OFICIO DE SUMO SACERDOTE
“Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (Salmo 110:4)
      ¡Necesito un sacerdote! Gritaba alguien en un hospital. ¡Necesito un sacerdote que me sirva para presentarme delante de Dios! Era el clamor de los últimos días en un hospital. Sin duda alguna un clamor necesitado de entender que ningún sacerdote terrenal podría cumplir y satisfacer dicho clamor. Solamente el sumo sacerdote para siempre designado por Dios podía servir para cubrir ese clamor “juró Jehová y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”. El Salmo 110:4 menciona un juramento sorprendente de parte de Jehová, juró que alguien sería sacerdote para siempre. Cuando se observa este simple pero profundo versículo a la luz de todo el progreso de la salvación, las palabras del salmista toman una perspectiva gloriosa y majestuosa. Para ello, estas palabras deben considerarse observando primero, el extraño juramento de Jehová, segundo el patrón del sacerdote designado por Jehová y tercero, el cumplimiento en Cristo como el sumo sacerdote para siempre.


      “Juró Jehová y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre”. No hay duda alguna que las palabras del Salmo 110:4 demuestran un compromiso fiel e inalterable de parte de Dios. Si hay alguien que puede jurar con toda certeza y fiabilidad, éste es Dios. Después que Abraham obedeciese el mandato de Jehová de entregar a su hijo Isaac en sacrificio, Dios, después de haber evitado el sacrificio de Isaac, juró que cumpliría las promesas que le había dado a Abraham en pacto (Génesis 22: 18). Dios mismos determinó que su juramento era por sí mismo “y dijo: Por mi mismo he jurado, dice Jehová…” (Génesis 22:16). Aun y cuando pueda parecer que carezca de importancia el hecho que Dios jurase por sí mismo, es importante entender que en aquella cultura, los juramentos - que podían ser verbales o acompañados de un acto simbólico - solían realizarse siempre en el nombre de alguien más alto que el que juraba, por lo general alguna divinidad.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      La apelación al nombre de esa divinidad implicaba responsabilidad de cumplimiento en el juramento, de no cumplirse aquel que fallase traería sobre sí el castigo del nombre de aquel por el cual había jurado. Sabiendo esto ¿por quién más alto que él iba a jurar Dios? ¿Por el nombre de quién más elevado y sublime iba a jurar Dios? Evidentemente no podía jurar en el nombre de nadie más alto que él porque nadie hay mayor que el Dios que ha creado los cielos y la tierra. No hay nombre más alto que el nombre del Altísimo. Siendo así, Jehová se comprometió por su misma persona a cumplir lo que había prometido a Abraham, de fallar, Dios negaría su nombre, contradeciría su misma esencia y por lo tanto Dios dejaría de ser Dios. Según esto, el juramento de Jehová en el Salmo 110:4 es de obligado cumplimiento.


      Jehová mismo juró y no se arrepentirá de lo que determinó. El juramento de Jehová implica cumplimiento seguro. Dios no puede faltar a su palabra. El juramento de Jehová muestra que lo dicho por él será llevado a cabo, muestra que ni una jota ni una tilde de ese juramento pasará o quedará incumplido, si Dios juró, Dios hará.
      Además, el salmista es claro al decir que dicho juramento vine acompañado del no arrepentimiento de Dios. Dios juró y ese fue un juramento inmutable, incambiable, Dios no dará marcha atrás en lo establecido. El juramento de Dios, como un ancla que amarra a un barco en el sólido y firme lecho marino, así se amarra en el sólido y firme lecho de la naturaleza no cambiante del Dios que juró. ¿Qué juró Jehová? “Tú eres sacerdote para siempre”. Sin duda alguna es un juramento extraño ¿por qué haría algo así Jehová? Debe tenerse presente que el Salmo 110 fue un salmo escrito por David, el rey por excelencia de Israel y aun y cuando pueda parecer que esto no tiene importancia, lo cierto es que tiene una importancia vital para entender lo extraño del juramento de Jehová con relación a un sacerdote para siempre.  


