a Dios por el nuevo nacimiento por el cual Dios te ha dada un nuevo corazón con una voluntad para querer obedecer y una capacidad para poder obedecer. Bendice a Dios por su presencia en ti.


VIERNES

Leer: Jeremías 31:31-34

Meditar: ¿A qué días se refiere Dios en el v.31? ¿Qué hará Dios con su pueblo cuando esos días lleguen? ¿Qué diferencia hay entre el nuevo pacto y el pacto hecho con los padres? ¿Qué podrá Dios dentro de su pueblo en el nuevo pacto? ¿Qué crees que significa lo dicho en el v.34? ¿Cómo crees que esto se cumple en el nuevo pacto en Cristo?

Orar: En el nuevo pacto la obediencia del pueblo de Dios no es dada por una ley externa sino por haber sido transformados con un corazón que puede obedecer a Dios. Bendice a Dios porque ahora el evangelio y la obra del Espíritu es lo que regula tu vida para obediencia al Dios que te ha salvado.


SÁBADO

Leer: Hebreos 8:1-13

Meditar: ¿Cuál es el punto principal de tener a Jesucristo como nuestro Sumo Sacerdote según los vv.1-2? ¿Qué patrón seguía el servicio de los sacerdotes que ministraban en el tabernáculo terrenal? ¿Por qué el ministerio de Cristo es mejor? ¿Qué texto del antiguo testamento utiliza el autor para sustentar el ministerio de Cristo en los vv.8-10? ¿A qué pacto se refiere lo dicho por el autor? ¿Qué aplicaciones importantes encuentras para tu vida de la obra de sacerdocio de Cristo?

Orar: Da gracias a Dios porque Jesucristo como tu sumo sacerdotes está ahora mismo a la diestra de la Majestad mediando por ti. Bendice a Dios por la obra mediadora de Jesucristo en el nuevo pacto.
      Los GSP no hay duda alguna que pueden ser de gran utilidad si uno sabe bien cómo usarlos y si los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) tienen las actualizaciones pertinentes. Uno de los graves problemas que pueden surgir con los GPS es la falta de actualizaciones que hagan que la información mostrada por el sistema se corresponda con la realidad. Una mala actualización puede hacer que el camino mostrado no esté en la realidad. Una mala actualización puede pedirte que gires a la derecha cuando en la realidad no hay camino a seguir o simplemente una acequia en la cual precipitarse.
      Así como Dios escuchó el clamor de Israel en Egipto y tuvo misericordia de ellos, nuevamente escuchará el clamor de los suyos, mostrará su bondad para con ellos en la miseria de la situación de su exilio y pecado. Dios actuará, apiadándose, escuchando y devolviendo a su pueblo a su lugar donde el llanto y el lloro ya no serán más una realidad en la vida del pueblo de Dios. Ciertamente la salvación de Dios es un acto de la misericordia de Dios hacia nuestra miseria por nuestros pecados. Sería terrible que el clamor por nuestro pecado no hallase la misericordia de Dios, pero Dios que tiene misericordia se apiada y responde. El pecado se encuentra con la ira judicial y justa del Dios santo pero resulta sorprendente el ver cómo el clamor del pecador, el clamor del pueblo de Dios por su pecado es respondido no con la ira judicial sino con la misericordia de Dios que se apiada, responde y promete que habrá salvación, transformación y restauración. Y es aquí lo maravilloso de la obra de salvación de nuestro Dios. Su salvación no se limita a perdonar y prometer un lugar sin lloro simplemente. Israel y Jerusalén estaban manchados por su pecado desde la planta de los pies hasta la coronilla misma. Por tanto, no hubiese sido suficiente con perdonarles y devolverles a Jerusalén si seguían con un corazón incapaz de vivir en santidad. No servía de nada si su vida y corazón no era enseñado y transformado para vivir en la santidad que Sion requería.
      Sería como volver a poner a un montón de corazones rebeldes en medio del jardín del Edén, volverían a comer del árbol prohibido, volverían a no seguir el camino de obediencia y santidad enseñado por Dios y volverían a hundir una y otra vez todas las cosas en el llanto y el sufrimiento del pecado. Pero Dios promete que no salvará únicamente sino que también transformará y enseñará su camino.


