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NO ME AVERGÜENZO
“Porque no me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios
para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego”
(Romanos 1:16)
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       Nuestra sociedad ha levantado muros de vergüenza a lo largo y ancho de todo el mundo. El muro en construcción entre Siria y Turquía, el muro entre EEUU y Méjico, el muro entre Hungría y Serbia, el muro de arena entre el Sáhara Occidental y Marruecos. Construidos o en construcción, son muros que bien han sido llamados muros de la vergüenza y que recuerdan como testigos levantados aquello de lo que el mundo se avergüenza. Hay cosas de las que avergonzarse pero hay otras de las que no y Romanos 1:16 nos recuerda precisamente que hay algo de lo que nunca ningún creyente debería levantar muros de vergüenza alrededor de ello. El pequeño texto del apóstol Pablo en la carta a los Romanos supone el corazón que late a lo largo de toda su carta, “porque no me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego”. En este pequeño pero contundente versículo, Pablo muestra tres cosas a considerar; primero la contundente afirmación sobre el evangelio. Segundo, la razón por la que no avergonzarse y tercero el propósito del evangelio.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      Pablo es contundente en su afirmación en Romanos 1:16 “porque no me avergüenzo del evangelio”. Para el apóstol el evangelio no era motivo de vergüenza sino de orgullo y de gloria. En otra carta escrita a las iglesias de Galacia, Pablo les comunicó donde estaba su gloria, en que lugar se encontraba su orgullo, “pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14).
      El apóstol Pablo encontraba su gloria en la maravillosa obra que Cristo obró en la cruz. De una manera similar, Pablo escribiendo a los Romanos les dice que pronto está en anunciarles también a ellos el evangelio (Romanos 1:15) y la razón o causa que el apóstol tiene es precisamente la afirmación contundente “porque no me avergüenzo del evangelio”. La motivación que Pablo tenía de anunciar el evangelio a los Romanos estaba basada sobre la realidad de que en él no había vergüenza alguna con relación a ese glorioso mensaje. Resulta irónico que el apóstol pueda decir que no se avergüenza del evangelio cuando uno piensa en lo que fue la cruz de Cristo.


        Si uno viviese en el primer siglo bajo la ocupación del imperio Romano sabría que habría un lugar donde la vergüenza hacía acto de presencia. Sabría de un lugar al cual mejor no mirar por la vergüenza que acarrearía. Sabría de un lugar del cual mejor no hablar porque su simple comunicación comportaría el anuncio de un evento por el cual no gloriarse sino más bien avergonzarse. La cruz y el acto de la crucifixión no era algo de gloria en la sociedad Romana del primer siglo. La cruz, a parte de ser una muerte terrible, dolorosa y asfixiante, era una muerte vergonzosa. La crucifixión era un evento donde se exponían públicamente, en lo más alto de un madero las vergüenzas de aquellos que estaban colgados. Por eso resulta irónico y sorprendente al mismo tiempo que el apóstol Pablo pudiese afirmar de forma contundente que la causa de estar ansioso de comunicar el evangelio es “porque no me avergüenzo del evangelio”. ¿Quién podría decir de un evento así que no tiene vergüenza? ¿Quién podría decir que no tiene vergüenza de un evento que resultó ser una ejecución injusta de un inocente que nada había hecho? ¿Quién de nosotros no tendría vergüenza de comunicar algo así? A parte de la vergüenza que la cruz suponía en aquel tiempo, es importante entender que la sociedad del primer siglo se movía sobre los conceptos de vergüenza y honor de una manera que nuestra sociedad no se mueve. Honor y vergüenza eran valores altamente considerados en la sociedad romana.



