CONFIANZA EN DIOS ANTÍDOTO PARA LA CONFUSIÓN HUMANA
“En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme”
(Salmo 31:1-2)
      ¿Cómo podría definirse la confusión? Se dice que es la falta de orden. Donde no hay orden hay confusión y donde hay confusión se genera una falta de orientación y dirección para poder moverse con claridad. Se produce la incapacidad de actuar con eficacia y efectividad ya que la confusión hace perder la orientación y dirección. Es como sentirse en medio de un valle lleno de niebla, no hay referencias que le sirvan a uno de dirección, todo parece lo mismo. Uno mira a su izquierda y lo único que ve es niebla, uno mira a su derecha y lo único que ve es niebla ¿hacia dónde ir? ¿Hacia dónde moverse en esos momentos de confusión? Uno va a tientas y tal confusión hace que se pierda la eficacia y efectividad de movimientos.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Gran honor es dado a nuestro Dios cuando confiamos solo en él
en nuestras horas de confusión y angustia.
Gran honor es dado a nuestro Dios cuando entendemos que solo él nos libera y es nuestra Roca eterna.
Frente a la confusión y la amenaza de ser avergonzado en tu vida, confía en Dios y descansa tu espíritu en él
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MARTES

Leer: Salmo 31:1-8; Lucas 23:46

Meditar: ¿Cuál es la petición básica del salmista a lo largo de estos versículos? ¿Qué es Jehová para el salmista? (Mira las diversas imágenes utilizadas) Sabiendo quien es Jehová ¿por qué crees que el salmista dice lo que dice en el v.5? ¿Por qué se gozará el salmista? ¿Cómo puedes relacionar este salmo con lo dicho por Cristo en la cruz? ¿Cómo lo aplicas a situaciones de confusión y angustia en tu vida?

Orar: Da gracias a Dios porque él es tu fortaleza y roca fuerte. Encomienda a Jehová tu vida en los momentos de confusión y angustia sabiendo que él es roca y castillo que salva y libera.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 31:9-14

Meditar: ¿Qué pide el salmista en el v.9? ¿Cuál es la situación que describe el salmista en los vv.9-13? ¿Cómo describirías en tus propias palabras la situación expresada por el salmista? ¿Cómo aplicarías las palabras y situación del salmista a alguna situación de tu vida? ¿Cuál es el cambio y solución que presenta el salmista en el v.14?

Orar: Confiar en Dios no quita las tristezas y dificultades de nuestra vida pero sí es el camino y base para sustentarnos en medio de ellas. Pide a Dios que tu confianza en él se incremente más y más en tiempos de confusión y dificultades. 


JUEVES

Leer: Salmo 31:15-24

Meditar: ¿Qué relación ves entre el v.17 y lo pedido por el salmista en el v.1? ¿Cómo es mostrada la bondad de Dios? ¿Por qué es bendito Jehová? ¿Qué sucedió frente a la realidad de que el salmista sería “cortado de delante de tus ojos” (v.22)? ¿Cuál es la acción última en base a lo dicho?  

Orar: Bendice a Dios por su bondad en cada situación de tu vida. Bendice a Dios por su maravillosa misericordia y por oír tu voz en medio del clamor. Ama a Dios porque él guarda a los suyos.


VIERNES

Leer: Salmo 30:1-7

Meditar: ¿Qué acciones menciona el salmista en los versículos? ¿A qué responden todas esas acciones? ¿Cuál es el contraste en el v.7? ¿Cómo puede aplicar estos versículos a tu vida y circunstancias?

Orar: Glorifica a Dios porque él es quien salva. Alaba a Jehová por la memoria de su santidad y por su favor eterno.


SÁBADO

Leer: Salmo 30:8-12

Meditar: ¿Qué preguntas formula el salmista en el v.9? ¿Qué respuesta crees que es la más acertada a ellas? ¿Qué pide el salmista? ¿Qué cambio ha hecho Dios en la vida del salmista? ¿Cómo relaciones esto con lo que Dios ha hecho en Cristo en tu vida?

Orar: Alaba a Dios porque él ha cambiado el lamento de pecado de tu vida en baile de salvación en Cristo Jesús.
      Tal confusión paraliza, no permite que uno puede moverse con seguridad temiendo que un mal paso pueda ser el último paso. A parte de ello, la niebla no solamente nubla la visión y hace perder todo punto de orientación para moverse con seguridad sino que también hace que muchos de los elementos del valle sean distorsionados en su percepción. Una árbol visto a través de la niebla puede ser percibido como algo extraño. Podría pensarse que alguien se acerca, podría verse como una persona que nos ha encontrado perdidos en medio de ese valle de niebla, pero cuando llegamos a él, nos damos cuenta que no es más que un árbol que nada puede decirnos y nada puede hacernos. En medio de ese valle de niebla ¡Cuánto anhelamos que el sol que sabemos está más allá de la neblina que cubre el valle brille en su esplendor! ¡Cuánto necesitamos en esa confusión de la niebla que el sol resplandezca dando su calor para disipar la neblina que nos confunde y paraliza nuestro caminar en el valle! Ciertamente, nuestras vidas pueden tener y tienen más de un valle de sombra y niebla.
      En nuestro peregrinaje en este mundo los valles de nieblas que confunden y paralizan son parte del camino. Ahora bien, son una parte desagradable del camino porque nos encontramos rodeados de nieblas de confusión que van ligados de la mano de ser avergonzados porque muchas veces son el resultado de la intención o acción dañina de otros sobre nuestra vida. Confusión que levanta temores de movernos en ciertas decisiones hacia un lado o hacia otro porque no vemos a donde vamos. Confusión que es sinónima al ser avergonzado por aquellos que sabemos que traman a las espaldas. Confusión que al fin y al cabo genera un caos que nos quita la paz, por no decir que también nos quita noches y noches interminables de sueño. David levantó su clamor delante de Dios para no ser confundido o avergonzado jamás en su vida “En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto: Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme” (Salmo 31:1-2). David nos deja ver como la confianza en Dios es el antídoto frente a la confusión que puede generarse muchas veces en nuestra vida. David nos deja ver, primero como la confianza en Dios es la base para no ser confundido. Segundo la petición por salvación en medio de la confusión y tercero, el ser de Dios como salvación frente a la confusión.


