EXTRAÑA ELECCIÓN
“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabio;
y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte;
y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios,
y lo que no es para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”
(1ª Corintios 1:27-29)

      Nadie escogería a alguien sin preparación específica para poder desempeñar el oficio en cuestión. Ciertamente se escogería al preparado y capacitado antes que al no preparado y sin formación. No cabe duda alguna que sería una elección extraña que alguien pudiese escoger al que no tiene preparación por encima de aquel que está preparado y capacitado. Igualmente es una elección extraña que Dios decidiese escoger a lo necio, débil, vil del mundo para avergonzar a lo que es sabio y fuerte del mundo. Lo cierto es que, la elección de Dios funciona distinta a los parámetros y lógica humana. Son precisamente las palabras del apóstol Pablo dichas a los Corintios que dejan ver la extraña elección obrada por Dios “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios y lo que no es para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1ª Corintios 1:27-29.  Pablo nos muestra primero, la extraña elección de Dios, segundo la extrañeza de los escogidos y su propósito y tercero el extraño resultado de la elección.


      El apóstol Pablo está escribiendo a un iglesia en el istmo de Corinto que le causó duros y arduos trabajos al apóstol Pablo. La iglesia de Corinto no fue una iglesia fácil para el apóstol tal y como lo demuestra la correspondencia abundante que Pablo tuvo con esa iglesia. La congregación en Corinto había absorbido la filosofía de su tiempo. Una filosofía basada en pensamientos humanos que les llevó a la división interna y al orgullo congregacional. Sin duda alguna era una iglesia rica en dones, pero esos dones no eran más que la riqueza de la gracia de Dios sobre ellos. Los Corintios habían caído en la trampa de la sabiduría de su tiempo que procuraba buscar estatus, fama y reputación personal. Habían aceptado la sabiduría del mundo por encima de la sabiduría de la cruz. Habían aceptado una sabiduría que les hablaba de buscar posición y reputación personal incluso al coste de hacerlo por encima de otros de la congregación. Dicha sabiduría era una sabiduría que nada tenía que ver con la sabiduría del evangelio de Cristo (1ª Corintios 1:18-20). La sabiduría de Dios mostrada en el poder de la cruz, aun cuando fuese una sabiduría no conocida por el mundo, rechazada por él y considerada como insensatez, lo cierto es que hay más sabiduría en lo insensato de Dios que en toda la sabiduría de los sabios de este mundo (v.25). Es precisamente en la extraña elección de Dios que se muestra la sabiduría de Dios. Pablo nos dice que “Dios escogió”.


      El apóstol no lo dice una sola vez sino que lo repite tres veces para que no haya duda de la acción realizada por Dios. La acción de Dios aparece de manera repetitiva para que quede grabado en la mente de aquellos Corintios y de todo lector “Dios escogió”. Debe notarse que aquí el sujeto de la acción de la elección, es Dios. No fueron los Corintios quienes decidieron escogerse a ellos mismos para ser partícipes de las bendiciones de la cruz de Cristo. No fueron los Corintios los que tomaron la decisión de formar parte de los santos y santificados en Jesucristo. Nada hubo en ellos ni en otro ser humano que marcase su elección, fue únicamente la acción de Dios sobre ellos. “Dios escogió”, por tanto, la elección divina es un acto realizado única y solamente por Dios. A lo largo de la historia de la salvación, la elección siempre ha recaído en la voluntad y soberano beneplácito de Dios. Fue Dios quien escogió a Noé y pasó por encima del resto de la humanidad. Fue Dios quien escogió a Abraham por encima de todos los habitantes de Ur. Fue Dios quien escogió a Isaac por encima de Ismael y a Jacob por encima de Esaú. Fue Dios quien escogió a Isael, la nación más insignificante de todas, por encima de grandes naciones. Fue Dios quien escogió a esos creyentes que formaban parte de la iglesia de Corinto por encima de muchos otros.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Gracias Dios y Padre porque no decidiste escoger lo más valioso y precioso de este mundo. De ser así no hubiese habido manera de que tu elección fuese para mí. Gracias porque decidiste escogerme aun y siendo pecador para expresar tu gran amor y misericordia. Gracias por tu elección que me enseña humildad y me mueve a adorarte aquí y en la eternidad.
MARTES

Leer: Génesis 25:19-34

Meditar: ¿Qué genealogía sigue en los versículos leídos? ¿Por qué los hijos de Rebeca luchaban dentro de ella? ¿Qué aspectos pueden destacarse del v.23? ¿Qué doctrina crees que está expuesta en el v.23?¿Cómo crees que se relación la explicado en los vv.27-34 con lo dicho en el v.23? ¿Qué crees que indica que Jacob fuese el escogido sobre Esaú sin ser el primogénito?

