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JEHOVÁ,
MI ESCUDO Y GLORIA
“Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios.
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
mi gloria, y el que levanta mi cabeza”
(Salmo 3:2-3)

      El famoso himno de Lutero “Castillo fuerte es nuestro Dios” podría decirse que es el himno de batalla de la Reforma. Basado en el Salmo 46, algunos comentan que fue el himno cantado por Lutero y sus compañeros al entrar a la dieta de Worms en el 1521. Frente a sus enemigos el himno podía resonar como una declaración de plena confianza en Dios “y si demonios mil están prontos a devorarnos, no temeremos porque Dios sabrá como ampararnos”. El himno de Lutero muestra una plena confianza en Dios y recoge el clamor de David en muchos otros de sus salmos. En más de una ocasión David clamó delante de Dios a causa de sus enemigos y el Salmo 3 es una muestra de ello. El clamor de David en el Salmo 3:2-3 nos muestra primero, el clamor frente a la aparente ausencia de salvación. Segundo, el clamor de confianza a Dios y tercero, el clamor del creyente en Cristo.


      El Salmo 3 del rey David es el primer salmo de un grupo de doce compuestos como diez oraciones divididas en dos grupos de cinco (Salmos 3-7; 9-13). El Salmo 3 es una oración matutina en la cual David como el rey ungido de Jehová levanta su clamor por los enemigos surgidos, David se lamenta debido a la multitud de adversarios en su vida, se lamenta de los muchos que se levantan contra él (v.1) de una manera concreta dentro de sus propio pueblo, dentro de sus propias filas, dentro de su propia familia. El Salmo 3 refleja el lamento que David vivió con relación a su hijo Absalón. El propio hijo de David, sangre de su propia sangre se convirtió en su enemigo. Absalón convenció al pueblo que era hora de un cambio, era hora de destronar al rey que Dios mismo había escogido, ungido y prometido en pacto que su trono y reino serían eternos (2 Samuel 7:16). Absalón se había revelado contra su padre, se había rodeado del malvado consejo de Ahitofel y había vuelto al pueblo en contra del rey que era el mediador y representante del pacto de Dios con el pueblo redimido. El Salmo 3 nos deja escuchar la oración de David en su huida de su hijo y de los enemigos del pueblo “¡Oh Jehová cuánto se han multiplicado mis adversarios!” (v.1) ¿Qué tuvo que sentir David en esos momentos? El pueblo por el cual había luchado frente al gigante Goliat, el pueblo que antes lo había aclamado como rey, ahora se multiplicaba en oposición a él. Aún y cuando la rebelión de su propio hijo y pueblo ya debió de ser una losa pesada y un trago amargo para David, posiblemente lo peor fue el escuchar que para ese hombre ya no había salvación de Dios, “muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios”.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      El veneno ponzoñoso y corrosivo de la crítica y rebelión de Absalón llegó incluso a considerar que su padre no merecía y se encontraba fuera de la misma salvación en Dios, es decir, David se había convertido en un caso perdido incluso para Dios. El clamor de los enemigos del pueblo que se había levantado contra David llegaba incluso a convertirse en el patrón que determinaba si era candidato o no a la salvación que no se encontraba en ellos sino en Dios “no hay para él salvación en Dios”. Sin duda alguna, no hay mayor dolor y aguijón que puede clavarse de manera profunda en el corazón de uno que enemigos se levanten dentro de la propia familia, ya sea la familia sanguínea o la familia espiritual como la iglesia. Aquellos que un día te amaron y tuvieron en alta consideración y afecto, ahora se convierten en aquellos para los cuales ya no mereces ni la salvación en Dios. Es bien curioso lo que la crítica destructiva y rebelión puede llegar a hacer. Es capaz de convertirse en juez e intentar privar de algo que nos ha sido dado por gracia y no por obras. Es capaz de dejar sin esperanza de salvación a aquellos que dicha salvación les ha sido dada por Dios por pura bondad soberana. Es terrible la afirmación de que para alguien no hay salvación en Dios, es terrible el decir o simplemente poder llegar a insinuar que para un hijo de Dios no hay salvación en Dios. Quizás en algunas ocasiones nos hemos podido sentir así. La crítica destructiva, aquellos que se ponen en contra deliberada e injustificadamente, han podido hacer que sintamos una aparente ausencia de salvación, que nos digamos “quizás es cierto lo que dicen, no hay para mí salvación en Dios, quizás es cierto que en la situación que me encuentro y a la que he llegado ni en Dios puedo hallar salvación, es posible que me haya convertido en un caso perdido”. ¿Cómo responder a ello? ¿Dónde está la confianza de uno? David muestra que la confianza está en Dios.


