UN LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO Y FE
“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová,
el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”
(Isaías 55:7)
       El texto de Isaías 55:7 supone un llamado directo y claro a la conversión, un llamado a dejar el camino cuya dirección se aleja de Dios para volverse hacia él. Resulta algo consolador el saber que es Dios mismo aquel que llama al arrepentimiento, aquel que llama a mirarle a él, aquel que llama a volverse a él para hallar en él amplio perdón para un alma rebelde ¿cómo Dios puede hacer algo así? Isaías 55:7 nos deja ver, primeramente el contexto del llamado al arrepentimiento y fe. Segundo lo que implica el llamado al arrepentimiento y fe y tercero el glorioso resultado que encuentra el llamado al arrepentimiento y fe.


      El llamado que Dios hace a través del profeta Isaías no es un llamado que es dado en medio de un vacío. El llamado de Dios es claro “deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos”. La manera en cómo Dios llama a través de su profeta es mediante un llamado que apela al corazón y a la voluntad del ser humano pecador. Es una llamado que su intención no es quedar en la capas externas de la voluntad de aquel que es llamado sino que, como un dardo que penetra hasta los más profundo, el llamado de Dios apela no simplemente a un acto intelectual sino a un acto de la voluntad misma. Muchos son aquellos que escuchan únicamente con la mente el llamado a dejar su camino de rebeldía contra Dios pero su voluntad está bien lejos de moverse conforme a lo que han escuchado y entendido. ¿De qué sirve que escuches y tu voluntad siga anclada sin moverse como un barco es anclado al fondo del mar? Sería algo inútil e ineficaz. Ciertamente es la voluntad la que debe moverse y esta voluntad humana debe moverse en la misma dirección que la voluntad divina. Dios llama “deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos” y en esa voluntad divina es que debe ser movida la voluntad de aquel que es llamado. Es más, el llamado de Dios a la voluntad de dejar el camino responde al llamado de buscarle a él. El llamado a dejar sigue los dos imperativos del v.6 de buscar y llamar a Dios “buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”. Cuando Dios llama a que dejes tu camino es para que le encuentres a él, para que tu alma encuentre el deleite y perdón en Dios que te llama. Ahora bien, quizás uno podrá pensar: ¿Cómo puede moverse la voluntad de aquellos que no quieren moverse? ¡Es un llamado imposible e inútil!
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Es posible que el peso del pecado en tu vida sea grande y ciertamente puedes pensar que el camino del arrepentimiento será duro y vergonzoso, pero si Cristo sufrió la vergüenza y el dolor para perdón de tus pecados ¿No crees que él ya conoce la vergüenza de los mismos? ¿Otra vez has caído en el mismo camino y piensas que ya no hay perdón? ¿No es Dios el cual es amplio en perdón quien te llama al arrepentimiento? ¿Por qué no escucharás? Nuestra vida es una vida de constante arrepentimiento por nuestros pecados pero piensa en la grandeza de saber que, el final del camino de tu arrepentimiento es hallar el amplio perdón del Dios que te llama. 
MARTES

Leer: Isaías 55:1-13

Meditar: ¿Cuántos términos o expresiones encuentras en el texto que tengan que ver con el llamado que hace Dios? ¿Cuál es el llamado que está haciendo Dios? ¿Qué imagen es la que se da en los vv.1-2 y qué crees que puede significar? ¿A quién crees que se refiere el testigo que Dios ha dado a las naciones? ¿Qué seguridad muestra el texto en los vv.10-11 de que lo dicho por Dios en relación a su amplio perdón encontrará certero cumplimiento?

Orar: Bendice a Dios porque su llamado al evangelio es a un evangelio de gracia que nos da el perdón en base a la misericordia mostrada en Cristo y nos es dado por pura gracia. Bendice a Dios porque su palabra no falla y por tanto es fiel y plenamente confiable.


MIÉRCOLES

Leer: 2ª Corintios 7:9-10

Meditar: ¿Cuál es el contexto general de 2ª Corintios 7? ¿En que se goza Pablo? ¿Cuál es la razón por la cual Pablo se goza en que los Corintios hayan sido contristados? ¿Cuál son los propósitos del arrepentimiento? ¿Qué te indica la relación entre ser contristado y el arrepentimiento para salvación?