Orar: Bendice a Dios porque la elección no es obrada según los patrones culturales y sociales del mundo. Dios escoge según su voluntad. Da gracias a Dios porque su elección no está condicionada por pensamiento o voluntad humana. 


MIÉRCOLES

Leer: Romanos 9:9-16

Meditar: ¿Cuál es la palabra de la promesa? ¿Conforme a qué Dios mantuvo el propósito de la promesa? ¿Qué ejemplo utiliza Pablo del Antiguo Testamento? ¿Hay injusticia en la elección según Pablo? ¿De quién depende la elección? ¿Hay misericordia en la elección según Pablo?

Orar: Alaba a Dios porque la elección en tu vida no demuestra en ningún momento injusticia por parte de Dios sino soberanía y misericordia.


JUEVES

Leer: 1ª Pedro 1:1-2

Meditar: ¿A quién se dirige Pedro? ¿Cómo describe el apóstol a los cristianos de las cinco regiones mencionadas? ¿Fueron escogidos según qué? ¿Cuál es el medio de la elección de esos creyentes? ¿Cuáles son los dos propósitos que aparecen marcados en la elección?

Orar: Alaba a Dios porque él escogió a todo creyente según su amor eterno. Lo hizo por medio del Espíritu y escogió para que obedeciésemos a la fe del evangelio y fuésemos llevados a la gloriosa y eterna relación del nuevo pacto en Jesucristo.


VIERNES

Leer: Efesios 1:3-14

Meditar: ¿Qué personas de la Trinidad actúan o aparecen en los versículos? ¿En quién es escogido todo creyente? ¿Desde cuando es escogido el creyente? ¿Para qué es escogido el creyente? ¿Conforme a qué propósito ha sido predestinado el creyente?

Orar: Bendice al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo porque él te escogió en Cristo desde antes de todas las cosas y lo hizo conforme a su voluntad para hacerte santo delante de él mismo.


SÁBADO

Leer: 1ª Tesalonicenses 1:2-5

Meditar: ¿Crees que es posible conocer la elección de alguien? ¿Por qué da gracias el apóstol Pablo? ¿Qué es aquello que conoce el apóstol de los Tesalonicenses? ¿Cómo puede el apóstol Pablo conocer la elección de esos creyentes? ¿Cuál crees que es la prueba de que alguien ha sido escogido?

Orar: La aceptación del evangelio es la prueba de la elección. Da gracias a Dios porque si aceptaste el evangelio fue porque Dios previamente te había escogido para ello.
      Cuando se va a una frutería a comprar fruta, por lo general se acaban escogiendo aquellas piezas de fruta que parecen estar en mejor estado. Se acaba escogiendo aquellas naranjas y mandarinas que suelen parecer más jugosas y aquellas manzanas que tienen un rojo brillante. A muy pocos se les ocurriría llevarse aquellas naranjas, mandarinas y manzanas que tienen el peor estado y apariencia de todas y que uno estaría avergonzado de ponerlas delante de sus invitados a la mesa, sería una elección extraña. De la misma manera ningún empresario en su sano juicio escogería para su empresa a alguien que no está capacitado para el puesto de trabajo propuesto.
      La elección es un acto cuyo sujeto es únicamente Dios, nadie más que él escoge, nadie más que él determina quien pasará a ser depositario de las bendiciones de la sabiduría de la cruz. Tres veces nos dice Pablo “Dios escogió” para que a nadie le queden dudas que la elección es una acción divina y no humana. Según su voluntad y conforme a su propósito Dios escogió y sin lugar a dudas fue una extraña elección. ¿Por qué? Entre otras cosas porque Dios no tenía ninguna necesidad de escoger. ¿Qué necesidad tendría Dios de escoger siendo el ser más complacido que hay y que jamás habrá? ¿Qué necesidad tendría Dios de escoger de entre aquellos que simplemente no querían saber nada de él? Imagínate que tienes tu despensa llena de comida y no hay nada que te falte. Tu despensa está llena de las mejores delicias y manjares que puedas llegar a imaginarte ¿qué necesidad tendrías de escoger de entre alimentos de una tienda que están prácticamente pereciendo? ¡Ninguna necesidad tendrías de escoger a ninguno de ellos! Dios no tenía ninguna necesidad de escoger, pero lo hizo, “escogió Dios”. Ahora bien, la extrañeza de la elección de Dios se incrementa cuando se considera la extrañeza de los escogidos y el propósito.


