UN CULTO DE ADORACIÓN GLORIOSO
“Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todo, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”
(Hebreos 12:22-24)

      El autor de Hebreos nos permite vislumbrar algo que como creyentes en Cristo gozaremos por toda la eternidad. Hebreos 12:22-24 nos abre las puertas de lo que es y será el culto de adoración que aquellos redimidos por la sangre de Jesucristo gozaremos. ¿Te has preguntas alguna vez como será la adoración que daremos a nuestro Dios en la nueva creación? ¿Has intentado vislumbrar en ocasiones como será el culto de alabanza y adoración que rendiremos a nuestros Dios en los cielos? ¿Te has preguntado cómo será el momento en que las puertas de los atrios celestiales se abran y la congregación de todos los primogénitos que han sido rociados por la sangre de Jesucristo unan sus voces a millares de ángeles para alabar a aquel que está sentado en el trono y al Cordero? ¿Has pensado alguna vez a qué nos acercaremos cuando seamos llamados a congregarnos en ese culto de adoración celestial? Posiblemente alguien podrá pensar que no es correcto intentar imaginar tales cosas, al fin y al cabo estamos hablando de cosas que ojo no vio ni oído oyó, pero lo cierto es que no nos es necesario usar nuestra imaginación, es suficiente con leer y escuchar las palabras del autor de Hebreos. El autor del sermón/carta a los Hebreos no nos explica cómo sonarán los cánticos en el cielo. No nos deja escuchar el nuevo cántico de los redimidos del cual nos habla en otro lugar el apóstol Juan.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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      Tampoco nos explica cómo será el orden del culto que se llevará a cabo en el cielo, pero sí nos permite ver a que nos acercamos cuando nos congregamos como pueblo de Dios. Para ello el autor de Hebreos primero comparará el mayor privilegio que como creyentes tenemos cuando nos congregamos. Segundo nos mostrará con ciertas imágenes la congregación celestial y tercero nos mostrará cómo nuestra congregación en el presente es un anticipo de nuestra congregación celestial.
      El autor de Hebreos es claro, nos dice que como creyentes nos hemos acercado a un lugar determinado “sino que os habéis acercado”. Ahora bien, antes de mostrar este lugar, muchas veces en las cosas pequeñas se encuentran los detalles. El autor empieza con un “sino”, es decir, introduce la realidad a la cual nos acercamos como creyentes como un contraste. No nos hemos acerado a un sito con unas características SINO a otro sitio bien distinto. Por tanto, la pregunta es ¿a qué sitio no nos hemos acercado? Los vv.18-21 dan la respuesta a esta pregunta tomando la experiencia del pueblo de Israel quien después de su redención de Egipto se acercó al monte Sinaí (Éxodo 19-24). El encuentro de Israel con Dios en el monte Sinaí fue un momento que marcó la conciencia de Israel para el resto de su historia. Sinaí fue el lugar donde Israel fue constituido como pueblo del pacto y fue en las faldas de ese monte donde Israel fue llamado por primera vez a congregarse como la asamblea o congregación oficial de los redimidos de Dios. Dios descendió de lo alto para encontrarse con su pueblo al cual él mismo había congregado como su pueblo redimido. ¡Qué maravillosa experiencia! Ser llamados por Dios a congregarse delante de su presencia. ¡Que visión más gloriosa el poder acercarse a Dios como pueblo redimido! Ahora bien, cuando se considera dónde se acercó Israel, la imagen es aterradora. Un monte que no se podía palpar y que ardía con fuego. Un sonido de trompeta atronador y la voz de Dios la cual era tan potente que el pueblo rogó a Moisés que Dios parase de hablar porque no podían soportar lo que ordenaba. Un lugar que el mismo Moisés dijo “estoy espantado y temblando” (v.21). ¿Es aquí donde nos hemos congregado como pueblo del nuevo pacto? ¿Es a ese lugar donde nos acercamos como iglesia llamados por Dios? Ciertamente no es ahí. Ese pequeño “sino” nos muestras que la experiencia que los creyentes tenemos en el nuevo pacto es totalmente distinta a la que Israel tuvo a las faldas del monte Sinaí. Sin duda alguna nos acercamos al mismo Dios pero bajo una realidad totalmente nueva.
