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CARÁCTER DEL REINO:
BIENAVENTURADOS
LOS QUE LLORAN
“Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación”
(Mateo 5:4)
      David Brainerd nació un 20 de Abril de 1718 en Haddam Connecticut, USA. Brainerd fue misionero para los indios americanos llevándoles el evangelio de salvación en un siglo que estuvo caracterizado por los Grandes Avivamientos que se vivieron por la gracia de Dios en Nueva Inglaterra (USA). Su biografía juntamente con la de otros grandes misioneros como William Carey y Jim Elliot ha sido fuente de inspiración y ánimo para muchos cristianos a lo largo de la historia. Como muchos misioneros en aquel tiempo, Brainerd tenía la costumbre de dejar narradas todas sus vivencias en un diario personal. En una de esas entradas, concretamente la del 18 de Octubre de 1740 Brainerd escribió lo siguiente: “En mis devocionales matutinos mi alma estaba extremadamente derretida y amargamente lloraba por mi gran pecaminosidad y vileza”. No hay duda alguna que, los diarios escritos por personas recogen pensamientos profundos e íntimos debido posiblemente al hecho que uno no espera que su diario personal acabe siendo leído por otros ojos. De todas maneras, la providencia divina ha permitido que muchos de estos diarios de grandes hombres que el usó, acabasen siendo de uso público para el pueblo de Dios abriendo así una ventana al carácter y espiritualidad de esos hombres escogidos como instrumentos en manos divinas. La frase escrita por este gran misionero deja ver no solamente un desgarro profundo en su alma sino también una de las cualidades del carácter de los ciudadanos del Reino de los cielos “amargamente lloraba por mi gran pecaminosidad y vileza”


      La frase de Brainerd refleja a la perfección lo dicho por Cristo en la segunda bienaventuranza del Sermón del monte “bienaventurados los que lloran porque ellos recibierán consolación”. Sin duda alguna dicha bienaventuranza es una paradoja “felices son los infelices” ¿cómo es esto posible? ¿Cómo es posible que una de las características de aquellos que han sido llevados al Reino de los cielos sea el llanto y el lloro? Aun y cuando pueda parecer extraño dicha bienaventuranza es vital en la vida cristiana, es más, me atrevería a decir que sin ella, serias dudas atacan con relación a la genuinidad del carácter del reino. Debido a ello es importante entender primero, ¿qué es aquello que hacer llorar a los ciudadanos del Reino de los cielos? segundo, ¿por qué son bienaventurados aún y en su llanto? Muchas cosas pueden hacer llorar al ser humano, la enfermedad, la pérdida de un ser querido, el dolor, la injusticia social que enriquece a los más ricos y empobrece a los más pobres. Todas estas cosas legítimas pueden y en ocasiones deben hacernos llorar, ahora bien, ninguna de ellas es el enfoque de la segunda bienaventuranza ¿qué es aquello que hace llorar a los ciudadanos del reino de los cielos?
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      La primera bienaventuranza describía a los ciudadanos del reino como “pobres en espíritu”, aquellos que por la gracia de Dios habían sido llevados a ver y reconocer su bancarrota espiritual y su sola y única dependencia de Dios para salir de ella. Dicha realidad en la esencia y ser del cristiano es algo esencial para afrontar el Sermón del monte. Solamente enriquecidos por la gracia de Cristo uno es capaz de vivir bajo la justicia del reino marcada en el Sermón del monte, por ello el carácter cristiano se manifiesta en una espiritualidad continua y diaria que está menos llena de uno y más llena de Cristo, menos llena de la riqueza de uno y más llena de la gracia de Cristo. Ligada a esta realidad del carácter de los ciudadanos del reino aparece la realidad de “bienaventurados los que lloran”. El llanto de los ciudadanos del reino se produce primeramente por una realidad que hace al ser humano verdaderamente pobre, el llanto y lloro es debido a su “gran pecaminosidad y vileza”. John Stott lo expresa de manera clara “es una cosa ser espiritualmente pobre y reconocerlo y es otra cosa el afligirse y llorar con relación a ello”. Una de las características del ciudadano del reino es que llora y ese llanto se vierte sobre la triste realidad del pecado y sus efectos, por tanto, ese llanto no es un llanto primeramente físico sino espiritual, así como la pobreza era espiritual también lo es el lloro. El cristiano llora cuando el pecado ataca su vida, llora cuando aquello que es una ofensa al ser de Dios se hace presente y patente. No cabe duda alguna que esto marca una diferencia esencial entre aquellos que han sido llevados al Reino de los cielos y el mundo.