Orar: Da gracias a Dios cuando su mano hace que muchas veces nuestra vida sea entristecida cuando somos enfrentados con nuestro pecado cometido. Pide a Dios que dicha tristeza por el pecado no se quede en tu vida en un mero remordimiento sino en un verdadero arrepentimiento para salvación.


JUEVES

Leer: Hechos 20:13-38

Meditar: ¿Cuál es el contexto de estos versículos? ¿Dónde se encuentra Pablo? ¿A quién se está dirigiendo Pablo? ¿Cuál es el corazón del mensaje predicado por Pablo según el v.21? ¿Qué dos elementos menciona Pablo en su mensaje? ¿Bajo qué doctrina sitúas arrepentimiento y fe: (1) conversión, (2) elección, (3) unión hipostática? 

Orar: Pide por aquellos a los que has anunciado el evangelio, hijos, esposo o esposa, amigos. Pide que pueda producir en ellos un verdadero arrepentimiento y fe en Cristo Jesús.


VIERNES

Leer: Lucas 24:44-53

Meditar: ¿Qué es aquello que debía cumplirse de Cristo según el v.44? ¿Qué es necesario que se cumpliese según el v.46? ¿Qué se desliga que Cristo padeciese y resucitase de los muertos según el v.47? ¿En qué consiste la predicación del Cristo crucificado y resucitado? ¿Con qué se asocia el arrepentimiento en el texto? ¿Qué te hacen pensar estos textos que es necesario para el perdón de pecados?

Orar: Pide a Dios que la predicación del evangelio tanto a nivel persona como en tu iglesia sea una predicación que proclame al Cristo crucificado y resucitado y llama a arrepentimiento para perdón de pecados en todas las naciones.


SÁBADO

Leer: 1ª Tesalonicenses 1:1-10

Meditar: ¿A quién está escribiendo Pablo? ¿Por qué da gracias Pablo? ¿Qué es aquello que se divulga en relación a los tesalonicenses? ¿Qué testimonio se da de los tesalonicenses según el v.9? ¿Cómo define Pablo la conversión de los tesalonicenses? ¿Cuál es el propósito de la conversión?

Orar: La conversión implica arrepentimiento y fe en Dios para salvación y perdón. La conversión es volverse a Dios para servirle a él. Pide a Dios que así sea en tu vida, que el arrepentimiento, fe y servicio a Dios sean patentes en tu vida.
      Uno debe tener muy claro el camino por el cual anda cuando hace senderismo. Aun y cuando la expresión “todos los caminos llevan a Roma” es bien conocida, lo cierto es que, es una expresión con la que debe tenerse cuidado porque no todos los caminos son seguros en el monte. Tomar un mal camino en alta montaña puede llevarle a uno a la pérdida o al accidente. No cabe duda alguna que en casos así, llamar a alguien que deje su mal camino para que vuelva a camino de seguridad puede salvar a esa persona de una situación trágica en medio de la montaña. Todo esto toma proporciones divinas cuando el llamado es divino y es un llamado al arrepentimiento y fe.
      No hay duda alguna que la voluntad del ser humano está muerta y la lápida que es puesta sobre ella es “muerta en sus delitos y pecados” pero si Dios llama es porque tiene la intención de que ese llamamiento sea eficaz, sea un llamamiento que de alguna manera llame a aquellos cuya voluntad ha sido renacida para responder al llamado. El profeta ya ha dicho que Dios será el que llamará primero a gente que no conoció y ellos correrán a él “he aquí que llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti” (Isaías 55:5). Estos son aquellos que su voluntad es llamada a moverse dejando el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos. La intención es llamar, llamar y llamar apelando a la responsabilidad y a la voluntad, ¿cómo Dios puede hacer algo así? Porque el gran contexto de este llamado a la voluntad es el gran contexto de la obra del Siervo Sufriente (Isaías 53) y la inauguración del nuevo pacto (Isaías 54-55). Dentro del contexto podemos escuchar las canciones del Siervo Sufriente de Isaías. Dios canta a través de su palabra inspirada y entona la canción de que su Siervo será molido por los pecados de su pueblo inicuo, será herido por las transgresiones de su pueblo. Dios entona la canción de un nuevo pacto de paz inaugurado por la sangre del Siervo Sufriente. Un pacto de paz en el cual brota la misericordia y el deleite para el alma. Un pacto en el que Dios llama a multitud de gentes a que corran a él, un pacto del cual fluye este llamado que es capaz incluso de mover voluntades muertas para que acudan a Dios. Sin duda alguna ese llamado se cumple en el evangelio de Cristo, en la muerte de Cristo como el Siervo Sufriente de Dios que inauguró el nuevo pacto en el cual Dios llama al arrepentimiento y fe.


