Copyright 2013 Iglesia Evangélica Bautista "Piedra de Ayuda", San Eusebio, 54 - 08006 Barcelona. España

Pastores Roberto Velert Chisbert -- Telfs- 93.209.83.46 - Móvil: 659.890.253  emali: radiobonanova8@gmail.com
         Rubén Sanchez Noguero - Telfs - 93.209.83.46 - Móvil: 610.224.965   emali: rsanchez111@yahoo.es
CARÁCTER DEL REINO;
LA BIENAVENTURANZA
DE LA MISERICORDIA
“Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”
(Mateo 5:7)
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      Una oración puritana con relación a la misericordia de Dios expresa el clamor del alma que busca y agradece la misericordia que Dios le ha mostrado: “A pesar del número de la vileza de mis pecados, tú me has dado una muestra para siempre. El cetro dorado se ha ofrecido y tú has dicho: Tócalo y vivirás” (“Misericordia” El Valle de la Visión, 109). Grande es la misericordia mostrada a pesar del número de la vileza de los pecados. El ser misericordioso es una bondad en Dios y una bondad que igualmente se encuentra en el carácter del reino “bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”. La siguiente bienaventuranza muestra dos aspectos importantes con relación al carácter de aquellos que son ciudadanos del reino de los cielos. Primero, la misericordia es una bondad manifestada en los ciudadanos del reino y segundo, existe la promesa de alcanzar misericordia.


      Con la bienaventuranza de la misericordia Jesús abre una “nueva” realidad dentro de las bienaventuranzas que describen el carácter de todo ciudadano del reino de los cielos. Las primeras bienaventuranzas se han centrado en el carácter del cristiano en relación a Dios. Todo cristiano es “pobre en espíritu” reconociendo su bancarrota espiritual delante de Dios, “llora” por la realidad y la ofensa del pecado en su vida y en el mundo, es “manso” sabiendo quién es y cómo ha sido tratado con misericordia por Dios y tiene “hambre y sed de justicia” presenta una hambruna de poder vivir perfectamente la justicia del reino de los cielos delante de Dios tanto en su vida como en el mundo. Ahora el péndulo se mueve hacia la relación que todo cristiano presenta con los demás. El ciudadano del reino de los cielos se caracteriza por ser misericordioso “bienaventurados los misericordiosos” existe una bondad que todo ciudadano del reino presenta y debe de expresar con relación a aquellos que le rodean. La misericordia es o debería ser una bondad vista y expresada en todo cristiano. Hay felicidad en ser misericordioso, hay bienaventuranza en el ejercicio de la misericordia, ahora bien, ¿Qué significa ser misericordioso? ¿Qué es la misericordia?
      Para poder entender qué es la misericordia primeramente uno tiene que mirar a aquel que es la fuente de toda misericordia, debe mirarse a Dios quien en su propia esencia y ser es misericordioso y la misericordia se presenta como uno de los atributos esenciales del ser de Dios. Éxodo 33-34 narra uno de los acontecimientos importantes que sucedió en la vida de Moisés, Dios permitió que su siervo pudiese contemplar sus espaldas. En dicho acontecimiento Dios proclamó el nombre que había revelado a Moisés en el monte Sinaí, Jehová fue el nombre que se escuchó. La proclamación del nombre de Jehová implicaba la revelación del ser y esencia misma de Dios, ahora bien, dicha proclamación vino acompañada de algo más. Junto con la proclamación de su nombre vino la proclamación de ciertos atributos que conforman el ser mismo de Dios, “y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación” (Éxodo 34:6-7; ver también Éxodo 33:19). Dicha proclamación quedó grabada en el conocimiento de Israel, la misericordia era y es algo expresado en la relación de pacto de Dios con los suyos (Salmo 136). Dios es misericordioso y su misericordia es nueva cada mañana para con los suyos. Escuchando la proclamación del nombre de Jehová puede vislumbrarse qué es la misericordia.