      Hoy en día el mundo no llora por sus pecados, “don’t worry, be happy” es uno de los lemas, aquel que es verdaderamente feliz es aquel que no tiene preocupaciones o que las sabe disfrazar muy bien. Nuestro mundo no llora por el pecado como una ofensa al Dios Santo porque ha desplazado a Dios de todas las esferas y porque su conciencia que alerta de pecado está completamente cauterizada. Es característica de un reino caído el no llorar por su pecado. El mundo puede llorar por compasión y por solidaridad siendo todo ello correcto, legítimo y necesario pero cuando uno dice que algo es pecado contra Dios, el mundo no llora sino que se ríe. Ahora bien, es característica de los ciudadanos del reino el llorar por su pecado y por los pecados del mundo. Nuestro Señor Jesucristo lloró por la muerte como consecuencia del pecado (Juan 11:35), lloró por los pecados de Jerusalén (Lucas 19:41), si Cristo lloró por los pecados ¿cómo no lo haremos nosotros? “Bienaventurados los que lloran” es algo esencial en el cristiano debido a que es muestra que el corazón ha sido transformado de piedra a carne. Es un corazón que es capaz de entender que ha ofendido a Dios y llorar por ello, que exclama ¡qué es esto que he hecho delante de tus ojos Señor! El lloro por el pecado demuestra que por la gracia de Dios somos capaces de ver y sentir como el pecado ha destrozado la perfecta creación de Dios. El lloro espiritual por nuestro pecado y los pecados del mundo es camino al arrepentimiento y es evidencia que no estamos cauterizados al pecado. Si uno no es capaz de llorar por su pecado y arrepentirse de él uno debe preguntarse seriamente ¿dónde está esa característica que caracteriza a los que son ciudadanos del reino? Si ese lloro por el pecado no está en uno, es necesario preguntarse ¿a qué reino pertenezco, de qué reino doy evidencia?


      El cristiano en su esencia llora por el pecado propio y de un mundo perdido, Cristo lloró por ello y aquellos creados a su imagen lloramos por ello también. Debido a que no vivimos todavía en la gloria, debe existir un lloro continuo en el cristiano por el pecado, un lloro y aflicción que son evidencia de un corazón de carne transformado por el Espíritu. Esto puede sonar no muy atractivo pero este lloro es el único que nos permite contemplar diariamente la cruz de Cristo. La razón de ello es porque el lloro del ciudadano del reino es hecho frente a la bienaventuranza de la consolación, “bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación”. El lloro presente en una realidad caída tiene una consolación futura, tiene un fin, el lloro por el pecado no será eterno. Isaías 61:3-11 muestra como el mismo Dios a través de la obra de su Siervo consolará a los afligidos y enlutados. El lloro del cristiano por el pecado tiene una perspectiva de mirar al día que Dios enjuagará toda lágrima y mirar a ese día final pasa por mirar al Siervo sufriente, Jesucristo, pasa por mirar a la cruz. La realidad de la consolación para aquellos que lloran por el pecado ha sido ya inaugurada por Cristo en la cruz. Allí, Cristo derramó sangre para perdonar a los que lloramos, por su gracia, con relación a los pecados. En la cruz, el Dios Trino obró el perdón y la consolación de los suyos, la cruz es el llamado al pueblo que llora “consolaos, consolaos pueblo mío, dice vuestro Dios”. Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación final y la evidencia de ello en el presente y la seguridad en el futuro es que Cristo murió por ello.
MEDITACIÓN

