ET TENEO ET TENEOR
(SUSTENTO Y SOY SUSTENTADO)
“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”
(Gálatas 6:2)
      Como parte del cuerpo de Cristo vivimos situaciones que requieren que seamos sustentados y que también podamos sustentar a otros. La fe común que tenemos en el Señor Jesucristo nos ha situado dentro de un cuerpo vivo cuya vitalidad debe de ser usada en más de una ocasión en sustentar a nuestros hermanos y hermanas y dejar que ellos también nos sustenten a nosotros cuando se requiera. Sin lugar a dudas, podría pensarse en infinidad de situaciones dentro de la congregación a las que podría aplicarse el lema “et teneo et teneor” pero hay una en particular que lo hace esencialmente indispensable. Existe una situación que suele ser objeto de olvido y al mismo tiempo objeto de crítica y que sin embargo, es aquella que requiere una práctica consciente y deliberada de “sustento y soy sustentado”. Esta situación es cuando los santos deben sustentar a aquellos otros santos que han caído en pecado y al mismo tiempo ellos mismos deben ser sustentados para no caer en pecado. En este contexto es que fueron dichas la palabras de Pablo “sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:2). El apóstol nos deja ver dos cosas que nunca deberían ser mera teología en la iglesia sino llegar a ser una práctica diaria dentro del cuerpo de Cristo. Primero, la necesidad mutua del sustento y segundo, la razón del sustento mutuo.


      “Et teneo et teneor”, puesto en las palabra del apóstol en Gálatas 6:2 sería “sobrellevad los unos las cargas de los otros”. El apóstol Pablo no deja lugar a dudas en la intención de sus palabras. De manera enfática e imperativa Pablo llama a que exista un sobrellevar mutuo de las cargas entre creyentes. El apóstol está usando un imperativo para marcar la acción que debe ser realizada “sobrellevad”. Ahora bien, todo y la fuerza del imperativo, el énfasis del apóstol está en “los unos a los otros”. En el original la expresión “los unos a los otros” aparece al inicio del versículo marcando así el énfasis “los unos a los otros las cargas sobrellevad”. El apóstol Pablo quiere mostrar la realidad de que en el cuerpo de Cristo no existe una actitud que está aislada del resto de la congregación. Siempre existe en el cuerpo de Cristo la realidad de “los unos a los otros”, por el simple pero importante hecho de que la misma fe que sustentamos en Cristo Jesús nos ha puesto como creyentes en esa misma fe en relación con Cristo y en una relación vital e inseparable los unos con los otros. Somos uno en Cristo y dicha unión hace que exista una mutua relación para la necesidad mutua de sobrellevar nuestras cargas (Gálatas 3:26-29).
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Et Teneo et Teneor, “sustento y soy sustentado”. El evangelio de Cristo es el que te sustenta y por el que debes sustentar a tus hermanos en la congregación. Considérate a ti mismo, considera cómo Cristo llevó tus pecados en la cruz y pide por la gracia de Dios para sobrellevar las cargas de tus hermanos como evidencia de amor hacia ellos. 
MARTES

Leer: Gálatas 1:3-5

Meditar: ¿Cómo define Pablo a Dios? ¿Cómo define Pablo a Jesucristo en estos versículos? ¿Qué implica la idea de “se dio a sí mismo por nuestros pecados? ¿Cuál fue el propósito del sacrificio de Cristo según estos versículos? ¿Fue según voluntad humana o divina? ¿Cómo crees que lo dicho aquí te ayuda a sobrellevar las cargas de los hermanos en la iglesia de Cristo?

Orar: Bendice a Dios porque Cristo cargó nuestro pecado en nuestro lugar y fue hecho para nuestra liberación. Bendice a Dios porque todo sucedió conforme a lo que él había establecido para tu vida.


MIÉRCOLES

Leer: Gálatas 1:6-9

Meditar: ¿Qué sorpresa tiene Pablo? ¿Hay otro evangelio distinto al que ha predicado Pablo? Según el v.4 ¿Cuál es el evangelio predicado por el apóstol? ¿Cómo considera Pablo si alguien predica un evangelio distinto? ¿Qué te hace pensar la afirmación de Pablo en los vv.8-9 sobre la importancia del evangelio?

Orar: Pide a Dios que te ayude a ti y a tu iglesia a siempre estar firme en el evangelio de Cristo tal y como ha sido anunciado por los apóstoles de Cristo y que quedó registrado por inspiración en la Biblia.


