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ESTO ES MI SANGRE
“Porque esto es mi sangre del nuevo pacto,
que por muchos es derramada para remisión de los pecados”

(Mateo 26:28)
      Alrededor de una mesa justo unas horas antes de ser entregado, Jesús celebró la pascua con sus discípulos. Posiblemente ninguno de ellos a excepción de Jesús, podían saber que el cordero pascual que sería sacrificado iba a ser Cristo mismo. Todo y así, tal realidad no era algo nuevo, esa pascua era la culminación de lo que Jesús ya les había avanzado en varias ocasiones. Afirmando su rostro hacia Jerusalén, hacia la ciudad que incongruentemente le aclamaría, le lloraría y gritaría que le crucificasen, Jesús anunció varias veces que era necesario que el Hijo del Hombre fuese entregado, sufriese en manos de los fariseos y sacerdotes y fuese puesto bajo sentencia de muerte. La muerte de Cristo era algo presente en su ministerio, no podía ser de otra manera. El Hijo del Hombre vino para salvar aquello que se había perdido, Cristo vino en cumplimiento del plan de salvación decretado desde la eternidad misma, como el Cordero del sacrificio destinado desde antes de la fundación del mundo, Cristo fue manifestado en el tiempo establecido por amor de aquellos que salvaría con su sacrificio. Fue precisamente aquella mesa de comunión la que se convirtió en la antesala de esa realidad, el anuncio de esos acontecimientos. Cristo partió el pan y dijo a sus discípulos “tomad; comed, esto es mi cuerpo” (Mateo 26:26), Cristo tomó la copa y dijo “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26:28). Estas últimas palabras nos muestran como el sacrificio de Cristo es la inauguración del nuevo pacto de Dios con su pueblo. Nos muestran como el sacrificio de Cristo es amplio en su objetivo y nos muestran como el sacrificio es de perdón.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      La copa de vino representaba algo que sería visto de manera clara en la cruz del Calvario. La sangra de Cristo sería derramada y esa copa era el anuncio y testimonio de esa realidad “porque esto es mi sangre”. Ahora bien, las palabras de Cristo matizan dentro de que pacto se circunscribe esa sangre que derramaría en el Gólgota. Cuando Cristo anunció que esa copa testificaba de su sangre, habló de “mi sangre del nuevo pacto”, es decir, la sangre que pertenece e inaugura el nuevo pacto. No hay duda alguna que estas palabras de Cristo quedan encajadas dentro de la maravillosa obra de redención que Dios en su providencia estaba progresivamente desarrollando a lo largo de la historia.
La sangre era uno de los elementos cruciales en la inauguración y establecimiento de pactos. La sangre derramada recoge gráficamente el significado literal de inaugurar un pacto, es decir, “cortar un pacto”. En su pacto con Abraham, animales fueron partidos o cortados y su sangre esparcida (Génesis 15:10). En el pacto con Israel, la sangre del pacto fue esparcida sobre el altar y sobre el pueblo (Éxodo 24:6-8). Entre otras muchas cosas esa sangre unía a dos partes en una misma sangre y mostraba la sentencia de muerte que sería ejercida en caso de infidelidad a ese pacto, únicamente el derramamiento de sangre sería lo que lavaría dicha infidelidad y mantendría el pacto intacto. El antiguo pacto en la historia de la salvación empezó con derramamiento de sangre, se inauguró con derramamiento de sangre y fue mantenido con derramamiento de sangre.

      En Egipto, durante la inauguración de la pascua, Dios ordenó que un cordero sin mancha fuese sacrificado y su sangre puesta en los dinteles de las puertas. Cuando el ángel de Jehová pasó y vio la sangre, el juicio de Dios “paso por alto” (pascua). Egipto fue vencido e Israel salvado (Éxodo 12). Dicho pueblo redimido fue llevado al Sinaí donde Dios entró en pacto con ellos y sangre fue esparcida sobre el altar y sobre el pueblo redimido (Éxodo 24:6-8). Ese antiguo pacto se mantuvo por el continuo derramar de sangre de corderos y becerros que borraba los pecados del pueblo. Ahora bien ¿por qué la continua necesidad de derramar sangre? Por el simple hecho de que ese antiguo pacto no podía borrar plenamente el pecado, por el simple hecho de que esa sangre de corderos y becerros no era suficiente para lavar la profunda herida de una ofensa tan grave y mortal como es el pecado. Todo el antiguo pacto fue diseñado para anunciar, clamar, proclamar la necesidad de un nuevo pacto, la necesidad de un Cordero mayor, la necesidad de una sangre derramada de una vez y para siempre, todo el antiguo pacto clamaba a gran voz ¡necesito una sangre que pueda lavar la mancha oscura de mi pecado para siempre!, ¡necesito una sangre que hablé mejor que la sangre del justo Abel, que hablé mejor que la sangre de miles y miles de animales sacrificados! Y esto se dio cuando Cristo inauguró el nuevo pacto en su sangre.


