Copyright 2013 Iglesia Evangélica Bautista "Piedra de Ayuda", San Eusebio, 54 - 08006 Barcelona. España

Pastores Roberto Velert Chisbert -- Telfs- 93.209.83.46 - Móvil: 659.890.253  emali: radiobonanova8@gmail.com
         Rubén Sanchez Noguero - Telfs - 93.209.83.46 - Móvil: 610.224.965   emali: rsanchez111@yahoo.es
CARÁCTER DEL REINO;
PUROS DE CORAZÓN
“Bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios”
(Mateo 5:7)
      Se dice que alrededor de 1908 el diario británico The London Times pidió a un grupo de autores notables escribir un artículo respondiendo a la pregunta “¿qué está mal con el mundo?” G. K. Chesterton envió una pequeña carta la cual decía “Apreciado señor, en referencia a su artículo ‘¿qué está mal con el mundo?’ Yo lo estoy. Sinceramente suyo G. K. Chesterton”. La respuesta de Chesterton es breve pero significativa. Lo que está mal con el mundo es el mismo ser humano. No es necesario primeramente un cambio de políticas o de ambiente sino que es la totalidad de la persona la que debe de ser cambiada, es necesario un cambio de corazón y a esto apunta la siguiente bienaventuranza “bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios” La bienaventuranza que nos habla de la pureza de corazón puede desarrollarse bajo dos preguntas, ¿qué significa ser limpio de corazón? Y ¿por qué los limpios de corazón verán a Dios?


      La bienaventuranza de Jesús centra su atención en el “corazón” y en la pureza del mismo “bienaventurados los de limpio corazón”. Por tanto, las palabras de Jesús tienen un objetivo muy claro y concreto, la realidad del corazón del ciudadano del reino. La imagen de limpieza comporta la idea de pureza, por tanto, hablar de un corazón limpio es hablar de un corazón puro. Por tanto, la pregunta es ¿qué significa ser limpio o puro de corazón? Hoy en día la visión que nuestra sociedad tiene en relación a lo que es el corazón dista mucho de la visión que se tenía en los tiempos de Jesús y en concreto en la cultura semítica. Hoy en día el corazón es el centro de las emociones y sentimientos. Uno puede encontrarse personas que le digan a uno “lo he hecho de todo corazón” queriendo decir con esto que lo han hecho con toda sinceridad y sentimiento. Es posible haber hecho algo totalmente equivocado pero parece ser que si es hecho “de todo corazón” hay cierto grado de licencia y excusa en ello. Lo cierto es que la idea de “corazón” en la bienaventuranza no tiene solamente la connotación de sentimientos o emociones. Dentro del contexto de la Escritura, el corazón es el centro de la personalidad, todo el ser de la persona reside en el corazón. Los sentimientos y afectos se hallan en el corazón, con el corazón se siente y emociona. Con el corazón se piensa, desde la perspectiva bíblica no existe una diferenciación entre corazón y mente. Por último, con el corazón se actúa, el corazón es el centro de la voluntad.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      Emociones, mente y voluntad convergen todos ellos en el corazón indicando que dicho órgano es la perfecta representación de la totalidad de la persona. Por tanto, “bienaventurados los de limpio corazón” es una bienaventuranza que se centra en la totalidad de la persona, se centra en una realidad interna que será expresada externamente. Ahora bien, existe un problema claro con el corazón, la Biblia claramente determina que algo no está bien con el corazón.
      La definición de “los de limpio corazón” determina que hay también un corazón que no está marcado por la realidad de la pureza. Desde el Antiguo Testamento la Biblia determina que el corazón está manchado por la terrible mancha del pecado que en Génesis 3 entró en la realidad de la creación de Dios. Continuamente Dios habla de corazones de piedra (Ezequiel 36:26), habla de corazones que son incapaces para entender (Deuteronomio 29:4). De la misma manera Jesús en el Nuevo Testamento habla de que el centro de todos los problemas es el corazón del ser humano, del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias (Mateo 15:19). En palabras de Chesterton “¿qué está mal con el mundo? Yo lo estoy”. Es la totalidad del ser humano lo que está mal. El problema no se encuentra primeramente en el ambiente o contexto, el ser humano fue capaz de pecar en el ambiente más perfecto jamás creado, el problema se encuentra en uno mismo. Es necesaria una transformación radical, una transformación de dentro hacia afuera. Dicha transformación es expresada en la Biblia mediante la necesidad de corazones que sean circuncidados (Deuteronomio 30:6), la necesidad de corazones transformados de piedra en carne (Ezequiel 36:26), la necesidad de corazones limpiados y purificados (Ezequiel 36:25-26) y es esta necesidad la que nos lleva a la bienaventuranza de “bienaventurados los de limpio corazón”.


