EMANUEL
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo.
Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”
(Mateo 1:23)
      ¡Que grandes son las palabras que anuncian la concepción de una nueva vida! ¡Que maravilloso es llegar a escuchar que el don de la vida ha sido concedido por Dios! Así como Dios creó la vida cuando en el principio dijo: “sea…y fue…” la concepción de un bebé, sin lugar a dudas, hace al ser humano partícipe de ese maravilloso acto creador y de la bendición dada al ser humano en el origen de todas las cosas. Si la concepción de un bebé siguiendo los cauces naturales establecidos por Dios, es motivo de gratitud, regocijo y señal de un momento importante, ¿cuánto más no será señal de un momento capital, crucial, vital e irrepetible la concepción de un niño por medio de una muchacha que no había conocido varón? ¿Cuánto más atención debería darse a tal milagro? ¿Cuánto más uno debería preguntarse qué significa y qué señala tal acto dado en medio de la historia? Las palabra del ángel a José en cuanto al significado de la concepción de su futura esposa María, nos indican dos aspectos importantes en cuanto a lo que significó y sigue significando para todo aquel que leer el relato bíblico, la concepción virginal que conllevó la encarnación del eterno Hijo de Dios. Las palabras del ángel dichas a José “he aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo. Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Mateo 1:23) implican dos cosas: Primero la concepción como señal de redención y segundo, la concepción virginal como señal de la presencia misma de Dios.


      Las palabras y anuncio del ángel a José fueron una necesidad para ese hombre ¿de qué otra manera José hubiese podido entender que lo que había sucedido con María no había sido una acto de infidelidad por parte de ella sino un milagro divino? ¿De qué otra manera hubiese podido José entender que Dios había decidido obrar nuevamente en la historia de una manera que nadie esperaba o hubiese podido imaginar?
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Posiblemente como seres humanos hubiésemos diseñado otra señal para anunciar una salvación tan grande, pero ciertamente toda señal pensada por la humanidad palidecería frente a la señal que Dios dio. Dios hecho carne fue la señal misma que él venía a salvar. Considera la grandeza e importancia de Emanuel con nosotros. No dejes de considerar la grandeza de lo que Dios hizo para el perdón de nuestros pecados.
MARTES

Leer: Isaías 7:1-25

Meditar: ¿Cuál es el contexto general del capítulo? ¿Por qué crees que el rey Acaz no quería pedir señal? ¿Qué es lo que hace Dios frente a la negativa de Acaz? ¿Qué señal será dada por Dios? ¿Qué crees que representa la señal que Dios dará en el contexto del capítulo?

Orar: Bendice a Dios porque él es el autor de la salvación de su pueblo. Da gracias a Dios porque él no deja a su pueblo desamparado y sin salvación.


MIÉRCOLES

Leer: Isaías 8:1-22

Meditar: ¿Cuál es el contexto de este capítulo? ¿Qué es lo que sucede con el profeta Isaías? ¿Cómo se llamará el niño que ha nacido? ¿Qué características tiene el niño descrito? Compara lo que el niño de Isaías hará con lo que Dios hará en Isaías 7 ¿Crees que primeramente el niño al que se refiere Isaías 7:14 puede ser el niño nacido a Isaías? ¿Cómo crees que esta señal de salvación en ese niño se cumple en Mateo 1:23? 

Orar: Da gracias a Dios por el cumplimiento de la historia de la salvación. Bendice a Dios porque la señal del nacimiento del eterno Hijo de Dios es señal de la llegada de la salvación.


JUEVES

Leer: Mateo 1:18-25

Meditar: ¿Qué es aquello que narran estos versículos? ¿Qué importancia crees que pudo tener el anuncio del ángel a José? ¿Cuál será el significado del nombre Jesús? ¿Por qué se le dará ese nombre? ¿Qué es aquello de lo que el pueblo de Dios tienen que ser salvado? Según Mateo 123 ¿Por qué Jesús es aquel que puede perdonar a su pueblo de sus pecados?