      Gracias a Dios que la salvación que en él se encuentra no depende de la opinión de otros. Si hay salvación en Dios, entonces no la hay en el ser humano. Si hay salvación en Dios entonces no la hay en lo que otros puedan decir u opinar. David, aún y los enemigos cercanos, aún y la opinión que para él no puede haber salvación en Dios, no se deja mover por ello. Su confianza reside en algo mayor “mas tú Jehová”. El cambio de David es radical, una cosa es lo que los enemigos opinan, otra cosa muy diferente es quien es Jehová, el rey pasa del lamento a la confianza. Podemos tender a movernos más por las opiniones de los demás hacia nosotros que no poner nuestro clamor en Dios y eso es peligroso, especialmente cuando las opiniones que más alto pueden sonar son las de aquellos que se han convertido en enemigos. David clama al nombre de Jehová, el Dios del pacto. Dios es aquel que entró en pacto con él, en una relación de amor leal y fiel con el ungido que él escogió. Por tanto, en dicha relación de pacto, David como ungido hijo de Dios siempre encontrará salvación en aquel que él mismo reconoce en el v.8 como el Dios de la salvación “la salvación es de Jehová”. Si hay algo que no puedes olvidar es que como hijo e hija de Dios su pacto en Cristo es compromiso eterno de Dios contigo. Puedes clamar a él sabiendo que él es tu Dios de pacto quien por gracia soberana se ha comprometido fiel y eternamente contigo en su Hijo Jesucristo. Dicha confianza en Jehová como el salvador es expresada con tres imágenes, Jehová es “escudo alrededor de mí” y “mi gloria” y “el que levanta mi cabeza”.
      Tres imágenes que hablan de la confianza del rey en Jehová y en la salvación que hay en él. Jehová como escudo alrededor de David habla de protección, la imagen de “escudo alrededor” implica la idea de Dios como aquel escudo que cubre a David. Tomando la imagen de un objeto protector para la batalla, Dios se convierte en aquel que cubre a su rey frente a los ataques de sus enemigos. “Mi gloria” habla del valor, del peso, la majestad y victoria sobre David, una victoria que proviene no de su estatus sino del Dios de su salvación. Frente a la crítica, la rebelión y el menosprecio de sus enemigos, el valor y gloria del rey le es dado por Jehová mismo y no por la opinión de otros. Finalmente “el que levanta mi cabeza” conlleva la idea de que Dios es aquel que eleva a su rey a un lugar de honor. De una posición de humillación por sus enemigos a una posición de exaltación por Jehová. ¡Qué gran cambio de lamento en confianza! De atacado por sus enemigos a cubierto por Jehová, de desvalorizado por sus enemigos a valorizado por Jehová, de humillado por sus enemigos a exaltado por Jehová. El Dios de la salvación de David sigue siendo nuestro Dios y el clamor de David sigue siendo nuestro clamor con una notable diferencia, es un clamor producido en Cristo.


      Una vez escuché a Edmund Clowney, conferenciante, decir en unas conferencias que los Salmos son la voz de Cristo. No hay duda alguna que el clamor de David en el Salmo 3 encuentra su cumplimiento sublime en el clamor de Cristo. Muchos enemigos se levantaron contra Cristo, el Rey ungido de Dios, enemigos en medio de los suyos quienes no le recibieron y le traicionaron (Juan 1:11). David escapó de sus enemigos pero Cristo no, fue crucificado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, pero crucificado por las manos inicuas de sus enemigos (Hechos 2:22-23). Fue arrebatado de toda esperanza de salvación en la cruz diciéndole “confió en Dios, líbrele ahora si le quiere…” (Mateo 27:43). ¡Cuánto podía exclamar Cristo “¡Oh Jehová cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios”. Lo irónico es que allí estaba el autor mismo de nuestra salvación. Sin duda y aun y la dureza de la cruz, el Padre seguía siendo “escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza”. Cristo atacado por sus enemigos pero sustentado por el Padre, desvalorizado pero vindicado por el Padre mediante su resurrección, humillado por los pecadores pero exaltado por el Padre sobre todo nombre. Gracias a ese clamor cumplido en Cristo es que ahora todo creyente puede clamar en Cristo que fue glorificado y exaltado “mas tu Jehová, eres “escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza”.
MARTES

Leer: Salmo 4:1-8

Meditar: ¿En cuantas partes podría dividirse el Salmo 4? ¿A qué apela el salmista en el v.1 para ser escuchado por Dios? ¿A quién escucha Jehová según el salmo? ¿Qué es aquello que el salmista determina para hacer en los vv.4-5? ¿Qué crees que significa? ¿Por qué crees que el salmista puede decir que se acostará en paz según lo expuesto en los vv.6-7?

