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GRAN DON
AQUEL QUE HA SIDO DADO
“Porque la paga del pecado es muerte,
más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”

(Romanos 6:23)
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      En situaciones donde la realidad de la muerte nos confronta cara a cara -  ya sea por la pérdida de un ser amado o por noticias donde niños inocentes son asesinados a manos de aquellos insensibles y de conciencias cauterizadas que son capaces de usar químicos para matar - todos sin ningún tipo de excepción según a nuestro bagaje somos atacados con una mezcla diversa de sentimientos y emociones. Lo cierto es que la realidad de la muerte parece actuar en una sociedad de no absolutos como aquello que pone todo nuestro universo bajo la perspectiva de la eternidad misma y sirve en ocasiones para levantar preguntas tales como ¿y entonces qué? ¿Por qué ha de ser así?  ¿Por qué la muerte debe de ser algo que ataca y pone el punto final a la vida? ¿Hay algo que sea capaz de parar tal guadaña? La Biblia es clara en darnos una respuesta a estas preguntas, el evangelio es lo único capaz de explicar y responder tales preguntas. El apóstol Pablo escribiendo una de sus cartas a la iglesia situada en la ciudad de Roma, resumió todos estos asuntos en un simple versículo, Romanos 6:23 “porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Este es una gran definición del evangelio de salvación porque el apóstol Pablo determina que solamente existen dos posibilidades enfrentando a todo individuo, que dichas dos posibilidades son totalmente opuestas la una de la otra y el apóstol tiene su interés en enfatizar las diferencias al final de estas dos posibilidades. ¿Cuáles son estas dos posibilidades?


      La primera posibilidad, la primera dirección es el pecado y el fin de ella es la muerte “porque la paga del pecado es muerte”. El apóstol Pablo enfrenta con la realidad de la muerte, pero desde el punto de vista de la Biblia, la muerte es vista como la consecuencia real de algo que corre más profundo y grave en la raza humana. Estas dos realidades juntas, la muerte como la paga del pecado, muestran la gravedad, la seriedad, el profundo efecto e impacto del pecado en la humanidad. Nuestra sociedad define el pecado como una construcción social, es decir, lo que alguien puede considerar pecado en una sociedad occidental no tiene por qué serlo en una sociedad oriental, la sociedad y cultura definen el pecado, es la sociedad y cultura lo que definen lo que es bueno y malo, pero la realidad es que la Biblia nunca ve al pecado de esta manera. En el capítulo que nuestro versículo forma parte, Pablo explica lo que el pecado es con una imagen bien gráfica. El apóstol describe al pecado como un señor al cual el ser humano sirve, y le sirve como esclavo. El contrato o las condiciones de dicho contrato en servir a dicho señor es la muerte, la paga legítima y merecida por el servicio dado a ese señor es la muerte. El Rey David, uno de los reyes más famosos en el pueblo de Israel tenía claro lo que era el pecado, él escribió en el Salmo 51:4 “contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos.” El pecado es una ofensa directa a Dios, al Creador de cielos y tierra, Dios es el primer afectado en todo este asunto y la raza humana lleva sirviendo a dicho señor, el pecado y pagando por ese servicio y pago merecido, la muerte, desde la rebelión de Adán y Eva en el inicio de todo (Génesis 3).  Desde aquel entonces toda la raza humana sin excepción se encuentra bajo dicho señor, el pecado. Miramos al ataúd y nos preguntamos ¿es la tumba la palabra final? Pablo al igual que muestra que la paga legítima del pecado es la muerte, también muestra que hay una dádiva y que a diferencia de la muerte no es un pago legítimo sino un don inmerecido, pero es el don inmerecido que pone punto final a la muerte misma.
      La segunda posibilidad que enfrenta al ser humano es la gracia de Dios y la vida eterna en Cristo. La tumba no es la última palabra porque hay otra posibilidad totalmente opuesta a la primera “porque la paga del pecado es muerte MAS” ese “mas” presenta la misma función que un “pero” hay un cambio, otra posibilidad que enfrenta al ser humano, otro camino a seguir, el camino del Calvario, otro Señor al cual servir, Cristo Jesús Señor nuestro y este servicio trae algo dado por gracia, algo que no es merecido como la paga del pecado sino algo dado por la pura bondad de Dios, la vida eterna. “Mas la dádiva de Dios” el regalo proviene de Dios, él fue y es el primer afectado por el pecado por lo tanto solamente él puede establecer el camino de perdón y salvación. Esto es un principio en la fe cristiana, es el regalo de gracia a aquellos que totalmente no lo merecían. Dicho regalo inmerecido de Dios es la vida eterna “la dádiva de Dios es vida eterna.” Qué gran contraste con la “paga del pecado es la muerte,” el don de Dios es vida eterna, la trágica paga del pecado es revertida por la gracia de Dios, el terrible fin de la tumba es iluminado por el don de gracia de Dios, la vida eterna. Ahora bien, la vida eterna no se encuentra en una fuente mitológica, tampoco se encuentra en la alquimia por mucho que ésta se empeñase en encontrar el elixir de la vida eterna, tampoco es la ciencia el camino por el cual Dios da su dádiva de vida eterna. Ninguno de esos caminos fue el tomado por Dios para dar su dádiva al pecador que no la merece. Pablo lo expresa sin duda alguna, la vida eterna se encuentra en una persona, él es la vida y el agente por el cual Dios da la dádiva de la vida eterna al pecador, dicho don de Dios es dado única y solamente “en Cristo Jesús Señor nuestro.” El Salvador quien murió en la cruz y resucitó el tercer día. Si por la desobediencia del primer Adán la muerte entró por la obediencia del segundo Adán, Cristo Jesús la gracia y vida eterna vino a todo aquel que cree. Es solamente en Cristo Jesús que el don de la vida eterna es dado por Dios a todo aquel que cree. Aquí está el contraste que trae el glorioso evangelio, servir al pecado termina en muerte, servir a Cristo termina en vida eterna.
MEDITACIÓN