Orar: Confiese a Dios los pecados que pueda haber en tu vida. Confiesa y arrepiéntete con la convicción bíblica de que Jesús es quien entregó su vida para perdón de pecados. Da gracias a Dios porque él mismo vino en carne para que pudiésemos tener perdón y reconciliación.


VIERNES

Leer: Lucas 1:26-37 

Meditar: ¿Cuál es el anuncio dado en estos versículos? ¿Cómo es descrito a Jesús en el texto? ¿Cómo se producirá lo dicho por el ángel? ¿Qué relación crees que tiene el v.35 con Génesis 1:2? ¿Qué te hace pensar la posible relación entre la creación en Génesis y la concepción virginal descrita por Lucas 1:35?

Orar: Bendice a Dios por el misterio de la encarnación porque por medio de él la salvación entró en la historia. Bendice a Dios porque la humanidad del eterno Hijo de Dios encarnado fue un acto de nueva creación siendo así Jesús el ser humano perfecto, sin pecado, quien podía salvarnos de nuestros pecados.


SÁBADO

Leer: Lucas 2:21-38

Meditar: ¿Cuál es la ocasión que genera los acontecimientos descritos en el capítulo? Cita aquellos versículos donde existe un énfasis marcado en la obra del Espíritu. ¿Qué contempló Simeón cuando tuvo a Jesús en sus brazos? ¿Dónde recae el énfasis de lo que Simeón dijo al sostener a Jesús?

Orar: Cómo Simeón da gracias a Dios porque si eres creyentes puedes decir que tus ojos han contemplado la salvación en la persona de Cristo. Orar por aquellos familiares y amigos que no han contemplado la salvación en Cristo. Ora que Dios obra por su gracia en ellos..
      José, cuando supo del embarazo de María decidió secretamente abandonarla (Mateo 1:19) pero fue que pensando en hacer esto el ángel del Señor se apareció a José dándole la explicación de lo que había acontecido y lo primero que se presenta es que el acontecimiento explicado es un acontecimiento histórico “el nacimiento de Jesucristo fue así” (Mateo 1:18). La explicación será la explicación no de una fábula, no de un mito, no de una historia para ir a dormir, sino la explicación de un evento dado en medio de la historia del pueblo de Dios. La genealogía descrita en Mateo 1:1-17 narra la historia de Israel con nombres históricos, eventos históricos como el exilio, llevando todo ello al evento histórico del nacimiento de Jesucristo. La explicación del ángel es la explicación de la historia autorizada por el autor mismo de la historia.
      Dios nunca ha dejado que sus actos de salvación en medio de la historia quedasen sin ningún tipo de explicación. Tampoco Dios ha dejado que sus actos históricos de salvación quedasen sujetos a la explicación de las opiniones humanas. Solamente es suficiente con escuchar lo que muchas persona opinan y explican - opiniones y explicaciones que no merecen lugar en este devocional - en relación a este acto histórico de Dios, para darse cuenta que los hechos salvadores de Dios obrados en la historia no podían quedar sujetos a la explicación humana. La explicación del ángel es la explicación que proviene de las esferas celestiales en cuanto a ese evento. Es la explicación del mismo Autor de su obra ¿quién mejor que el propio autor para poder explicar el significado y carácter de su obra? Nuestra sociedad no tiene problema en tener como legítimas las explicaciones que el autor de una escultura puede dar su obra. Tampoco existe problemas en considerar como legítimas y totalmente aceptables las explicaciones que el autor de una pintura realiza de su obra. Siendo así, Dios nunca ha dejado que sus hechos en la historia sean explicados de cualquier manera. Inspiró a hombre santos para registrar sin error los hechos históricos de la salvación y a un hombre, José, mandó un ángel para que diese la explicación oficial de las cortes celestiales de lo que significó la concepción de María. Ahora bien, la explicación del milagroso hecho, que en el cristianismo se conoce como la concepción virginal, es una explicación que fue dada por el ángel en base a las palabras que fueron dichas siglos atrás por medio del profeta Isaías vv.22-23 “todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta - Isaías 7:14 - cuando dijo: “he aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo. Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. ¿Qué sucedió en Isaías?