      La idea de “limpio” o “puro” expresado en la bienaventuranza presenta dos connotaciones básicas. Primero, la idea de un “corazón puro” es la idea de sinceridad y no hipocresía. Un corazón puro es un corazón libre de la tiranía de estar dividido entre dos señores, es un corazón cuya única devoción está enfocada, dedicada y consagrada a Dios. En el Salmo 24 David se pregunta “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?” (v.3) la respuesta de David es clara “el limpio de manos y puro de corazón” (v.4). Ante esta realidad David expone qué significa un corazón puro. Aquel de corazón puro es el que “no ha elevado su alma a cosas vanas”, aquel que “no ha jurado con engaño” (v.4), es decir, aquel que está libre de hipocresía y falsedad. El ciudadano del reino es aquel que está libre de la hipocresía en sus relaciones con Dios y con los demás. Es totalmente distinto a los fariseos quienes su comportamiento externo era una pura pantomima e hipocresía, eran simplemente sepulcros blanqueados cuya vida externa era reluciente pero no era ni mucho menos el reflejo de una transformación interna, por dentro estaban muertos y podridos como los huesos mismos de un panteón. La expresión de esa podredumbre interna era una mera religiosidad y tradición externa de cara a la galería pero no hacia Dios. La bienaventuranza no llama por corazones religiosos sino “puros”. El de “corazón puro” es aquel que está libre de hipocresía con Dios y con los demás. Su vida toda ella, sus emociones y afectos, su voluntad y mente están marcadas por la santidad, consagración y devoción únicamente a Dios que fluye de una transformación interna de un corazón de piedra que ha sido limpiado y transformado en un corazón de carne para la devoción sincera a Dios. Esto lleva al segundo aspecto, un corazón puro es aquel que ha sido limpiado y transformado.
MEDITACIÓN

Cristo ha hecho posible que el anhelo de David se cumpla en el nuevo pacto. Por tanto, la pureza y santidad debe ser cultivada en nuestra vida, personal y pública como evidencia del evangelio. Dedica tu vida a vivir en santidad sabiendo que esta es la antesala para contemplar al Santo por excelencia. Haz de la canción “renuévame Señor Jesús, ya no quiero ser igual” el himno de tu corazón.
MARTES

Leer: Salmo  24

Meditar: ¿Cómo describe los primeros versículos a Dios? ¿Cuáles son las preguntas de David en el v.3? ¿Qué entiendes y que implicaciones se derivan de “el monte de Jehová” o “el lugar santo”? ¿Quién es el único que puede entrar en esos lugares? ¿Quién es y cómo se describe en el salmo al “limpio de manos y puro de corazón”? ¿Qué relación ves entre el puro de corazón que tiene acceso al monte de Jehová y a la entrada del Rey de gloria descrita al final del salmo?

Ora: Cristo fue el puro de corazón por excelencia, el Rey de gloria que entró al lugar santísimo a la diestra del Dios. Da gracias a Dios porque Cristo es el de corazón puro por excelencia, es el Rey de gloria. Da gracias a Dios porque en Cristo tu corazón es puro para el lugar santísimo de Dios.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 51

Meditar: ¿Cuál es el contexto de este salmo? ¿Cuál es la definición que David realiza de sí mismo? ¿Qué es aquello que David pide a Dios en los vv.7-12? ¿Qué imagen conllevan los términos que hablan de la acción de Dios sobre David en los vv.7-10? ¿Qué es aquello que Dios debe crear en David según el v.10? ¿Cómo crees que el salmo explica la idea de “un corazón limpio”?

Orar: El pecado es real en la vida de uno. Con confesión y arrepentimiento preséntate delante de Dios pidiendo perdón por tus pecados. Pide a Dios que sea el quien crea en ti lo que David pidió, “un corazón limpio”. Pide a Dios que todo tu ser, mete, afectos y voluntad esté volcado a la santidad y consagración a Dios.


JUEVES

Leer: Deuteronomio 6:1-9; 30:6

Meditar: ¿Cuál es el mandamiento central que aparece en Deuteronomio 6? ¿Qué importancia crees que tiene que Jehová sea uno solo? ¿Qué requisitos supone el mandamiento? ¿Qué importancia crees que tiene para el mandamiento lo que Jehová dice en Deuteronomio 30:6?

