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GOZOSA PERSECUCIÓN
“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen, y os persigan
y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos porque grande es vuestro galardón en los cielos;
porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros”
(Mateo 5:10-12)

Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
      “No es necio aquel que da lo que no puede guardar para obtener lo que nunca podrá perder”. Dicha frase fue dicha por el misionero cristiano evangélico Jim Elliot y debe de ser entendida dentro del contexto histórico que Elliot junto con otros misioneros vivieron. Philip James Elliot fue misionero evangélico que, junto con otros misioneros quiso llevar el evangelio de Cristo a una tribu indígena de Ecuador, los Aucas. La obra que esos misioneros empezaron acabó con un final aparentemente trágico a los ojos del mundo. La persecución y el martirio a manos de aquellos a quienes habían ido a compartirles de Cristo fue el desenlace último. Jim Elliot junto con otros cuatro misioneros sufrieron la muerte por la causa de Cristo. Lo más probable es que desde la perspectiva del mundo tal esfuerzo pareciese necio y un fracaso absoluto, pero es precisamente en este contexto que se encuadra a la perfección la frase de Elliot “no es necio aquel que da lo que no puede guardar para obtener lo que nunca podrá perder”. Pudieron perder su vida por causa de Cristo en este mundo pero la eternidad que les había sido asegurada por ese Cristo que predicaban les esperaba de manera segura. Bienaventurados fueron por la causa de Cristo y su galardón fue grande en los cielos. Años más tarde la sangre de esos mártires fue semilla del evangelio entre esa tribu. Sus esposas llegaron de nuevo a los aucas y el evangelio sembrado por Elliot y sus compañeros transformó la vida de aquella tribu. 


      La frase de Elliot entraña, sin lugar a duda, una sabiduría bíblica que refleja a la perfección el significado de la bienaventuranza de la gozosa persecución descrita por Cristo al final de las bienaventuranzas. Dicha bienaventuranza cierra las bienaventuranzas expuestas por Jesús y es un tanto distinta al resto. Por un lado, es más larga que las anteriores. Cristo establece la bienaventuranza en el v.10 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” cerrando así con la posesión del reino de los cielos iniciada en el v.3 y la amplía en los vv.11-12. Por otro lado, los vv.11-12 que suponen la ampliación de la bienaventuranza de la persecución están expresados en segunda persona a diferencia del resto de las bienaventuranzas que están expresadas en tercera persona. En esta última Cristo se dirige personalmente a sus discípulos y muestra el tipo de carácter que verdaderamente será sal y luz en el mundo (Mateo 5:13-16). Ahora bien, la palabras de Cristo dichas a sus discípulos son las palabras de Cristo dichas a cualquier discípulo de Cristo, a cualquier creyente que por la gracia del evangelio forma parte del reino de los cielos. La realidad de esta última bienaventuranza puede y, me atrevo a decir, debe de ser aplicada a todos aquellos que hemos sido hechos discípulos de Jesucristo.
      Primero, Cristo muestra la realidad de la persecución en la vida del ciudadano del reino por causa de Cristo y los valores del reino. Segundo, Cristo muestra la actitud frente a dicha realidad de la persecución y su resultado final y tercero, Cristo muestra la persecución como señal de genuinidad cristiana. 
      “Bienaventurados los que padecéis persecución por causa de la justicia” ¿Quién podría pensar que el buscar la justicia sería causa de persecución? Obviamente esta justicia no es la justicia de un mundo que solo mira por sí mismo sino que es la justicia por la que el ciudadano del reino tiene hambre y sed (Mateo 5:6). Es la justicia de vivir correctamente y en rectitud según el ser de Dios y según los valores y principios divinos. Puesto en otras palabras, es la justica que Cristo mismo expresó, vivió y manifestó, así que “sufrir persecución por causa de la justicia” (v.10) es “ser vituperado, perseguido y difamado por causa de Cristo mismo” (v.11). La persecución la cual Cristo describe ampliándola como “os vituperen”, es decir, censurar o desaprobar con dureza, “os persigan” con la intención de atrapar a uno y “digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo”, la idea de difamación toda ella viene a consecuencia de ser seguidor de Cristo.
      La persecución en la vida del discípulo de Cristo es diversa y tiene mucha caras pero su causa será siempre la misma. Es una persecución que surge a causa de quien es Cristo, de todo aquello que Cristo representa y de los valores, principios y modo de vida que caracteriza al reino de Cristo. ¿Cómo es posible que aquellos que reconocen su pobreza espiritual, que lloran a causa de ella, que son mansos y gentiles en su relación con los demás, que anhelan ver justicia verdadera en sus vidas y en el mundo en el que viven, que son misericordiosos y son capaces de ponerse en la miseria de los demás, que su corazón es limpio y no hay hipocresía en ellos y que buscan la paz puedan ser perseguidos? Por la simple razón que las bienaventuranzas que muestran el carácter de los ciudadanos del reino son valores contrarios a un mundo caído. La persecución no es más que el choque entre dos sistemas de valores totalmente irreconciliables y antagonistas entre ellos. Cristo quien es el Bienaventurado por excelencia, en quien el carácter de las bienaventuranzas es visto y vivido a la perfección, fue perseguido, difamado, vituperado y muerto. Esta será la realidad en la vida de todos aquellos en que el evangelio del reino de Dios forja y está forjando la imagen de Cristo. El carácter de las bienaventuranzas no es un carácter que surge de habilidades humanas sino de la obra de la gracia de Dios, del trabajo del Espíritu y de la suficiencia de la Biblia en el creyente. Así como persiguieron al Bienaventurado así será con aquellos que somos bienaventurados. Como cristianos debemos tener presente que esa persecución será una realidad en nuestra vida. En ocasiones será feroz como un fuego abrasador o como un mar embravecido y en otras ocasiones será como una pequeña gota de agua que continua y lentamente cae siempre en el mismo sitio minando poco a poco. Frente a esta realidad ¿cuál es la actitud a tener? Cristo es claro “gozaos y alegraos”.



