NUESTRA HISTORIA
“Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,
sino que también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es,
a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro”
(Romanos 4:23-24).

      El texto que el apóstol Pablo escribió en Romanos 4:23-24 nos enfrenta con la sorprendente y gloriosa realidad de que Dios, tiempo atrás y antes que todo creyente en Jesucristo pudiese ser una realidad en este mundo, escribió algo acerca de ellos, en cierta manera escribió nuestra historia y nuestra canción. Cómo testimonio del pasado para un tiempo futuro, Dios escribió por medio de su Santo Espíritu guiando a Moisés, palabras que no hablaban únicamente de un hombre que creyó sino de muchos otros que también creerían en un futuro “y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino que también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro”. Ahora bien, tres preguntas surgen en el texto escrito por el apóstol Pablo ¿qué se escribió con respecto a nosotros? ¿De quién se escribió exactamente? ¿Cómo es posible que se escribiese?


      ¿Qué se escribió con respecto a nosotros? Lo cierto es que para poder responder esta pregunta es necesario entender lo que el apóstol Pablo está explicando en Romanos 4. Pablo está argumentando a favor de una de las grandes doctrinas que brotan como manantial de vida del evangelio de gracia y fe de nuestro Señor Jesucristo. La doctrina de la justificación por la fe es el corazón de las palabras de Pablo en el texto de Romanos 4. Sin duda alguna, el apóstol defiende la doctrina de la justificación por la fe en Jesucristo porque es doctrina central del evangelio que es poder de Dios para salvación y del cual él no se avergüenza. Es una doctrina esencial y demasiado preciosa como para perderla o pervertirla. ¿Cómo no habrá belleza en saber que la justicia que le pertenecía a Cristo le ha sido dada a todo pecador que se acerca con fe a él? ¿Cómo no será de bálsamo el saber que en Jesucristo Dios no inculpa de pecado al pecador? ¿Cómo no será de tranquilidad y descanso el escuchar “tus pecados te son perdonados y paz tienes para con Dios”? ¿Cómo no será de gozo el saber que nada podía hacer el culpable para ser perdonado pero Jesucristo lo hizo todo en su lugar? ¿Qué grandeza en saber que ninguna obra podía ser hecha por el pecador pero el don de la fe dado es más que suficiente? Demasiado preciosa es esta doctrina como para no defenderla y el apóstol Pablo la defiende tomando a Abraham como representante de esta doctrina.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Que maravilloso es saber que esta es nuestra historia y nuestra canción y nunca podemos olvidarnos que Dios ya escribió también con respecto a todos nosotros los creyentes en Cristo. Podíamos vagar antes de Cristo sin sentido en nuestra vida pero que bálsamo es saber que Dios ya escribió también con respecto a nosotros que nuestra vida algún día vendría marcada por la justicia divina de nuestro Salvador que nos declara perdonados, no culpables y nos cubre por toda la eternidad para las moradas celestiales. Que bálsamo es saber que Dios cumplió su promesa y la cumplirá al fin de la historia. Sin Jesucristo nuestra vida ciertamente tenía una historia sin sentido y quizás tu vida pueda ser una historia sin sentido, por ello, debes saber que únicamente la fe en Jesucristo es camino de salvación y te sitúa dentro de la única gran historia cuyo fin es la eternidad misma en presencia del poderoso Dios. Quiera Dios que lo que se escribió con respecto de todos aquellos que hemos creído que él levantó a Jesucristo de los muertos pueda ser también tu historia y tu canción. 
MARTES

Leer: Génesis 15:1-6; Romanos 4:1-3

Meditar: ¿Qué sucede en el texto? ¿Cuál es la preocupación principal de Abraham? ¿Por qué crees que Abraham tenía esta preocupación? ¿Qué le promete Dios a Abraham? ¿Qué señal le da Dios a Abraham como confirmación de su promesa? ¿Qué hizo a Abraham en el v.6? ¿Qué entiendes por “contado por justicia”? ¿Cómo explica Pablo Génesis 15:6? 

Orar: Pide a Dios que tu gloria esté en Dios quien te ha justificado por la fe y no en tus obras porque ellas nunca son ni será fuente de justicia y perdón para tu vida.


MIÉRCOLES

Leer: Génesis 22:1-18; Hebreos 11:17-19

Meditar: ¿Qué sucede en este texto? ¿Cómo es descrito Isaac en el texto? ¿Qué proveyó Dios en lugar de Isaac? ¿Por qué Dios confirma su promesa con Abraham? ¿Qué creyó exactamente Abraham en Génesis 22 según Hebreos 11:17-19? ¿Cómo crees que se puede relacionar la historia de Génesis 22 con nosotros los creyentes en Jesucristo?