      Cuando no congregamos como pueblo, nos reunimos delante de la presencia de Dios pero en un culto celestial extraordinario, distinto a la primera congregación de los santos en el antiguo pacto. Se nos presentan tres cosas mediante ocho realidades a las cuales tenemos el mayor privilegio de acercarnos, (1) monte Sion, (2) a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, (3) a la compañía de muchos millares de ángeles, (4) a la congregación de los primogénitos, (5) a Dios el Juez, (6) a los espíritus de los justos, (7) a Jesús el Mediador del nuevo pacto y (8) a la sangre rociada.
      No nos hemos acercado al monte Sinaí, típico del antiguo pacto, al monte que se puede palpar, tocar, sino al monte Sion, este es un monte que no se puede palpar no porque no sea verdad sino porque es parte de una realidad celestial, es parte de una realidad no de este mundo sino de las esferas celestiales, de las esferas de la nueva creación. El monte Sion que se encontraba en Jerusalén para nosotros los creyente es el verdadero monte Sion el cual está en “la ciudad de David, la Jerusalén la celestial”. A esta realidad nos hemos acercado como creyentes del nuevo pacto. Ese lugar es nuestro lugar de culto y de adoración a Dios y en ese lugar no estamos adorando solos. El lugar de culto es impresionante, la compañía en la que nos congregamos es sublime, nos acercamos v.22 “a la compañía de muchos millares de ángeles en fiesta”, “a la congregación de los primogénitos inscritos en los cielos”, “a Dios el Juez,” “a los espíritus de los justos hechos perfectos”. Israel en el Sinaí escucho v.18 “sonido de trompeta” “voz que no podían sufrir escuchar” pero nosotros escuchamos los cantos de los ángeles en congregación, cantamos con todos los santos en el cielo.
      Esto es posible porque nos hemos acercado “a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que hable mejor que la de Abel”. Todo esto es posible simplemente porque nos hemos acerado y seguimos acercándonos a Jesucristo.  Primero nos hemos acercado v.24 “a Jesús como Mediador del nuevo pacto”, él es quien media el nuevo pacto y todas estas gloriosa realidades a la vida de los suyos. Segundo, porque nos hemos acercado a la sangre rociada de Cristo que habla mejor que la sangre de Abel. Quizás puedes preguntarte ¿es posible que todas estas maravillosas realidades sean verdad en la congregación de los santos? ¿Es posible que este gran privilegio nos haya sido dado como creyentes en Cristo? Y la respuesta es esa sangre de Cristo que habla mejor que la de Abel. La sangre del inocente Abel clamaba delante de Dios, fue oída por Dios y clamaba por venganza. Si la sangre de Abel fue escuchada ¿cuánto más la sangre del inocente eterno Hijo de Dios será escuchada en el cielo? Pero la voz que se oye clama mejores cosas que la sangre de Abel, no clama por venganza sino por perdón, limpieza, y como la sangre del inocente Abel asesinado roció su ofrenda a Dios así la sangre del inocente Hijo de Dios roció la cruz e inauguró el nuevo pacto delante de Dios a favor de los suyos. Gloriosas realidades nos han sido dadas. Glorioso será ese culto de adoración celestial, pero el punto del autor es sorprendente porque hay algo que no puede perderse de vista.
      La idea del autor es mostrar que como iglesia nos es dado el cumplimiento de acercarse como congregación que a Israel nunca le fua dado plenamente. Nos es dado el cumplimiento de conjuntamente acercarse a Dios. Lo glorioso es que cuando nos congregamos sobre la faz de esta mundo llamados por nuestros Dios a adorarle, de manera sorprendente ya participamos de manera adelantada y anticipada del culto de adoración celestial. Cuando nos congregamos aquí, en este lado de la eternidad, la congregación de los santos ya nos es dado el privilegio de congregarnos en el cielo mismo.
Maravilloso lo que Cristo nos ha dado en el nuevo pacto. Nos ha dado un trocito de las realidades de ese culto celestial cada domingo que como congregación nos reunimos en nuestro lugar de culto terrenal. Ciertamente podemos exclamar como Jacob en Betel “esto es casa de Dios, la puerta del cielo”. Ciertamente no podemos dejar de congregarnos como muchos tienen por costumbre. 
MARTES