      Por un lado, la misericordia no implica una piedad que acepta todas y cada una de las cosas, sean correctas o incorrectas, justas o injustas. Dios es misericordioso pero no tendrá por inocente al malvado. Por otro lado, la misericordia implica una piedad que es sensible y cercana con la miseria del pecado, una bondad que es capaz de poner el corazón de uno en la miseria de otro con la intención de aliviar y revertir dicha situación. Dios en su misericordia es quien perdona la iniquidad, la rebelión y pecado de los suyos. Jehová fuerte, misericordioso y piadoso escuchó el clamor de la miseria de su pueblo oprimido por la esclavitud en Egipto, la misericordia de Dios no fue insensible a la miseria resultante de la condición de su pueblo, la misericordia movió a Dios a aliviar y revertir dicha situación. Esta es una de las grandes diferencias entre gracia y misericordia. La gracia siempre trata con el pecado y la culpabilidad mientras que la misericordia trata con la miseria y dolor como resultado del pecado. La primera perdona mientras que la segunda extiende alivio y busca revertir la situación de miseria. Esta misericordia es la que caracteriza a todo ciudadano del reino, como el buen samaritano que vio las heridas, el dolor y la situación mísera de aquel que había sido asaltado por ladrones y fue movido a misericordia, vendó, lavó y cuidó de aquel que nada podía hacer por sí mismo.


      Como cristianos deberíamos ser misericordioso porque esta es la gloriosa realidad vista en Cristo y experimentada en nuestras vidas. Nuestro Dios contempló nuestra miseria y dolor resultante de nuestro pecado y su misericordia revirtió y alivió nuestra miseria en la persona de Cristo y en el glorioso evangelio. Como los dos ciegos que se acercaron a Jesús y le gritaron “¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!” (Mateo 20:30) Cristo escuchó el clamor de nuestra miseria. Como el padre que se acercó a Jesús pidiendo por su hijo y le dijo “si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos” (Marcos 9:20) así Cristo tuvo misericordia de nosotros por las consecuencias de nuestro pecado. Su misericordia no fue piedad solamente de palabra sino que conllevó el deseo y acción de revertir dicha situación y fue la cruz el medio y evidencia de esa misericordia. Allí el clamor secreto de nuestra alma “Señor ten misericordia de mí” fue escuchado, fue aliviado, fue revertido. La miseria de nuestro pecado fue sobre Cristo y su sangre carmesí fue bálsamo para nosotros, misericordia y justicia se encontraron en la cruz.  Si esta realidad ha sido experimentada genuinamente en nuestra vida ¿de qué otra manera deberíamos ser? ¿Qué otra bondad deberíamos expresar hacia un mundo que sufre como resultado de su pecado? ¿Cómo no deberíamos ser misericordiosos hacia un mundo víctima y esclavo de su pecado? ...
... ¿Cómo no deberíamos ser movidos a revertir y aliviar el sufrimiento por el pecado anunciando a la gente que Cristo es el Misericordioso por excelencia? Ser misericordiosos con un mundo que sufre las consecuencias del pecado es mostrar la misericordia encontrada en el evangelio de Cristo. Dicha realidad conlleva una confusa bienaventuranza “bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”.
      Puede parecer que Jesús esté mostrando que en la medida que somos misericordiosos alcanzaremos o recibiremos misericordia. Lo mismo podría ser entendido cuando Jesús dice “si perdonáis a los hombres vuestras ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 6:14), en la medida que perdonamos seremos perdonados. Ahora bien, este no es el significado de la bienaventuranza. El alcanzar misericordia no es un mérito ganado. Uno no puede ser perdonado a menos que haya arrepentimiento en su vida, uno reconoce que el perdón es solamente por el amor, gracia y misericordia de Dios. Aquel que ha experimentado arrepentimiento y perdón es capaz de poder perdonar aquellos que pecan contra uno, es capaz de mostrar misericordia hacia otro hundido en la miseria del pecado y no actuar como aquel deudor que mucho le fue perdonado y muy poco perdonó él, mucha misericordia le fue mostrada y muy poca fue expresada por él (Mateo 18:21-35). En otras palabras no podemos decir que nos hemos arrepentido verdaderamente de nuestros pecados si nuestra actitud en relación a los pecados de los demás es una actitud falta de misericordia y perdón. “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” muestra que la misericordia recibida en Cristo en el presente será la que gozaremos eternamente en el reino de los cielos. 
MEDITACIÓN

La bienaventuranza nos llama a un examen personal ¿cuánto soy de misericordioso?  ¿Muestro misericordia hacia aquellos que están en la miseria del pecado? ¿Entiendo que la misericordia y perdón expresado por Cristo en mi vida se muestra también en la misericordia y perdón que muestro hacia otros? La bienaventuranza nos llama a examinarnos personalmente no sea que escuchemos en nosotros las palabras dichas por Dios a Israel “misericordia quiero y no sacrificio y conocimiento de Dios más que holocaustos” (Oseas 6:6).
MEDITACIÓN SEMANAL BASADA EN EL DEVOCIONAL
MARTES