Orar: Bendice a Dios porque el unigénito Hijo que fue entregado fue Jesucristo. Alaba a Dios porque Jesucristo fue resucitado para nuestra justificación.


JUEVES

Leer: Habacuc 2:1-5; Romanos 1:17

Meditar: ¿Qué le sucede al profeta Habacuc? ¿Qué debía Hacer Habacuc con la respuesta de Dios? ¿Qué le dice Dios en los vv.4-5? ¿Quién crees que es en el contexto de Habacuc el justo y el soberbio? ¿Cómo crees que esto se aplica en lo dicho por Pablo en Romanos 1:17? ¿Qué aplicación puede haber para tu vida?

Orar: Da gracias a Dios por el día que confiaste y creíste en el evangelio de Jesucristo y no en tus propias obras. Bendice a Dios porque el evangelio es fuente de vida para todo aquel que cree.


VIERNES

Leer: Santiago 2:18-24

Meditar: ¿Cómo se muestra la fe Según Santiago? ¿Cómo entiende Santiago la obra de Abraham de entregar a Isaac? ¿Crees que la obra de Abraham fue fruto o evidencia de la fe genuina con la que había creído primero a Dios? ¿Qué es lo que debe tener una fe que verdaderamente justifica?

Orar: Pide a Dios que la fe que te fue dada como don y contada por justicia sea una fe cuyo fruto sea la obediencia a Dios. Pide a Dios que tu fe sea una fe que de fruto y que no esté muerta.


SÁBADO

Leer: Gálatas 3:6-9; Génesis 12:1-3

Meditar: ¿Qué texto cita Pablo para mostrar la fe de Abraham? ¿Quiénes son los hijos de Abraham según el apóstol? ¿Qué texto cita Pablo para explicar que la Escritura anunció la justificación por la fe de los gentiles? ¿Qué aplicaciones crees que hay para tu vida el saber que es por la fe que uno es hijo de Abraham?

Orar: Da gracias a Dios porque desde un principio ya estableció en la historia de la salvación que la justificación sería por fe. Bendice a Dios porque por la fe en Cristo somos hijos de Abraham entendido esto, coherederos de las promesas y miembros del pueblo amado de Dios.
      Un himno bien conocido de la historia de la iglesia “Grata certeza soy de Jesús” repite en el estribillo la realidad de la historia de todo creyente: “esta es mi historia es mi canción, gloria a Jesús por su salvación, aun para mí fue su redención, bendita historia bella canción”. Podría decirse que todo creyente en Jesucristo tiene una historia en común. A pesar de las diferencias, hay una historia que también fue escrita con respecto de nosotros, esto es, los que creímos en Dios. Lo diminuto de las historias de nuestra vida, por la gracia de Dios, forman parte de una historia mayor escrita por Dios con respecto de nosotros.
      Abraham no fue el único que creyó. Mucho antes que él, Abel fue considerado justo, Noé fue testigo de la justicia que viene por la fe (Hebreos 11:4-7) pero Abraham sin duda alguna es el padre de la fe por excelencia.  La promesa que le fue dada parecía desafiar toda lógica, tendría una descendencia más abundante que la arena del mar y las estrellas del cielo pero esa promesa fue constantemente desafiada y puesta en peligro en la vida de Abraham y Sara. La promesa fue enfrentada a dos grandes desafíos. Primero, la edad de Abraham y Sara. Eran ya mayores y no tenían un hijo propio, por tanto, ¿cómo sería posible que esa gran descendencia le fuese dada?
      Segundo, una vez Dios les dio el hijo de la promesa, Isaac, Dios pidió a Abraham que sacrificase a su único hijo. ¿Cómo podía ser eso posible? ¿Cómo Dios podía prometer, cumplir y ahora pareciere que él mismo quería acabar con su propia promesa? Pero lo cierto es que la lógica divina es distinta a nuestra lógica. Dios quien decretó su plan y es omnisciente e infinito ve mucho más allá de lo que nosotros vemos. Sabe infinitamente más de lo que nuestras mentes finitas pueden llegar a entender. Por tanto, aunque parezca en ocasiones que Dios puede actuar de manera irracional e ilógica, lo cierto es que nunca será así. Puede parecerlo desde nuestro punto de vista pero no desde el punto de vista del único y sabio Dios que con gran sabiduría ha decretado su plan y los medios para llevarlo a cabo. La constante y aparente imposibilidad de que la promesa se cumpliese dejaba a Abraham sin ningún recurso para cumplirla por sí mismo, dejaba únicamente a Abraham en la confianza en Dios. ¿Qué hizo Abraham en esas situaciones? Creyó, creyó que Dios le daría un hijo y la descendencia prometida. Abraham creyó y estuvo plenamente convencido de que Dios es poderoso para hacer todo lo prometido (Romanos 4:21) y entregó a su hijo a la muerte teniendo la certeza que Dios podía, si era necesario, devolverlo a la vida para cumplir su promesa. Abraham creyó y confió que ni la muerte sería impedimento para que Dios llevase a cabo su promesa (Génesis 22; Hebreos 11:17-19). Abraham creyó y esa fe le fue contada por justicia (Génesis 15:6).