Brainerd escribió “mi alma estaba extremadamente derretida y amargamente lloraba por mi gran pecaminosidad y vileza”. Qué esta realidad pueda ser escrita cada día en el diario de tu vida para hacerte mirar diariamente a la cruz donde Cristo ha cambiado tu lamento en baile, donde Dios ha asegurado que la bienaventuranza de la consolación final será cumplida plenamente. Piensa en lo siguiente, gracias a la gran obra de Cristo, Dios acabará enjuagando las lágrimas de tu llanto, “bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación”.
MEDITACIÓN SEMANAL BASADA EN EL DEVOCIONAL
MARTES

Leer: Ezequiel 9:1-11

Meditar: ¿Cuál es la imagen presentada en los vv.1-3? ¿Qué es aquello que Jehová pide en el v.4? ¿Por qué gimen aquellos señalados por Jehová? ¿Qué diferencia hay entre los señalados y los no señalados? ¿Cómo responde el profeta en el v.8?

Orar: Los señalados por Jehová son los que lloraban y gemían por los pecados de Jerusalén. El pecado despertó la ira y juicio de Dios. Ora que Dios despierte en ti un profundo sentimiento de la seriedad e importancia del pecado ante los ojos de Dios. Pide a Dios que ponga en ti una aflicción sincera por lo que el pecado significa.


MIÉRCOLES

Leer: Salmo 51:1-19

Meditar: ¿Cuál crees que es el trasfondo del Salmo 51? ¿Qué es aquello que David reconoce según los vv.3-4? ¿Cómo expresa David la aflicción y llanto que supone para él su pecado? ¿Cuál es la única consolación que le queda a David según el salmo?

Orar: El pecado es una realidad que nos acompañará hasta que Cristo regrese. Pide a Dios que cada día puedas presentar tu pecado delante de él clamando como David lo hizo “purifícame, lávame, renueva el  gozo de tu salvación”. Ora a Dios sabiendo que en Cristo la consolación del Salmo de David ha sido cumplida para ti en Cristo. 


JUEVES

Leer: Filipenses 3:12-21

Meditar: ¿Cuál es el objetivo principal que presenta Pablo en estos versículos? ¿Qué importancia crees que tiene los vv.15-16? ¿Por qué es importante seguir el ejemplo de Pablo y los que se conducen como él? ¿Qué es aquello que despierta el lloro del apóstol en el v.18? ¿Dónde está la ciudadanía de aquellos que no son enemigos de la cruz de Cristo?

Orar: Pablo lloró por aquellos que eran enemigos de la cruz de Cristo. Ora para que Dios despierte en ti el mismo sentir que hubo en Pablo. Pide a Dios que todo aquello que ataca a la gloriosa cruz de Cristo y el honor de Cristo no sea estéril en tu vida sino que levante la misma reacción que levantó en el apóstol Pablo.


VIERNES

Leer: 1ª Corintios 5:1-13

Meditar: ¿Cuál es el problema que se estaba dando en la iglesia de Corinto? ¿Qué actitud crees que tenían los Corintios frente a esa situación? ¿Cuál es la actitud que los Corintios deberían haber tenido frente a ese pecado según el v.2? ¿En base a qué los Corintios debían limpiarse de ese pecado como congregación?

Orar: El lloro por el pecado no tiene porque ser únicamente individual, también debe de ser congregacional. Ora para que ese lamento por el pecado sea algo real y sincero en ti y en tu congregación. Pide a Dios que se sea consciente de la identidad que tenemos en Cristo por ser él nuestra pascua y en base a ello se obre en consecuencia.


SÁBADO

Leer: Apocalipsis 18:1-14

Meditar: ¿Qué es lo que describen los versículos leídos? ¿A quién crees que representa Babilonia la gran ramera? ¿Qué se le pide al pueblo de Dios que haga? ¿Quién son los que lloran en estos versículos? ¿Por qué crees que lloran? ¿Qué tipo de lamento crees que es ese?

Orar: Los reyes y mercaderes lloraron al ver la gran Babilonia caer, lloraron porque ya no podían fornicar más con ella. Pide a Dios que tu lloro por el pecado nunca sea como el lloro de esos reyes y mercaderes descritos en Apocalipsis. Pide a Dios que tu lloro sea uno de arrepentimiento y nunca de anhelo por el pecado.