      No hay duda alguna que los escogidos por Dios no pasarían la audición de habilidades y méritos. Pablo les dice a los Corintios que no hay muchos sabios entre ellos, ni muchos poderosos y nobles (v.26), en otras palabras, les está diciendo que no hay méritos suficientes en ellos. Por muy alto que los Corintios pudiesen llegar a pensar de ellos, lo cierto es que simplemente era un espejismo creado por su propio orgullo, nunca podrían pensar tan alto como para llegar a las cotas celestiales. Ninguno de nosotros podríamos pensar tan alto de sí mismo como para llegar a rozar el atrio de las puertas celestiales, pero aquí está la extrañeza de los escogidos de Dios. Dios no escogió nobleza, sabiduría o poder sino todo lo contrario “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios y lo que no es para deshacer lo que es”. Dios escogió “lo necio”, “lo débil”, “lo vil y menospreciado”, “lo que no es”. La elección de Dios sin duda alguna fue extraña debido a la extrañeza de aquellos escogidos y al propósito. Dios escogió lo que nunca nadie jamás hubiese escogido de iniciativa propia. Dios escogió lo que el mundo nunca hubiese escogido. ¿Por qué hizo esto Dios? Su propósito fue para avergonzar a lo que el mundo sí hubiese escogido “avergonzar a lo sabio, a lo fuerte y a lo que es”. ¿Significa esto que Dios no escogió a sabios y poderosos? Nada tiene que ver con esto. Las palabras del apóstol son una lección de humildad. Dios escogió lo que nadie escogería para avergonzar a lo que todo el mundo hubiese escogido. Son una lección de humildad ya que demuestran a un mundo orgulloso de sus méritos y logros que ninguno de ellos es mérito y logro de elección divina. Pero ciertamente es una lección de humildad para todo creyente.


      La elección en nuestra vida es una lección de humildad porque las palabras de Pablo demuestran que nada hubo en nosotros que motivase la elección de Dios. Nada hubo en tu persona que llevase a Dios a escogerte. No había valor, no había sabiduría, no había poder, no había fe que motivasen la elección de Dios en tu vida. Lo que caracterizaba tu vida era simplemente una cosa, la realidad de que nada te hacía merecedor de la elección. Ahora bien, aquí está la extrañeza de la elección, “escogió Dios a lo necio, débil, vil y menospreciado”.
      El mundo escoge lo que más le conviene y le puede ser de ayuda pero no así Dios. Dios escogió no lo que más le podía convenir sino que escogió aquellos a los que él más podía serles de bendición y salvación. Como creyente tu elección se debió únicamente al amor que Dios tuvo hacia ti desde la eternidad misma. Se debió únicamente a la misericordia que Dios derramó sobre alguien que no tenía mérito alguno. Quizás no hubieses sido escogido por el mundo pero no fue así para Dios, él decidió que serías suyo o suya. Sin duda alguna la elección no podría tener otro resultado que el de no jactarnos en nuestra vida.
      El resultado es extraño ya que aquellos escogidos por el mundo se jactan de sus méritos que les han llevado a ser escogidos. Ahora bien, nunca puede ser así en la elección divina. Si no había mérito en nosotros y Dios escogió lo que nunca jamás se hubiese escogido ¿qué jactancia podría haber? El resultado es claro, la extraña elección de Dios es “a fin de que nadie se jacte en su presencia”. El día que contemplemos la faz de nuestro Dios en la persona de Jesucristo, ninguno podrá gloriarse de estar allí por méritos propios. La única realidad de estar delante de la presencia de Dios será que él nos escogió para llegar a ese momento. Ciertamente no podremos jactarnos pero sí podremos hacer algo mejor. Podremos gloriarnos en Cristo de saber que Dios nos escogió para presentarnos delante de él con gran alegría.