Leer: Éxodo 33-34

Meditar: ¿Qué sucede en estos dos capítulos? ¿Cuál es el deseo que Moisés tiene expresado en el capítulo 33? ¿Qué relación crees que tiene el proclamar el nombre de Jehová con la presencia de Jehová en los vv.19-23? ¿Qué atributos proclama Dios en relación a su nombre en Éxodo 34:6-7? ¿Cómo es explicada la misericordia de Dios en Éxodo 34:6-7? ¿Qué importancia tiene para ti el saber que uno de los atributos de Dios es la misericordia?

Orar: Ora dando gracias a Dios y alabándole porque él es misericordioso y esta misericordia ha sido mostrada hacia su pueblo. Alaba a Dios porque su misericordia y justicia no se contradicen sino que se complementan.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 136

Meditar: ¿Cuál es la expresión que continuamente se repite en el Salmo 136? ¿De qué es causa la misericordia de Dios en este salmo? Lee el salmo y determina como el salmista describe a Dios a lo largo del salmo. ¿Cómo crees que se relacionan las diversas descripciones de Dios con la misericordia continuamente repetida en el salmo?

Orar: Alaba a Dios tal y como se revela en el salmo 136. Alaba a Dios por se bueno y único. Alaba a Dios que hace grandes maravillas. Alaba a Dios Creador y Redentor. Alaba a este Dios revelado en el salmo porque él y no otro es misericordioso para siempre contigo.


JUEVES

Leer: Salmo 138

Meditar: ¿Cuál es la causa de la adoración del salmista en los vv.1-2? ¿Dónde aparecen las dos únicas referencias a la misericordia en el salmo? ¿Por qué crees que el salmista abre y cierra el salmo con la misericordia de Jehová? ¿Cómo se ha manifestado la misericordia de Dios en los vv.2-3? ¿Por qué los reyes de la tierra alabarán a Jehová? ¿Cuál es la certeza que expresa el salmista en los vv.7-8?

Orar: Alaba a Dios porque por su misericordia él es quien responde al clamor de nuestra vida y fortalece nuestra alma. Presenta a Jehová tu angustia con la certeza que por su misericordia él cumplirá su propósito en ti y no abandonará la obra de sus manos.


VIERNES

Leer: Lucas 9:51; 10:30-37

Meditar: ¿Qué sucede en la parábola explicada por Jesús? ¿Cuál es el motivo por el que Jesús explica la parábola? ¿Qué personajes aparecen en la parábola y qué importancia tienen? ¿Qué importancia tiene lo que sucede en los vv.33-35? ¿Qué es aquello que marca quien es verdaderamente el prójimo en la historia? ¿A que nos llama la parábola contada por Jesús?   Sabiendo que la parábola queda dentro de una sección en Lucas marcada por la realidad que Jesús afirmó su rostro para Jerusalén ¿Quién crees que cumple el ideal de prójimo y misericordia de la parábola?

Orar: Da gracias a Dios porque tu prójimo por excelencia que hizo misericordia contigo fue Jesús quien afirmó su rostro para Jerusalén y murió en la cruz. Pide a Dios que no solo el ejemplo del samaritano sino el ejemplo de la cruz sirva para que puedas mostrar misericordia y cumplir así lo que Cristo determinó en la parábola “ve y haz lo mismo”


SÁBADO

Leer: Mateo 18:21-35

Meditar: ¿Qué sucede en la parábola explicada por Jesús? ¿Por qué crees que Jesús explica la parábola? ¿Cuál crees que es el tema principal de la parábola? ¿Qué sucedió con el personaje que le debía diez mil talentos al señor? ¿Qué es aquello que motivó que el señor perdonase al deudor según el v.27? ¿Qué sucede con el segundo personaje que le debía solo cien denarios al primer deudor? ¿De qué crees que es muestra el hecho que el primer deudor no perdonase al segundo? ¿Cómo explicarías el v.35?

Orar: Mucha misericordia nos ha sido mostrada y mucho perdón nos ha sido dado en Cristo. Pide que esa misericordia y perdón puedas mostrarlo a otros que pueden ofenderte. Pide a Dios que la muestra de tu misericordia y perdón sea muestra de evidencia de la obra que Dios ha hecho en tu vida.