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ESCOGEOS HOY
A QUIEN SIRVÁIS
“y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15)
      Toda esta evaluación de lo hecho en el año pasado, aparte de salir casi siempre a favor nuestro, sirve para iluminar el futuro del nuevo año. El pasado y lo hecho en él nos sirve como faro que ilumina nuestro camino para las nuevas propuestas en el futuro. La luz y las sombras de lo que hemos podido hacer bien o mal a lo largo del año permiten orientar las nuevas propuestas y objetivos del nuevo año que entra. ¿Qué haremos en el nuevo año? ¿Cuáles serán los nuevos objetivos? ¿Qué propuestas serán las líneas maestras y la plomada que lanzaremos para poder medir la construcción del nuevo año? Fue precisamente en un fin de ciclo que Josué situó a Israel en el dilema de establecer posiblemente la proposición más importante para una nueva etapa en la tierra prometida “y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. En la proposición de Josué al pueblo de Israel puede observarse, primero la fidelidad de Dios en la historia pasada, segundo el desafío presente de servir y tercero la convicción futura de servir a nuestro Dios.


      Israel había luchado contra los cananeos y amorreos en la tierra de Canaán que les había sido prometida. Como un eco de Génesis 3:15 “y pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza y tú le herirás en el calcañar” los enemigos de Dios habían sido puestos bajo los pies de la simiente escogida de Dios, su pueblo del antiguo pacto. Parte del propósito de Dios de restaurar el ideal de la creación que el ser humano perdió por su pecado pasaba por entregar la tierra que había prometido en pacto a Abraham (Génesis 15:1-18) y en poner a los enemigos del pueblo y de Dios bajo sus pies. Ahora como si de un nuevo Edén se tratase, Israel sería puesto en una tierra que fluía leche y miel, una tierra de abundancia, una tierra que era promesa de pacto. Después de la conquista de la tierra de Canaán, después de haber repartido la tierra entre las diferentes tribus de Israel, un ciclo acababa y uno nuevo empezaba. Allí con el pasado a sus espaldas y el futuro de la tierra frente a sus ojos, Josué les lanzó el desafío de decidir a quién escoger “escogeos hoy a quien sirváis”. Ahora bien, dicho momento en la historia de Israel no se había dado fruto de la casualidad. Israel había llegado a ese punto por la simple pero central verdad de la fidelidad de Dios a su pacto.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
“pero yo y mi casa serviremos a Jehová” esa fue la convicción de Josué a la luz de los maravillosos hechos de Dios. Piensa en lo siguiente, Josué guio y lucho por el pueblo frente a sus enemigos, Josué los introdujo en la tierra prometida para darles descanso pero fue incapaz de darles el reposo y esperanza última en esa tierra, pero hay uno mayor que Josué. Nuestro Señor Jesús, fue quien peleó por nosotros en la cruz, nuestros enemigos fueron puestos bajo sus pies, fue fiel hasta el fin y aseguró para los suyos la herencia eterna del nuevo Edén. Contempla el evangelio y lo que éste significa y si mal te parece servir a Cristo este nuevo año escógete hoy a quien servir, pero yo, mi casa y mi iglesia serviremos a Cristo nuestro Dios y Señor.
MARTES

Leer: Jueces 2:1-11

Meditar: ¿Cuál fue el problema de Israel según los vv.1-2? ¿Cuál fue el castigo que Dios levantó contra ellos? ¿Cómo repasa la historia de Josué el libro de Jueces? Según lo leído en el devocional ¿cumplió su compromiso la generación de Josué de servir a Jehová? ¿Por qué crees que se produjo el periodo de los jueces según el v.10? ¿Qué te dan a pensar los vv.10-11?

Orar: Pide a Dios que él te mantenga fiel a su pacto. Pide a Dios que el servicio y fidelidad a Cristo sean uno de los estandartes de este nuevo año. Considera la importancia que las nuevas generaciones conozcan lo hechos de Dios. Pide a Dios la gracia suficiente para que tanto tu como tu iglesia puedan ser de testimonio a las nuevas generaciones de Dios para que lo conozcan.


MIÉRCOLES

Leer: Deuteronomio 6:4-12

Meditar: ¿Qué es aquello que Israel debía escuchar? ¿De que manera se muestra el amor a Jehová? ¿Por qué crees que el amor a Jehová es único e intransferible? ¿Qué debía hacerse con las palabras que Jehová había dado? ¿Cómo es descrita la tierra en los vv.10-11? ¿De qué no debían olvidarse en la tierra?