      Andrew Fuller (1754-1815) teólogo inglés y posiblemente el fundador del movimiento misionero moderno, escribió una obra llamada “El evangelio digno de toda aceptación. La responsabilidad del pecador de aceptarlo”. Fuller creía convencido que Dios es quien llama pero que es la responsabilidad del pecador llamado aceptar el evangelio. Cuando tu voluntad sea llamada por la gracia divina, escucha, obedece porque el llamado es un llamado a la conversión. Dios llama “deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos y vuélvase a Jehová” ¿Qué implica el llamado? Implica dejar el camino de iniquidad e impiedad y volverse a Dios. En otras palabras implica arrepentimiento y fe, los dos elementos clave en la conversión. Arrepentimiento y no remordimiento implica una profunda tristeza por el pecado y un compromiso de dejarlo y andar en obediencia a Dios. Por esta razón el verdadero arrepentimiento siempre va acompañado de volverse en fe a Dios para perdón y obediencia. Dios puede llamar a muchas cosa, pero su primer llamado al pecador será un llamado a la conversión, un llamado al arrepentimiento y a volverse con fe a Dios para perdón y obediencia. Fue el primer llamado de Dios al primer pecador de la historia, Adán. Dios le preguntó “¿dónde está tú? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses” (Génesis 3:9-11). En otras palabras “Adán, ¿qué has hecho? Confiesa, arrepiéntete y vuelve a mí”. El llamado a la conversión sigue en Isaías, “deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos”, arrepentimiento y “vuélvase a Jehová” fe.
      Es importante saber que Dios llama a esa conversión porque es algo que solamente él da. Dios no llama al arrepentimiento de nuestros pecados para avergonzarnos, todo y que cuando somos enfrentados de manera genuina con nuestro pecado la vergüenza asalta nuestra vida. Existe la tendencia en muchas ocasiones de hacer escarnio público de los pecados de los demás. Podemos caer en el error de llamar a que, como en la Inquisición, se lea el acta de pecados de los demás para “quemarlos en una pila” a los ojos de todos. Es bien fácil ver y exponer la paja del ojo del hermano mientras somos incapaces de ver la nuestra. Pero Dios es distinto en esto.
      El llamado a dejar el camino inicuo y volverse a Dios, el llamado al arrepentimiento y fe, lo que conforma bíblicamente la conversión, es obrado por Dios porque ese camino, aunque estrecho y difícil en nuestra vida, es el único camino a caminar para llegar al perdón y la salvación. Difícil de caminar ciertamente pero piensa que Cristo, el Siervo Sufriente caminó el camino más estrecho y difícil que jamás habrá, el camino de la cruz. Y es de esa realidad que fluye el llamado a la conversión. Es el único camino que te lleva y nos lleva a Dios “el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio para perdonar”. ¡Gloriosas palabras las del profeta! Ellas son la razón o el resultado del llamado a la conversión. Uno es llamado a Dios “el cual tendrá misericordia” del pecador y “el cual será amplio para perdonar”. El camino del arrepentimiento y fe es estrecho pero el perdón de Dios es amplio. Es más amplio que la extensión de los océanos, más amplio que el vasto universo, por tanto, no hay pecado que no quepa dentro de este vasto universo de la misericordia y perdón de nuestro Dios. Toda esta vasta misericordia y amplio perdón fue condensado en la cruz del Siervo Sufriente de Jehová, nuestro Señor Jesucristo. En primer y último término el llamado al arrepentimiento y fe es para que acabemos mirando a la obra y a la persona de aquel que lo da, Cristo Jesús y el evangelio de nuestro bendito Dios.