¡Que gran don aquel que ha sido dado por Dios! Aun y cuando pueda parecerte duro, la muerte es el pago legítimo por nuestro pecado, pero medita en esto. Pudiendo Dios dejar que recogiésemos legítimamente el pago de nuestra rebelión, él determinó dar a todo aquel que cree, de manera inmerecida el don de la vida eterna en Cristo Jesús. Sublime gracia del Señor que hizo que Cristo muriese nuestra muerte, sublime gracia que revirtió la paga del pecado con el don de la vida eterna, sublime gracia del Señor.  
MEDITACIÓN SEMANAL BASADA EN EL DEVOCIONAL
MARTES

Leer: Romanos 5:12-15

Meditar: ¿Cuál es la comparación que Pablo establece entre Adán y Cristo? ¿Cómo entró el pecado en el mundo? ¿Crees que es injusto lo expuesto en estos versículos? ¿En qué manera se distingue la transgresión del don?

Orar: Da gracias a Dios porque él es aquel que ha trazado y diseñado la historia de la salvación. Glorifica a Dios porque Cristo revertió la transgresión de Adán, si el pecado y la muerte entraron por el primer Adán, da gracias a Dios porque el don y la vida eterna entraron por Cristo.


MIÉRCOLES

Leer: Ezequiel 34:11-25; Juan 10:14-18

Meditar: ¿Cómo se describe Cristo en este pasaje? ¿Qué cumplimiento ves del texto de Ezequiel en las palabras de Jesús? ¿Qué es aquello que define a Jesús como el buen pastor? ¿Qué hace Jesús por sus ovejas?

Orar: Da gracias a Dios porque Jesucristo dio su vida por aquellos que somos sus ovejas. La vida que el buen pastor entregó fue para darnos vida a nosotros. Alaba a Dios porque la dádiva de vida eterna en Cristo implicó la necesidad que él muriese por sus ovejas.


JUEVES

Leer: Efesios 2:1-10

Meditar: ¿Cuál es el gran contraste que aparece en estos versículos? ¿Qué es aquello que Dios nos dio en Cristo Jesús? Según el v.7 ¿Cuál es el propósito de darnos vida en Cristo y sentarnos juntamente con él en los lugares celestiales? 

Orar: Alaba a Dios porque fue por su gran amor que nos dio vida juntamente con Cristo. Alaba a Dios porque el darnos vida con Cristo fue para mostrar su bondad. La salvación por gracia en Cristo es un acto que muestra el gran amor y bondad de Dios hacia ti, bendice a Dios por ello.


VIERNES

Leer: Gálatas 1:1-5

Meditar: ¿Qué es aquello por lo cual se dio Cristo? ¿Qué entiendes que Cristo se diese por nuestros pecados? ¿Cuál es el propósito establecido de ese sacrificio? Según el texto ¿qué fue aquello que motivó el sacrificio de Cristo por nuestros pecados? Sabiendo lo que dice Pablo, ¿cuál es la actitud expresada en el v.5?

Orar: Ora que la actitud expresada en el v.5 puede ser también la respuesta de tu vida sabiendo lo que Cristo ha hecho. Glorifica a Dios Padre porque su voluntad fue que s Hijo se diese para perdón de nuestros pecados dándonos así la vida eterna.


SÁBADO

Leer: Isaías 53:1-12; 1ª Pedro 2:21-25

Meditar: ¿Cómo describe el profeta el anuncio que será realizado? ¿Por qué crees que lo define de esta manera? ¿Cuál es la descripción dada del Siervo en los vv.4-8? ¿Qué es aquello que llevo el Siervo sufriente? Según el v.10 ¿De quién fue la voluntad de todo lo que sucede en y por el Siervo? ¿Cómo ves cumplido Isaías 53 en 1ª Pedro 2:21-25?

Orar: Isaías 53 es un claro anuncio de la gloriosa obra de Cristo. Medita seriamente sobre la realidad que Cristo fue molido, herido, afligido y muerto por nuestros pecados. Glorifica a Dios porque la paga del pecado que es la muerte fue llevada por Cristo en nuestro lugar.