Orar: Amar a Jehová de todo corazón es amarlo con todo lo que uno es. Mete, afectos y voluntad debe de estar al servicio de amar a Dios. Por su gracia Dios te ha dado un corazón circuncidado para amarle, pide a Dios que todo tu ser sea una evidencia de amor a Dios en obediencia a él.


VIERNES

Leer: Ezequiel 36:16-37; Juan 3:1-21

Meditar: ¿Cuál es el problema presentado en los vv.16-21? ¿Cuál es la preocupación que Dios presenta en el v.21? ¿Cuál será la solución que Dios aportará al problema de Israel? En los vv.25-26 ¿qué acciones realizará Dios? En Juan 3:3, 5 aparece un lenguaje similar al de Ezequiel 36:25-26 ¿Cuál crees que es la relación entre Ezequiel y Juan 3?

Orar: El nuevo nacimiento descrito en Juan 3 es el cumplimiento de lo anunciado en Ezequiel 36. Por su gracia Dios te ha dado un nacimiento de arriba que ha cambiado tu voluntad y tu capacidad, ahora puedes y quieres amar a Dios. Pide a Dios que la evidencia de ese nuevo nacimiento, de ese corazón transformado sea mostrada sin hipocresía delante de Dios y delante de aquellos que te rodean.


SÁBADO

Leer: Hebreos 10:19-25

Meditar: ¿Cuál es la libertad que tenemos? ¿Por qué tenemos esta libertad? ¿De qué manera uno debe acercarse al lugar santísimo? En el v.22 dos veces aparece mencionada la palabra corazón ¿qué relación hay entre las dos menciones? ¿Qué acciones son descritas en los vv.22-25?

Orar: Da gracias a Dios porque Cristo es quien abrió el camino al lugar santísimo para tu vida. Da gracias a Dios porque podemos acercarnos con corazones sinceros por el motivo que Cristo ha purificado nuestros corazones de toda mala conciencia e hipocresía. Pide a Dios que sea él quien te ayude a poder vivir con los santos en base a las acciones que has leído en el texto de la Palabra de Dios.
      El poder del reino de los cielos inaugurado en Cristo, el poder del evangelio del reino de Jesucristo purifica, limpia de dentro hacia afuera. Limpia de pecado y crea un corazón sincero cuya muestra externa es la santidad en la vida privada y pública de uno. Posiblemente no hay otra bienaventuranza que mejor muestra la realidad de que solamente el evangelio puede hacer esto. Intentar hacerlo por uno mismo es fracasar en el intento o caer en una mera religiosidad hipócrita que tiene toda la apariencia de piedad pero niega su poder. Solo el evangelio limpia y transforma y aquel cuyo corazón es puro por la obra del evangelio vive una vida de santidad e integridad de cara a Dios y a los demás que no es hipocresía sino que es el poder de la gracia de Dios obrando en uno. Tristemente mucha “santidad” es mostrada en el vida pública pero ésta brilla por su ausencia en la vida privada de muchos. El puro de corazón es honesto, íntegro y sincero en su vida de santidad tanto en lo privado de su habitación frente a Dios como en lo público frente a los demás ¿qué tanta distinción hay entre la pureza de tu corazón en lo público y cuando estás en lo privado? Sin duda alguna debe de existir un cultivar de la integridad y la santidad en nuestra vida. La santificación no es solamente algo que nos ha sido dado, sino también algo que por la gracia de Dios debemos cultivar en lo privado y en lo público hasta ser glorificados a la imagen de Cristo. Continuamente el clamor de nuestra vida frente a la realidad del pecado debe de ser el clamor de David “crea en mí, oh Dios, un corazón limpio”. Porque sin santidad nadie verá a Dios y esto responde a la segunda pregunta ¿por qué los puros de corazón verán a Dios?


      Dios es santo y se mueve en la santidad y aquellos que contemplarán a Dios deben igualmente moverse en la santidad, una santidad no hipócrita sino una santidad cuya semilla es la obra de Cristo en uno. La nueva Jerusalén estará marcada por la realidad de la santidad, no entrará cosa inmunda sino solo aquellos inscritos en el libro de la vida del Cordero y no hay duda alguna que los inscritos son aquellos cuyo corazón ha sido hecho puro por la sangre del Cordero. David se preguntó “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?”, es decir, quién podrá entrar en la misma presencia de Dios. David tenía claro que era el de corazón puro y esto es algo que nos ha sido dado en Cristo. Hebreos 10:19-22 determina que tenemos libertad para entrar al lugar santísimo por la sangre de Cristo, podemos acercarnos con corazón sincero porque nuestros corazones han sido purificados de mala conciencia.