Orar: Pide a Dios la gracia suficiente para amarle con todo tu ser. Todas las bendiciones de la salvación te han sido dadas por gracia, nada trabajaste en ello, por tanto, pide a Dios que te ayude a no olvidarte de él quien te salvó en este nuevo año.


JUEVES

Leer:  Filipenses 3:8-16

Meditar: ¿Cuántas cosas estima Pablo como pérdida? ¿A cambio de qué Pablo estima todas las cosas como pérdida? ¿Cuál es el fin último de ser hallado en Cristo? ¿Qué es aquello que todavía no ha alcanzado Pablo según los vv.10-13? ¿Lo que Pablo presenta es solamente un objetivo exclusivo del apóstol o es para todo creyente?

Orar: Pide a Dios que este nuevo año esté marcado en tu vida por el ser hallado en Cristo y en su justicia. Pide a Dios que en este nuevo año tu fin sea el conocimiento de él y el poder de la resurrección en tu vida. Pide a Dios que te mantenga fiel prosiguiendo a la meta final. Pide a Dios que este mismo sentir esté en ti y en todos los santos de tu congregación.


VIERNES

Leer: Lamentaciones 3:22-25

Meditar: ¿Cuál es la causa por la cual no se ha sido consumido? ¿Qué es aquello que es nuevo cada mañana? ¿Qué tipo de relación mantiene Dios con su pueblo y que viene definida por las palabras “misericordia” y “fidelidad”? ¿Cuá es la porción del alma del autor? ¿Cuál es la respuesta en la vida del autor debido a que Jehová es la porción de su alma?

Orar: Bendice a Dios porque la relación que el mantienen con los suyos en Cristo es una relación de pacto marcada por la esencia de la misericordia y fidelidad. Pide a Dios que en el nuevo año te enseñe a esperar en él en las circunstancias que puedan presentarse en tu vida. 


SÁBADO

Leer: Salmo 139:1-12

Meditar: ¿Qué dos atributos divinos aparecen en esta sección del salmo? ¿Qué imágenes utiliza el autor para expresar el atributo de la omnisciencia? ¿Qué te da a pensar en tu vida el hecho de saber que Dios conoce todo? ¿Qué imágenes utiliza el autor para expresar la omnipresencia de Dios? ¿Qué te da a pensar en tu vida que Dios esté en todas partes?

Orar: Saber que Dios es omnisciente y omnipresente es un gran descanso para todo creyente. Alaba a Dios por su omnisciencia y omnipresencia. Pide a Dios que te ayude a descansar en el nuevo año en el conocimiento de saber que él es omnisciente y por tanto nada en tu vida escapa a su conocimiento y en saber que él está presente contigo donde quiera que vayas y estés.
      Los fines de un ciclo son tiempos que se prestan a poder analizar aquello que se ha hecho en el pasado. Son tiempos que permiten una evaluación de lo que se ha podido hacer y orientar así lo que se piensa hacer en un futuro. El ciclo que lleva a fin un año suele ser un tiempo de este tipo. Los fines de año son momentos de reflexión para muchos. En ellos se analiza, evalúa y considera todas aquellas cosas que se han hecho a lo largo de los 365 días pasados. ¿Hemos estado a la altura de aquello que nos habíamos propuesto? ¿Hemos cumplido aquellos objetivos marcados y deseos deseados? ¿Hemos sido mejores o peores en nuestra cuenta final?
      La tierra entregada a Israel era su heredad prometida por gracia en el pacto que Dios estableció con Abraham. Toda la historia de Israel hasta ese momento es contada por Josué como la historia de los hechos poderosos de Dios a favor de su pueblo, como el despliegue de la fidelidad de Dios a su pacto. Cuando Josué reúne al pueblo les dijo “así dice Jehová Dios de Israel” (Josué 24:2)   y lo que narra no es tanto lo que Israel hizo sino lo que Jehová, el Dios del pacto hizo por Israel, “yo tomé a vuestro padre Abraham” (v.3) “di el monte Seir” (v.4), “envié a Moisés y Aarón” (v.5) “saqué a vuestros padres de Egipto” (v.6), “os introduje en la tierra” (v.8), “os di la tierra por la cual nada trabajasteis” (v.13). La historia de Israel es primeramente el progreso de la salvación obrada por Dios en la historia, el progreso de la fidelidad de Dios a su pacto, la evidencia de la maravillosa providencia obrando, controlando, sustentando y gobernando. En ese momento de su historia Israel podía mirar atrás y exclamar “¡cuánto ha sido fiel Dios con nosotros!”, “¡qué maravillosa historia de la fidelidad de Dios!”, “¡hemos sido llevados y sustentados por la fidelidad de Dios en lo bueno y en lo malo!”. La fidelidad de Dios en la historia pasada era el fundamento para que Israel pudiese sustentarse de manera firme en su decisión de a quien servir. Y la fidelidad de Dios en la historia pasada sigue siendo el sustento y seguridad que como creyentes tenemos.