      La Pascua última llegó, el Cordero de Dios, Jesucristo, fue presentado en el altar de la cruz. Su sangre derramada ya no era la sangre del antiguo pacto sino “del nuevo pacto”. Su obra fue el cumplimiento que el antiguo pacto anunciaba y anhelaba. Dios cortó el nuevo pacto y la sangre que fue derramada no fue por la infidelidad de Cristo sino por la nuestra. Habiendo pasado por alto los pecados pasados, es decir, siendo el antiguo pacto y la sangre de los animales incapaz de borrar todo pecado (Romanos 3:25), Dios cortó el nuevo pacto en su Hijo quien derramó su sangre no en los dinteles de las puertas sino en la cruz. Un nuevo pacto donde la sangre derramada del Cordero de Dios es suficiente para perdonar todos los pecados. Esa sangre “por muchos es derramada”, es decir, el objetivo del sacrificio de Cristo es amplio y glorioso, mucho pueblo tiene que ser tocado por esa sangre, muchos pecadores de toda tribu, lengua, raza y nación han de ser lavados por esa sangre. Los que el Padre le entregó al Hijo por estos muchos fue derramada esa sangre. Cada gota de esa sangre preciosa derramada por mucho pueblo “para remisión de pecados”. El pecado es lo que nos lleva a la muerte eterna mas fue nuestro pecado lo que llevó a la muerte a Cristo para que pudiésemos tener perdón y vida. El camino del perdón y reconciliación con Dios es el camino de la sangre del nuevo pacto que por mucho es derramada para perdón de pecados.
MEDITACIÓN

Hay un himno clásico que sirve a modo de conclusión y meditación. El himno te pregunta “¿Quieres ser salvo de toda maldad? Tan sólo hay poder en mi Jesús. ¿Quieres vivir y gozar santidad? Tan sólo hay poder en Jesús”. Ante esto el coro responde en aquello que debes meditar y no dejar pasar:

“Hay poder, poder sin igual poder
en Jesús, quien murió.
Hay poder, poder sin igual poder
en la sangre que Él vertió
MEDITACIÓN SEMANAL BASADA EN EL DEVOCIONAL
MARTES

Leer: Éxodo 12:1-13 

Meditar: ¿Qué es aquello que debía celebrar Israel? Lee los versículos que describen al cordero pascual ¿Cómo debía ser ese cordero? ¿Qué debían hacer con su sangre? ¿De qué les era señal según el v.13 el cordero sacrificado y la sangre?

Orar: Medita sobre la realidad de saber que es Dios mismo quine provee el medio de salvación. La ceremonia de la pascua fue establecida y mandada por Dios. Da gracias a Dios que él mismo fue quien estableció y proveyó el Cordero pascual, Jesucristo, para nuestra tu salvación.


MIÉRCOLES

Leer: Éxodo 24: 1-11

Meditar: ¿Cuál es la ceremonia descrita en Éxodo 24? ¿Qué crees que significan las dos partes, el altar y el pueblo? En los vv.6-8 sucede algo importante ¿Qué es? ¿Qué significado crees que tiene el rociar el altar y el pueblo con la sangre del pacto? ¿Qué hay de significativo en lo que sucede en el v.11?

Orar: La sangre del pacto unió a Israel y Dios en una misma sangre. Dos partes distintas unidas por una misma sangre. Medita sobre ello cómo esto se cumple finalmente en la sangre derramada por Cristo. Ora dando gracias a Dios por el hecho de que él nos ha reconciliado y unido con él por la misma sangre del Cordero.


JUEVES

Leer: Juan 1:29-37

Meditar: ¿Cómo describe Juan el Bautista a Jesús? ¿Qué es lo que Jesús hará como Cordero de Dios? ¿Qué trasfondo del Antiguo Testamento crees que hay detrás de la designación de Jesús como el Cordero de Dios? ¿Cómo Jesús es presentado mayor que Juan en estos versículos?

Orar: Da gracias a Dios porque Jesucristo es el Cordero que Dios proveyó para el perdón de los pecados del mundo.


VIERNES

Leer: 1ª Pedro 1:17-20

Meditar: ¿Cómo los creyentes fuimos rescatados de nuestra vana manera de vivir? ¿Cuál es el elemento precioso de nuestra redención o rescate? ¿Cuál crees que es el trasfondo del Antiguo Testamento en la expresión “como un cordero inmolado sin mancha y sin contaminación”? ¿Desde cuando fue preparado Cristo como el sacrificio perfecto para salvación?

Orar: Medita sobre tu salvación y en especial el medio precioso que tuvo que utilizarse para poder salvarte. Da gracias Dios porque el estableció a Cristo como el sacrificio perfecto desde la eternidad misma. Da gracias y alabanza a Dios porque esto significa que la cruz no fue un accidente o casualidad sino algo que sucedió según el plan de Dios.


SÁBADO

Leer: Mateo 27:27-66

Meditar: ¿Qué acontecimiento suceden alrededor de la crucifixión de Jesús? ¿Qué designación le fue dada a Jesús en la cruz? ¿Qué es lo significativo de los vv.51-53? ¿Cuál es la confesión del centurión romano delante de la cruz?

Orar: La cruz es el lugar donde uno debe ver, entender y confesar que Cristo verdaderamente es el Hijo de Dios. Alaba a Dios en oración porque la muerte de Cristo abrió el camino a la reconciliación con Dios y al lugar santísimo. Las puertas del cielo fueron abiertas por Cristo para aquellos que hemos creído en él.