      El gozo y alegría en la persecución no es común pero es bíblico. En el cristiano el aceptar la persecución no es un esfuerzo masoquista ni estoico, el gozo y alegría surge de saber que aun y cuando todo puede ser perdido en este mundo, no hay nada en el mundo venidero que pueda perderse. Aun y cuando el galardón en este mundo pueda parecer insignificante el galardón en el reino de los cielos es grande “gozaos y alegraos porque grande es vuestro galardón en los cielos”. Aun y cuando pueda parecer necio perder lo que uno no puede guardar, no lo es ya que obtiene aquello que nunca podrá perder. La realidad de la gloria eterna, del reino de los cielos es el sustento para mantenernos en la persecución por causa de Cristo. Nuestro Señor Jesús sufrió lo indecible a causa de la gloria que fue puesta delante de él y él nos dejó ejemplo para seguir sus pisadas. Aun y cuando pueda parecer extraño, sufrir persecución por la fe identifica a uno con el Cristo que sufrió por uno, por lo tanto, el forjar la imagen de Cristo en nosotros no solamente es forjar el ser “mansos”, el ser “pacificadores”, el ser “misericordiosos” sino también el ser perseguidos. Pero bienaventurado fue con el trono eterno aquel que sufrió en el Calvario y bienaventurados somos con el reino de los cielos aquellos que sufrimos a causa del que sufrió por nosotros porque esto es señal de un fe genuina.



      “Porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros” muestra que la persecución corre en la venas de una larga estirpe de santos. La persecución es una muestra de la gracia divina, un certificado de autenticidad cristiana. Los profetas antes que nosotros fueron perseguidos, Cristo fue perseguido y aquellos que nos identificamos con él somos o seremos perseguidos o vituperados o difamados en una medida u otra por causa de Cristo. Si el mundo está complacido con el cristianismo de uno cosa extraña es, pero si el mundo vitupera y difama el cristianismo de uno señal de gozo y alegría es. Grande es la estirpe de santos que sufrieron por Cristo, grande es la nube de testigos que nos rodea en esta carrera.
MEDITACIÓN