      Cuando David escribió el Salmo 110 no solamente era rey de Israel sino que ya había un sacerdocio establecido por Dios y por la ley misma del antiguo pacto, el sacerdocio de levítico. Ya había sacerdotes que funcionaban como mediadores de un antiguo pacto, los sacerdotes de Leví intercedían delante de Dios a favor del pueblo. Los sacerdotes entregaban los sacrificios delante de Dios por medio de los cuales el perdón y purificación divinos eran extendidos al pueblo. Leví había sido escogido y designado por Dios en el antiguo pacto como los sacerdotes legítimos para presentar a Israel delante de su Dios. Siendo así, ¿por qué la necesidad de hablar de otro tipo de sacerdote? ¿Por qué la necesidad de jurar por otro sacerdocio cuando ya había uno en vigencia? ¿No había uno que ya funcionaba y que había sido escogido por Dios mismo?  La respuesta reside en el hecho que el juramento de Jehová es por un “sacerdote para siempre”. Esto demuestra que el sacerdocio levítico, aún y designado por Dios en el antiguo pacto, nunca fue pensado como un sacerdocio definitivo o para siempre. Puesto en otras palabras, el sacerdocio levítico tenía fecha de consumo preferente y fecha de caducidad, debía consumirse preferentemente en el antiguo pacto y su caducidad venía marcada por la entrada de un nuevo pacto. Todo el sacerdocio levítico mostraba que otro había de llegar que pudiese representar al pueblo delante de Dios de manera perfecta, otro había de llegar que pudiese ofrecer el sacrificio último y definitivo para el perdón de nuestros pecados. Sí, el sacerdocio levítico no era el último, ¿cuál era el patrón del sacerdocio definitivo que podría representar al pueblo de Dios de manera permanente delante de él? “Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”.


      Melquisedec y no Leví es el patrón para el sacerdote que Dios juró que sería para siempre. En Génesis 14 aparece el personaje de Melquisedec quien era a la vez rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo (Génesis 14:18). Extraña combinación, rey y sacerdote en una misma persona, pero lo importante es ver que David en el Salmo 110:4 interpreta que es precisamente Melquisedec quien marca el patrón del sacerdote que Dios juró para siempre. Ciertamente Leví funcionaba dentro del antiguo pacto, pero Melquisedec como sacerdote ya regía incluso antes de que este antiguo pacto fuese dado. Pertenecía a otro pacto, estaba en otra categoría. Tan superior era el orden del sacerdocio de Melquisedec con relación al de Leví que cuando Abraham pagó los diezmos a Melquisedec, la Escritura misma nos dice que “en Abraham pagó el diezmo también Leví que recibe los diezmos” (Hebreos 7:9). Muy superior era el sacerdocio de Melquisedec respeto al de Leví, Melquisedec es el patrón de sacerdocio para siempre que Jehová mismo juró. El pueblo de Dios no debía esperar un sacerdocio levítico para siempre sino uno que viniese según el orden de Melquisedec, ligado a otro pacto y cumpliendo en grado sumo lo que el sacerdocio levítico significaba. Hoy en día muchos buscan sacerdotes que nada tienen que ver con el sacerdocio establecido por Dios. Muchos confiesan sus pecados y esperan que tengan representación delante de Dios buscando a sacerdotes de sotana negra y alzacuellos blancos que en nada cumplen el juramento que Dios mismo estableció en el Salmo 110:4. Muchos ponen sus ojos en mitras, báculos y palios que nada pueden hacer y que no tienen ninguna autoridad para perdonar. Por tanto ¿sobre quién Dios juró que sería sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec? Y solamente hay uno que lo cumple, Cristo Jesús.
      El “tú” del Salmo 110:4 no hace referencia al rey David sino al Señor del rey David, aquel que David mismo dice al inicio del Salmo 110:1 “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estados de tus pies”.  ¿Quién es ese Señor de David sobre el cual Jehová juró que sería sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec? Hebreos 7 responde a ello. Dios juró hablando de Jesús de Nazaret quien fue hecho fiador de un mejor pacto (Hebreos 7:21-22). El nuevo pacto llegó y trajo consigo el ideal de sumo sacerdote marcado por Melquisedec. Aun y no ser de la tribu de Leví, Jesús es el último y más grande sumo sacerdote porque es según el orden que Dios mismo dijo que regiría para siempre, Melquisedec. Con el fin del nuevo pacto llegó a su fin el sacerdocio de Leví pero entró en escena el glorioso, perfecto y eterno sacerdocio de Cristo Jesús quien hizo purificación perfecta por nuestros pecados, quien es capaz de socorrernos en la tentación, quien es misericordioso y fiel. A la luz de la Escritura el Salmo 110:4 podrías leerlo así “Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú mi Hijo Jesucristo eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”.
¿Quién nos representará antes Dios? Allí está Cristo nuestro sumo sacerdote ¿Quién intercede por nosotros sin cesar? Allí está Cristo nuestro sumo sacerdote eterno ¿Quién oró por los suyos? Allí está Cristo nuestro sumo sacerdote ¿Quién purificó definitivamente nuestros pecados? Allí está Cristo nuestro sumo sacerdote. ¿Quién es capaz de compadecerse de nuestra debilidad y socorrernos en la tentación? Allí está Cristo nuestro sumo sacerdote ¿Cuál es la sangre que perdona nuestros pecados? Allí está Cristo el Cordero perfecto y el sumo sacerdote perfecto, víctima y sacerdote al mismo tiempo.
MARTES