JUEVES

Leer: Gálatas 3:26-29

Meditar: ¿Qué posición tiene todo aquel por la fe en Cristo Jesús? ¿Existe alguna diferencia entre creyentes según el v.26? ¿Cómo entiendes el v.28? (Piensa que Pablo habla de formar parte del pueblo de Dios) ¿Qué implica que ahora en Cristo somos linaje de Abraham y herederos de la promesa?

Orar: Da gracias a Dios porque por medio de Cristo somos hechos hijos de Dios. Bendice a Dios porque el formar parte de su pueblo no depende de clase social, sexo, raza, sino de la fe en Cristo. Pide a Dios que la realidad de ser uno en Cristo te ayude a entender y considerar a tus hermanos y hermanas conforme a lo que son por la gracia de Dios.


VIERNES

Leer: Gálatas 5:13-16

Meditar: ¿A qué ha sido llamado todo creyente? ¿Cómo no debe de ser usada la libertad en Cristo? ¿Cómo sí debe ser usada la libertad en Cristo? ¿Qué es aquello que cumple el usar la libertad en Cristo para servir a los hermanos en amor? ¿Cuál es el problema de no andar en amor en la congregación?

Orar: Pide a Dios que te ayude a entender que la libertad que te ha sido dada en Cristo no es una libertad sin implicaciones congregacionales. Es un liberta que debes usarla para servir a los hermanos en amor.


SÁBADO

Leer: Gálatas 6:1-5

Meditar: ¿Cuál es la situación presentada en el v.1? ¿Quién crees aquí que son los espirituales? ¿Cómo debe de restaurarse al hermano caído? ¿Cuál es el llamado de Pablo según lo dicho en el v.1? ¿Qué es importante que haga aquel que restaura al hermano?

Orar: Pide a Dios que obra humildad y no orgullo en tu vida sabiendo que también puedes ser tentado y caer en pecado. Pide a Dios que te ayude a restaurar al hermano caído sabiendo que no deja de ser ni cristiano ni hermano por haber caído porque no es por obras sino por gracia y por medio de la fe que somos salvos.
      “Et teno et teneor” es el lema que uno puede encontrarse en el Spurgeon’s College. Spurgeon consideró la creación del Spurgeon’s College como su “primogénito amado” también como “el trabajo de mi vida que Dios me ha llamado a realizar”. Spurgeon como predicador del evangelio tenía como uno de sus principales objetivos la formación de otros siervos de Cristo para la proclamación del evangelio de gracia y para ello el colegio fue algo esencial. El lema que fue escogido, que simboliza y resume la intención del colegio fue “et teneo et teneor”, es decir, “sustento y soy sustentado” y lo cierto es que dicho lema no eran simplemente palabras bonitas en el colegio. Spurgeon fue capaz de escoger como director del colegio a George Rogers, un congregacionalista que tenía notables diferencias en cuanto a la doctrina del bautismo con Spurgeon. Ahora bien, aun y las diferencias en cuanto a la doctrina del bautismo, Rogers y Spurgeon estaban de acuerdo en los elementos esenciales y fundamentales del evangelio y del Calvinismo. Aun y sus diferencias en asuntos secundarios, Spurgeon y Rogers podían decir “et teneo et teneor”, sustento y soy sustentado en los asuntos fundamentales del evangelio de Cristo que era proclamado y enseñado a ser proclamado a los ministros de Cristo que pasaban por el colegio. Salvando las distancias entre la situación de Spurgeon y Rogers y nuestra situación como creyentes, la esencia del lema de “et teneo et teneor” es algo que sin lugar a dudas debería ser un lema y realidad en la congregación de los santos.
      En el primer siglo los porteadores eran aquellos que sobrellevaban cargas y tenían la posibilidad de poner su yugo con la carga que llevaban sobre los hombros de otro porteador quien les ayudaba así a sobrellevar la carga por un tiempo y durante una cierta distancia. Si la necesidad de mutuo sustento era algo importante entre porteadores ¿cuánto más lo será para todo creyente cuyas cargas fueron llevados por Cristo en la cruz? ¿Cuánto más lo será para la iglesia cuyo llamado es un llamado a una necesidad mutua de sobrellevar los unos las cargas de los otros? En ocasiones se olvida pero una vez se forma parte del pueblo de Cristo las cargas son algo comunitario, corporativo y congregacional. Nadie, ni tampoco los creyentes, se escapan de las cargas de la vida. Una creación y un mundo tocado por el pecado y que produce por sí mismo cardos y espinos, hace que como creyentes, aun y nuestra fe en Cristo, no estemos exentos de las cargas de esta vida. Unas cargas que en ocasiones pueden ser pesadas y difíciles de llevar, enfermedad, problemas económicos, muerte, problemas familiares, etc. Suele existir la tendencia de querer sobrellevar esas cargas solos sin darnos cuenta que algo que forma parte de la esencia misma de la iglesia de Cristo es la necesidad mutua de sobrellevar los unos las cargas de los otros. Las cargas de mis hermanos y hermanas se convierten por esa relación en mis propias cargas. Mis hombros se convierten en los hombros de mis hermanos para llevar sus cargas. Ahora bien, la carga de la tentación y pecado es la más pesada de todas y la que no podemos olvidarnos de sobrellevar.