      En días del rey Acaz, Rezín rey de Siria y Peka rey de Israel subieron en coalición contra Acaz rey de Jerusalén. Sin lugar a dudas esto atemorizó a Acaz quien pensó en encontrar su seguridad y salvación en una alianza con Egipto. Ahora bien, las alianzas humanas a largo plazo no salvan a nadie. Ante esto, Dios levantó a Isaías para que fuese a hablar con el rey y le dijese que no tuviese temor ya que Dios estaría con él y sería su salvación. Para ello Dios le dice a Acaz que le pida cualquier señal como confirmación de esa salvación. El rey, con una falsa modestia pasmosa, le dice que no puede hacer algo así. Frente a esto, Dios permaneciendo fiel a su propósito de salvación le dice al rey que él mismo le dará señal de salvación ¿cuál será esa señal de salvación? Isaías 7:14 “por tanto, el Señor mismo os dará Señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamarás su nombre Emanuel”. La señal de salvación dada por Dios al rey sería que una virgen concebiría y daría a luz un hijo. Ese evento histórico sería la señal al rey y a Jerusalén que la salvación de Dios estaba a su favor. Muy probablemente en el contexto inmediato el hijo nacido es el hijo de Isaías descrito en Isaías 8 pero a largo plazo, en el progreso de la historia de la salvación, la señal definitiva de salvación, la señal última de la salvación de Dios fue la concepción virginal del eterno Hijo de Dios en el vientre de María.
      La concepción virginal cumplió en último término lo que Dios anunció en Isaías 7:14. Ahora la señal que es dada al pueblo de Dios, la señal que es dada a toda la humanidad de que la salvación de Dios ha irrumpido en la historia, es el concepción y nacimiento de Jesucristo. Dicho acontecimiento histórico es como si a un mundo caído que como Acaz dice: “no pediré señal”, Dios le dijese “el Señor mismo os dará Señal”, Dios mismo dará señal de su propósito de salvación y al mismo tiempo de la necesidad de salvación que existe en su pueblo.
      La concepción virginal o la encarnación del eterno Hijo de Dios es la señal que Dios da de que traerá salvación a su pueblo, ahora bien, existe una diferencia crucial con lo dicho en Isaías 7:14. Si la señal de una virgen concibiendo y dando a luz un hijo en Isaías era señal de salvación de coaliciones de reinos, ahora en Mateo 1:23 la señal de la encarnación del Hijo de Dios será señal de salvación de pecados. Lo que es explicado es el nacimiento de Jesucristo y su nombre se deberá a que él salvará a su pueblo de sus pecados (Mateo 1:21). La encarnación del Hijo de Dios fue la señal definitiva dada al problema definitivo de nuestra vida, el pecado. Ahora bien, ¿cómo podía Jesús ser señal de salvación y perdón de pecados? Porque la encarnación fue también señal de la presencia divina.


      Mateo nos dice algo que Isaías no dice “que traducido es: Dios con nosotros”. Mateo nos da la traducción del significado de Emanuel. ¿Por qué Jesucristo puede salvar de pecados? Porque él es Dios con nosotros, porque en la persona de Jesús mediante la encarnación, la naturaleza eterna del Hijo de Dios, de la segunda persona de la Trinidad, se unió a la naturaleza humana creada por el Espíritu en la concepción virginal y el ser que nación fue la persona de Jesucristo. La encarnación es señal de que no fue un ángel aquel que vino a salvarnos de nuestros pecados. Un ángel fue suficiente para anunciar el gran evento de la encarnación pero no fue suficiente para salvar. Los ángeles fueron suficientes para cantar en coro celestial que el salvador había nacido, pero no fueron suficientes para salvar. La encarnación es señal de la presencia divina, es señal que Dios vino en carne y vino para salvar. La encarnación es señal dada de que Dios tomaba la iniciativa y el asunto en sus manos para salvarnos y perdonarnos de nuestros pecados.
       En palabras del profeta Ezequiel, la encarnación es la señal de Dios diciéndonos...

“así ha dicho Jehová el Señor:
He aquí yo, yo mismo iré a buscar a mis ovejas, y las reconoceré”


(Ezequiel 34:12).