Leer: Salmo 133

Meditar: ¿Qué es aquello bueno y delicioso según el salmo? ¿Qué imagen crees que nos da el v.1? ¿Cómo describe el salmo la congregación de los santos en los vv.2-3? ¿Qué bendición puede añadir Dios a la congregación de los santos?

Orar: Da gracias a Dios por el momento en que como iglesia puedes congregarte con tus hermanos para adorar a Dios. Pide a Dios que te haga ser consciente de la importancia de la congregación de los santos y que él según su voluntad pueda añadir bendición y vida eterna.


MIÉRCOLES

Leer: Éxodo 24:3-12

Meditar: ¿Qué sucede en estos versículos? ¿Cuál es la ceremonia que se describe en los vv. 4-8? ¿Qué es aquello que es central en el pacto y que está expuesto en el v.7?  ¿Qué sucede en los vv.9-12 y por qué lo consideras importante? ¿Qué es lo que falta en los vv.9-12?

Orar: Pide a Dios que en tu vida y congregación sea esencial la centralidad de la palabra de Dios. Da gracias a Dios por al sangre rociada de Cristo que supone la sangre que inaugura y nos crea como pueblo del nuevo pacto.


JUEVES

Leer: Hebreos 12:18-24

Meditar: ¿Qué acontecimiento se define en los vv.18-21? ¿Enumera las definiciones que se hacen de la experiencia de Israel delante del monte Sinaí? ¿Cuál es la diferencia expresada en el v.22? El trasfondo de Hebreos 12:18-21 es Éxodo 24:3-12. En el éxodo solamente unos cuantos pudieron reunirse con Dios ¿cuál es la diferencia con Hebreos 12:22-24?

Orar: Da gracias a Dios porque como iglesia somos pueblo del nuevo pacto. Da gracias a Dios porque en la iglesia es toda la congregación la que puede presentarse delante de Dios.


VIERNES

Leer: 1ª Corintios 14: 18-33

Meditar: ¿Cuál es el tema principal de estos versículos? ¿Cuántas veces aparece mencionado el término “iglesia” en estos versículos? ¿Qué uso crees que Pablo está haciendo del término “iglesia” en estos versículos, iglesia en general o para referirse al momento del culto? ¿Cuál era el problema que se daba en la iglesia? ¿Cómo debe de ser todo aquello que se hace según el v.33?

Orar: Pablo utiliza el término “iglesia” de manera específica para referirse al momento del culto cuando la congregación se reúne. Pide a Dios que todo lo que hagas y sea hecho en tu congregación, sea hecho con orden ya que el culto refleja al Dios que tenemos, creemos y adoramos en esos momentos.


SÁBADO

Leer: Apocalipsis 5:6-14

Meditar: ¿A quién ve Juan? ¿Qué es aquello que hace el personaje central de estos versículos? ¿Cuál es la respuesta de toda la creación al hecho que el Cordero tomó el libro? Intenta enumerar todos aquellos que adoran al que está sentado en el trono y al Cordero. Intenta enumerar cómo es la adoración celestial descrita en estos versículos.

Orar: Bendice a Dios porque cuando te reúnes a adorar a Dios en compañía de los santos, Dios ya nos permite gozar aquí en la tierra de algo que estaremos haciendo por toda la eternidad. Adorar al que está sentado en el trono y al Cordero.