      Cuando el apóstol Pablo habla de “sobrellevar los unos las cargas de los otros” todo y que el término “carga” puede ser algo general, en el contexto inmediato del apóstol, la carga se refiere a la tentación y pecado. En el versículo anterior Pablo ha dicho “hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta vosotros que sois espirituales restaurarle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (v.1). La carga de la tentación y pecado es posiblemente la carga más pesada que puede llegar a existir. Es esa carga que en el creyente hunde de manera profunda en el océano de la culpabilidad. Es esa carga que como una piedra de molino atada al cuello no deja levantar cabeza sino que la doblega en vergüenza. Es esa carga que le hace sentirse a uno indigno, despreciado y desechado no únicamente por Dios sino también por aquellos que son sus hermanos. Es una carga que Satanás utiliza para susurra continuamente al oído “mira que malo que eres, ¿cómo te van a amar con lo que has hecho?”. Podemos estar dispuestos a llevar muchas cargas pero cuando en la providencia divina el pecado o tentación de un hermano o hermana es descubierto, entonces, en muchas ocasiones dedos acusadores se levantan. Pero no debería ser así.


      La iglesia y los hermanos deben incluso ser capaces de sobrellevar esas cargas de tentación y pecado en la vida de otros hermanos. Esto no implica cerrar los ojos al pecado sino restaurar al hermano o hermana sorprendido en falta.
      Restaurarle con espíritu de mansedumbre mostrándole el perdón que existe en Cristo, mostrándole que no es por obras nuestra aceptación delante de Dios sino por medio de la fe en Cristo y por la gloriosa justicia que en él nos ha sido dada. Restaurándole considerando al mismo tiempo que nosotros que podemos sobrellevar al hermano no jugamos en una liga distinta sino que también estamos sujetos a poder caer en el fango del pecado en nuestra vida. Sustentar al hermano en sus cargas implica al mismo tiempo que uno es también sustentado en las suyas. Por tanto, existe una necesidad mutua de ser sustentado, “et teneo et teneor”. Pero, ¿qué razón hay de hacer algo así? La razón de cumplir así la ley de Cristo Jesús.
      El sobrellevar las cargas los unos de los otros implica “y cumplid así la ley de Cristo”. El ejercicio de la mutua necesidad de sobrellevar las carga implica el cumplimiento de la ley de Cristo en nuestra vida y en la iglesia. Ahora bien, ¿cuál es esa ley de Cristo? Cuando uno piensa en el evangelio de fe expuesto por Pablo a los Gálatas ya desde un buen principio les ha dicho que Cristo es quien “se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1:4). Cristo fue capaz de llevar en nuestro lugar la carga de nuestro pecado. El castigo de nuestra paz fue sobre él debido a que estuvo dispuesto a llevar nuestra carga. Existió una identificación última de Cristo con nosotros hasta el punto de tomar nuestro lugar, tomar nuestra carga y morir en la cruz para así nosotros ser restaurados y liberados conforme a la voluntad de Dios. En cierta manera el evangelio de Jesucristo nos pone a todo creyente bajo el imperativo de sobrellevar las cargas los unos de los otros. Ahora bien ¿lo hacemos por obligación? ¿Lo hacemos porque no tenemos otro remedio? Si fuese así mejor sería no hacerlo. Cristo es el cumplimiento de toda la ley del antiguo pacto y el apóstol Pablo ha dejado algo claro en Gálatas 5:14 “porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El cumplir la ley de Cristo implica que sobrellevamos las cargas del hermano porque le amamos así como Cristo nos amó y lo hizo con nosotros. Es el amor que brota del evangelio y no la obligación aquello que debe movernos a sobrellevar los unos las cargas de los otros.