Orar: Da gracias a Dios porque es por su misericordia que él escucha tu voz. Bendícele porque él es quien da alegría a tu corazón y aun y la angustia que puede venir causada en tu corazón, tu confianza en Dios es la que te permite acostarte en paz confiado en Jehová.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 5:1-12

Meditar: Según los términos “gemir” y “clamor” ¿Cuál crees que es la situación en la que se encontraba el salmista? ¿Dónde se presentará el salmista de buena mañana? ¿Cuál es la descripción de “el malo” en los vv.4-6? ¿Qué cambio y petición se presenta en los vv.7-8? A diferencia del malo ¿quién es el que entra en la casa de Jehová para adorar? ¿Qué contraste expresa el salmista en los vv.9-12? ¿Cuál es la confianza final del salmista?

Orar: Pide a Dios que como al salmista te guíe y haga rectos tus caminos delante de él. Pide a Dios que tu justicia se diferencie de aquellos que no aman a Dios. Bendice a Dios porque él es quien defiende a aquellos que son justos en Cristo.

JUEVES

Leer: Salmo 9:1-10

Meditar: ¿Por qué alaba el salmista a Dios en los vv.1-2? ¿Qué descripciones aparecen de Dios en los vv.1-2? ¿Cuál es el motivo de la huida de los enemigos descrita en los vv.2-3? ¿Qué descripción aparece de Dios en los vv.4-10? ¿Cuál es el contraste marcado entre Dios y los enemigos en los vv.5-8? ¿Qué confianza hay para los que conocen el nombre de Jehová? ¿Cuál es tu opinión en cuanto a que Dios juzgará y destruirá finalmente a los enemigos?

Orar: Da gracias a Dios porque él es el juez justo. Alaba a Dios porque el ejercicio de su justicia es parte de todas sus maravillas. Bendice a Dios porque en el presente es escudo a los suyos y al fin de los tiempos él será el que mantenga el derecho de sus santos.


VIERNES

Leer: Salmo 9:11-20

Meditar: ¿Cuál es el motivo de cantar a Jehová en los vv.11-12? ¿Cuál es el propósito de ser liberado de la aflicción según el v.14? ¿Cuál es el fin que el salmista anuncia para los que son malos? ¿Cuál es el fin que el salmista anuncia para el menesteroso? ¿Crees que el salmista está mostrando que ahora para el justo no habrá sufrimiento o dicha realidad será dada al fin? ¿Qué petición final realiza el salmista vv.19-20?

Orar: Alaba a Dios porque él se acuerda del clamor de los suyos. Da gracias a Dios porque al final el vindicará a sus hijos y hará justicia perfecta. Pide a Dios que aun y la angustia del presente él te ayude a mirarlo sabiendo que al fin Dios hará justicia. Pide para que esta realidad te sirva para proclamar las alabanzas de Dios.


SÁBADO

Leer: Salmo 117:1-2

Meditar: ¿Cuál es el llamado del salmista en este salmo? ¿Quién debe alabar a Jehová? ¿Cuál es la causa de la alabanza? ¿Qué dos elementos son centrales para alabar a Jehová en el v.2?  ¿A quién crees que se refiere el “nosotros” del v.2? ¿Qué confianza te da el Salmo 117?

Orar: Da gracias a Dios porque su fidelidad y misericordia es la base de su pacto con aquellos que somos su pueblo. Alaba a Dios porque esa fidelidad y misericordia Dios la mostró en Cristo y su obra. Busca tu confianza en saber que sea cual sea la situación el pacto de Dios con los suyos es fiel y leal para siempre. 
MEDITACIÓN

El Salmo 3 puede ser sin duda el himno a entonar en tu vida en muchas situaciones difíciles. Puedes llegar a sentir que no hay salvación para ti, pero la obra de Cristo en la cruz sigue diciéndote que Dios es el Dios de tu salvación. Cuando multitud de enemigos se levanten contra ti mira a la cruz, mira como Dios fue escudo y gloria para Cristo, porque en él Dios es tu escudo, gloria y el que levanta tu cabeza.