Leer: Génesis 14:17-24

Meditar: ¿Qué dos reyes aparecen en escena? ¿Podrías determinar que diferencias aparecen entre ambos reyes? ¿Con qué palabras bendice Melquisedec a Abraham? ¿Por qué crees que fue importante que Melquisedec bendijese a Abraham antes que el rey de Sodoma entrase en escena? Compara las palabras de Abraham al rey de Sodoma con la bendición de Melquisedec ¿qué te hace pensar que Abraham utilizase casi el mismo lenguaje? ¿Por qué crees que es importante la función de Melquisedec?

Orar: Da gracias a Dios porque en la historia de la salvación el estableció a Melquisedec. Ora sobre la necesidad e importancia de tener un sacerdote que sea capaz de mediar la bendición del Dios Altísimo sobre los suyos. Da gracias a Dios porque esto se cumple en Cristo Jesús.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 110:1-7

Meditar: ¿Quién fue el autor del Salmo? ¿Por qué consideras que es de importancia el primer v.1? ¿A quién se dirige el salmo? ¿Qué imágenes aparecen en el Salmo? ¿Podrías resumir con dos oficios que son importantes en la Biblia las imágenes presentadas en el Salmo? Aquél que juró Jehová tendrá dos oficios bien claros ¿cuáles son?

Orar: El Salmo 110 muestra que el sacerdote para siempre será al mismo tiempo rey que regirá juzgará. Bendice a Dios porque Cristo cumple a la perfección estos dos oficios Rey-Sacerdote como así lo fue Melquisedec. Da a Dios las gracias por la mediación y gobierno de Cristo pero pide a Dios su gracia para poder vivir en obediencia a Cristo que es Rey-Sacerdote.


JUEVES

Leer: Hebreos 1:1-4

Meditar: ¿De quién está hablando estos versículos? ¿De qué manera el hijo es descrito? ¿De qué oficio - profeta, sacerdote, rey - está hablando el v.3? ¿Qué hizo el Hijo como sacerdote a nuestro favor? ¿Qué crees que implica el hecho de “se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas?

Orar: El oficio de sumo sacerdote de Cristo implicó que hizo una purificación perfecta por nuestros pecados. Se sentó a la diestra de la Majestad indicando que su trabajo fue completo y definitivo. Da gracias a Dios porque la obra de perdón de Cristo es completa. Da gracias a Dios porque su obra de sacerdote es completa a tu favor. Cuando el pecado asalte tu vida acude a Cristo sabiendo que la purificación por tus pecados es perfecta y definitiva.


VIERNES

Leer: Hebreos 2:14-18

Meditar: ¿De qué participó Cristo al igual que nosotros? ¿Qué es aquello que destruyó Cristo? ¿De qué nos liberó Cristo? Según el v.17 ¿Por qué debía ser en todo semejante a nosotros para ser sumo sacerdote? ¿Qué gran esperanza tenemos en Cristo nuestro sumo sacerdote en el v.18?

Orar: Cuando la tentación llegue a tu vida ora y pide a Dios que te ilumine en el entendimiento de que Cristo fue tentado también para poder socorrerte a ti de la tentación. Ora dando gracias a Dios que el sumo sacerdote que tenemos es misericordioso y fiel capaz de compadecerse de nuestras debilidades.


SÁBADO

Leer: Hebreos 7:1-

Meditar: ¿Cómo interpreta la historia de Abraham y Melquisedec Hebreos 7:1-9? ¿Cómo define el sacerdocio levítico el v.11? Si el sacerdocio ordenado por Dios era el de la tribu de Leví ¿Cómo puede ser Jesús nuestro sumo sacerdote siendo de la tribu de Judá? ¿Qué debía cambiar para que Jesús fuese sumo sacerdote para siempre?

Orar: Da gracias a Dios porque Leví sirvió como sacerdote bajo el antiguo pacto pero no el nuevo. Da gracias porque el nuevo pacto ha traído a Jesús como el sumo sacerdote eterno según el orden de Melquisedec. Bendice a Dios porque la mediación de Jesús nuestro sumo sacerdote es eterna y para siempre delante de Dios.
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