      Esta justicia que es dada por la fe es lo que fue escrito con respecto de Abraham. Pablo muestra que la preciosa justicia que cubre al pecador y no le inculpa de pecado sino de perdón eterno y divino, es una justicia que siempre es y será dada por medio de la fe. Lo sorprendente es que Pablo dice “y no solamente con respecto de él se escribió que le fue contada”. Moisés no escribió únicamente de Abraham y de la justicia que le fue contada o dada por crédito a la cuenta de la vida de Abraham “no solamente con respecto de él”, ¿entonces? ¿de quién se escribió también? “Sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro”. Cuando Moisés escribió de cómo Abraham creyó a Dios y esa fe le fue contada por justicia, estaba también escribiendo y dando testimonio de todos aquellos que más adelante en la historia de la salvación creerían así como Abraham creyó. Por esa razón Abraham es padre de todos aquellos que creen como él creyó sean de la raza que sean, sean del lugar que sean y sean de la clase social que sean. Es sorprendente que Dios ya escribió acerca de todo creyente en Jesucristo. Es sorprendente que Dios escribiese como miles y miles a lo largo de la historia de la salvación les sería dada la justicia de la corte celestial por medio de la fe para perdón y salvación. La actuación de Dios pudo parecer ilógica en tiempos de Abraham pero no lo parece cuando ahora echamos la vista atrás.


      Hay muchas cosas en nuestra vida que Dios permite y que en un primer momento parecen ilógicas y sin sentido. Requieren de nosotros el ejercicio del don de la fe que nos fue dado y lo cierto es que, muchas veces las actuaciones de la providencia de Dios no las entendemos hasta que el tiempo pasa y tenemos una visión más amplia de los asuntos de Dios. Pero en medio de la aparente ilógica de las actuaciones de Dios, lo que no cambia es que él sigue siendo poderoso para cumplir lo que ha prometido. ¿Cómo es posible que esa misma fe con la que creyó Abraham se refiriese a todo creyente también? Por una simple razón, porque Dios es uno y único. Abraham creyó en el que es poderoso para hacer todo lo prometido. Abraham incluso llegó a creer en la aparente imposibilidad de que si Isaac moría, Dios lo levantaría para seguir así con su promesa de una gran nación. Y la pregunta es ¿no hemos creído nosotros en ese mismo Dios? En el Dios que Abraham creyó es el mismo Dios en quien nosotros creemos. La sombra que Abraham creyó de una posible resurrección de Isaac y que nunca llegó a ver, es la realidad cumplida que nosotros sí vemos en que Dios levantó a la simiente de Abraham, Jesucristo, nuestro Señor para cumplir sus promesas “a los que creen os en el que levantó de los muertos a Jesús, nuestro Señor”. ¿Cómo es posible que se escribiese de todos aquellos que en el evangelio seríamos justificados con la preciosa justicia de Cristo? Porque no se escribió de cosas distintas, se escribió del evangelio que justifica al pecador por medio de la fe en el Dios que cumple sus promesas. La fe de Abraham en el Dios que cumple sus promesas es la misma fe que te fue dada en el Dios que cumple sus promesas. Ahora bien, hay una gran diferencia.
      Abraham nunca vio como su simiente se levantaba de la tumba tú si que los has visto a través del testimonio de las Escrituras. Dios no permitió que Isaac muriese, pero sí permitió que su Hijo, nuestro Señor Jesucristo muriese en la cruz para que la justicia que te perdona y te declara no culpable te pudiese ser dada por medio de la fe. Qué aparentemente ilógico e incomprensible el actuar de Dios. Qué insondables sus juicios e inescrutables sus caminos, el inocente entregado por el culpable. Dios no dejó que la muerte acabase con la promesa de justicia y ¿qué hizo Dios? Levantó de los muertos a Jesucristo para nuestra justificación. Como Abraham creyó que Dios era poderoso para levantar a su hijo Isaac de la muertos para cumplir su promesa y esa fe le fue contada por justicia. Así también aquellos que hemos creído en el poderoso Dios que levantó a su Hijo de los muertos para cumplir su promesa, esa misma fe nos es contada por justicia. Al fin y al cabo, también se escribió con respecto de nosotros los que hemos creído en Cristo. La historia de la salvación en cierta manera es nuestra historia en Jesucristo. Las pequeñas historias de nuestras vidas están contenidas dentro de esta gran historia de justificación por la fe en Jesucristo.