      No hay duda alguna que la historia pasada en nuestra vida es la historia de la fidelidad de Dios hacia nosotros, en lo bueno y en lo malo. A la entrada de un nuevo año podemos contemplar el año que ha pasado y meditar no tanto sobre lo que hemos conseguido sino sobre lo fiel que Dios ha sido con nosotros. Dios ha permanecido fiel a su pacto y por tanto, ha permanecido fiel con aquellos que sin haber trabajado nada en ello, formamos parte de ese pacto en Cristo Jesús. Cierto que habrá habido circunstancias difíciles que puedan hacer que uno se pregunte ¿dónde ha estado en esos momentos la fidelidad de Dios? Pero contempla la historia al completo. La fidelidad de Dios en la historia pasada culminó en la cruz de Cristo Jesús. El evangelio mismo es la demostración de la fidelidad de Dios y por tanto, contemplando la cruz uno puede ver que Dios decidido llegar hasta el final en su pacto, por su pueblo y para su gloria. Puedes mirar atrás en este año, contemplarlo a través de la cruz y podrás ver que las palabras dichas por Dios a Israel en Josué siguen sonando en su fidelidad hacia ti por medio del evangelio “yo te tomé”, “yo te di”, “yo te saqué”, “yo te introduje”. Grande es la fidelidad de Dios y es precisamente esa fidelidad en la historia pasada que sirve de base para el desafío de servir a nuestro Dios.
      ¿Qué podía hacer Israel en base a esa fidelidad de Dios que habían vivido constantemente a lo largo de su historia?  Todo se resume en una única palabra que se repite en Josué 24:15 “servir”. El desafío de Josué después de repasar a los ojos de Israel la historia pasada de la fidelidad de Dios es claro, “y si mal os parece servir hoy a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis”. Sin lugar a duda, el desafío lanzado por Josué solo podría ser lanzado a un pueblo redimido que había experimentado los maravillosos hechos de la redención de Jehová.
      Josué les llama a quitar de en medio de ellos los dioses a los cuales sirvieron sus padres (Josué 24:14) y les pone entonces en una encrucijada donde el camino a tomar debería ser de fácil decisión “y si os mal os parece servir hoy a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis”. El pueblo debía escoger a quien servir y en esa elección solamente había dos opciones, o bien servir a los ídolos que sus padres sirvieron en Egipto y a los ídolos de la tierra de Canaán, o bien servir a Jehová, su Dios del pacto cuya fidelidad se había mostrado con brazo fuerte salvándolos y sustentándolos hasta ese mismo día. Israel sabía lo que era “servir”, dicho término evocaba como un fantasma del pasado el servicio que había rendido por cuatrocientos años a Faraón, pero también evocaba como un bálsamo el propósito por el cual Dios puso a Adán en el Edén, “para labrar (literalmente servir) y guardar” (Génesis 2:15). Un servicio con dos dueños bien distintos. O bien servir a los ídolos y volver al servicio de esclavitud similar al de Egipto, o bien servir a Jehová, su Dios del pacto, servirle de todo corazón, mente y con todas las fuerzas, servirle a imagen de Adán en el Edén gozando del reposo divino que Dios les dio de sus enemigos, gozando de la relación de pacto de amor eterno y fidelidad, servirle como el fruto de lo que la redención de Dios habría obrado en ellos ¿a quién escoger? Si contemplas la historia de la fidelidad de Dios en el pasado la respuesta es automática “serviremos a Jehová porque él es nuestro Dios” (Josué 24:18). Y dicha afirmación del pueblo debería ser la afirmación de todo creyente sobre el cual la fidelidad de Dios ha sido mostrada en Cristo “serviremos a Jehová nuestro Dios”. La fidelidad de Dios debería ser la motivación para nuestro servicio a él. Él nos escogió primero para que pudiésemos escogerlo a él, él nos sirvió hasta lo último de la cruz para que podamos servirle a él. Contemplando la fidelidad de Dios en Cristo ¿a quién escoges servir en este nuevo año? Josué lo tenía claro, la convicción futura de servir a Dios.