      Sin duda alguna, el evangelio acarrearía vergüenza social debido al contenido mismo de su mensaje. Para algunos, el evangelio sería locura ¿qué esto de hablar de la cruz como orgullo y de la resurrección de los muertos? Para otros sería piedra de tropieza ¿cómo es posible hablar de un Cristo crucificado? ¿Cómo es posible hablar de un evangelio que salva por gracia? ¿No lleva esto al libertinaje? Para otros sería ofensivo ¿Quién se cree que es al hablarnos de pecado? ¿Quién se cree que es al decirnos que no somos tan justos y buenos como nos creemos? ¿Cómo es posible hablar de un Dios de ira y de pecadores condenados? Posiblemente algunas de estas preguntas y afirmaciones siguen patentes también en nuestro tiempo. El evangelio resulta en un tiempo postmoderno locura, ofensa e intolerancia ¿quién se cree que es al decirnos que tiene la verdad absoluta? ¿Quién se cree que es de decir que mi opción moral y ética es pecado? ¿Quién se cree que es al decirme que no soy tan bueno como mis obras demuestran? ¿Qué ofensa e intolerancia es esta? Cuando Pablo dijo “porque no me avergüenzo del evangelio” estaba diciendo que aun y la vergüenza social que ese mensaje pudiese acarrear en su vida, él no se avergonzaba del evangelio. Incluso la vergüenza social que pudiese vivir Pablo era absorbida por el maravilloso mensaje del evangelio. Estaba dispuesto a aguantar y soportar cualquier tipo de vergüenza que el mundo pudiese lanzarle por ese evangelio. Quizás, si Pablo hubiese sabido el himno “he decidido seguir a Cristo” hubiese cantado “la cruz delante y el mundo atrás, aunque me llaman lo que me llamen, he decidido seguir a Cristo”. La afirmación contundente de Pablo debería ser la afirmación de todo ministro del evangelio y de todo creyente.
      De la misma manera que Pablo, el evangelio sigue generando ofensa, locura e intolerancia en nuestro tiempo pero no dejes que esto te haga avergonzar del evangelio que llevó nuestra vergüenzas en una cruz. No dejes que la crítica del mundo te haga avergonzar de Cristo quien no se avergüenza de llamar hermanos a los que él ha salvado (Hebreos 2:11). Afirmar “porque no me avergüenzo del evangelio” no solamente es estar en línea con el testimonio apostólico sino también con los santos que a lo largo de la historia han dado sus vidas por el evangelio, los santos cuyas vidas fueron un testigo vivo de que no se avergonzaban del evangelio. “No me avergüenzo del evangelio” es estar en el mismo sentir que nuestro Señor Jesucristo quien no tuvo vergüenza de sufrir la muerte más vergonzosa y la vergüenza pública más grande para salvarnos. ¿Cómo es posible una afirmación tan contundente? Pablo no se avergonzaba del evangelio por una causa clara “porque es poder de Dios para salvación”, ¡qué razón tan poderosa! El mundo en muchas ocasiones se enorgullece de demostraciones de su propio poder. Los países hacen desfiles de sus ejércitos para mostrar su poderío militar. El ser humano se enorgullece muchas veces de su poderío intelectual. Si no hay vergüenza para algunos en cosas así ¿cómo la habrá para el creyente en el evangelio cuando este no es poder humano?


      La no vergüenza de Pablo con relación al evangelio residía en entender que ese evangelio no es un simple mensaje, sino que es “poder de Dios para salvar”. Para Pablo el evangelio era mucho más que un mensaje - que también lo era - para el apóstol, el evangelio es anunciado de antemano en las santas Escrituras por los profetas, el evangelio es acerca del Hijo de Dios poderoso (Romanos 1:2-4). Para Pablo el evangelio es el obrar poderoso de Dios en y a través de su Hijo para salvar. En el evangelio Dios despliega su poder para liberar al pecador de la esclavitud del pecado, despliega su poder para salvar del juicio y condenación, despliega su poder para declarar desde el cielo mismo no culpable al pecador que por fe ha creído en Cristo, despliega su poder para asegurar que aquellos amados por él nunca jamás serán separados por nada ni nadie de su amor en Cristo, despliega su poder para hacer algo nuevo de los que han creído en ese evangelio. Piensa en esto, cuando contemplas el evangelio lo que ves y experimentas es el poder de Dios que creó todas las cosas puesto al servicio de salvar al pecador, puesto al servicio y propósito de salvar a aquel que ofendió a Dios por su pecado ¿qué vergüenza deberíamos tener en ello? NINGUNA. Poder para el propósito de salvar a todo el que cree sin distinción alguna, judío, gentil, rico, pobre, hombre, mujer. Ninguna obra es merecedora de ese poder salvador, sólo el ejercicio del don de la fe. ¿Qué debo hacer podrá preguntarse uno? Y la respuesta es solamente creer e incluso esto es don de Dios para tu vida.
¿Podrías avergonzarte de una piedra preciosa de gran valor? ¿Podrías avergonzarte de todas las maravillas del mundo?
¿Podrías avergonzarte del poder
y majestuosidad de los bastos mares?
¿Podrías avergonzarte del resplandor de la luna llena
en el cielo oscuro?
¿Podrías avergonzarte de la inmensidad
y belleza del universo?
Todo esto palidece frente al evangelio
de nuestro Señor Jesucristo
¿podrías entonces avergonzarte del evangelio de Cristo?
Sea la afirmación de Pablo tu afirmación también
“porque no me avergüenzo del evangelio”.
MARTES