      Mucho ha sido dicho del contexto histórico de este salmo. Mucho ha sido dicho y poco ha sido aclarado ya que no existe consenso en cuanto al trasfondo histórico. Unos opinan que la rebelión de Absalón está detrás del salmo. Otros opinan que hace referencia al tiempo cuando David era perseguido por Saúl. Lo cierto es que el salmo no demuestra unos acontecimientos históricos concretos, pero sí deja ver la situación de confusión, dificultad y angustia de David, “en ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás”. ¿Qué es aquello que supone la base para el argumento de David de no ser confundido jamás? ¿Cuál es el terreno firme sobre el cual David sustenta su petición de no ser confundido? Solo hay un único terreno firme para el salmista, “en ti, oh Jehová, he confiado”. La confianza en Dios es la base sobre la cual David pide y clama el no ser confundido o avergonzado. Fuese cual fuese la situación que vivía el salmista era una situación de niebla de confusión, de ansiedad en su vida, de peligro y vergüenza, pero David no decide moverse en medio de la niebla de confusión, sino más bien decide confiar en aquel que es su Dios. En otros momentos confió y ahora sigue confiando en Jehová para no ser confundido en su vida. Podemos tener la tendencia a querer movernos por nosotros mismos en situaciones de confusión, a querer ser nosotros quien disipemos la niebla pero nos damos cuenta muchas veces que cuanto más intentamos dispar nuestra confusión, más la mezclamos. David miró a cómo había confiado en Jehová y cómo ahora seguía haciéndolo y esa era su única base para poder pedir el no ser confundido. 
      Frente a la confusión muchas veces en tu vida, haz como David, mira cómo la confianza en Dios a sido la base para pasar por esos momentos de confusión. Si la confianza en nuestro Dios fue suficiente en momentos pasados, ¿no seguirá siéndolo ahora? Ahora bien, esa confianza en Dios lleva a David a pedir ser sacado de esa confusión de una manera muy concreta. La petición de David es “inclina a mí tu oído”, una expresión que muestra el anhelo de escuchar incluso un pequeño susurro del salmista. Todo el lenguaje utilizado por David en su petición muestra una gran carga emocional.
      David no pide relajado, David no pide en la tranquilidad de un mar clamado y sereno, David pide desde la confusión y angustia de no saber qué sucederá, y su petición en el versículo está encerrada dentro de una idea, la idea de salvación. Dos veces menciona David el ser liberado “líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto”. Tan terrible debía ser la situación que vivía David que pide que el Dios en quien ha confiado y confía para no ser confundido le libre pronto, que no tarde en ello. Ahora bien, que lo libre en su justicia “líbrame en tu justicia”.


      Como muy bien lo expresa Plumer, “la justicia que gobierna el mundo y que presidirá el último día, es un atributo glorioso y hermoso de Dios. Es totalmente consistente con todo lo demás que es adorable en el carácter de Dios”. La liberación de esa confusión y angustia no es en base a la justicia de David sino a la justicia de Dios. Esa justicia que es consistente con el ser de Dios. Sería un error pedir por liberación de la confusión según la justicia de uno ya que nuestra justicia no es recta porque nosotros no somos rectos. Podríamos querer salir de ese estado de confusión obrando nuestra propia ley y justicia y eso, sin duda alguna, traería consecuencias injustas para muchos ¿por qué? Porque en un estado de confusión solemos pensar “como salgo yo de esta”.
      La justicia es la de Dios no la de David y en la confianza que Dios es justicia absoluta, perfecta y sublime y, por tanto, siempre obra justamente, David pide “líbrame en tu justicia”.  Pienso en esa situación en la que no sé lo que hacer. Pienso en esa situación de angustia en la cual veo que hay injusticia y cosas que no se hacen bien. Pienso en esa situación en la que soy consciente que hay aquellos que buscan la vergüenza de uno. Y mi clamor es “oh Jehová, líbrame según tu justicia y no la mía” Porque al fin y la cabo Dios es “mí roca fuerte, y fortaleza para salvarme”.
      Al final para David todo reside en entender que Dios mismo es su salvación. Lo sorprendente del salmo es que el clamor de David encuentra cumplimiento último en Cristo mismo quien lo usó en el momento de mayor angustia de su vida. El v.5 menciona el clamor de David “en tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad”, clamor que Cristo cumple en la cruz. Aquel día fue valle de sombra de muerte para Cristo. El Gólgota no quedó cubierto de niebla pero el cielo sí que se nublo frente a la muerte de nuestro Salvador ¿qué mayor valle de niebla de confusión y angustia que el valle que cruzó Cristo en la cruz? ¿Qué otro lugar para pedir no ser avergonzado jamás? Frente a la angustia de la muerte, frente a la confusión de aquellos que le juzgaban y se burlaban, el salmo de David se ve cumplido en nuestro Gran y último David, Jesucristo. En Jehová confió hasta lo último, su muerte fue la manifestación de la justica de Dios que libera al pecador y Dios fue su roca fuerte y su salvación. Por esa razón Cristo en medio de la confusión y angustia de la cruz pudo decir con plena certeza “en tus manso encomiendo mi espíritu”.