      El tiempo que Dios anuncia de salvación es un tiempo que aun y el pan de congoja y el agua de angustia del juicio del exilio “con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda”. Bajo el antiguo pacto los sacerdotes eran los encargados de instruir al pueblo en la ley o instrucción de Dios. Eran ellos los maestros que debían enseñar el camino que Israel debía andar en fidelidad, lealtad y santidad a Dios como pueblo del pacto. Pero un pueblo de corazón duro y de piedra, sus oídos y ojos estaban cerrados a tal camino de santidad. Por lo general un corazón incrédulo es expresado en el antiguo testamento con órganos sensoriales que son incapaces de sentir, es decir, ojos que no ven y oídos que no oyen. Por tanto, ojos que veían y oídos que oían implicaban una transformación profunda del corazón. En otras palabras, se necesitaba una obra de transformación genuina y profunda. Se necesitaba hacer algo nuevo de ese pueblo para que pudiese oír y ver el camino de santidad que su salvación demandaba. Así que Dios promete que en su salvación habrá también restauración y transformación del pueblo. Ahora bien, ¿cómo será esto si incluso los maestros necesitaban ser transformados? El v.20 dice que “tus maestros nunca más te serán quitados” pero literalmente la afirmación debe ser entendida como la Biblia de las Américas la traduce “tu Maestro no se esconderá más”. Aquel que no se esconderá más y enseñará a su pueblo será Dios mismo. En Isaías 54:13 Dios es el Maestro de los hijos del pueblo de Dios “y todos tus hijos serán enseñados por Jehová y se multiplicará la paz de tus hijos”. Dios promete que él mismo será quien enseñará a su pueblo. Llegará un tiempo en que Dios será el Maestro, el enseñará el camino de santidad y fidelidad a su pueblo salvo. Dios será quien abrirá sus oídos y ojos y el pueblo escuchará la palabra “este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda”. ¿Cómo Dios podrá hacer algo así? Bien, el resto del antiguo pacto nos los dice, Dios en un nuevo pacto dará su Espíritu y grabará su ley en sus corazones transformados de piedra en carne para que vivan conforme al camino de santidad marcado por Dios.


      Aquí está la grandeza de las palabras de Isaías. Su grandeza es vista a la luz del nuevo pacto, la venida de Cristo y la entrega del Espíritu a nuestras vidas. Nuestro Señor Jesucristo es quien lleva a cabo las palabras de Isaías 30:19-21. Su muerte en la cruz y el derramamiento de su sangre es la inauguración del nuevo pacto anunciado por los profetas donde la misericordia de Dios es mostrada y se apiada de nuestra situación por el pecado. Es la respuesta a nuestro clamor. Jesucristo y su obra de salvación que inaugura el nuevo pacto es la seguridad de nuestra salvación, de morar en la Sion celestial donde no habrá más llanto ni lloro, entre otras cosas porque el pecado ya no será una realidad en nuestra vida ni en esa Sion celestial. Piensa en lo siguiente, el pecado que trae culpa a tu vida, que tan mal te hace sentir delante de Dios. El pecado que ves que consume tu vida, corroe tu alma y acaba lentamente contigo, ese pecado será un eco del pasado y nunca más una realidad en nuestra morada celestial. ¿Por qué? Porque nuestro Maestro, Dios mismo en la persona del Espíritu Santo es aquel que transformó nuestros corazones, nos regeneró, nos hizo nuevos y nos enseña día a día por medio de su palabra y su presencia en nosotros el camino de santidad marcado por la gran salvación que nos ha sido dada por gracia. Es Dios en nosotros enseñándonos y haciéndonos caminar por su buena voluntad hasta la Sion celestial. Haciéndonos perseverar y diciéndonos “este es el camino, andad por él, y no echéis a la mano derecha, ni tampoco a la mano izquierda” hasta que por mi gracia y mi obra en vosotros lleguéis a vuestra patria celestial donde Yo enjuagaré vuestras lágrimas.