Leer: Romanos 1:1-7

Meditar: ¿Cómo se define Pablo en estos versículos? ¿Cómo describe Pablo el evangelio de Dios? ¿Qué importancia crees que tiene que el evangelio hubiese sido prometido de antemano en las Escrituras? ¿Cuál es el corazón o contenido del evangelio según Pablo? ¿Cómo es descrito el Hijo de Dios en estos versículos? ¿Cuál es la obediencia requerida por el evangelio según Pablo?

Orar: Bendice a Dios porque su evangelio no es un invento nuevo sino que él lo anunció a través de la historia de la salvación. Medita sobre la realidad que sin Cristo no hay evangelio. Da gracias porque por su gracia obedeciste a la fe del evangelio.


MIÉRCOLES

Leer: 1ª Corintios 1:18-25

Meditar: ¿Qué descripción da Pablo del evangelio en el v.18? ¿Cómo define el poder de Dios en el v.18? ¿Qué relación ves entre el evangelio y la exposición de la sabiduría de Dios que hace Pablo? ¿Qué tres grupos distintos menciona Pablo en los vv.24-24? ¿Qué es el evangelio para cada uno de estos grupos? ¿Cómo le agradó a Dios salvar al creyentes?

Orar: Da gracias a Dios que en su providencia la predicación de su sabiduría en el poder de la cruz llegó a ti. Da gracias a Dios porque para ti que has creído el evangelio es sabiduría de Dios y poder para salvación y edificación.


JUEVES

Leer: 1ª Corintios 2:1-6

Meditar: ¿Cuál es el testimonio de Dios anunciado por Pablo? Según el v.2 Pablo se propuso predicar entre los Corintios a Jesucristo y a éste crucificado ¿crees que Pablo solamente predicó a Cristo crucificado? ¿Qué crees que significa esta afirmación de Pablo? ¿Cómo no debe de ser anunciado el evangelio? ¿Cómo sí debe de ser anunciado?

Orar: El centro del evangelio es la cruz de Cristo Jesús. Pide a Dios que la proclamación de lo que es la cruz y lo que significa nunca sea predicada exaltado la habilidad del predicador sino siempre con demostración del Espíritu y de poder.


VIERNES

Leer: Filipenses 1:27-30

Meditar: ¿Qué pide Pablo solamente a los Filipenses? ¿Cómo debían estar y que debían hacer los Filipenses con relación al evangelio? ¿Qué problema podían tener según el v.28 para estar unánimes por la fe del evangelio? ¿Qué te hace pensar el v.28? ¿Qué es aquello que es dado por causa de Cristo?

Orar: Pide a Dios que en la iglesia en la que formas partes podáis estar unidos por la fe del evangelio por nada siendo intimidados por los que se oponen al evangelio. Pide a Dios que su gracia sea suficiente para entender que por causa de Cristo no es dado el sufrir en muchas ocasiones por el evangelio de Cristo.


SÁBADO

Leer: Colosenses 1:3-9

Meditar: ¿Qué es aquello por lo que Pablo da gracias con relación a los Colosenses? ¿Cuál es la causa del amor que los Colosenses tienen con todos los santos? ¿Dónde han escuchado los Colosenses con relación a su esperanza? ¿Qué fruto lleva el evangelio en los Colosenses y en todo el mundo? 

Orar: Ora dando gracias a Dios por el amor hacia los santos que brota del evangelio de Cristo. Pide a Dios que el evangelio que da fruto, de fruto de amor hacia los santos y esperanza eterna en tu vida y en la vida de tu congregación.