El gran príncipe de los predicadores, C. H. Spurgeon comentó lo que todo cristiano puede decir “prefiero mucho más ser descendiente de uno que sufrió por la fe que llevar en mis venas la sangre de emperadores”. Aun y cuando la persecución por causa de Cristo sea real en tu vida, mira a Cristo quien sufrió por ti, mira a Cristo que está sentado en el trono celestial, mira la descendencia de santos que sufrieron por la fe, gózate y alégrate porque grande es tu galardón en el reino al cual Cristo te ha llevado. Tu galardón como discípulo de Cristo no será grande en el mundo pero sí lo es en el reino de aquel que con su sangre selló tu eternidad.
MARTES

Leer: 2ª Corintios 1:3-11

Meditar: ¿Cómo define Pablo a Dios? ¿Cuál es el propósito de la consolación de Dios en nuestras tribulaciones según el v.4? ¿Es el pasar por las mismas tribulaciones de los demás lo que nos permite consolarles o es la consolación que recibimos de Dios en nuestras tribulaciones? ¿Qué es aquello que abunda en nuestras aflicciones? ¿Qué es aquello que Pablo no quiere que los Corintios ignoren sobre él y sus colaboradores? ¿Qué te da a pensar lo que Pablo describe en los vv.8-11?

Orar: Bendice a Dios por ser Dios de toda consolación en nuestras vidas. Bendice a Dios porque en nuestras tribulaciones abunda su consolación. Pide a Dios que su consolación te sirva de instrumento para consolar a otros. Pide a Dios que el ejemplo de Pablo te ayude a entender las dificultades que podemos vivir por causa de Cristo.


MIÉRCOLES

Leer: Juan 15:18-27

Meditar: ¿Qué realidad expone Cristo a sus discípulos en estos versículos? ¿Cuál será la actitud del mundo con relación a los discípulos? ¿Qué causas encuentras en el texto de la persecución de los discípulos en este mundo? ¿Qué significa la persecución que el mundo hace de los discípulos de Cristo? ¿Qué cumplimiento conlleva la actitud del mundo?

Orar: Ora para que Dios te permita estar firme en el momento de la persecución por tu fe. Pide a Dios que te de la sabiduría de entender que el mundo aborrece a los que son de Cristo por no conocer a Cristo. Da gracias a Dios porque incluso el rechazo hacia a Cristo es en cumplimento soberano de la Escritura.


JUEVES

Leer: 1ª Pedro 1:6-9

Meditar: ¿En quién y por qué nos alegramos? ¿Qué es necesario que uno pase en el tiempo presente? ¿Cuál es la razón de las pruebas y tribulaciones en el presente? ¿Qué evidencia dan las tribulaciones en la vida de los creyentes según el v.7? ¿Cuá les el fin de la fe que es atribulada?

Orar: Pide a Dios que te ayuda a entender que las tribulaciones que uno puede vivir por su fe no son más que la forja donde esa fe es forjada y madurada para que estés preparado para la venida de Cristo. Da gracias a Dios por las tribulaciones que fortalecen tu fe porque son evidencia de una fe genuina.


VIERNES

Leer: 1ª Pedro 2:19-21

Meditar: ¿Qué es aquello aprobado por Dios? ¿Cómo entiendes que el sufrimiento o persecución por hacer lo correcto delante de Dios sea aprobado por él? ¿Qué ejemplo pone el apóstol Pedro? ¿En qué nos es ejemplo Cristo? ¿Cómo el sufrimiento de Cristo fue aprobado por Dios? ¿Qué resultado trajo ese sufrimiento de Cristo?

Orar: Pide a Dios que te de fuerzas para seguir el ejemplo que Cristo dejó en cuanto al sufrimiento injusto. Descansa en Dios sabiendo que así como el sufrimiento de Cristo supuso aprobación delante de Dios, lo mismo será tu sufrimiento o persecución injusta por causa de Cristo.


SÁBADO

Leer: Apocalipsis 6:9-11

Meditar: ¿Qué aparece cuando es abierto el quinto sello? ¿De quién son las almas descritas en el v.9? ¿Cuál es el clamor que lanzaban delante del trono? ¿Cuál es la respuesta que los muertos por causa de la Palabra reciben?

Orar: Da gracias a Dios porque la persecución por tu fe en Cristo no es en vano. Al final Dios vindicará a los suyos. Pide a Dios que en medio de la persecución por tu fe, te ayude a poner la mirada en la vindicación final. Da gracias a Dios porque la fe del cristiano es una fe que al final de la historia se probará cierta y más valiosa que el oro.